SECCI�N A3
EL USO Y ABUSO DE LA AUTORIDAD
Por Ralph Mahoney

�NDICE PARA ESTA SECCI�N
A3.1 - Abuso De La Autoridad
A3.2 - L�mites De La Autoridad
A3.3 - L�deres Dignos De Ser Seguidos

Cap�tulo 1
Abuso De La Autoridad

Un bien conocido dirigente carism�tico fue citado expresando este peligroso punto de vista: "Cuando una ‘autoridad delegada' o una ‘autoridad espiritual', provee consejo a las personas que est�n bajo su supervisi�n, habla con la autoridad de Dios. Cuando la autoridad delegada de Dios toca nuestras vidas, exige que la reconozcamos y que nos sometamos a ella, IGUAL QUE LO HARIAMOS A �L EN PERSONA".

Otro dirigente o l�der de la Iglesia en error fue citado: "Se le ense�ar� a trav�s del Esp�ritu lo que est� implicado en... apostolado o se le abandonar� en Babilonia. No existe postura inmediata. La �nica alternativa que uno tiene a la sumisi�n espiritual y al orden divino es Babilonia".

Dejemos las cosas claras. Yo me considero carism�tico, pentecostal y de orientaci�n fundamentalista. Sin embargo, tengo una profunda preocupaci�n por el impacto que algunos dirigentes carism�ticos tienen con sus conceptos sobre "disc�pulos".

En este estudio, vamos a observar el abuso de autoridad en la Iglesia, un tema que ha causado una confusi�n interminable a muchas personas del pueblo de Dios.

Cuando las verdades b�blicas se llevan hasta los extremos por una aplicaci�n carente de equilibrio, tienen la capacidad de destruir vidas. En Jonestown, Guayana, (donde se suicidaron en masa m�s de 900 seguidores de Jim Jones), ilustra lo que puede pasar. �l era un l�der de la Iglesia de Estados Unidos que demand� sumisi�n total a sus edictos.

En Romanos 13:1 se nos instruye: "Som�tase toda persona a las autoridades SUPERIORES; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas".

Utilizando este pasaje, la ense�anza sobre la sumisi�n ha sido desarrollada tanto por grupos protestantes como por cat�licos, que van m�s all� del concepto de la escritura de la sumisi�n ense�ada en el Nuevo Testamento. Son estos conceptos los que estoy desafiando vigorosamente.

La verdad, tal y como est� en Jes�s, siempre libera (Ef 4:21). Le liberar� para ser todo lo que el Se�or desea que sea. No lo traer� a esclavitud bajo una jerarqu�a religiosa, que detendr� la voluntad de Dios en su vida.

Cuando las Escrituras hablan de autoridad SUPERIOR, sugieren que hay leg�timos niveles y estratificaci�n de la autoridad a la que tenemos que someternos. Tambi�n implica que hay veces en que la autoridad superior (divina) e inferior (humana) entran en conflicto y tenemos que escoger obedecer a Dios antes que a los dirigentes religiosos (Hch 5:29).

De los SIETE niveles de autoridad mencionados en la Escritura, TRES NO se refieren al hombre. Estos tres niveles de autoridad son reservados �nicamente para Dios. Estos son: Autoridad Soberana, Autoridad Veraz y Autoridad De Conciencia. Explicaremos el significado de �stos m�s adelante.

Desgraciadamente la historia est� repleta de ejemplos de dirigentes religiosos pol�ticos que se apropian de t�tulos pomposos, de autoridad y posiciones que las Escrituras reservan s�lo para Dios.

Yo dedico este esfuerzo con la esperanza de evitarle usurpar una autoridad no b�blica por un lado o de someterse de una manera no b�blica por el otro.

A. TRES NIVELES DE AUTORIDAD RESERVADOS �NICAMENTE PARA DIOS
1. Soberana - Autoridad Imperial

La autoridad m�s alta es la AUTORIDAD SOBERANA o IMPERIAL. Este nivel nunca es cuestionado ni desafiado. Es la autoridad absoluta, infalible y la de mayor magnitud. Esta pertenece exclusivamente al Dios Padre, Hijo y Esp�ritu Santo.

Algunas denominaciones atribuyen a algunos de sus oficios eclesi�sticos este alto honor el cual est� reservado en la Biblia EXCLUSIVAMENTE PARA DIOS. NO HAY EN ABSOLUTO BASE B�BLICA PARA QUE LOS DIRIGENTES DE LA IGLESIA (o cualquier ser humano) EJERZAN AUTORIDAD SOBERANA.

