Cap�tulo 5
Aprender De La Vida De Jos�

Introducci�n

Algunos a�os atr�s, David Edwards, estaba dando una conferencia sobre la vida de Jos�.

�l declar�: "La vida de Jos� puede ser resumida en tres vocablos: Vendido, Encarcelado y Exaltado". Estas tres palabras formar�n el bosquejo de este cap�tulo.

Cuando era un adolescente, sol�a llorar sin control cada vez que le�a la historia de la vida de Jos� (Gn 37-49). Durante a�os no entend�a lo que me estaba pasando ni el porqu�. �Por qu� me hac�a llorar tanto la historia de Jos�?

Entre las edades de los diecis�is y los treinta, la primera fase de mi ministerio estaba en desarrollo. Durante esos a�os, comenc� a comprender que el patr�n de mi vida era muy semejante al de Jos�. Hab�a un paralelo misterioso, demasiado preciso como para ser considerado como una mera coincidencia. Era como si Dios hubiera planificado mi vida misteriosamente en un molde similar al de Jos�, en el cual, mi vida hab�a sido echada. As� que, a la edad de cincuenta y tres, estoy m�s convencido que nunca de que esto es verdad.

En los treinta y cinco a�os o m�s que he sido ministro, me he dirigido a incontables l�deres de la Iglesia quienes han estado pasando por experiencias similares a las de Jos� y a las m�as. Aunque no siempre hab�a esa "pasi�n espiritual" intensa en Jos�, la cual existe en mi experiencia, esos l�deres est�n muy conscientes de que fuerzas inexplicables estaban moldeando sus vidas y ministerios.

Por esa raz�n, creo que un cuidadoso examen de la preparaci�n de Jos� para el liderato es un estudio muy valioso. De seguro que le ayudar� a entender lo que ha sucedido y lo que suceder�, a medida que Dios le va preparando para el liderato y para extender sus responsabilidades. A medida que lee lo que sigue, es mi esperanza que reciba tanto �nimo de la vida de Jos� como yo mismo he recibido.

A. VENDIDO
1. Llamamiento Temprano
Jos�, al igual que yo, recibi� una revelaci�n concerniente a su llamamiento cuando apenas era un adolescente. A la edad de diecisiete, Jos� tuvo una serie de sue�os que Dios le dio. Tales sue�os, indicaron que Jos� estaba destinado a desempe�ar un papel de liderato que lo llevar�a a ocupar posiciones de prominencia y, que desde all�, iba a poder ayudar a muchas personas.

Adem�s, as� como yo, Jos� no tuvo la sabidur�a de mantenerse callado, lo cual, le meti� en graves problemas con sus hermanos. Sus sue�os no fueron apreciados por ellos en lo m�s m�nimo. Tal vez hab�a alg�n matiz de orgullo espiritual en Jos�, aunque la Biblia no habla nada al respecto.

Debido a que era el hijo que tuvo su padre en su vejez, Israel (Jacob) am� a Jos� m�s que a sus otros hijos. �l le hizo un hermoso "abrigo de extremos" (y de muchos colores). Las mangas le llegaban hasta la palma de las manos y la falda hasta los tobillos. Era como una indumentaria usada por los pr�ncipes en los palacios de los reyes.

En contraste, sus hermanos vest�an las t�nicas cortas y pantalones de pastores de ovejas: vestiduras de hombres de campo. Todo esto combinado, hizo que los once hermanos se sintieran celosos de la posici�n privilegiada de Jos�.

Un d�a Israel (Jacob), el padre de Jos�, lo envi� a supervisar lo que estaban haciendo sus hermanos, y a traerle un informe de ellos y de los reba�os que atend�an. Cuando ellos vieron que ven�a Jos�, conspiraron en la manera que lo iban a matar a fin de que pareciera un accidente. El hermano mayor, Rub�n, intervino y sugiri� que lo lanzaran dentro de una cisterna por un tiempo. De esa manera, Jos� fue lanzado en una cisterna.

