Cap�tulo 3
Poder en La Oraci�n Por Medio De Orar En El Esp�ritu

Introducci�n

"…pues qu� hemos de pedir como conviene, no lo sabemos…" (Ro 8:26). Tan extra�o como aparenta ser, el poder en la oraci�n es �nicamente para los que son suficientemente humildes para reconocer que no saben c�mo orar.

El Esp�ritu Santo est� buscando personas como esas, a fin de revestirlas de poder en la oraci�n.

"…el Esp�ritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qu� hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Esp�ritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Ro 8:26).

�nicamente cuando tenemos la capacitaci�n del Esp�ritu Santo en la oraci�n, es que podemos obedecer el mandato dado por Pablo a los santos de Efeso: "Orando en todo tiempo con toda oraci�n y s�plica en el Esp�ritu…" (Ef 6:18).

�Qu� significa "orar en el Esp�ritu"? �Por qu� es diferente esa oraci�n de las dem�s formas de oraci�n? Deseo explicar la diferencia en este cap�tulo.

A. DIVERSAS FORMAS DE ORACI�N
Existen muchas maneras a trav�s de las cuales podemos allegarnos al Se�or en oraci�n. Todas son importantes y tienen su lugar en la Iglesia y en nuestro caminar con Dios.

1. La Oraci�n Contemplativa
Algunas �rdenes religiosas han dado toda su vida a la oraci�n. Son devotos a conocer de Dios y se relacionan a su voluntad a trav�s de meditaci�n, pensamientos contemplativos y oraci�n.

Su preocupaci�n por el mundo es b�sicamente producida por la "intercesi�n": oraci�n a favor de los dem�s. �sta es una forma de oraci�n muy notable e importante. Sin embargo, los envueltos en esa clase de oraci�n raras veces aprenden a "orar en el Esp�ritu".

2. Libros De Oraci�n
Muchos leen sus oraciones de "libros". Tenemos un libro de oraci�n en la Biblia; se llama el Libro de los Salmos. Cuando tales oraciones son le�das con un coraz�n que realmente busca agradar a Dios, el Esp�ritu Santo puede producir la vida de la Palabra Viviente en la Palabra Escrita.

3. Oraciones Dirigidas
Otros repiten "las oraciones dirigidas". La mayor�a de nosotros hemos tenido la ayuda de alguien para dirigirnos en nuestra primera oraci�n. Los ni�os son ense�ados a orar por sus padres. A menudo guiamos a las personas a decir "la oraci�n del pecador".

Recientemente presenci� un evento agradable y humor�stico relacionado con la "oraci�n dirigida" en una iglesia. Al final del servicio, un joven le pregunt� a un visitante si deseaba recibir a Cristo como su Salvador.

- "No, creo que no estoy listo para hacer tal decisi�n", fue la respuesta del visitante. El joven le pregunt�: "�Sabr�a usted qu� orar cuando est� listo?"

- "No, creo que no lo sabr�a" - fue la respuesta honesta del visitante. - "�Querr�a saberlo?" - "�S�! Creo que querr�a."

El joven continu� diciendo: "Esta es la oraci�n que deber� orar. Rep�tala despu�s de m�". Luego dirigi� al visitante en una "oraci�n dirigida" simple de arrepentimiento. Le dijo qu� deber�a orar para invitar a Jes�s a entrar a su coraz�n como Se�or y Salvador.

A medida que el visitante repet�a la oraci�n, l�grimas comenzaron a descender de sus ojos. Su rostro fue iluminado de gozo. El Esp�ritu Santo derriti� su resistencia y Cristo vino a morar a su coraz�n, �as� fue como naci� de nuevo!

S�, Dios honra toda clase de oraci�n si somos sinceros y lo hacemos con fe. Sin embargo, tan maravilloso como pueda ser esto, no es como "orar en el Esp�ritu".

4. Lista De Oraciones
Otra forma de oraci�n es la que algunos llaman la t�cnica de la "lista de oraciones". Algunos de nosotros tenemos una lista de necesidades y deseos que llevamos ante Dios en oraci�n. Las escribimos con el fin de no olvidarnos de seguir orando hasta que recibamos la respuesta de Dios.

La lista podr�a incluir peticiones de oraci�n por nuestras familias, amigos, nuestra iglesia, el pastor, etc. Cuando nuestros motivos son correctos, esto tambi�n es una forma de oraci�n que resulta en bendici�n.