La Biblia advierte en t�rminos claros respecto a los que hacen tal cosa: est�n cayendo en el mismo pecado que condujo la ca�da de Satan�s del cielo. Lucifer (Satan�s) intent� apropiarse de la autoridad que pertenece a DIOS SOLAMENTE.

"�C�mo ca�ste del cielo, oh Lucero! [Lucifer]… t� que dec�as en tu coraz�n, subir� al cielo… junto a las estrellas de Dios levantar� mi trono… ser� semejante al alt�simo" (Is 14:12-14).

La ca�da de Satan�s del cielo, se produjo porque intent� usurpar la autoridad soberana reservada s�lo para Dios. Que los dirigentes religiosos queden advertidos de esto. Usted puede caer en el mismo lazo que el diablo.

a. Jesucristo: La Autoridad Soberana En La Iglesia. Al escribir a la iglesia de �feso, el Ap�stol Pablo nos dice que Jes�s es el �nico que tiene la posici�n de autoridad soberana en la Iglesia.

"…no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Se�or Jesucristo… os d� sabidur�a alumbrando los ojos de vuestro entendimiento para que sep�is QUIEN ES CRISTO… y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos… la cual oper� en Cristo resucit�ndole de los muertos y sent�ndole a Su diestra en los lugares celestiales, sobre TODO principado y autoridad y poder y se�or�o… Y someti� TODAS las cosas bajo sus pies y LO dio [a �l SOLAMENTE] POR CABEZA SOBRE TODAS LAS COSAS A LA IGLESIA…" (Ef 1:16-22).

El Se�or Jesucristo es el �nico que sostiene la posici�n de soberan�a sobre el cristiano. Es el �nico que est� en el trono sobre todos los principados y autoridades.

Ha sido exaltado, "sobre todo…se�or�o, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino tambi�n en el venidero… y someti� todas las cosas bajo sus pies… Y LO DIO POR CABEZA SOBRE TODAS LAS COSAS A LA IGLESIA, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo" (Ef 1:21-23).

Esta posici�n de autoridad soberana pertenece a la Trinidad, y todo lo que se refiere a la gobernaci�n de la Iglesia, est� reservada para nuestro Se�or Jes�s solamente.

El Cap�tulo Uno de Hebreos tambi�n nos ense�a que Jesucristo est� en el lugar singular de ser la �nica Cabeza soberana de la Iglesia.

"Dios en estos postreros d�as nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy� heredero [propietario legal] de todo… al Hijo [Jes�s] dice [El Padre], Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo…

Dios, te ungi� con �leo de alegr�a MAS QUE a tus compa�eros" (He 1:1-9).

Esto coloca a Jes�s sobre toda persona en la Iglesia. Esto significa simplemente que ninguno, sea cual sea su posici�n o t�tulo, puede presumir o levantarse a una posici�n igual a la autoridad de nuestro Se�or. Jes�s sostiene esta posici�n preeminente.

Fue exaltado sobre los �ngeles, sobre todo trono por los siglos de los siglos. Se le dio el lugar de la soberan�a en esta era y en la venidera.

b. Cuidado De Aquellos Que "Toman el Lugar De Cristo". Cualquier persona o cualquier iglesia que intenta igualar o poner en vez de Cristo a un oficio eclesi�stico, est� formando parte del esp�ritu del anticristo.

El t�rmino "anticristo", como se utiliza en el Nuevo Testamento, no solo significa "contra Cristo", sino tambi�n "en lugar de Cristo". (Griego = anti; significa en vez de, en lugar de. Denota sustituci�n).

Cualquier grupo religioso que intenta colocar a alguien en el "lugar de Cristo", est� usurpando Su posici�n.

Por ejemplo, cualquier grupo religioso, como la Iglesia Cat�lica, que reconozca a alguien "en el lugar de Cristo" usurpa el lugar de Cristo.

En la teolog�a Cat�lica, el Papa es "el Vicario de Cristo en la tierra". "Vicario" significa "sustituir: en lugar de".

Esta es una teolog�a peligrosa especialmente porque la Ex-C�tedra Papal (del trono papal), es considerada infalible (sin posibilidad de error) por los l�deres de la iglesia Cat�lica.

Esto es lo que Jes�s nos advirti� que suceder�a. Nos dijo: "Muchos vendr�n EN MI NOMBRE [gente que profesa ser cristiana] diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos enga�ar�n" (Mt 24:5).