2. Problemas Y Contrariedades
Este tiempo en la vida de Jos� es t�pico que lo padezcan, en sus comienzos, los muchos que son llamados al ministerio. En mi propio caso, tan pronto como me gradu� de la escuela superior, me un� a "mis hermanos" en un instituto de entrenamiento para misioneros donde se estaban preparando para salir a los campos del mundo.

Durante mi a�o en ese lugar, a cada rato me met�a en problemas debido a que muchos estudiantes estaban siendo bautizados con el Esp�ritu Santo y me culpaban a m� de ello, pues ven�a de una "familia Pentecostal cl�sica". A menudo era "llamado a rendir cuentas" o a explicar qu� parte hab�a jugado yo en tales acontecimientos.

El hecho fue que s�lo habl� con los estudiantes que vinieron a m� para preguntarme acerca del Esp�ritu Santo. De las docenas que lo recibieron durante ese a�o, solamente tres o cuatro hab�an venido conmigo. Los dem�s, lo hab�an recibido mientas permanec�an a solas en la monta�a orando y buscando a Dios. �l vio sus corazones hambrientos y se los llen�.

A medida que el a�o escolar progresaba, trabaj� arduamente en todas mis asignaciones. Debido a mi experiencia en la operaci�n de equipos de imprenta, trabaj� muchas semanas sin compensaci�n en la imprenta de publicaciones. Mi aptitud natural para las cosas mec�nicas me calific� para trabajar muchas semanas m�s ayudando a remodelar un avi�n de carga y convertirlo en un avi�n de pasajeros para transportar misioneros alrededor del mundo.

Cuando lleg� el momento para revisar a los estudiantes que se graduaron para entrevistas misioneras, yo recib� un papel para firmarlo. En �l se me ped�a que prometiera que jam�s ense�ar�a o predicar�a sobre el Bautismo del Esp�ritu Santo.

Por supuesto que no firm� una promesa como aquella. Ten�a que ser fiel a la Biblia y al llamado de Dios para mi vida. Cuando rehus� hacerlo, me pidieron que me fuera. Con el coraz�n quebrantado por aquella traici�n, me fui desanimado y confuso. No hubo nadie que me diera las "gracias" por lo que hab�a trabajado.

A pesar de todo aquello, los am� en Cristo. Unos a�os despu�s, contribu� dinero para el fondo general de aquella misi�n y ayud� a sostener sus misioneros.

B. ENCARCELADO
Mientras los hermanos de Jos� discut�an lo que iban a hacer con �l, una caravana de mercaderes madianitas pasaron por donde ellos estaban. Jud� dijo: "�Por qu� no vendemos a Jos� a los madianitas?"

-"�Buena idea!" - dijeron los dem�s. Y as� lo hicieron. Jos� fue vendido a la esclavitud por veinte piezas de plata (el mismo precio por el cual Judas traicion� a Jes�s).

En Egipto, en una venta de esclavos, un hombre llamado Potifar capit�n de la guardia de fara�n, compr� a Jos� como esclavo. No pas� mucho tiempo sin que Potifar se diera cuenta de que Dios bendec�a todo lo que hac�a Jos�. Por eso fue que lo hizo mayordomo o ayudante administrativo de toda su casa y negocios.

1. Acusaci�n Falsa
Jos� era un joven muy bien parecido, y la esposa de Potifar comenz� a hacerle proposiciones amorosas. Quer�a que Jos� tuviera relaciones sexuales con ella. Pero Jos� se negaba continuamente. Un d�a lo agarr� y quiso obligarlo a que se acostara con ella en la cama. Pero en lugar de hacerlo, Jos� sali� corriendo de la casa. En la lucha, ella se qued� con la t�nica de Jos�.

Esa noche, cuando Potifar lleg�, su mujer le dijo que Jos� hab�a tratado de forzarla a tener relaciones con �l. Tal acto enoj� a Potifar extremadamente, quien orden� que le metieran en prisi�n de inmediato.