De hecho, Santiago 4:2 nos dice que algunas veces "…no ten�is lo que dese�is, porque no ped�s".

Un ejemplo de esto aparece en la historia del "hijo pr�digo" (Lc 15:11-31). El hermano menor hab�a pedido y recibido su herencia (su parte de la fortuna de la familia). En rebeli�n, se fue lejos de su padre y hermano mayor a vivir una vida dada completamente al pecado.

Muchos meses despu�s, se arrepinti� y regres� al hogar. Hab�a desperdiciado su herencia; no ten�a un hogar donde vivir, ni dinero para comprarse el pan de cada d�a. Su padre lo recibi� con gran gozo de vuelta a su hogar, le perdon� y le hizo una gran fiesta para celebrar el retorno de su hijo pr�digo.

El hermano mayor se quej� ante su padre: "...y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos". El padre le respondi�: "Hijo, t� siempre est�s conmigo, y todas mis cosas son tuyas". �l pod�a hacer una fiesta cuando quisiera.

El hermano mayor no hab�a pedido nada, y esa era la raz�n de no haber recibido. Es evidente que hab�a estado viviendo por debajo de sus privilegios. Si hubiera querido m�s, todo lo que ten�a que hacer era pedir. Ese era su derecho como hijo primog�nito.

B. EL ABUSO DE LA ORACI�N Y LOS DONES ESPIRITUALES
Existen dos errores que podemos cometer en la oraci�n. El primero es olvidar pedir. El segundo es m�s serio: El pedir con ego�smo, es decir, cuando pedimos algo que es contrario a la voluntad de Dios.

Santiago habla acerca de estos dos problemas. "Codici�is, y no ten�is; mat�is y ard�is de envidia, y no pod�is alcanzar; combat�s y luch�is, pero no ten�is lo que dese�is, porque no ped�s [conforme a la voluntad de Dios]. Ped�s y no recib�s, porque ped�s mal, para gastar en vuestros deleites" (Stg 4:2,3).

1. Orando Con Codicia
La palabra "codicia" es muy fuerte en el lenguaje griego del Nuevo Testamento. Significa cualquier deseo excesivo de parte del hombre. Usualmente, es malo en su naturaleza. Pablo se refiere a esa palabra en sus cartas de amonestaci�n y consejos a Timoteo:

• "…caen en tentaci�n y lazo, y en muchas codicias necias y da�osas…" (1 Ti 6:9).
• "Huye tambi�n de las pasiones juveniles…" (2 Ti 2:22).
• "arrastradas por diversas concupiscencias" (2 Ti 3:6).

Codicia, es desear algo con ardor o vehemencia. Est� relacionado con la "envidia" o deseos ego�stas y "avaricia", que es desear lo que pertenece a otros.

Esto se expresa a s� mismo de muchas maneras: la codicia por posiciones prominentes, por el poder, por el dinero y los placeres inmorales.

Si usamos las oraciones para recibir cosas que satisfagan nuestros deleites, podr�amos correr el riesgo de caer en un gran peligro espiritual. De seguro que perderemos la confianza de Dios debido a la inmoralidad de nuestros motivos. La realidad es que hemos orado impulsados por un esp�ritu de codicia y avaricia.

Algunos han sido ense�ados que la oraci�n es un medio de conseguir cualquier cosa que queramos de parte de Dios. Si usted ha sido ense�ado de esa manera, tal vez ni siquiera ha comprendido que est� orando impropiamente. La oraci�n no es para adquirir todas las cosas materiales que deseemos. �stas, son principalmente para descubrir lo que Dios desea.

Nuestras energ�as y oraciones deben ser enfocadas para "buscar primeramente el reino de Dios y su justicia..." (Mt 6:33).

Dios conoce las cosas que necesitamos y promete suplirlas si procuramos primero el Reino de Dios y Su justicia. Si buscamos las "cosas materiales" m�s bien que el Reino de Dios, nos estaremos moviendo hacia la direcci�n que desagrada a Dios y que ser� espiritualmente peligrosa para nosotros.