En Apocalipsis 19, el Esp�ritu Santo subraya muy claramente que Jesucristo sostiene un lugar �nico en el prop�sito de Dios. En el vers�culo 16, es descrito como aqu�l que tiene escrito en Su t�nica las palabras: "REY DE REYES Y SE��R DE SE�ORES".

Sobre todo rey, �l es Rey de reyes. Sobre todo se�or, �l es Se�or de se�ores. A �l solo se le ha dado el lugar de la autoridad soberana absoluta. No hay ninguna autoridad en la Iglesia a la que un cristiano deba dar obediencia indudable, mas que a la de nuestro Se�or Jesucristo.

Debe hacerse notar que muchas iglesias sostienen que tienen autoridad soberana para sus potentados y dirigentes. Hacer esto, es contrario a la Biblia, como mostraremos con m�s detalle en los �ltimos cap�tulos.

2. La Autoridad Veraz
La palabra "veraz, veracidad", significa "verdad" o aquello que es siempre verdadero por encima de cualquier sombra de duda.

Por ejemplo, cuando usted estuvo en la escuela se le ense�� la simple verdad de que dos m�s dos son cuatro. Su maestro hablaba con autoridad veraz sobre ese punto.

Ese es un hecho sobre el que no se debe discutir ni defender, puesto que es una verdad simple. Es una afirmaci�n irrefutable de un hecho matem�tico.

Como en el ejemplo anterior, todo lo que es verdad tiene autoridad por el hecho de que es verdad. Pablo el Ap�stol reconoce esto.

"Porque nada podemos contra la verdad…" (2 Co 13:8). La verdad tiene autoridad.

a. La Verdad Tiene Autoridad. "Para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2 Ts 2:12).

1) Dios El Padre Habla A La Verdad "Dios no es hombre, para que mienta… El dijo, �y no har�?; habl�, �y no ejecutar�?" (Nm 23:19).

"No olvidar� mi pacto, ni mudar� lo que ha salido de mis labios… Una vez he jurado por mi santidad, que no mentir�…" (Sal 89:34,35).

2) Dios El Hijo (Jes�s) Habla A La Verdad. "Jes�s le dice: Yo soy el camino, y la verdad…" (Jn 14:6). (Vea tambi�n Marcos 12:14 y Juan 1:17).

"…mas el que es incr�dulo al hijo, no ver� la vida, sino que la ira de Dios est� sobre �l" (Jn 3:36).

3) Dios Esp�ritu Santo Expresa Verdad. Las Escrituras asignan esta cualidad a Dios, Esp�ritu Santo. En Juan 15:26 dice: "…el Esp�ritu de verdad el cual procede del Padre, �l dar� testimonio acerca de m�". En 1 Juan 5:6 tambi�n leemos: "…Y el Esp�ritu es el que da testimonio, porque el Esp�ritu es la verdad". As� que, el Esp�ritu Santo viene a ser la expresi�n de la autoridad veraz en la Santa Trinidad.

b. La Biblia Tiene Autoridad. Las Escrituras fueron dadas por Dios el Padre, Hijo y Esp�ritu Santo como expresi�n de Verdad, por lo tanto, toman el lugar de autoridad veraz. Esta autoridad esta activa en las vidas de hombres, aun si ellos no la reconocen.

Tenemos la Palabra de Dios expresada no s�lo en la Persona de Jes�s (el Verbo encarnado), sino tambi�n en la Palabra expresada en la Biblia (la Palabra escrita).

1) Inspirada Por El Esp�ritu Santo. La Biblia fue escrita como resultado del Esp�ritu de Dios sobre el hombre. El Esp�ritu inspir� divinamente sus pensamientos y palabras. David describi� este fen�meno con estas palabras: "El esp�ritu de Jehov� ha hablado por m�, y su palabra ha sido en mi lengua" (2 S 23:2).

Dios inspir� sus palabras "…los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Esp�ritu Santo" (2 P 1:21). Estos hombres mantuvieron un r�cord de la palabra de Dios para nosotros.

Lo que �l inspir� a trav�s de los hombres, se convirti� en una expresi�n de nuestro Se�or en la autoridad de la escritura. "Toda la escritura es inspirada por Dios [griego = teopneustos, significa inspirada divinamente]…" (2 Ti 3:16).

En consecuencia, cuando miramos a la obra del Esp�ritu Santo en relaci�n a la verdad de Dios que vino a traer a los hombres, sabemos que El inspir�, a trav�s de hombres, lo que llamamos las Escrituras (la Biblia).

