Cap�tulo 2
Las Se�ales Y Maravillas En La Historia De La Iglesia

Introducci�n

Aunque solamente como ejemplo, el siguiente material documenta las se�ales y maravillas a trav�s de la historia de la Iglesia. Los recursos o fuentes han sido limitados a personalidades de importancia y movimientos, con unas cuantas ilustraciones de personas menos conocidas.

Para este an�lisis, la historia de la Iglesia ha sido separada en cuatro �pocas: Patr�stica, Medieval, Reforma-moderna y la del siglo Veinte.

A. LA ERA PATR�STICA, 100-600 d.C.
1. El M�rtir Justino (cerca de los a�os 100-165)

Justino fue un cristiano apologista quien hab�a estudiado todas las grandes filosof�as de su �poca. En esta Segunda Apolog�a (cerca del a�o 153), Justino, al hablar acerca de los nombres, significado y poder de Dios y Cristo, escribe concerniente al exorcismo y sanidades.

Para innumerables personas pose�das de demonios a trav�s de todo el mundo y en su ciudad, muchos de nuestros hombres cristianos los echaban en el nombre de Jesucristo... han sanado y sanan, lanzando fuera los demonios de los hombres, quienes no hab�an sido curados ni por los que usaban encanto, ni drogas.1

a. Dones Espirituales En Uso. En su Di�logo con Trifo (un jud�o muy educado), Justino se refiere al uso com�n de los dones espirituales:

...Ya he dicho, y repito de nuevo, que ha sido profetizado que esto ser�a hecho por �l despu�s de Su ascensi�n al Cielo. Es dicho de conformidad: "�l ascendi� a las alturas llevando la cautividad cautiva, y dio dones a los hijos de los hombres".

Y otra vez, en otra profec�a es dicho: "Y acontecer� despu�s, que derramar� mi Esp�ritu sobre toda carne, y sobre mis siervos, y sobre mis siervas, y profetizar�n".

Ahora, es posible ver entre nosotros mujeres y hombres que poseen Dones del Esp�ritu de Dios...2

En (aproximadamente) el a�o 150, el M�rtir Justino fund� una escuela de entrenamiento para disc�pulos en una casa en Roma, y documenta "se�ales y maravillas" comunes (exorcismo, sanidades y profec�as), y escribe:

Los primeros ap�stoles, doce en n�mero en el poder de Dios, salieron y proclamaron a Cristo a todas las razas.

No hay ni una sola raza de hombres, ya sean b�rbaros, griegos, o cualquiera otra que tenga nombre, n�madas o errantes, pastores moradores en tiendas, entre quienes no se hayan conducido servicios de evangelismo, de oraci�n y de acci�n de gracias en el Nombre de Jes�s el Crucificado.3

Muri� como m�rtir en Roma.

2. Ireneo (140-203)
Ireneo fue el obispo de Lyons. �l document� eventos recientes de carismata (exorcismo, visiones, profec�as) y ense�aba que el Anticristo ser�a un jud�o de la tribu de Dan; tambi�n dijo que Cristo inaugurar� un reinado literal de 1000 a�os.

a. Argumenta A Favor De Los Dones Espirituales. Sus cinco libros Contra Las Herej�as, son dedicados a la herej�a del gnosticismo. Al refutar esta doctrina, �l dice:

Porque algunos tienen conocimiento previo de las cosas por venir; ellos ven visiones y pronuncian expresiones prof�ticas. Otros aun sanan a los enfermos por medio de imponer las manos sobre ellos.4

El historiador Eusebio cita a Ireneo:

Algunos (creyentes) en realidad y sin duda alguna echaban fuera demonios, y las personas que eran limpiadas de tales esp�ritus inmundos, llegaban a creer y eran recibidas en la Iglesia.

Y m�s que eso, como dijimos antes, aun los muertos eran levantados (resucitados) y nos acompa�aron durante muchos a�os...