"Afligieron sus pies con grillos; en hierro fue puesta su persona…" (Sal 105:18). Por medio de la mentira de la esposa de Potifar, Jos� fue encarcelado.

�Podr�a usted identificarse con estos problemas al reflexionar sobre los primeros a�os de su ministerio? Quiz�s usted est� padeciendo de una gran "traici�n" o falsa acusaci�n, alguien le ha vendido o traicionado y est� sangrando por una experiencia tan dolorosa. No obstante, Dios tiene un prop�sito para ello.

2. Dios Est� En Control
Encuentro extremadamente interesante notar que la Biblia dice: "Envi� [Dios] un var�n delante de ellos, a Jos�, que fue vendido por siervo para salvar a su pueblo del hambre" (Sal 105:17). �Dios envi� a Jos�? Yo pensaba que fueron sus hermanos los responsables de tramar su muerte y de venderle como esclavo. S�, esa es la historia que el hombre puede ver, pero desde el punto de vista divino, Dios estaba envuelto en tal negocio todo el tiempo, obrando todas las cosas para el bien de Jos� y de la familia escogida.

Si solo pudi�ramos entender esto cuando las pruebas, rechazos, malos entendidos e injusticias vienen a nuestras vidas. Dios est� en control. Si no somos culpables de cosas malas, y no estamos sufriendo por desobedecer voluntariamente, sabemos que �l har� que todas las cosas que parezcan obrar contra nosotros, obren para nuestro bien y el bien de los dem�s.

3. Un Ejemplo Personal
Dios me ten�a que ense�ar algo muy importante. Cuando me inici� como predicador estableciendo nuevas iglesias, otros l�deres de la iglesia me acusaron de cosas falsas. Yo no hab�a hecho nada malo, pero dado a ciertos sacrificios que yo estaba haciendo al servir al Se�or, tuvieron sospechas y celos.

a. Censurado. Me enter� que hab�a sido censurado por hermanos a los cuales no les hab�a hecho nada. Hab�a sido traicionado por hermanos en quienes hab�a confiado.

A medida que oraba y ayunaba, el Se�or comenz� a darme vers�culos de la Biblia para ayudarme a entender lo que estaba sucediendo.

"…mas a aquel mirar� que es pobre y humilde de esp�ritu, y que tiembla a mi palabra…

O�d palabra de Jehov�, vosotros los que tembl�is a su palabra: Vuestros hermanos los que os aborrecen, y os niegan por causa de mi nombre, dijeron: Glorif�quese Jehov�. Mas �l se mostrar� con alegr�a vuestra, y ellos ser�n confundidos" (Is 66:2, 5).

Con este vers�culo me convenc� de dos cosas. Una: a pesar de lo que sucediera, tendr�a que mantener una actitud humilde y no contestar con ira ni arrogancia a nadie. Dos: estaba seguro de que me "iban a echar fuera de la confraternidad" de mi denominaci�n.

Un d�a el Se�or me dio un mandato muy espec�fico y sobrenatural que me abrum�. Fue una declaraci�n clara y precisa acerca de toda la situaci�n. Sab�a con precisi�n lo que iba a suceder y lo que ten�a que hacer. En esa ocasi�n, el mensaje de Dios vino hacia m� en la 3ra. ep�stola de Juan.

Este libro relata la historia de un hombre llamado Di�trefes que es descrito en las siguientes palabras: "…no recibe a los hermanos y proh�be a los que quieren recibir, y los echa de la iglesia" (v 10b).

Con un coraz�n muy triste, me sent� y escrib� una carta a mis enemigos. Les expliqu� que Jes�s dijo "Ama a tus enemigos". Les asegur� respecto a mi amor hacia ellos y el porqu� no ten�a otra alternativa excepto la de presentar mi renuncia. Era la �nica manera de resolver la situaci�n pac�ficamente. Mi renuncia trajo paz. El mar tempestuoso se calm�.

b. Todas Mis Esperanzas Desaparecieron. Pero para m� tambi�n trajo la sensaci�n de desesperaci�n y frustraci�n de que jam�s podr�a cumplir el llamamiento para el cual hab�a sido llamado.

