Cap�tulo 7
Pa�ses Y Naciones Extranjeras
(OFRECIMIENTO DEL MUNDO)

A. INTERCESI�N POR LAS NACIONES
"Pedid y os dar� las naciones por herencia [derecho de nacimiento] y las partes m�s lejanas de la tierra como posesi�n tuya" (Sal 2:8).

El Se�or nos ha dado una gran promesa en este pasaje. Nos ha prometido las naciones.

Recientemente compr� un Atlas del Mundo, encontr� que era de gran ayuda para mi intercesi�n por las naciones. Funciona de la siguiente manera. Sigo una gr�fica de oraci�n semanal para mis oraciones diarias, por lo tanto, estoy haciendo lo mismo por las naciones del mundo.

En un d�a en particular orar� por Alemania."Se�or, hoy quiero orar por Alemania". �C�mo ora usted por Alemania? Nuestras oraciones son por las necesidades de Alemania hoy.

Cuando miro el mapa de Alemania veo una nota que me recuerda que hay unos 80 millones de personas entre la Alemania Oriental y Occidental. Ese pensamiento me golpea fuertemente. Pero el Se�or ha dicho en Su Palabra: "Pedid y os dar� las naciones...". Una promesa de tal �ndole est� casi m�s all� de mi comprensi�n pero elijo creerlo.

Despu�s, comenc� a orar por las multitudes en Alemania. Veo muchos lugares (regiones) en mi mapa como los siguientes: Baja Sajonia, Wurtenburg, Baviera, Westfalia. Estas son regiones.

Cuando examino las diferentes regiones, veo nombres de varias villas y ciudades: Stutgardt, Frankfort, Munich, Berl�n, Colonia, Hanover, Brunswick, Hamburgo. Cuando pongo mis manos en el mapa y oro, algo empieza a suceder en m�. Les suceder� tambi�n a ustedes. Alemania se convierte en algo m�s que s�lo un nombre; es un lugar real con gente real y problemas reales. Y siento que Dios tiene un prop�sito para ese lugar y ese pueblo.

- "�Cu�nto tiempo emplea en oraci�n?" - Preguntar�a usted. No mucho tiempo. Quiz�s un par de minutos. Entonces digo algo como esto: "Se�or, oro por la gente que vive en Hamburgo. En el nombre de Jes�s te pido que env�es el Esp�ritu de Gracia y salvaci�n sobre ellos. Se�or, te ruego ahora por la regi�n entera de Westfalia".

�Por qu� lo hago de esa manera? Porque de esa manera evito orar de forma vaga y general por Alemania. Empiezo a identificarme realmente con la gente y sus necesidades. El Esp�ritu Santo pone Su pasi�n por ellos en mi coraz�n y yo soy movido a interceder en su favor. Estoy ahora orando con significado y poder, y no s�lo recitando una lista de nombres.

Si no s� nada de las necesidades, entonces oro con mi don de lenguas. El Esp�ritu sabe las necesidades e intercede a trav�s de m�.

No es necesario abarcar una gran lista cada d�a. Podr�a orar solamente por una naci�n o por parte de una naci�n, pero se recibe una gran sensaci�n de plenitud al hacerlo.

B. INTERCESI�N POR NUESTROS MISIONEROS
"Doy gracias a mi Dios cada vez que os recuerdo en todas mis oraciones por vosotros; estoy lleno de alegr�a…" (Fil 1:3-6).

El misionero Pablo escrib�a a los creyentes de Filipos. Al ganarlos para Cristo el sufri� golpizas y encarcelamientos (Hechos 16). �l los amaba y oraba continuamente por ellos.

Esto es lo que Pablo estaba haciendo desde su prisi�n en Roma cuando escribi� a la iglesia en Filipos. Estaba alcanzando a los que eran una extensi�n de su propia vida. Se mantuvo en contacto con ellos y los apoy� con su amor y oraciones. Sus vidas fecundas y llenas de frutos fueron una fuente de gran alegr�a para �l.

Pero Pablo tambi�n contaba con las oraciones de las iglesias. "Cooperando tambi�n vosotros orando por nosotros…" (2 Co 1:11). Este patr�n b�blico es uno que deber�amos seguir.

Tenemos que orar fielmente por nuestros misioneros: nuestros "enviados". Oro, por nombre, por cada uno de los misioneros que hemos enviado a establecer iglesias. Empec� en la costa este y or� a trav�s de la naci�n por cada pastor, su familia y las iglesias que ellos pastorean.

De la misma manera tenemos que orar por nuestros misioneros. Ellos dependen de nuestras oraciones para que todo lo que Dios tiene como prop�sito para sus vidas y ministerio, pueda ser gozosamente completado en Cristo Jes�s.