2. Orando Impropiamente
Uno de los juicios mayores o terribles que Dios puede enviar sobre nosotros, es concedernos lo que ego�stamente insistimos que nos d� en oraci�n. Si nuestras oraciones emergen del motivo err�neo, puede que �l retenga la respuesta por un tiempo. Ahora, si seguimos insistiendo que nos otorgue lo que es impropio en oraci�n, puede que nos lo conceda, sin embargo, con tal respuesta viene el juicio.

El Salmo 106:15 dice lo siguiente acerca de los hijos de Israel: "Y �l les dio lo que pidieron; mas envi� mortandad sobre ellos".

Los israelitas se cansaron de la dieta diaria del man� (pan del Cielo). As� que, le pidieron a Dios que le enviara "carne" que comer. "…Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad" (Sal 106:14).

Finalmente Dios les concedi� lo que le pidieron, pero con la respuesta les envi� una plaga de muerte sobre sus cuerpos. El orar impropiamente o para satisfacer las pasiones [deseos] de la carne, ciertamente puede resultar en algo tr�gico para nuestras vidas.

3. Los Motivos Y Actitudes Equivocadas
Podemos hacer mal uso o abusar de los dones de Dios. La historia del Profeta Balaam es un buen ejemplo del abuso de un don espiritual (Nm 22-24).

Balaam ten�a un Don genuino de Profec�a. Sus profec�as son las m�s elocuentes en toda la Biblia. Ninguna de ellas dej� de cumplirse. El problema de Balaam no radicaba en su don o ministerio, sino m�s bien en sus motivos. �l us� su don para ganar fama y fortuna para s� mismo.

El Rey Balac le prometi� oro y gloria si profetizaba para �l y maldec�a al pueblo de Dios. Le pidi� a Dios si pod�a ir al Rey Balac. "Entonces Dios dijo a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es" (Nm 22:12).

Al principio, Balaam obedeci� a Dios y no fue. Pero el Rey Balac le prometi� riquezas y prestigio, y Balaam continu� insistiendo ante Dios que le diera permiso para ir a verlo.

Finalmente, Dios permiti� a Balaam hacer su voluntad, pero coloc� un �ngel con una espada en la senda para matar a Balaam. El no pod�a ver el �ngel, pero su asno s� lo vio claramente. La codicia carnal de Balaam por fama y fortuna, hab�a cegado su visi�n prof�tica. Su fiel asno fue quien le salv� la vida en ese tiempo.

La Biblia nos dice las razones de Dios para enga�ar a Sus sirvientes desobedientes. "Por esto Dios le env�a un poder enga�oso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Ts 2:11, 12).

Los motivos y actitudes de Balaam fueron malos. Estuvo dispuesto a maldecir el pueblo de Dios para ganar fama y fortuna personal. �l se complaci� en "el placer e injusticia". Por lo tanto, Dios le envi� un terrible esp�ritu de error o enga�o. Iba por el camino errado sin saberlo. Sus motivos y acciones injustas lo cegaron de tal manera, que no pudo ver la espada que el �ngel iba a usar para matarlo.

El resultado final de la historia fue tr�gico y lamentable, tanto para Balaam como para Israel. Balaam muri� por su pecado (Nm 31:8).

Seamos pues como Jes�s: "…Padre… pasa de m� esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lc 22:42).

C. EL ESP�RITU SANTO NOS AYUDA A ORAR
Pablo nos llama y anima a "orar en el Esp�ritu". Como veremos, esta es una manera segura de evitar las oraciones impropias o desagradables a Dios. Pablo desarrolla este pensamiento en Romanos. �l, Explica cuidadosamente c�mo el Esp�ritu Santo puede ayudarnos a medida que nos rendimos a �ste cuando oramos:

"Y de igual manera el Esp�ritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qu� hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Esp�ritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudri�a los corazones sabe cu�l es la intenci�n del Esp�ritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (Ro 8:26, 27).

Los l�deres de la Iglesia afrontan constantemente circunstancias y problemas en los que realmente no saben c�mo orar o qu� pedir en oraci�n.

Algunas veces los problemas son tan grandes y las vidas de las personas est�n tan atadas, que no sabemos de qu� manera podemos ayudarlas.

Tambi�n hay muchas clases de problemas: Estos requieren el envolvimiento de personas, decisiones, lugares, finanzas, salud y necesidades espirituales.