Secretamente, se me hab�a adherido a la �nica esperanza visible que ten�a de que un d�a mis hermanos me ayudar�an. Bajo sus auspicios, podr�a salir hacia alguna parte del mundo no evangelizada y poder ayudar a alcanzar a los perdidos para Jes�s. Pero ahora �TODAS MIS ESPERANZAS SE HAB�AN DISIPADO! De seguro que nunca suceder�a.

Le dije a mi esposa: "No hay manera alguna de que un d�a pueda cumplir mi llamado a predicar el evangelio en todo el mundo. Deb� haber estado terriblemente equivocado once a�os atr�s, tiempo en el cual, sal� a obedecer lo que pens� que era el llamado de Dios. No hay manera de que pueda suceder en el presente". Desde el punto de vista natural, eso era cierto.

c. Dios Ten�a Un Plan. Ese fue uno de los tiempos m�s tenebrosos de mi vida. No ser�a hasta algunos a�os m�s tarde que llegar�a a entender a plenitud que, as� como Jos� y sus hermanos, algunos "pensaron mal contra m�, mas Dios le encamin� a bien…para mantener en vida a mucho pueblo" (Gn 50:20).

A medida que continu� buscando al Se�or, �l me dej� saber que aunque ten�a que ser cuidadoso, nunca debo "usar mal de mi potestad en el evangelio…SIENDO libre para con todos, me he hecho siervo de todos para ganar m�s" (1 Co 9:18, 19).

Al mismo tiempo, nunca so�� que Dios tuviera un plan tan grande para mi vida y ministerio. No ten�a idea de que el Se�or abrir�a puertas para nosotros en todo el mundo, a trav�s de todas las barreras denominacionales.

1) El "Ministerio De Jos�". Siempre he tratado de reverenciar y honrar a mi denominaci�n a pesar de lo que sucedi�. Tampoco sugiero que lo que hice al retirarme deba ser el curso que todos tengan que seguir.

De Jos� ya se hab�a profetizado: "Las bendiciones…Ser�n sobre la cabeza de Jos�, y sobre la mollera de…sus hermanos" (Gn 49:26). Jos� no era un "hermano separado" por su propia voluntad, sino por la providencia divina. As� como yo, si hubiera sido su alternativa, se habr�a quedado dentro del c�rculo de la seguridad familiar, bajo la protecci�n del patriarca. Sin embargo, Dios ten�a un plan diferente para Jos�.

La palabra del Se�or acerca de su persona indicaba que �l ser�a: "Rama fruct�fera junto a fuente, cuyos v�stagos se extienden sobre el muro" (Gn 49:22). Las murallas jam�s pueden encerrar un "Ministerio al estilo del de Jos�". Sus ramas siempre se extender�n por sobre la muralla, a fin de que cualquiera que est� en necesidad de su sombra o que est� fatigado y hambriento, pueda acogerse bajo su fresca sombra y comer de los frutos de sus ramas.

Las frutas y la sombra de una "rama que se remonta sobre la muralla", est�n a la disposici�n del viajero sin tener que pagar por ello; como puede ver, ning�n precio puede ser colocado sobre el fruto tomado de una rama que pasa por "encima del muro".

Bajo la costumbre del Antiguo Testamento y el decreto del orden lev�tico, las ramas y el fruto que "pasaban por sobre la muralla" pertenec�an al p�blico, cualquiera pod�a comer de su fruto gratuitamente. Francia todav�a mantiene esas leyes b�blicas de la agricultura, y sus agricultores son bendecidos por ello.
El clamor sale como en los tiempos antiguos: "A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche" (Is 55:1).

