Cap�tulo 5
Familia E Iglesia
(OFRECIMIENTO DE LOS QUE EST�N CERCA Y DE NUESTROS SERES QUERIDOS)

"En la tierra de Uz viv�a un hombre de nombre Job. Era un buen hombre que tem�a a Dios y evitaba el mal. Ten�a una gran familia de siete hijos y tres hijas… Sus hijos disfrutaban celebrando las fiestas de cumplea�os de los otros…

Despu�s Job llamaba a sus hijos para santificarlos o purificarlos delante del Se�or. Hac�a esto levant�ndose temprano por la ma�ana y quemando una ofrenda por cada uno de ellos. Porque Job dec�a: Quiz�s mis hijos han pecado y se han apartado de Dios en sus corazones. �sta era la pr�ctica regular de Job" (Job 1:1-5).

Hemos hablado acerca de ofrecerse uno mismo, su coraz�n y su d�a al Se�or. Ahora deseamos hablar acerca de ofrecer nuestros seres amados al Se�or: nuestros familiares m�s �ntimos.

Estoy pensando en la gente que est� dentro de nuestro "c�rculo de contacto". Estos incluyen nuestras familias, amigos, hermanos y hermanas en Cristo.

De las diferentes �reas de oraci�n en nuestro bosquejo, �sta es la que personalmente me conmueve m�s. Tengo sentimientos muy tiernos y amorosos hacia aquellos que est�n cerca de mi coraz�n. S� que a usted le pasa lo mismo.

Tenemos que orar por nuestros seres �ntimos, aquellos que nos rodean, por la familia cercana, llam�ndoles a cada uno por su nombre cada d�a. Esto es lo que hizo Job. Era pr�ctica suya llevar delante de Dios en oraci�n a sus hijos. Sent�a una profunda preocupaci�n por la relaci�n que ellos pudieran tener con Dios.

Usted tambi�n deber�a tener esa preocupaci�n por sus seres amados, incluyendo a sus abuelos, padres, esposa, hijos y nietos, si tiene a tales miembros como parte de su familia.

Aun cuando usted est� totalmente solo en este mundo, siempre hay un peque�o c�rculo de personas cuyas vidas le sean cercanas. Puede que no sean parientes de sangre, pero piense en ellos como su "familia" de amigos. Ah� empezamos. N�mbrelos en oraci�n cada d�a.

Me gustar�a compartir dos cosas personales con usted sobre la oraci�n familiar.

1. Las Oraciones De Mi Pap�
La primera tiene que ver con mi pap�. Yo siempre he llamado a mi padre "Papi", y creo que siempre lo har�. �l muri� en 1979, pero tengo recuerdos maravillosos de su vida.

El d�a de acci�n de gracias ha sido siempre uno muy especial para nuestra familia. Mi esposa Anna y yo, usualmente tenemos a todos en casa para comer. Ponemos mesas adicionales que corren desde el comedor hasta la sala. Todo el lugar se llena con familia y amigos, y es un tiempo aut�ntico de alegr�a confraternidad y acci�n de gracias.

Mi pap� siempre se sentaba en un extremo de la mesa y yo en el otro. Entonces todos cont�bamos algo sobre las amorosas cosas que Dios hab�a hecho por nosotros durante el reciente a�o.

Ninguno de nosotros sab�a que 1979 iba a ser la �ltima cena de Acci�n de Gracias que tendr�amos con pap�. Comparti� con nosotros lo agradecido que estaba de que todos sus hijos estuvi�ramos sirviendo al Se�or y que nuestras familias funcionaran bien. Fue un tiempo conmovedor y todos nos emocionamos hasta llorar.

Entonces pap� dijo algo que nunca olvidar�: "Oro por todos vosotros hijos, siete veces al d�a". Yo sab�a que mi padre oraba. Era un hombre bueno y piadoso. Pero nunca supe que oraba siete veces al d�a.