Muy a menudo, podemos ver que las vidas de las personas son como redes que se han enredado de tal manera, que parecen una envoltura o l�o grande. No sabemos d�nde comenzar para tratar de desenredarlas. Queremos hacer lo correcto, de la manera correcta, con la gente correcta, en los lugares correctos y por las razones correctas. Pero �d�nde comenzamos?

�Qu� consuelo es entender que el Esp�ritu Santo nos conoce mejor que nosotros mismos! �l sabe quienes somos, donde estamos y como estamos. �l tambi�n conoce la voluntad y respuesta del Padre para cada necesidad. Su sabidur�a y poder, sustituyen nuestra falta de sabidur�a. El Esp�ritu Santo sustituye nuestras debilidades y deficiencias en la oraci�n. Y m�s que eso, est� presto para poner las palabras que oramos en nuestros labios seg�n la voluntad de Dios. �C�mo sucede eso? Eso sucede cuando "oramos en el Esp�ritu".

1. Orando En El Esp�ritu
La frase anterior, es usada en el Nuevo Testamento, para describir una clase de oraci�n que sobrepasa las limitaciones de nuestro intelecto y conocimientos.

En Judas 20, somos animados a "edific�ndoos sobre vuestra sant�sima fe, orando en el Esp�ritu Santo".

En Efesios 6:18, Pablo nos dice que entremos a la guerra contra los principados y poderes "…orando en todo tiempo con toda oraci�n y s�plica en el Esp�ritu".

a. El Don De Lenguas Dado Para Orar. Pablo explica c�mo orar en el Esp�ritu en 1 Corintios 14:14: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi esp�ritu ora…". Uno de los usos principales del Don de Lenguas es "orar en el Esp�ritu".

"Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios…" (1 Co 14:2).

El usar el Don de Lenguas en oraci�n, es uno de los beneficios benditos de ser bautizados con el Esp�ritu Santo.

b. El Esp�ritu Santo Nos Capacita. Cuando nos rendimos a la acci�n del Esp�ritu Santo sobre nosotros, comenzamos a "orar en el Esp�ritu". Pablo nos ense�a que tres cosas importantes toman lugar cuando oramos en el Esp�ritu (Ro 26, 27):

1) El Esp�ritu Santo nos habilita para orar las oraciones de Dios.

2) El Esp�ritu Santo nos capacita para sentir los sentimientos de Dios.

3) El Esp�ritu Santo nos capacita para pensar los pensamientos de Dios.

c. Tenemos Que Rendirnos Al Esp�ritu.
1) Orando Las Oraciones De Dios.
En el a�o 1968, est�bamos envueltos en un d�a de ayuno y oraci�n. Una anciana profeta de nombre Ruth Banks formaba parte del equipo de oraci�n que estaba dirigiendo.

Para mi asombro, cuando ella colocaba las manos sobre la cabeza de alguien y comenzaba a orar, parec�a conocer todo acerca de la persona. Oraba por los detalles �ntimos de su vida que nadie sab�a, excepto esa persona por la cual oraba (y el Esp�ritu Santo).

Las personas por quienes oraba irrump�an en sollozos de agradecimiento, y las oraciones de Ruth Bank ven�an directamente del cielo. Sab�an que estaba "orando en el Esp�ritu". Ella se rend�a a la acci�n del Esp�ritu sobre su vida y oraba las oraciones de Dios.

Esas personas eran animadas al saber que Dios conoc�a todos sus problemas. �l las amaba lo suficiente como para usar a uno de sus sirvientes para orar por la mayor�a de las necesidades desesperadas en sus vidas. La Biblia nos dice que eso es lo que debe suceder cuando permitimos que el Esp�ritu Santo obre a trav�s de nosotros. "Lo oculto de su coraz�n se hace manifiesto; y as�, postr�ndose sobre el rostro, adorar� a Dios, declarando que verdaderamente Dios est� entre vosotros" (1 Co 14:25).

Le ped� a Dios ese mismo d�a: "Amado Dios, ay�dame a orar como Ruth Banks ora". Me alegro en reportar que en los a�os que han pasado desde entonces, el Se�or ha contestado esa oraci�n. He aprendido a rendirme a la acci�n del Esp�ritu en mi vida.

�l har� lo mismo por usted si emplea tiempo diariamente ante Su presencia, esperando en �l. Usted puede orar las oraciones de Dios a medida que aprende a usar los Dones de Lenguas, Interpretaci�n de Lenguas y el Don de Profec�a en oraci�n.