C. LA GUERRA ESPIRITUAL PARA LA EVANGELIZACI�N
"Orad en el esp�ritu en todos los tiempos y de todas las maneras. Estad siempre alertas e interceded siempre por todos los santos en todas partes. Orad tambi�n por m� para que yo pueda proclamar libre y valientemente las verdades escondidas del evangelio" (Ef 6:18,19).

Pablo nos dice en el cap�tulo sexto de Efesios que tomemos nuestras armas y armaduras para la guerra espiritual, y despu�s, orar para que las puertas sean abiertas para el ministerio.

Vaya contra los poderes y fuerzas de la oscuridad que est�n operando en el mundo. Al igual que Pablo era sostenido por la intercesi�n de compa�eros creyentes, nosotros tenemos que orar por los hombres que son llamados por Dios para proclamar Su Evangelio.

Los milagros de la gracia de Dios no vienen s�lo porque un evangelista aparece en escena. Cualquier verdadero hombre o mujer de Dios, sabe que los avivamientos reales nacen de la oraci�n e intercesi�n.

Jes�s llama a Sat�n "el hombre fuerte".

"Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podr� saquear su casa" (Mr 3:27).

Antes de que veamos el surgimiento de las victorias aqu� en la tierra, tiene que haber una batalla ganada en el �mbito celestial.

Sat�n es el Pr�ncipe de la potestad del aire y el hombre fuerte que tiene que ser atado antes de que su dominio terrenal pueda ser roto. Esa es la raz�n por la que Pablo concluye sus palabras sobre la guerra espiritual con un ruego de oraci�n intercesora. �Acaso podr�amos nosotros conformarnos con algo menor?

D. INTERCESI�N POR LOS DIRIGENTES NACIONALES Y POR LA PAZ
"Primero Que nada, os urjo para que hag�is s�plicas, oraciones, intercesi�n y acci�n de gracias por todos. Especialmente orad por los reyes y todos los otros que est�n en autoridad de manera que podamos vivir vidas pac�ficas y tranquilas en toda piedad y santidad" (1 Ti 2:1, 2).

Necesitamos orar en forma responsable por nuestros l�deres nacionales. "…as� est� el coraz�n del rey en la mano de Jehov�; a todo lo que quiere lo inclina" (Pr 21:1).

No tenemos que ser t�midos ni temerosos, sino orar valientemente por los que ocupan posiciones de autoridad. Dios cambiar� sus corazones hacia Su voluntad, cuando oremos.

E. CONCLUSI�N
Recuerde, la intercesi�n no es s�lo para un grupo peque�o de personas s�per espirituales o santurronas. Hay, ciertamente, algunos que han recibido un llamado especial para la oraci�n intercesora, pero el privilegio es para todos.

Aun aquellos a quienes reconocemos como guerreros y veteranos de la oraci�n, tuvieron que empezar en alguna parte. Hay una primera vez para todo y la mayor�a de nosotros estamos mucho m�s all� de esa primera vez. Amados, sigan orando.

Algunos dir�an: "Bien, empec� y despu�s perd� un par de d�as y me siento derrotado". Si yo fuera el diablo, intentar�a hacer que ustedes se sintieran derrotados tambi�n. Har�a algo para apartarlos de seguir con su vida de oraci�n.

Dios no tiene una pizarra grande donde sumar y restar los d�as que ha empleado en la oraci�n. Si eso fuera as�, algunos de nosotros estar�amos tan atrasados que nunca podr�amos ponernos al d�a.

Su Padre celestial est� esperando que vengan a �l tal y como son. Si ustedes tienen fracasos que confesar, h�ganlo y reciban Su perd�n. Despu�s, contin�en con su vida de oraci�n. Esta es la manera en que hay que responder a Su ministerio de gracia.

Jes�s dijo que si "seguimos pidiendo", recibiremos (Lc 11:10, Biblia Amplificada). Parece estar diciendo que nuestras oraciones son agregadas o sumadas; por lo tanto, debemos seguir orando.

Es bueno saber que cuando estamos orando en el Esp�ritu y en fe, Dios escucha nuestras oraciones a pesar de la manera en que nos sintamos. La oraci�n trae resultados; mucha oraci�n trae muchos resultados.

Algunos problemas y cuestiones pueden aparentar ser mayores que nuestras oraciones. Puede que sea cierto, pero no son mayores que Aqu�l al que oramos. Sigan creciendo y orando, sigan orando y creciendo. Dios va a tener Su ej�rcito de guerreros de oraci�n, y �usted puede ser uno de ellos!

�EMPIECE AHORA Y DIOS LE BENDECIR�!


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