Como hemos escuchado, muchos hermanos en la Iglesia ten�an dones prof�ticos y hablaban en diversas clases de lenguas a trav�s del Esp�ritu. Otros tambi�n traen a la luz las cosas secretas de los hombres para su beneficio, y exponen los misterios de Dios.5

Ireneo, reprendiendo a los que se opon�an al Frigianismo (montanistas), escribi�:

En su deseo de frustrar los Dones del Esp�ritu que han sido derramados seg�n la voluntad del Padre sobre la raza humana en estos tiempos, ellos no aceptan ese aspecto (el de la dispensaci�n evang�lica) presentado por el Evangelio de Juan, en el cual el Se�or prometi� que enviar�a el Paracleto; no obstante, rechazan al momento tanto el Evangelio como el Esp�ritu prof�tico.

�Ciertamente son hombres miserables! De veras que desean ser pseudoprofetas, sin embargo, rechazan los Dones de Profec�a de la Iglesia...

En su ep�stola a los Corintios, Pablo habl� expresamente de los dones prof�ticos y reconoci� a los hombres y mujeres que profetizan en la Iglesia. Por consiguiente, pecando contra el Esp�ritu de Dios en todos estos detalles, ellos caen dentro del pecado irremisible (que no tiene perd�n).

1) La Venida Del Esp�ritu Es Evidente. El argumento de Ireneo en esta cita, es especialmente aplicable al debate com�n sobre la pr�ctica contempor�nea de la pneum�tica.

Primero, �l argumenta por implicaci�n que la venida del Esp�ritu profetizado en Juan 14 y 15 no es meramente la promesa de una experiencia exclusivamente personal, individualizada y silenciosa en lo m�s profundo del coraz�n de la persona. Por el contrario, Ireneo sugiere que hay algo visible acerca de la venida del Esp�ritu, algo poderoso, algo evidente. Esto es ciertamente respaldado por el Libro de los Hechos.

2) Elemento fundamental.
Segundo, Ireneo razona de 1 Corintios, que la experiencia del Esp�ritu, particularmente en la profec�a, debe ser un elemento fundamental de la vida de la Iglesia.

Primera de Corintios es reconocida como una ep�stola autoritativa, y lo que Pablo escribi� es aceptado sin argumentos. �l no hace intento alguno de "dar explicaciones".

3) El Pecado Imperdonable.
Tercero, Ireneo hace una conexi�n entre el rechazo del ministerio sobrenatural del Esp�ritu Santo y el pecado imperdonable (Mt 12:31), el cual, hace un paralelo precisamente con la ense�anza de Jes�s sobre este tema. As� como los frigianos (montanistas), el tambi�n fue acusado de ministrar milagros por otro esp�ritu.

Escuchamos un eco familiar en la objeci�n popular a la pneum�tica: "Hablar en lenguas es del diablo".

3. Montanismo (cerca de los a�os 120-175)
El levantamiento del montanismo tom� lugar bajo un nuevo converso llamado Montano (cerca del a�o 156) en Frigia. Fue un movimiento puritano, prof�tico, carism�tico, milenario y apocal�ptico, que reclamaba haber sido llamado a traer al mundo una nueva era del poder del Esp�ritu Santo.

a. Una Experiencia Pentecostal. Montano recibi� una experiencia Pentecostal durante su bautismo en agua. �l habl� en lenguas y comenz� a profetizar, declarando que el Paracleto, el Esp�ritu Santo prometido en el evangelio de Juan, le estaba usando como Su portavoz.

En el a�o 206, Tertuliano se uni� a los Montanistas. En el 230 el movimiento fue excomulgado por el S�nodo de Iconio pero, aunque perseguido, continu� como un movimiento secreto hasta cerca del a�o 880. 6
Wesley, en conjunci�n con muchos otros de siglos m�s tarde, creyeron que los Montanistas eran un "movimiento de avivamiento" genuino predispuesto por l�deres celosos, descarriados e insensibles de la era que se opon�an a las manifestaciones del Esp�ritu (vea en esta secci�n lo escrito acerca de Wesley).