2) Sintiendo Los Sentimientos De Dios. En Romanos 8:26 Pablo nos dice que el Esp�ritu Santo hace intercesi�n por nosotros "con gemidos indecibles". La acci�n del Esp�ritu sobre nosotros, en oraci�n, puede traer una agon�a que es semejante a los dolores de parto que una mujer experimenta cuando da a luz un ni�o. El Esp�ritu nos constri�e a orar con gemidos y quejidos tan intensos, que no es posible describirlos con palabras. Es una oraci�n que emerge directamente de nuestros corazones y va directamente al coraz�n de Dios.

Las Escrituras nos dicen que hubo ocasiones en las que Jes�s or� al Padre de esa misma manera.

"…en los d�as de su carne, ofreciendo ruegos y s�plicas con gran clamor y l�grimas al que le pod�a librar de la muerte, fue o�do a causa de su temor reverente" (He 5:7).

En el a�o 1960, el Se�or me dirigi� hacia la naci�n de Jap�n. Vino sobre m� una direcci�n sobrenatural y, en ese viaje misionero, ocurr�an milagros tras milagros. Fue en Jap�n que tuve una de las experiencias m�s profundas en mi vida. Me encontr� como el Profeta Jerem�as en los tiempos del antiguo Testamento, llorando casi continuamente por los habitantes japoneses. L�grimas llenaban mis ojos a medida que los sentimientos del amor y tristeza de Dios saturaban mi coraz�n.

Dios ama a los japoneses tanto como a cualquier otra naci�n, y �l me estaba constri�endo a sentir Su amor por ellos. Pero el coraz�n de Dios estaba muy triste, debido a que Jap�n no hab�a correspondido a Su amor, por el contrario, le hab�a rechazado al no aceptar el evangelio. Tambi�n estaba muy triste por la arrogancia e idolatr�a de �stos.
Durante semanas, de d�a y de noche (en privado y a menudo en p�blico) incontrolables sollozos emerg�an de mi coraz�n como una inundaci�n. Trataba de buscar alg�n lugar privado para llorar las l�grimas de Dios, pero algunas veces era imposible. Cuando me suced�a esto en p�blico, me avergonzaba, pero sab�a que Dios me estaba usando en oraci�n para romper las ataduras espirituales de las tinieblas que cubr�an a los habitantes de Jap�n. Me enter� m�s tarde que muchos otros predicadores tuvieron la misma experiencia en Jap�n.

Si nos rendimos a la acci�n del Esp�ritu en oraci�n, sentiremos los sentimientos de Dios, y �Oh, qu� diferencia puede hacer tal cosa! Entonces, no juzgar�amos a las personas tan �speramente, ya que, entenderemos el amor y los sentimientos de Dios por ellas. Entonces, podremos ayudarlas porque el AMOR NUNCA FALLA. �STE SIEMPRE GANA.

3) Pensando Los Pensamientos De Dios. En Romanos 8:27, Pablo nos ense�a lo siguiente: "…el que escudri�a los corazones sabe cual es la intenci�n del Esp�ritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos".

Podemos evitar orar impropiamente por medio de orar en el Esp�ritu. Oraremos conforme a la voluntad de Dios. Nuestro ministerio hacia los dem�s, ser� una bendici�n porque revelar� la voluntad de Dios. Ese, es un prop�sito importante para orar en el Esp�ritu. Dios, a menudo revela Su voluntad a trav�s de la oraci�n a medida que ministramos a otros. Deseo compartir algunos ejemplos con usted.

Durante las reuniones con nuestros compa�eros en el ministerio, separamos un d�a para ayunar y orar. Luego, asignamos l�deres para supervisar los equipos de oraci�n, compuestos de cinco o seis santos capacitados espiritualmente. Todo el d�a es dedicado a orar por las personas que tienen necesidades. Ellas, vienen al equipo en parejas casadas o individualmente si son solteras.

Muchas veces, Dios revela detalles acerca de las personas por quienes oramos. Eso es lo que quiero dar a entender con el tema de: "Pensando los Pensamientos de Dios". Estas percepciones otorgadas por el Esp�ritu, nos capacitan para ayudar a los que necesitan arrepentirse y dejar de hacer cosas que puedan estar contribuyendo a los problemas que afrontan.

