En el 18vo a�o de su reinado (20-19 a.C.), Herodes comenz� la obra de reconstrucci�n del templo jud�o en Jerusal�n. El edificio principal fue construido en a�o y medio por sacerdotes.

Pero la obra del complejo completo de los patios o cortes y edificios no se complet� hasta que Albino vino a ocupar el puesto como procurador (62-64 d.C.). Esta obra concluy� una d�cada antes de que el Templo fuera totalmente destruido por los ej�rcitos de Tito en el a�o 70 d.C., conforme hab�a sido profetizado por Jesucristo (Lc 19:41-44).

b. Muri� Poco Despu�s Del Nacimiento De Jes�s. La muerte de Herodes subsigui� r�pidamente al nacimiento del Mes�as (Jes�s), quien retar�a el derecho de Herodes al t�tulo de Rey de los jud�os, la cual, nadie llor�; el per�odo entre el Antiguo y Nuevo Testamento llega a su fin y nos movemos hacia el per�odo del Nuevo.

H. DESCRIPCI�N DE LAS SECTAS JUD�AS
Los fariseos, saduceos, herodianos y zelotes, los cuales juegan un papel muy importante en los registros del evangelio, tienen su origen durante los dos siglos antes del nacimiento de Cristo.

Ellos representan diferentes reacciones a los continuos choques entre el helenismo y la vida religiosa jud�a. Aunque la lucha macabea hab�a resuelto el problema pol�tico de las relaciones entre los seleucidas sirios y Judea, forz� sobre el juda�smo la necesidad de determinar sus propias relaciones con el mundo exterior.

1. Los Fariseos: Legalistas
El partido que primero llev� el nombre de fariseo es mencionado por primera vez durante el reino de Juan Hircano (134-104 a.C.) y es evidente que aun entonces exist�a antagonismo entre el fariseo "ortodoxo" y el saduceo de mente m�s receptiva.

El t�rmino fariseo significa "separado". El nombre tal vez significaba, al principio, alguien que se hab�a separado a s� mismo de la influencia corrupta del helenismo en su celo por la Ley b�blica.

El historiador Josefo, dice que los fariseos "aparentan ser m�s religiosos que los dem�s, y es evidente que interpretaban las leyes con m�s correcci�n".

Los fariseos eran exigentes en la observaci�n de las leyes con relaci�n a la pureza ceremonial. Por esa raz�n no pod�an comprar art�culos de alimentaci�n o bebidas de un "pecador", por temor a la contaminaci�n ceremonial.

Un fariseo tampoco pod�a comer en casa de un pecador, aunque pod�a invitarlo a comer a su propia casa. Bajo tales circunstancias, el fariseo proveer�a ropas al pecador, ya que sus vestiduras podr�an estar contaminadas (o estar ceremonialmente impuras).

Con el sincero deseo de hacer que la Ley fuera obrada dentro de una cultura cambiante del mundo Greco-Romano, los fariseos desarrollaron sistemas de tradici�n que buscaron la manera de aplicar la Ley a una variedad de circunstancias.

a. Dos Escuelas Legales De Pensamiento. Durante el primer siglo antes de Cristo, dos maestros de influencia farisaica dieron sus nombres a dos escuelas legales del pensamiento (filosof�a).

1) Hillel: era el m�s moderado de los dos, teniendo siempre en mente a los pobres y dispuesto a aceptar el r�gimen romano como uno compatible con la ortodoxia jud�a.

2) Shammai: por el contrario, era m�s estricto en su interpretaci�n y se opon�a amargamente a Roma. Su punto de vista encontr� finalmente expresi�n en la secta de los Zelotes, cuya resistencia a los romanos trajo como resultado la destrucci�n de Jerusal�n en el a�o 70 d.C.

El Talmud preserva el registro de 316 controversias entre las escuelas de Hillel y Shammai.

b. La Tradici�n Vino A Ser Ley. La tradici�n, en el pensamiento farisaico, comenz� como un comentario sobre la ley, pero al final ya estaba al nivel de la misma Ley.

Para justificar esa ense�anza, se sostuvo que "la ley oral" fue dada por Dios a Mois�s en la Monta�a Sina� en conjunci�n con la "ley escrita" o Tora.

Lo m�ximo en este desarrollo es alcanzado cuando el Mishna declara que la ley oral deber� ser observada con mayor severidad que la ley escrita, ya que, la ley reglamentaria (la tradici�n oral) afecta la vida del hombre com�n m�s �ntimamente que la ley constitucional m�s antigua (la escritura del Tora).