4. Tertuliano (cerca de los a�os 160-220)
No se conocen muchos detalles acerca de la vida de Tertuliano. �l fue criado en el paganismo cultural de Cartago. Se hizo cristiano y se uni� al movimiento Montanista alrededor del a�o 206. Fue un escritor prol�fico. En el cap�tulo cinco de su obra: "A Escapula", confiere el siguiente relato sobre el exorcismo de demonios y sanidades:

Todo esto puede que haya sido tra�do ante su atenci�n oficialmente y por los mismos mediadores, quienes est�n tambi�n bajo obligaci�n hacia nosotros aunque en corte expresan sus opiniones (voces) como mejor les place. El secretario de uno de ellos que estaba expuesto a ser lanzado a tierra por un esp�ritu del mal, fue libertado de su aflicci�n, al igual que el pariente de otro y el ni�o de un tercero.

�Cu�ntos hombres de rango (sin mencionar de la gente com�n) han sido liberados de los demonios y sanados de enfermedades! Aun el mismo Severo padre de Antonina, era muy gentil y atento con los cristianos, pues busc� al cristiano Procolo a quien llamaban Torpacio, el mayordomo de Euhodia, y en gratitud por haber orado por su sanidad una vez por v�a de la unci�n, �l le mantuvo en su palacio hasta el d�a de su muerte.7

Tambi�n escribi�: ‘Cristo les orden� que fueran a ense�ar a todas las naciones. Por consiguiente, los ap�stoles salieron a cumplir tal orden inmediatamente'. ‘La sangre de los m�rtires es como semilla'. ‘No hay una naci�n que en realidad no sea cristiana'.8

5. Novaciano (210-280)
Novaciano de Roma, es notable por dos razones: fue el antipapa del partido puritano en la Iglesia, y le otorg� a la Iglesia del occidente su primer tratamiento completo sobre la Trinidad. En el Cap�tulo 29 del Tratado Concerniente a la Trinidad, escribe acerca del Esp�ritu:

Este es quien coloca los profetas en la Iglesia, instruye a los maestros, dirige las lenguas, otorga las sanidades, efect�a obras maravillosas, confiere intuici�n para discernir los esp�ritus, confiere autoridad a los gobiernos, ofrece asesoramiento, ordena y organiza los dem�s dones de la Carismata, haciendo la Iglesia del Se�or, de esa manera y en todas partes, perfecta y completa.9

6. Antonio (cerca de los a�os 251-356)
Nuestro conocimiento de Antonio depende extensamente de su biograf�a, escrita por Atanasio. El cap�tulo 40 de esa biograf�a, muestra la obra de Antonio con lo sobrenatural, especialmente al tratar con los demonios:

Una vez, un demonio muy alto, apareci� con una procesi�n de malos esp�ritus y dijo intr�pidamente: "Yo soy el poder de Dios, soy Su providencia. �Qu� desea que le otorgue?" Yo entonces sopl� mi aliento sobre �l, llamando el Nombre de Cristo y trat� de golpearle. Al parecer tuve �xito, pues inmediatamente, tan vasto como era �l, junto a todos sus demonios, desapareci� al escuchar el nombre de Cristo.

7. Hilari�n (cerca de los a�os 291-371)
Hilari�n fue un asceta, educado y convertido en Alejandr�a. Para el tiempo en que hab�a permanecido en el desierto, un per�odo de 22 a�os, ya hab�a venido a ser mundialmente conocido por su reputaci�n a trav�s de todas las ciudades de Palestina. Jer�nimo, en su obra: "La Vida del Santo Hilari�n", relata respecto a un n�mero de milagros, sanidades y expulsiones de demonios que ocurrieron durante su ministerio.

Facidia es un suburbio peque�o de la ciudad de Rinocorura, una ciudad de Egipto. Desde esta aldea, una mujer que hab�a estado ciega por m�s de diez a�os fue tra�da para ser bendecida por Hilari�n. Al ser presentada a �l por los hermanos (ya hab�a muchos monjes con �l), ella le dijo que hab�a gastado todos sus recursos en m�dicos.