Dios nos ha dado un libro inspirado por el Esp�ritu Santo llamado la Biblia, y de �ste, �l dice: "…tu ley es la verdad… todos tus mandamientos son verdad" (Sal 119:142-151).

La Biblia ocupa el lugar de la autoridad VERAZ para el cristiano (y para toda la humanidad). El creyente tiene que juzgar y determinar lo que es correcto de acuerdo a lo que la Biblia diga.

2) Tres Principios De La Autoridad De Las Escrituras. Siendo que vivimos en una era en que los hombres han atacado las Escrituras, tanto desde el interior como desde el exterior de la Iglesia, necesitamos reafirmar lo que los antiguos concilios de la Iglesia establecieron.

Hace centenares de a�os, los dirigentes de la Iglesia se reunieron para tratar ciertos problemas que estaban perturbando la fe y la pr�ctica de los creyentes. La "Confesi�n de Westminster" que result� de esa asamblea, nos provee tres afirmaciones que sirven como gu�a para los dirigentes eclesiales en la comprensi�n de la AUTORIDAD VERAZ de las Escrituras. �stas son las siguientes:

a) "Nada contrario a la Escritura puede ser verdad."

b) "Nada que sea agregado a la Escritura puede ser obligatorio."

c) "Todo creyente es responsable ante Dios de escudri�ar las Escrituras para ver si lo que dicen los dirigentes de la Iglesia es verdad."

3) Creyentes De Berea Son Elogiados. La Confesi�n de Westminster se basa en Hechos 17:10,11:

"Inmediatamente los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los jud�os. Y �stos [los de Berea] eran m�s nobles que los que estaban en Tesal�nica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudri�ando cada d�a las Escrituras para ver si estas cosas eran as�".

Los Ap�stoles Pablo y Silas llevaron el mensaje de Cristo a los jud�os en Berea (que en aquellos d�as ten�an s�lo las Escrituras del Antiguo Testamento). Elogiaron a los de Berea por dos cosas:

a) Porque reconocieron que la autoridad de la Escritura era mayor que la de los dirigentes de la Iglesia (los Ap�stoles).

b) Porque escudri�aron diariamente las Escrituras para ver si lo que los dirigentes de la Iglesia (Pablo y Silas) estaban diciendo, ten�a veracidad (era verdad).

Los de Berea no estaban desafiando a los Ap�stoles en una actitud de rebeli�n, sino que deseaban asegurarse de que lo ense�ado estaba de acuerdo con la Biblia.

Fueron alabados por el Esp�ritu Santo porque tuvieron la sabidur�a suficiente para reconocer que Dios nos ha dado un libro por el cual cada hombre y su ense�anza deben ser juzgados, no importa si es un ap�stol o un �ngel del cielo.

Si "…un �ngel del cielo os anunciase otro evangelio diferente al que os hemos anunciado, sea anatema" (Ga 1:8).

Aun si un volc�n hace erupci�n en medio de una cruzada de evangelizaci�n acompa�ado de fuego y humo, trompetas y el sonido de coros angelicales... si lo que es ense�ado en ese contexto contradice las escrituras, es inv�lido.

4) La Autoridad Final. Dios habl� a trav�s de Isa�as: "�A la ley y el testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido" (Is 8:20).

Dios nos est� diciendo a trav�s de Isa�as que la Biblia tiene que ser la autoridad final para la fe y pr�ctica. Ni los obradores de milagros, dirigentes eclesiales y ni a�n los �ngeles tienen una autoridad igual a la de las Escrituras.

Este principio de que la Biblia es la autoridad final de la fe y pr�ctica, fue establecido hace casi 4,000 a�os, cuando Dios otorg� el Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia) a un hombre llamado Josu�: el sucesor de Mois�s.

Dios le dijo: "Nunca se apartar� de tu boca este libro de la ley, sino que de d�a y de noche meditar�s en �l, para que guardes y hagas conforme a lo que en �l est� escrito…" (Jos 1:8).

Dios dijo a Josu�: "Si quieres tener �xito y prosperar, toma este libro y L�ELO, y vive de acuerdo a lo que leas".

Todav�a ese es el mandato de Dios para los que desean prosperar. Toma la Biblia, vive seg�n sus principios y juzga todas las cosas de acuerdo a �stos.