En adici�n a la acusaci�n de que el farise�smo envolv�a un poco m�s que el inter�s por las trivialidades de la Ley, el Nuevo Testamento afirma que la tradici�n hab�a descuidado extensamente el prop�sito real de la Ley (Mt 15:3).

As� como sucede en muchos movimientos meritorios, la piedad de tiempos primitivos en aqu�llos que se hab�an separado a s� mismos de la impureza a gran precio, fue trocada por una actitud de arrogancia en la observaci�n de preceptos legales.

Hombres tales como Nicodemo, Jos� de Arimatea, Gamaliel y Saulo de Tarso (despu�s de su conversi�n a Cristo, vino a ser Pablo el ap�stol), representan algunas de las almas nobles de la tradici�n farisaica en el Nuevo Testamento.

Para Saulo, el fariseo representaba el ep�tome de la ortodoxia: "...la m�s rigurosa secta de nuestra religi�n" (Hch 26:5).

El farise�smo comenz� bien, y su perversi�n es una constante amonestaci�n de que la autocomplacencia y arrogancia espiritual son tentaciones ante las cuales los piadosos son particularmente susceptibles.

2. Los Saduceos: Materialistas
Aunque los fariseos y saduceos son frecuentemente denunciados juntos en el Nuevo Testamento, ten�an muy poco en com�n, excepto su antagonismo contra Jes�s.

Los saduceos eran el partido de la aristocracia de Jerusal�n y los que ocupaban el oficio de Sumos Sacerdotes. Ellos se hab�an ganado a los gobernadores pol�ticos y logrado posiciones de riqueza e influencias. La administraci�n del templo y los ritos eran sus responsabilidades espec�ficas. Los saduceos se manten�an apartados de las masas y eran poco populares con el pueblo.

Los intentos de los fariseos en aplicar la Ley a nuevas situaciones eran rechazadas por los saduceos, quienes restring�an su concepto de autoridad al Tora o Ley de Mois�s. Los saduceos no cre�an en la resurrecci�n, esp�ritus o �ngeles (lea Mr 12:18; Lc 20:27; Hch 23:8). Su fe era mayormente una serie de negaciones, con el resultado de que no dejaron un sistema religioso ni pol�tico positivo.

Los fariseos daban la bienvenida a los pros�litos (Mt 23:15), pero los saduceos les cerraban sus puertas. Nadie, excepto los miembros de la familia de los sumos Sacerdotes y familias aristocr�ticas de Jerusal�n, pod�a ser miembro del partido.

Con la destrucci�n del Templo en el a�o 70 d.C., el partido de los saduceos lleg� a su fin. El juda�smo moderno traza sus ra�ces hasta los fariseos.

3. Los Esenianos: Asc�ticos
Los esenianos y fariseos trazan sus ra�ces hasta llegar a los l�deres ortodoxos de los tiempos de Macabeo, quienes se opusieron al helenismo. Los fariseos mantuvieron una estricta adherencia a la "ley oral" dentro de la estructura del juda�smo hist�rico. Mantuvieron su separaci�n de la corrupci�n, pero no de la comunidad jud�a de por s�.

A pesar de que la adoraci�n en el templo era conducida por los saduceos, los fariseos la consideraban como parte de su herencia religiosa. Aunque el fariseo se manten�a lejos de los "pecadores", viv�a entre ellos y codiciaba su estima. Una reacci�n m�s extrema, contra las influencias que ten�an la tendencia de corromper la vida jud�a, fue aceptada por una secta que los antiguos escritores Filo, Josefo y Plinio, llamada los Esenianos.

Los esenianos viv�an la mayor parte del tiempo en comunidades mon�sticas tales como la que ten�a su cuartel general en Qumram, cerca de la esquina del noroeste del Mar Muerto.

(Nota: Qumram es el lugar donde los famosos "Rollos del Mar Muerto" fueron descubiertos en una caverna a mediados del siglo 20. Se presume que los esenianos los guardaron all� durante la era pre-cristiana.)

Al procurar explicar el juda�smo al mundo de habla griega, Josefo habl� acerca de tres "filosof�as": la de los fariseos, la de los saduceos y la de los esenianos.

El t�rmino "eseniano" parece que ha sido usado de diferentes maneras. Diferentes grupos de jud�os con tendencias mon�sticas se aferraban y practicaban varias ideolog�as religiosas. Sin embargo, todos eran clasificados bajo el nombre de esenianos.