El santo le replic� a ella: "Si lo que perdiste en m�dicos se lo hubieras dado a los pobres, Jes�s el M�dico genuino, te habr�a sanado hace mucho tiempo". Entonces ella clam� en alta voz y le implor� que tuviera misericordia de ella. Luego, siguiendo el ejemplo del Salvador, le unt� saliva sobre los ojos y fue curada inmediatamente.10

Jer�nimo concluye la secci�n que dedic� a contar acerca de la vida de Hilari�n al declarar:

Aunque quisiera, no habr�a tiempo para decir todas las se�ales y maravillas ejecutadas por Hilari�n...11

8. Macrina La M�s Joven (cerca de los a�os 328-380)
Macrina fue la hermana de Basil, obispo de Cesarea, y tambi�n de Gregorio, obispo de Nisa. Gregorio narra acerca de la siguiente sanidad:

Hab�a entre nosotros una ni�ita que padec�a de un ojo por causa de una enfermedad infecciosa. Era algo terrible y pat�tico ver c�mo la membrana que rodeaba la pupila de su ojo se hinchaba y se pon�a blanca por dicha enfermedad.

Me fui al cuarto de los hombres donde su hermano Pedro era Superior, y mi esposa se fue al de las mujeres para estar con Santa Macrina. Despu�s de un intervalo de tiempo nos est�bamos preparando para marcharnos pero la bendecida no permiti� que mi esposa se fuera; le dijo que no dejar�a ir a mi hija a quien ten�a entre sus brazos, hasta que nos diera de comer algo y nos ofreciera "la opulencia de la filosof�a".

Ella bes� la ni�a, como uno pudiera esperar, colocando sus labios sobre su ojo; cuando not� la pupila enferma, dijo: Si me hace el favor de permanecer hasta la hora de la comida, les dar� algo a cambio de tal honor. Cuando la madre de la ni�a le pregunt� qu� era, la gran dama replic�: "Tengo una medicina que es especialmente efectiva para curar cualquier enfermedad de la vista".

Nos quedamos con mucha alegr�a y m�s tarde partimos de regreso a nuestro hogar muy felices. Cada uno de nosotros contaba su propia historia en el camino. Mi esposa estaba contando todo en orden, como si fuera un tratado, y cuando lleg� el punto en el cual la medicina fue prometida, interrumpi� la narraci�n y dijo: "�Qu� hemos hecho? �C�mo olvidamos la promesa, la medicina de los ojos?".

Me molest� de nuestro olvido, y r�pidamente envi� a uno de mis hombres de vuelta a buscar la medicina. Cuando la ni�a, que estaba en brazos de su ni�era, mir� a su mam�, �sta, al mirarla al ojo enfermo not� algo sorprendente y dijo inmediatamente: "Deja de preocuparte por nuestro olvido". Ella dijo esto a toda voz, gozosa y temblando. "Nada de lo que fue prometido ha sido omitido, sino que la verdadera medicina que cura las enfermedades, la cura que viene de las oraciones, eso es lo que ella nos ha dado y ya obr�. Nada queda de la enfermedad de los ojos".

A medida que dec�a esto, tom� la ni�a y me la coloc� en mis brazos. Yo tambi�n comprend� entonces los milagros en el evangelio que antes no cre�a, diciendo: "�Qu� cosa maravillosa es que los ciegos reciban la restauraci�n de su vista por la mano prodigiosa de Dios a trav�s de sus fieles servidores! Es la fe en �l la que obra tales milagros a trav�s de estas personas especiales".

9. Ambrosio (cerca de los a�os 339-397)
Un laico, Ambrosio, fue reclamado como obispo de Mil�n por sus seguidores entusiastas. Cuando fue ordenado como obispo, su primer acto fue distribuir sus riquezas entre los pobres. Lleg� a ser un predicador sobresaliente y un maestro por excelencia. Ambrosio, en su obra: El Esp�ritu Santo (Padres de la Iglesia), declar� que las sanidades y lenguas todav�a eran obras de Dios.