Fue para este "Ministerio de Jos�" que Dios me estaba preparando. Pero en ese tiempo, no entend�a la plena implicaci�n de lo que estaba ocurriendo.

El sentido de ejecuci�n, la soledad y el aislamiento fueron elementos muy dif�ciles para mi (as� como pudieron haberlo sido para Jos�). No obstante, Dios me hab�a puesto en medio de todas aquellas circunstancias. No hab�a nada que yo pudiera hacer para escapar de las mismas (a menos que estuviera dispuesto a violar la voluntad de Dios).

4. Probado Por La Palabra
"Hasta la hora que lleg� su palabra [la de Jos�], el dicho de Jehov� le prob� [examin�]" (Sal 105:19). Diez o doce a�os encerrado en prisi�n con cadenas en sus mu�ecas y un collar de acero alrededor de su cuello, destruir�a la vida de cualquier hombre inocente.

Jos� estaba en la estructura de las circunstancias dise�adas por el arquitecto divino. Pero al no tener conocimiento seguro de ello, hizo que su vida tuviera frustraciones indescriptibles. Si s�lo hubiera sabido con seguridad, tal vez sus tribulaciones habr�an sido m�s llevaderas o tolerables.
Todo lo que ten�a eran sue�os, y nada hab�a obrado de la manera que los sue�os indicaron. De hecho, todo lo que hab�a sucedido hasta la fecha, era contrario a la revelaci�n que hab�a recibido de Dios.

Los sue�os de Jos� no indicaban que tendr�a que sufrir un rechazo total de parte de sus hermanos y que ser�a lanzado a una marmita o cisterna. Tampoco hab�a indicaci�n alguna en la revelaci�n del Se�or de que ser�a vendido como esclavo, que ser�a acusado falsamente y que pasar�a largos a�os en prisi�n. Debi� haberse preguntado: "�Qu� es lo que est� pasando? �Por qu� me est� sucediendo todo esto?"

Cuando el primer m�rtir, Esteban, estaba exponiendo su �ltimo mensaje sobre la tierra, �l relat� la agon�a de Jos�: "Dios…le libr� [a Jos�] de todas sus tribulaciones" (Hch 7:10).

S�, �l padeci� terribles persecuciones, persecuciones indescriptibles.

El no hab�a hecho nada malo entre los de su casa, ni en la casa de Potifar. Sin embargo, all� estaba como un esclavo y prisionero, sin esperanza de volver a ver la luz del d�a. Se hab�a conservado en castidad y pureza moral. Su recompensa hab�a sido una condena de por vida y sin libertad condicional en un calabozo apestoso, caluroso, lleno de piojos, infestado de ceniza y cubierto de esti�rcol.

La mayor�a de nosotros jam�s llegar�amos a experimentar los sufrimientos que Jos� padeci� durante aquellos a�os solitarios de encarcelamiento. Tal vez viv�a aliment�ndose de atole (alimentos l�quidos) y probablemente no ten�a agua limpia para beber, excepto las aguas sucias del R�o Nilo para calmar su sed. Estaba siendo una v�ctima de los tratos y preparaciones de Dios.

�l, as� como muchos de ustedes, fue escogido por Dios para el liderato, y esas circunstancias adversas constituyeron su universidad. Antes de que Dios terminara con Jos�, �ste �ltimo habr�a concluido varios doctorados en la "escuela de los golpes fuertes".

C. Exaltado
Creo que la cosa m�s incre�ble para m� con relaci�n a Jos�, es su elasticidad, su incre�ble habilidad para mantener buenas relaciones con Dios, a pesar de tales circunstancias. Es un hecho que estaba libre de toda amargura y enojo, lo cual, pod�a verse en la fortaleza de la gracia maravillosa de Dios que le sosten�a (le capacitaba).
1. Fiel Mayordom�a
Cerca de unos diez a�os despu�s de que Jos� fue metido en prisi�n, dos de los presos tuvieron sue�os. Jos� se los interpret� al instante a ambos hombres. A�n en aquel foso infernal de la prisi�n, despu�s de tantos a�os, el don de Dios todav�a operaba en Jos�. �Cu�n asombroso!