No creo que quisiera decir que se pon�a de rodillas cada vez para orar, sino que ten�a su rutina de oraci�n firmemente fijada en su mente. Creo que s� algunas de las cosas que dir�a porque le he o�do orar por nosotros en voz alta muchas veces.

No s� cu�ndo empez� sus oraciones diarias por nuestra familia. Recibi� a Jes�s cuando yo ten�a a�o y medio. Estoy seguro que or� por m� desde entonces, pero en los a�os finales de su vida oraba por m� siete veces al d�a.

Hay una raz�n por la cual nuestra Iglesia ha sido tan ricamente bendecida por esta comuni�n en Cristo. Es esta: Mi mam� y mi pap� eran gente de oraci�n y nosotros estamos cosechando los beneficios de su fidelidad. Que esto nos sirva de ejemplo a todos.

Oren por sus hijos todo el tiempo. Ellos no podr�an recibir una herencia mejor.

2. Oraciones Por Mi Familia
La segunda cosa que quiero compartir con ustedes es la manera en que oro por mi familia. Empiezo orando por mi esposa: " Se�or, te pido que bendigas a mi Se�ora Anna." (Yo siempre le llamo as� cuando oro al Se�or), entonces, digo algunas cosas con las que yo s� que ella se enfrenta durante el d�a. No me toma mucho tiempo, pero oro por ella fielmente cada d�a.

Creo que la oraci�n es una de las razones por las que ha sido tan bendecido nuestro matrimonio de treinta a�os. No quiero dar a entender que nunca hayamos tenido problemas o tiempos dif�ciles. Los hemos tenido. Pero hemos aprendido a crecer en el Se�or a trav�s de tiempos as�. El divorcio nunca ha entrado en nuestras mentes ni siquiera una sola vez durante todos estos a�os. La oraci�n diaria fortalece la relaci�n matrimonial delante de Dios de una manera hermosa y poderosa. Ore por su c�nyuge.

Despu�s oro por nuestra hija mayor y su esposo; me quiere much�simo. Ella y su esposo est�n en la obra pastoral. La vi hace dos semanas. Abri� su coraz�n y comparti� conmigo algunas de las cosas duras por las que estaban atravesando. Entonces se ech� sobre m�, me abraz� y llor� un poco.

Me encant� poder orar por ella. He estado orando por ella m�s tiempo que por cualquiera de los otros hijos, pues ella es la mayor. Ama profundamente al Se�or, a su esposo y a sus hijos. Me es muy querida, como lo es toda su familia, y oro por ellos mucho, cada d�a, llam�ndoles por su nombre.

Son una familia encantadora y estoy muy orgulloso como padre. Sin embargo, cosas buenas como esas no suceden por accidente. Dios obra seg�n la fidelidad de la oraci�n de nuestros padres.

El Se�or ha guiado a uno de mis hijos a la ense�anza. La educaci�n de los j�venes es un llamamiento divino y nuestras escuelas son campos misioneros por derecho propio. El se casar� pronto y tambi�n oro por �l y su prometida cada d�a.

Nuestro otro hijo y su esposa, est�n prepar�ndose para el ministerio. Incluso ahora su deseo es ayudar a una peque�a iglesia que casi desapareci� por falta de liderazgo. Admiro su celo y fe y los apoyo gustosamente con mi amor y oraciones.

Nuestro cuarto hijo Christy, es una joven de diecis�is a�os. Una vez a la semana damos un paseo y me cuenta sus intereses y problemas en la escuela. Aunque es baja de estatura, est� corriendo pista y campo este a�o. No establecer� ning�n record, pero lo har� lo mejor que pueda y el entrenamiento y la disciplina son buenos para ella. Una cosa es segura, tiene un pap� que ora diariamente por sus necesidades personales y por sus actividades escolares.

Despu�s, oro por mi madre y mi abuela y otros en nuestra familia que est�n muy dentro de mi coraz�n.

Qu� gran privilegio y responsabilidad tenemos de orar por nuestros seres amados a quienes Dios ha colocado dentro de nuestros c�rculos familiares.