En sus escritos, �l document� las sanidades y glosolalia o el hablar en otras lenguas por el Esp�ritu. M�s tarde ense�a sobre: La Segunda Venida de Cristo, la cual ser�a precedida por la destrucci�n de Roma y la aparici�n del Anticristo sobre la tierra.12

He aqu�, el Padre estableci� el ministerio de maestros; Cristo tambi�n lo estableci� en las iglesias. As� que, de la manera en que el Padre otorga la gracia de las sanidades, de igual manera el Hijo las da. De la manera en que el Padre confiere el Don de Lenguas, el Hijo tambi�n lo concedi�.13

10. San Agust�n (354-430)
San AGUST�N, el m�s famoso de todos los padres de la Iglesia reciente, escribi�:

Nosotros todav�a hacemos lo que los ap�stoles hicieron cuando impon�an las manos sobre los samaritanos y hac�an que el Esp�ritu Santo descendiera sobre ellos. Se espera que los conversos hablen en nuevas lenguas.14

San Agust�n sirvi� como Obispo de Hipona. Fue bautizado por Ambrosio en Mil�n en la Pascua del 387. Al final de su vida, escribi� la obra titulada: "La Ciudad de Dios" (cerca de los a�os 413-427). �l discute que los milagros que sucedieron que fueron registrados en el Nuevo Testamento, son "absolutamente dignos de confianza". Luego escribe en el Libro 22, cap�tulo 28, acerca de los milagros que estaban ocurriendo en su �poca:
Algunas veces se objeta que los milagros, los cuales los cristianos afirman que han ocurrido, ya no ocurren. La verdad es que aun hoy los milagros est�n siendo obrados en el Nombre de Cristo, algunas veces a trav�s de la intercesi�n de Sus santos.

a. Lista de Milagros. San Agust�n luego relata acerca de los milagros que sucedieron:15
Un hombre ciego cuya vista fue restaurada.16

El Obispo Inocente, de Cartago, fue sanado de una f�stula rectal.17

Inocencia, en Cartago, fue sanada de c�ncer en los senos.18

Un doctor, en Cartago, sanado de gota.19

Un ex-empresario de espect�culos de Curbubis fue sanado de par�lisis y una hernia en los test�culos.20

La sanidad de Hesperio, uno de los vecinos de San Agust�n, cuya enfermedad fue causada por los "esp�ritus del mal".21

Un ni�o endemoniado fue libertado despu�s que el demonio le sac� su ojo y lo dej� colgando de una diminuta vena parecida a una ra�z. La pupila que era negra, se torn� blanca.22

Una joven en Hipona fue liberada de demonios.23

Florencio, de Hipona, quien oraba por dinero, lo recibi�.24

Una monja fue resucitada.25

El hijo de un amigo de San Agust�n, fue levantado de los muertos.26

San Agust�n concluye su narraci�n de milagros contando a sus lectores que hay demasiados milagros que mencionar. "Es un hecho simple", escribe San Agust�n, "no hay escasez de milagros, ni siquiera en nuestra �poca. Y el Dios que obra los milagros de los cuales leemos en las Escrituras, usa cualquier medio y manera que le plazcan".

b. Opuesto a La Teor�a De La Cesaci�n. �l se opone a la emergente teor�a de la cesaci�n de los dones carism�ticos, como una reacci�n alarmista a lo que algunos pensaron que eran excesos del Montanismo. �l se opuso a la idea de que los milagros y la Carismata (los Dones del Esp�ritu Santo como aparecen en 1 Corintios 12) terminaron en la era apost�lica.27

11. Gregorio De Tours (cerca de los a�os 538-594)
Gregorio fue un obispo e historiador. Fue un escritor prol�fico, cuyas obras proveen un conocimiento muy valioso de la vida de la Iglesia en el siglo sexto.28

Existen muchos relatos de sanidades que ocurrieron en el tiempo de Gregorio. �stos, aparecen registrados en su obra titulada Di�logos, donde tambi�n relata la expulsi�n de un demonio y su propia sanidad:

Eleuterio, a quien mencion� previamente, abad del Monasterio de San Marcos el Evangelista, contiguo a las murallas de Espoleto (una catedral), vivi� conmigo por mucho tiempo en mi monasterio en Roma, donde muri�. Sus disc�pulos dicen que levant� un muerto a la vida por el poder de su oraci�n. Fue bien conocido por su simplicidad y compunci�n de coraz�n; sin duda que esta alma humilde e inocente como un ni�o, obtuvo muchos favores del Dios todopoderoso.