La Biblia es una AUTORIDAD VERAZ. Es una autoridad m�s alta que cualquier oficio en la Iglesia. Est� sobre todo oficial de la Iglesia, sea ap�stol, papa, profeta, cardenal, evangelista, obispo, pastor, sacerdote, maestro o di�cono.

La Iglesia Cat�lico-Romana reconoce la autoridad veraz de las Escrituras, porque ni el mismo papa puede ense�ar una doctrina contraria a la de la Biblia.

David dijo: "Has engrandecido [el Se�or] tu palabra sobre todas las cosas" (Sal 138:2). �Medite en esto! Dios le ha dado a Cristo un nombre sobre todo nombre (Fil 2:9), pero �l ha exaltado Su Palabra aun por sobre Su nombre. Esto coloca a la Biblia por sobre toda autoridad humana, sea religiosa, pol�tica o militar.

Todo creyente est� obligado a escudri�ar las Escrituras para ver si lo que los dirigentes de la Iglesia ense�an est� de acuerdo con lo que �stas ense�an. Nunca debemos creer o practicar alguna cosa que sea contraria a las Escrituras: la Palabra de Dios.

En ning�n lugar de la Biblia o ense�anzas de los Padres de la Iglesia, encontramos evidencias de l�deres de la iglesia (o ning�n ser humano) que hablaron con autoridad veraz. Este es un nivel superior a la autoridad humana.

3. La Autoridad De La Conciencia.
El tercer nivel de autoridad que la Biblia nos ense�a es la autoridad de la CONCIENCIA.

Algunos han argumentado que no es posible saber lo que es bueno y separarlo de lo que est� mal. Sin embargo, cualquiera que tenga una capacidad mental normal, distingue lo que est� bien de lo que est� mal, cualquiera. �C�mo es eso posible?

Todos sabemos lo que NO queremos que otra gente nos haga. No queremos que se aprovechen suciamente de nosotros. No queremos que nadie nos perjudique. No queremos que nadie irrumpa en nuestros hogares y se lleve nuestros bienes. No queremos ser asesinados, ni que nuestra esposa o hija sean violadas o que nuestros hijos cometan fornicaci�n o adulterio.

As� que, todos nosotros sabemos distinguir el bien del mal, aun cuando no tengamos una Biblia que nos lo indique. Sabemos lo que no queremos que nos haga la gente; y tambi�n lo que no debemos hacer a los dem�s.

�ste es el principio sobre el cual los Diez Mandamientos de la Biblia est�n basados. Lo �nico que Dios nos pide es que no hagamos mal o cosas que vayan a perjudicar a nuestro pr�jimo y a nosotros mismos. Por consiguiente, cuando vivimos nuestras vidas seg�n los Diez Mandamientos, estamos preservando la vida: la nuestra y la de los otros.

De esta manera es preservado el derecho de cada uno a la vida, la paz y la b�squeda de la felicidad.
Ahora bien, el saber lo que no deseamos que nos haga otra gente y el saber lo que no deber�amos hacerles, es lo que la Biblia llama CONCIENCIA.

a. Los Ap�stoles Ense�an Sobre La Conciencia.
1) No La Viole. El Ap�stol Pablo estableci� la autoridad de la conciencia en sus escritos. Un ejemplo: En los Tiempos b�blicos hab�a muchas convicciones religiosas sobre ciertas clases de comidas. �l nos previene que seamos cuidadosos al comer algo que pueda violar la conciencia de:

a) Otros, "De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pec�is" (1 Co 8:12).

b) Nuestra, "No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias: mas malo es el que come con esc�ndalo [una conciencia culpable]" (Ro 14:20). "Mas el que hace diferencia, si comiere es condenado, porque no comi� por fe; y todo lo que no es de fe, es pecado" (Ro 14:23).

2) Los Paganos Ser�n Juzgados Por Ella. En el Nuevo Testamento, la conciencia tiene una tremenda autoridad. Muchas veces me han preguntado: "Hermano Ralph, �qu� va a suceder con los paganos que nunca han o�do el Evangelio?"

El Ap�stol Pablo contest� esta pregunta cuando dijo: "Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley tambi�n perecer�n… porque cuando los Gentiles [los paganos o no creyentes] que no tienen ley, �stos aunque no tengan ley, son ley para s� mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, DANDO TESTIMONIO SU CONCIENCIA, y acus�ndoles o defendi�ndoles sus razonamientos… En el d�a en que Dios juzgar� por Jesucristo los secretos de los hombres conforme a mi evangelio" (Ro 2:12; 14-16).