Adem�s, recibimos percepciones del Se�or a fin de poder orar por ellas de manera m�s espec�fica. Todo el equipo de oraci�n mantiene sus mentes y corazones sometidos a la voluntad del Esp�ritu Santo, a fin de percibir Sus pensamientos y direcci�n divina.

Cada miembro puede recibir una parte de la voluntad de Dios para la persona que ha venido a recibir la oraci�n. A medida que la revelaci�n viene de esa manera, mediante el Esp�ritu Santo, los miembros del equipo comparten los pensamientos que ellos creen que proceden de Su inspiraci�n. De esa manera, otros pueden "examinar" o verificar la autenticidad de lo que est� siendo compartido.

Nosotros no somos "infalibles" (exentos de errores) cuando nos movemos en los "Dones" [capacitaciones divinas] del Esp�ritu Santo. Hay sabidur�a y seguridad en la percepci�n de una "palabra del Se�or" confirmada o correspondida entre el grupo de oraci�n. Cuando cada miembro del equipo est� en armon�a o reciprocidad mental respecto a algo, se tiene la seguridad de que poseemos la mente de Cristo. Luego, continuamos en oraci�n siguiendo ese mismo principio de revelaci�n divina.

Este m�todo sigue el patr�n b�blico: "Por boca de dos o tres testigos se decidir� todo asunto" (2 Co 13:1). "Asimismo, los profetas dos o tres, y los dem�s juzguen" (1 Co 14:29).

De esa manera, la voluntad de Dios y Su Palabra se revelan a medida que el equipo espera en el Se�or y en cada uno por los pensamientos del Esp�ritu (mente, voluntad).

a) Tres Ejemplos:
1> Un Esp�ritu De Enfermedad.
Un ejemplo de c�mo el Esp�ritu Santo nos ayuda en nuestras oraciones, tom� lugar en esta reuni�n. Una dama vino para recibir oraci�n relativa a un problema f�sico. Ten�a un ministerio poderoso en la "oraci�n intercesora", orando contra el diablo y sus fuerzas del mal en beneficio de otras personas. Esa es la "guerra espiritual" de la cual hablamos anteriormente en otros art�culos.

Mientras or�bamos por ella, Dios nos mostr� que su problema f�sico ten�a una causa espiritual. Cuando ella oraba contra los poderes de las tinieblas, hab�a sido herida por el enemigo de un golpe que afectaba su cuerpo f�sico. Un poder del mal era la causa, m�s bien que una causa natural o f�sica. Ella desconoc�a esto y hab�a buscado la ayuda de los doctores en medicina.

Confrontamos al diablo y sus fuerzas del mal a trav�s del poder de la oraci�n y la autoridad de la Palabra de Dios. Mientras or�bamos en lenguas por ella, un tono muy militante acompa�� nuestras oraciones. Comprendimos que est�bamos batallando contra un esp�ritu de enfermedad que la ataba. Ordenamos al esp�ritu que la dejara libre en el poderoso Nombre de Jes�s, y fue liberada al momento.

Recibimos liberaci�n de los pensamientos (percepciones), mente y voluntad de Dios, a trav�s de la oraci�n en el Esp�ritu Santo. �l nos movi� a orar las oraciones de Dios, a sentir Sus sentimientos y a pensar Sus pensamientos.

2> Dejarlo En Manos Del Se�or. Est�bamos orando por otra dama al fin del d�a, que ten�a un problema dif�cil. Ten�a un esposo y tres hijos adolescentes que requer�an de la mayor parte de su tiempo y atenci�n. Adem�s, se hab�a tra�do a su padre de 96 a�os de edad para cuidarlo en su hogar.

Debido a su avanzada edad, era como un ni�o que necesitaba usar pa�ales [sabanillas] para retener los desperdicios de su cuerpo. Estaba demasiado d�bil para estar de pie o caminar, as� que, su hija ten�a que emplear en �l veinticuatro horas de cuidado diariamente.

Estaba al umbral de un colapso f�sico y emocional total por la falta de sue�o y descanso. �Qu� deber�a hacer?

La Biblia dice: "Honra a tu padre y a tu madre, como Jehov� tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus d�as, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehov� tu Dios te da" (Dt 5:16).
Ella quer�a obedecer la Biblia, pero el tratar de honrar a su padre le estaba conduciendo a su propia destrucci�n o muerte.