Le contar� de un milagro suyo, el cual le ped� que me describiera en sus propias y sencillas palabras. Una vez, mientras estaba viajando, le sorprendi� la noche antes de que pudiera encontrar un lugar donde hospedarse. As� que, se detuvo en un convento donde hab�a un ni�ito que era perturbado todas las noches por un esp�ritu del mal. Despu�s de darle la bienvenida al hombre de Dios a su convento, las monjas le preguntaron si pod�a quedarse con el ni�o esa noche. �l estuvo de acuerdo, permitiendo que el ni�o descansara a su lado.

En la ma�ana, las monjas le preguntaron con gran preocupaci�n si hab�a hecho algo por el ni�o. Algo sorprendido de que le formularan aquella pregunta, �l dijo: "�NO!" Entonces le familiarizaron con la condici�n del muchacho, inform�ndole que no pasaba ni una sola noche sin que el esp�ritu del mal lo inquietara. As� que, le pidieron a Eleuterio el favor de que se lo llevara consigo al monasterio porque ya no soportaban verlo sufrir m�s. El var�n de Dios concord� en que lo har�a.

El ni�o permaneci� por mucho tiempo en el monasterio sin ser perturbado ni por un momento. Altamente complacido por eso, el viejo abad permiti� que su gozo por la condici�n saludable del muchacho, excediera la moderaci�n.

"Hermanos", le dijo a sus monjes, "el diablo estaba jugando con las hermanas, pero una vez que se encontr� con siervos sinceros de Dios, nunca m�s se atrevi� a acercarse a este ni�o". En aquel mismo instante, apenas esperando que Eleuterio terminara de hablar, el diablo volvi� a tomar posesi�n del ni�o, atorment�ndolo en presencia de todos.

El espect�culo de ello llen� el coraz�n del anciano de inmenso dolor y, cuando sus monjes trataron de consolarlo, dijo: "Es mi orden que ninguno coma pan hoy hasta que este ni�o sea liberado del poder del diablo".

�l mismo se postr� en oraci�n con todos sus monjes y continu� orando hasta que el ni�o fue librado del poder del esp�ritu del mal. La cura fue completa y el diablo no se atrevi� a molestarle nunca m�s.

�l delinea planes detallados de misiones organizadas hacia todos los paganos, entre sus objetivos principales, debido a la inminencia del Juicio Final.29

12. Gregorio I (El Grande) (540-604)
Gregorio el Grande fue un Papa desde el a�o 590 hasta el 604. Sus Di�logos (593-94) fueron descritos por el mismo autor como historias de "milagros de los Padres que fueron realizados en Italia".

Los Di�logos contienen relatos sobrenaturales, los cuales se dividen n�tidamente en tres clases: relatos de visiones, historias de profec�as e historias de milagros. El siguiente es un resumen de una de las historias de Gregorio, tomado de la obra seminal de Federico Duden sobre la vida de Gregorio:

Un d�a en Subiaco, el peque�o monje Pl�cido, el futuro ap�stol de la Orden de Gregorio en Sicilia, sali� para el lago a sacar agua pero perdi� el equilibrio y cay� al agua.

Benedicto, quien estaba sentado en su celda, estuvo consciente sobrenaturalmente de la ocurrencia y clam� de prisa a su disc�pulo Mauro: "Corre, Hermano Mauro, porque el ni�o que fue por agua al lago ha ca�do al mismo y la corriente lo ha arrastrado lejos". Mauro corri� hacia la orilla del lago y, luego, "pensando que todav�a iba por tierra seca, segu�a corriendo por el agua". De esa manera pudo agarrar por el pelo al ni�o que era arrastrado por la corriente y lo trajo de regreso a salvo.