Dios va a juzgar al pagano seg�n �l responda a su conciencia. La conciencia es la ley de Dios escrita en el coraz�n y en la mente.

Aun cuando un hombre no tenga la Biblia, tiene su conciencia. Dios le juzgar� por la forma en que obedezca a su conciencia, la cual, es el sustituto de la ley (los Diez Mandamientos) para el pagano.

Recuerde que a la vista de Dios, la conciencia tiene una autoridad tremenda; de ah� que tengamos que obedecerla.

3) Debemos Someternos. El Ap�stol Pablo se ocup� de muchas cuestiones de conciencia tales como: lo que comemos o bebemos, o el d�a en que adoramos al Se�or.

�l declar�: "Uno hace diferencia entre d�a y d�a, otro juzga iguales todos los d�as. Cada uno est� plenamente convencido en su propia mente [conciencia].

"El que hace caso del d�a, lo hace para el Se�or, y el que no hace caso del d�a para el Se�or no lo hace" (Ro 14:5, 6).

�C�mo responde la persona a su conciencia? Para algunos, la observancia de un cierto d�a es muy importante. Por ejemplo, en Israel, los musulmanes observan el viernes, los jud�os ortodoxos el s�bado y los cristianos observan el domingo.

Violar su d�a sagrado, violar�a su conciencia. No estoy sugiriendo que usted debe observar cualquier d�a especial, estoy repitiendo lo que Pablo dijo: "Lo que tu conciencia te dicte, es lo que tienes que hacer".

Pablo sigue diciendo: "As� que, ya no nos juzguemos mas los unos a los otros, sino mas bien, decidid no poner tropiezo u ocasi�n de caer al hermano" (Ro 14:13).

Tambi�n para ser sensible a la conciencia del otro, Pablo nos recuerda que tenemos que ser sensibles a nuestras conciencias: "No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias, pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come [una conciencia culpable]" (Ro 14:20).

Si usted tiene una convicci�n de que debe abstenerse de ciertos alimentos y viola esa convicci�n, y por lo tanto su conciencia, Pablo dice que esto es da�ino (malo) para usted. Si es contra su conciencia comer cerdo y usted lo come, est� mal, y de esa manera rechaza la autoridad de su conciencia.

El Ap�stol Pablo hace claro que cada uno de nosotros dar� cuenta de s� mismo a Dios. La manera en que hemos respondido a nuestra propia conciencia, determinar� nuestra recompensa y/o nuestro juicio. El violar nuestra conciencia, se convierte en un pecado para nosotros.

Pablo nos ense�a a someternos a la autoridad de nuestra propia conciencia, aunque �sta no nos deje hacer lo que otros pueden sin que sus conciencias los molesten.

4) Cada Uno Es Responsable. Tambi�n nos ense�a a no imponer nuestros escr�pulos sobre otros o a considerar que son menos espirituales que nosotros porque disfrutan de ciertas libertades que pueden ir en contra de nuestras convicciones personales.

Hay casos en que la autoridad de la conciencia no ha sido respetada por los dirigentes de la Iglesia. Algunos han ense�ado, por ejemplo, que una esposa deber�a someterse a su esposo aunque se le pida algo que viole su conciencia.

�Eso es err�neo! Dios hace a cada uno de nosotros responsable de sus actos, ya sea hombre o mujer.

Safira fue responsable por su complicidad mintiendo al Esp�ritu Santo. "Y Pedro le dijo: �Por qu� os concertast�is para tentar al Esp�ritu del Se�or? He aqu� a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido y te sacar�n" (Hch 5:9). Safira muri� en condenaci�n porque estuvo de acuerdo con su esposo.

4. Resumen
La Autoridad Soberana de Dios, la Autoridad Veraz de las Escrituras y la Autoridad de nuestra Conciencia son m�s altas que la de cualquier hombre, sea cual sea su oficio o t�tulo.

Nadie sobre la faz de la tierra tiene un derecho dado por Dios que le ordene a desobedecer su conciencia, su Biblia o a su Dios. Estos est�n sobre cualquier oficio o autoridad humana, sea la Iglesia, el estado o cualquier otra.

La conciencia est� sujeta a la Escritura y la Escritura procede de Dios. Por lo tanto, nosotros vamos a estar sujetos a las autoridades mayores aun cuando est�n en conflicto con la autoridad que �l confiere a los hombres.


.::1er Trimestre - .::SECCI�N A