Plinio dice que los esenianos evitaban a las mujeres y no se casaban, pero Josefo habla del orden que ten�an los esenianos para el matrimonio. Las excavaciones en Qumram indican que las mujeres formaban parte de la comunidad de Qumram.

Los escritores antiguos hablan favorablemente de los esenianos, quienes vivieron una vida de rigor y simpleza. Los miembros de la comunidad estudiaban las Escrituras y otros libros religiosos. Cada eseniano era requerido a ejecutar labores manuales a fin de hacer que la comunidad fuera una que se sostuviera a s� misma.

La comunidad de bienes era practicada, y la disciplina era estricta, la cual, era impuesta por un supervisor. Aquellos grupos que renunciaban al matrimonio, adoptaban ni�os a una edad temprana con el fin de inculcar y perpetuar en ellos los ideales del esenianismo. La esclavitud y la guerra eran repudiadas.

Los esenianos extend�an la bienvenida a los pros�litos, pero los novicios eran requeridos a pasar por un per�odo de prueba estricta antes de que pudieran ser miembros en plena comuni�n.

Num�ricamente, los esenianos nunca fueron muchos. Filo dice que hab�a cuatro mil de ellos, y Plinio relata acerca de una comunidad al norte de Engedi, perteneciente al �rea de Qumram. Est� claro que exist�an otras comunidades, pues se nos dice que todo miembro de la secta era bienvenido a cualquier colonia de los esenianos.

Nada de cierto se sabe respecto a la historia primitiva de la secta, ya que, como todo movimiento de reforma, traza su origen de vuelta hacia tiempos muy remotos. Filo declara que Mois�s instituy� el orden, y Josefo dice que ellos exist�an "desde los tiempos antiguos de los padres". Es cierto que el movimiento eseniano fue, una vez, una protesta extrema contra la corrupci�n evidente en el juda�smo de la era pre-cristiana y que finalmente muchos miembros se retiraron de la comunidad Palestina y buscaron la purificaci�n espiritual en lugares tales como el Qumram.

Para los que son estudiantes de la historia de la Iglesia, es evidente que la influencia eseniana se ha extendido a s� misma hasta llegar al siglo 20. Muchas de sus pr�cticas fueron incorporadas dentro de diversas "�rdenes" religiosas de las ramas ortodoxas y cat�licas del cristianismo.

Es posible que Pablo estuviera haciendo referencia a ciertas influencias doctrinales esenianas cuando amonest� a algunos que predicaban "doctrinas de demonios... prohibir�n casarse, y mandaban abstenerse de alimentos..." (1 Ti 4:1-3).

Consider�ndose a s� mismos como el �nico Israel verdadero o puro, los esenianos rehusaban cooperar con lo que ellos cre�an ser las observancias corruptas religiosas practicadas en el Templo de Jerusal�n. La vida regulada cuidadosamente en el centro de los esenianos parece haber servido como un sustituto para el templo ante los ojos de los ascetas esenianos.

Lo estricto de la disciplina eseniana y la rigidez con la cual la Ley era impuesta, son enfatizados por todos los que escriben acerca de ellos. Josefo dice que ellos eran m�s estrictos que todos los jud�os en abstenerse de trabajar en el d�a s�bado.

Un pasaje en el Documento de Damasco (el cual parece ser eseniano en su origen), dice que es ilegal levantar un animal de un foso o cueva durante el d�a s�bado. Tal punto de vista fue considerado muy extremo aun por los mismos fariseos legalistas (lea Mt 12:11).

El hecho de que los esenianos no son mencionados en el Nuevo Testamento, ni en el Talmud jud�o, sin duda se debe a la ausencia de estos en la corriente principal de la vida jud�a. Aunque la elevada moral de los esenianos es ciertamente loable, la ense�anza y pr�ctica de Jes�s fue diametralmente opuesta al legalismo y ascetismo de la ense�anza eseniana.

Aunque los esenianos consideraban que el contacto con un miembro de su propio grupo de un orden m�s bajo era ceremonialmente contaminador, Jes�s no vacil� en comer y tomar con los "publicanos y pecadores" (Mt 11:19; Lc 7:34).

A pesar de que Jes�s fue obediente a la Ley de Mois�s, �l no simpatizaba con los que hac�an de la Ley una carga en lugar de una bendici�n. El s�bado, seg�n Jes�s, fue hecho para beneficio de la humanidad. Es legal hacer bien en el d�a s�bado (Mt 12:1-12; Mr 2:23-28; Lc 6:6-11; 14:1-6).