B. ORANDO POR SU FAMILIA M�S LEJANA
"No te escondas de tu propia carne" (Is 58:7).

Yo no comprend� lo que este vers�culo significaba cuando el Se�or lo puso por primera vez en mi coraz�n hace unos quince a�os. Simplemente me dijo que todo el cap�tulo cincuenta y ocho de Isa�as iba a hacerse vivo en mi futuro ministerio para �l.

Llegu� a comprender que "vuestra propia carne" significa nuestros parientes de sangre m�s all� de nuestra familia inmediata. Es un c�rculo mucho mayor. Para m� incluye a las dos hermanas vivas de mi padre y a sus hijos, mis primos. No hab�a estado orando por ellos. Ni siquiera pensaba en ellos. S�lo recientemente se han convertido en parte de mi c�rculo de oraci�n.

Mi esposa, Anna, es una hija de una familia de nueve hijos. A trav�s de ella tengo m�s de veinticinco sobrinas y sobrinos. No conozco siquiera los nombres de muchos de ellos. Nunca fueron parte de mis oraciones. Para m� estaba claro que me hab�a casado con Anna y no con su familia. Me alegraba verlos de vez en cuando, pero aparte de eso me sent�a feliz de que me dejaran tranquilo. No quiero decir que no me agradaran, sino que simplemente no deseaba ser molestado por ellos. Nuestra relaci�n era cort�s, pero fr�a y distante.

En los primeros a�os de nuestro matrimonio, Dios comenz� a tratar conmigo en relaci�n con mis actitudes hacia mi familia m�s lejana. Yo no ten�a que "esconderme de mi propia carne".

El amor asumir�a dulcemente la mayor responsabilidad con la oraci�n familiar que llega con el matrimonio. El Se�or cambi� mi coraz�n y ahora no solo me estoy aprendiendo los nombres de mis sobrinas y sobrinos, sino que tambi�n estoy orando por ellos.

Ahora bien, yo no puedo orar por ellos cada d�a como lo hago por mi familia inmediata, pero lo hago semanalmente. De esta manera no me canso ni me aburro con una carga que el Se�or no me haya dado. No conozco los detalles de sus necesidades; as� que, no siempre me es posible orar por sus necesidades espec�ficas.

Sin embargo, puedo llevarlos delante del trono de Dios por sus nombres. De esa manera el Esp�ritu Santo puede orar, a trav�s de mi persona, a su favor. Si alguno necesita una oraci�n especial y urgente, yo soy sensible y estoy dispuesto a tomar esa carga a medida que el Esp�ritu me dirige.

Por consiguiente, mi vida de oraci�n puede mantenerse fresca y viva, y es una fuerza poderosa para nuestro c�rculo familiar m�s amplio.

C. RECUERDE LA FAMILIA DEL PADRE
"Inclino mi rodilla delante del Padre del cual toma nombre toda la familia de los cielos y la tierra" (Ef 3:14, 15).

La familia del Padre es la Iglesia. �C�mo oramos por la Iglesia? En primer lugar, oramos por las personas que constituyen la congregaci�n de la Iglesia.

Esto es diferente a lo que es orar por sus "programas" o actividades. Estos, son importantes y debemos apoyarlos con nuestras oraciones. Pero sin nuestra gente no tendr�amos tales programas. As� que, como puede ver, es muy importante orar por la familia de la Iglesia.

Tambi�n, animo a nuestra gente a que cada vez que ellos bendigan sus alimentos, digan: "Y bendice, Se�or, a nuestra iglesia". Esta no es una oraci�n ego�sta. Es s�lo decir que somos parte de una familia y que juntos deseamos la bendici�n de Dios.

Sabemos que cuando bendecimos a otros, ellos tambi�n nos bendicen. Todos estamos buscando el favor y la bendici�n de Dios para que podamos servirle mejor.