Para entonces dije: "Oremos en lenguas por unos cuantos minutos para ver si el Esp�ritu Santo responde a nuestra oraci�n". Mientras el equipo oraba, el Se�or imparti� algo (me hizo pensar los pensamientos de Dios). Sent� que el Esp�ritu Santo me revel� lo siguiente:

El Se�or hab�a venido para llevarse al padre de esa dama al Cielo. Cuando estaba por morir, ella se tiraba de rodillas junto a su cama y reprend�a la muerte, ordenando en oraci�n que viviera. El Se�or me dijo: "Debido a que ella ha tomado la responsabilidad de su padre, yo respeto la custodia que ejerce sobre su vida. Cuando ella reprende la muerte y ordena que su padre viva, yo me retiro y dejo que siga viviendo".

Me sorprend� ante tal percepci�n. Ten�a que compartirla con la dama para ver si esa revelaci�n estaba sucediendo en la realidad. Ello, verificar�a si tal percepci�n ven�a de mis propios pensamientos o de la mente del esp�ritu. Ella confirm� que su padre hab�a estado al borde de la muerte en varias ocasiones. Que hab�a orado como fue descrito arriba.

Luego, la orientamos amorosamente como sigue. V�yase a su casa y hable acerca de esto con su esposo e hijos. Decidan si pueden dejarlo en manos del Se�or. Estar� m�s feliz en el Cielo que aqu�; exon�relo de su cuerpo de noventa y seis a�os para que el Se�or se lo lleve. De seguro que �l no permitir� que tenga un quebrantamiento nervioso.

Ella hizo lo que le aconsejamos. La familia or� esta oraci�n: "Se�or, si t� quieres llevarte a mi padre al cielo, lo entregamos en tus manos y a tu divino cuidado". Unas cuantas noches m�s tarde, Jes�s vino y se lo llev� al cielo. De esa manera el problema fue resuelto.

Nunca habr�a pensado en tales cosas en mil a�os. Pero el Esp�ritu Santo ten�a una simple "Palabra de sabidur�a y de Conocimiento" para que nosotros la di�ramos a la mujer cuando oramos en otras lenguas (en el Esp�ritu).

3> Un Negocio En Fracaso. Recuerdo otro caso en el cual un hombre quer�a que yo orara por �l a fin de que Dios salvara su negocio que estaba fracasando, y para que le prosperara financieramente.

Yo le respond�: "Orar� en el Esp�ritu y le pedir� a Dios que responda a esta oraci�n haciendo que piense Sus pensamientos y sienta Sus sensaciones".

Despu�s de orar en lenguas, or� la interpretaci�n:

"Se�or, t� has tra�do este problema sobre este hermano porque �l no te ha obedecido. T� trajiste la prosperidad y bendici�n sobre �l, pero no pag� sus diezmos ni dio dinero para sostener tu obra seg�n lo prometi�. Toma todo su dinero y permite que su negocio fracase completamente hasta que se arrepienta y aprenda a obedecerte. �AM�N!"

El hombre estaba enojado conmigo, pero Dios el Padre contest� la oraci�n que el Esp�ritu Santo or� a trav�s de mis labios. Esto, trajo al hombre al arrepentimiento. Varios a�os m�s tarde, regres� a expresarme las gracias. Ahora estaba siendo prosperado y bendecido porque hab�a comenzado a obedecer a Dios.

D. CONCLUSI�N
La oraci�n, es el derecho y responsabilidad de todo cristiano lleno del Esp�ritu. Es la manera en que Dios hace Su voluntad aqu� sobre la tierra as� tambi�n como en el cielo. Por tanto, oremos en todo tiempo y de todas las maneras por el pueblo de Dios en todo el mundo.


Oraci�n
Padre nuestro que est�s en los Cielos, oramos por todos los que lean esta oraci�n. Te pedimos que derrames tu Esp�ritu sobre los lectores ahora mismo, a fin de que puedan comenzar a "orar en el Esp�ritu". Dales que oren en lenguas. Dales que reciban la interpretaci�n de lo que oran en otras lenguas. Haz que sean poderosos en la oraci�n. Que puedan orar tus oraciones, sentir tus sensaciones y pensar tus pensamientos. Te pedimos esto en el nombre de Jes�s, creyendo que t� lo har�s as�. �AM�N!


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