Jes�s denunci� los abusos en el templo y profetiz� su destrucci�n. No obstante, �l no repudi� los servicios del Templo. �l vino a Jerusal�n para las grandes fiestas jud�as y, despu�s de Su resurrecci�n, los disc�pulos todav�a continuaban yendo al lugar de adoraci�n durante la hora de la oraci�n (lea Hechos 3).

A medida que el ascetismo y el monastecismo hac�an su fundamento en el pensamiento cristiano, en el mismo principio, el cristianismo no fue de ning�n modo un movimiento asc�tico. El ministerio de Jes�s fue mayormente para la "gente com�n", quienes eran rechazados por los fariseos y los esenianos por igual. Debido a que Jes�s se asociaba espont�neamente con las personas de Su generaci�n, los que se auto justificaban, le llamaban un tomador de vino, amigo de publicanos y pecadores (Mt 11:19).

�l no cab�a dentro del molde de los fariseos, los esenianos, de las pr�cticas mon�sticas de los esenianos, ni de la politiquer�a de los saduceos. De �l se dijo lo siguiente: "...Y gran multitud del pueblo le o�a de buena gana" (Mr 12:37).

4. Otras Sectas
El Nuevo Testamento menciona a los Herodianos (Mr 3:6; Mt 22:16) y los Zelotes (Lc 6:15), un grupo de jud�os en el extremo opuesto del espectro pol�tico.

Los Herodianos parece que eran jud�os de influencia y posici�n social elevada bien relacionados con el gobierno romano y, como resultado, con los romanos, quienes apoyaban a Herodes.

Los Zelotes por el contrario, eran extremadamente patriotas, determinados a resistir a Roma a cualquier precio. Su fanatismo produjo guerra durante la cual el ej�rcito de Tito destruy� a Jerusal�n y su Templo (a�o 70 d.C.).

Para m�s informaci�n sobre el per�odo entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, vea la sub-secci�n llamada El Ap�crifo en la Secci�n C1, bajo el t�tulo: El Canon. Lea tambi�n la Cronolog�a Entre Los Testamentos, a continuaci�n.

Cronolog�a Entre Los Testamentos


Fecha a.C.

612 N�nive es destruida por los Medos y Babilonios
587 Jerusal�n es destruida por Nabucodonosor
559 Ciro hereda el reino de Ans�n; comienzo del Imperio Persa.
539 Babilonia cae en manos de Ciro; fin del Imperio Neobabil�nico.

Fecha a.C.

530-522 Cambyses sucede a Ciro; conquista de Egipto.
522-486 Dar�o I gobernador del Imperio Persa.
515 Segundo Templo completado por los jud�os en Jerusal�n.
486-465 Jerjes I intenta la conquista de Grecia; tiempo de Ester.
480 Victoria naval griega en Salamis; Jerjes huye.

Fecha a.C.

Fecha a.C.
464-424 Artajerjes I reina sobre Persia; era de Nehem�as.
334-323 Alejandro Magno de Macedonia conquista el Oriente
311 Seleuco conquista a Babilonia; comienzo de la dinast�a Seleucida.
223-187 Ant�ocos III el Grande emperador selucida de Siria.
198 Ant�oco III derrota a Egipto, y obtiene el control de Palestina.
175-163 Ant�oco IV Ep�fanes gobierna a Siria; el juda�smo es prohibido.
167 Matat�as y sus hijos se rebelan contra ant�oco; comienzo de la revuelta macabea.
166-160 Liderato de Judas el Macabeo
160-142 Jonat�n es sumo sacerdote.
142-135 Sim�n es sumo sacerdote; funda la dinast�a Asmoneana.
134-104 Juan Hircano extiende las fronteras del estado independiente jud�o.
103 Reino de Arist�bolo.
102-76 Reino de Alejandro Janeo.
75-67 Reino de Salom� Alejandra; Hircano II es Sumo Sacerdote.
66-63 Batalla de la Dinast�a: Arist�bolo II e Hircano II.
63 Pompeyo invade a Palestina; Comienza el imperio romano.
63-40 Hircano II reina sometido a Roma; Antipas ejerce un aumento de poder.
40-37 Partiano conquista a Jerusal�n; establece a Arist�bolo II como Sumo Sacerdote y rey.
37-4 Herodes el Grande, hijo de Antipas, reina como rey, sujeto a Roma.


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