Hay otra manera de orar por la familia del Padre. �sta, implica nuestro "c�rculo de contacto" dentro de la congregaci�n. Estoy hablando sobre aquellos con los que entramos en contacto a trav�s de nuestra vida en la iglesia. Puede ser gente del grupo de casa o con quienes trabajamos en alguna otra funci�n de la iglesia.

Deseo compartir con ustedes lo que aprend� de uno de los ancianos de la Iglesia. Estuvo en un c�rculo de oraci�n d�nde cada persona comparti� su necesidad.

Se sinti� tan conmovido por el Se�or acerca de una necesidad que alguien hab�a compartido, que le dijo a la persona: "Voy a orar por usted todos los d�as de esta semana", y lo hizo. Dios contest� su oraci�n y se gan� una gran victoria, y ha orado de la misma manera por muchas personas desde ese d�a.

Es siempre muy importante sostenernos los unos a los otros con nuestro amor y oraciones. En verdad, este es el significado de "recordar a la familia del Padre".

D. INCLUYA A LOS SOLTEROS
"Un padre para los sin padre, un defensor de las viudas, es Dios en Su morada santa. El dispone a los solos, los solitarios, en familias…" (Sal 68:5,6).

Vivimos en un mundo muy solo. Es posible sentirse completamente aislado, aun en medio de una gran multitud. Algunos de ustedes saben exactamente de lo que estoy hablando, siendo que la emoci�n b�sica de su vida es la soledad.

Hay gente sola alrededor de nosotros. Algunos de ellos pueden ser nuestros vecinos de la puerta de al lado. Al parecer ellos se sienten muy bien, pero en sus corazones se sienten no-queridos, no-necesitados y no-amados.

Hay personas en este mundo que nunca han tenido a alguien que interceda por ellas en oraci�n.

Podr�a usted imaginarse lo que ser�a vivir toda su vida y nunca haber tenido a alguien que lleve su nombre en oraci�n ante el trono de Dios. Horrible, �verdad? Yo siempre tuve a mi padre que or� por m�, pero s� de muchos que no. Nunca recuerdan que alguien haya orado por ellos.

Si esto se aplica a su persona, entonces Dios desea ocuparse de usted de dos maneras. Primero, desea que sepa lo que realmente es sentirse amado, tratado con cari�o y llevado en oraci�n ante el Se�or del cielo por la familia cristiana. Despu�s, �l desea darle un ministerio especial en oraci�n por las muchas personas solas y abandonadas que �l pondr� en su camino.

De hecho, Dios desea que todos nosotros vigilemos a aquellos que �l desea que adoptemos en oraci�n. Todos nosotros conocemos personas en nuestra vecindad, iglesia, escuela o trabajo que son solteras, viudas o viven solas.

A veces pueden tener la apariencia de ser un poco extra�as o diferentes. No parecen ser aceptadas bien por la gente a su alrededor. Por esa raz�n, son dejadas solas o empujadas a un lado. Puede que quieran relacionarse con los dem�s y ser aceptados cordialmente, pero no saben como entablar tales relaciones o responder con gracia en la sociedad.

Necesitan alguien que los ame y los apoye. Esto puede significar que Dios desea que usted se convierta en un amigo especial de esas personas. Por consiguiente, podr�a adoptar a una persona solitaria y sola, y qui�n sabe si usted sea el instrumento que �l use para llevarla a formar parte de Su gran familia, a trav�s de sus oraciones.

Puedo decirle lo que podr�a suceder a continuaci�n. Encontrar� que empieza a amar y a tener cuidado de �l o de ella en su coraz�n como lo hace el Se�or. Dios pondr� en su coraz�n el amor que �l tiene por esa persona. Y el amor desea alcanzar y tocar a la gente que est� sola y dolida.

Esto se vio claramente en la vida de Jes�s cuando estaba en la tierra. Ahora, a trav�s de la gracia y el poder de Su Esp�ritu, nuestras manos pueden llegar a ser Sus manos. Nos convertimos en la familia en la cual el Padre coloca a Sus "solos".


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