Fue esa singular y fiel mayordom�a de los dones de Dios, lo que eventualmente le condujo a su promoci�n y exaltaci�n.

Jos� le dijo al jefe de los coperos la interpretaci�n de su sue�o. �l ser�a restaurado a su posici�n de privilegio en el palacio de fara�n. Y as� sucedi�, comprobando, de esa manera, la validez del don prof�tico de Jos�.

Jos� apel� al copero para que hablara en su favor con fara�n para ver si obten�a una suspensi�n de la sentencia o condena. Pero el desagradecido copero se olvid� muy pronto de Jos�. Mientras tanto, el pobre panadero hab�a sido ejecutado, como Jos� se lo hab�a dicho cuando le interpret� su sue�o.

Dos a�os pasaron. Entonces, un d�a se difundi� la noticia por todo el palacio de que el fara�n hab�a tenido varios sue�os que le ten�an muy perturbado.

Repentinamente el copero del rey se acord� de Jos�. Tal vez �l podr�a interpretar los sue�os de fara�n. Como resultado de la petici�n del rey para una audiencia, Jos� fue ba�ado, afeitado, vestido apropiadamente y llevado de prisa ante la presencia de fara�n.

Tan pronto se enter� de los sue�os, inmediatamente Jos� expuso la interpretaci�n. Habr�a siete a�os de gran abundancia en la agricultura, los cuales, ser�an seguidos de siete a�os de gran hambre y sequ�a en toda la tierra.

Jos� tambi�n deline� ante fara�n un plan de catorce a�os de acci�n que minimizar�an el impacto de la calamidad que vendr�a.

2. Promoci�n
Fara�n estaba tan impresionado con Jos� que le hizo al momento, segundo despu�s de �l en el gobierno de todo Egipto. S�lo fara�n ser�a m�s grande que Jos� en autoridad.

"Entonces Fara�n quit� su anillo de su mano, y p�solo en la mano de Jos�, e h�zole vestir de ropas de lino fin�simo, y puso un collar de oro en su cuello… He aqu� yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto" (Gn 41:42,43).

�Finalmente ocurri�! Jos� hab�a sido "exaltado" hasta ocupar el trono de Egipto. Su extenso matrimonio con el dolor, la soledad, la prisi�n, las cadenas y los grillos de hierro se terminaron. �Su d�a hab�a amanecido! Ese fue el d�a en el cual la palabra de la promesa de Dios finalmente comenzaba a cumplirse.

3. Nuestro D�a De Coronaci�n
S� que para todos los que hayan olvidado o dejado a lado todas las cosas para seguir a Cristo, este d�a de coronaci�n ser� seguido de otra era, en la cual reinaremos con �l. Pero cr�ame, las pruebas y sufrimientos por los que pasamos en el presente, determinar�n la extensi�n de nuestra remuneraci�n en ese d�a.

No obstante, tambi�n s� que a�n en esta vida Jes�s prometi� darnos padres, madres, hermanos y hermanas; adem�s de tierras, casas, etc. a todos los que hayamos dejado todo para seguir a Cristo (Mt 19:29). Hay d�as celestiales sobre la tierra para los que son llamados, escogidos y permanecen fieles como lo fue Jos�.

D. CONCLUSION
"No os enga��is…todo lo que el hombre sembrare, eso tambi�n segar�. Porque el que siembra para su carne, de la carne segar� corrupci�n; mas el que siembra para el Esp�ritu, del Esp�ritu segar� vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubi�remos desmayado. As� que, entre tanto que tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y mayormente a los dom�sticos de la fe" (Ga 6:7-10).

"As� que, hermanos m�os amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Se�or siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Se�or no es vano" (1 Co 15:58).


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