Fue �nicamente cuando se par� firmemente sobre suelo seguro que Mauro comprendi� que un milagro hab�a tomado lugar y, "con gran asombro, se pregunt� c�mo pudo haber hecho tal cosa, que si lo hubiera hecho conscientemente, no se habr�a atrevido a aventurarse".30

B. LA ERA MEDIEVAL, 600-1500
1. San Vladimiro, Pr�ncipe de Rus (cerca del 988)

El siguiente relato ilustra el c�mo una se�al milagrosa condujo a la conversi�n y bautismo cristiano de VLADIMIRO, Pr�ncipe de Rus (que m�s tarde vino a ser llamada Rusia). Estos eventos tomaron lugar cerca del final del primer milenio del cristianismo.

Por agencia divina, Vladimiro estaba sufriendo en ese momento de una enfermedad en los ojos y no pod�a ver nada. Estaba muy perturbado. La princesa declar� que si deseaba ser sanado de su enfermedad, deber�a ser bautizado a la brevedad posible, de otra manera, jam�s podr�a ser curado.

Cuando Vladimiro escuch� su mensaje, dijo: "Si esto realmente sucede, entonces el Dios de los cristianos es grande", y dio la orden para que fuera bautizado. El obispo de Kerson, junt� a los sacerdotes de la princesa, despu�s de anunciar las buenas nuevas, bautiz� a Vladimiro y, a medida que el obispo colocaba sus manos sobre �l, recibi� la vista al momento.

Tan pronto como experiment� esta cura milagrosa, Vladimiro glorific� a Dios diciendo: "Ahora he percibido al �nico y verdadero Dios". Cuando sus seguidores presenciaron este milagro, muchos de ellos tambi�n fueron bautizados.31


2. San Francisco De As�s (1181-1226)
San Francisco fue el fundador de la Orden Franciscana. �l tuvo un ministerio de sanidad extensivo. Las siguientes selecciones son tomadas de un vasto n�mero de milagros que ocurrieron en el ministerio de San Francisco:

Una vez cuando el var�n santo de Dios, Francisco, se hab�a ido de viaje por diversas regiones a predicar el Reino de Dios, lleg� a una cierta ciudad llamada Toscanella.

All�, cuando estaba sembrando la semilla de vida a su manera usual, un cierto soldado de esa ciudad le ofreci� su hospitalidad; �l ten�a un s�lo hijo que era cojo y d�bil de cuerpo. Aunque era un ni�o, ya hab�a pasado la edad de ser destetado, pero todav�a permanec�a en una cuna.

Cuando el padre del ni�o vio la gran santidad del var�n de Dios, humildemente se ech� sobre sus pies, implor�ndole la salud de su hijo.

Pero Francisco, quien se consider� a s� mismo indigno e in�til de tan gran poder y gracia, rehus� hacerlo por mucho tiempo. Pero finalmente, superado por la insistencia de sus peticiones, or� y despu�s coloc� sus manos sobre el ni�o, y bendici�ndole, lo levant�. Inmediatamente, con todos los presentes contemplando la escena y regocij�ndose, el ni�o se levant� completamente restaurado, comenz� a caminar de aqu� para all� por los contornos de la casa.

Una vez cuando el var�n de Dios, Francisco, hab�a venido a Narni y permaneci� all� por un n�mero de d�as, un cierto var�n de esa ciudad de nombre Pedro yac�a en cama enfermo de par�lisis. Durante un per�odo de cinco meses hab�a estado tan privado del uso de sus miembros, que ni siquiera pod�a levantarse o moverse un poco. Solamente pod�a mover su lengua y abrir sus ojos; hab�a perdido el pleno uso de sus pies, manos y cabeza.

Cuando escuch� que San Francisco de As�s hab�a llegado a Narni, envi� un mensajero al obispo de esa ciudad para pedirle que por el amor de Dios le enviara al siervo del Dios Alt�simo, con la confianza de que ser�a libre de la enfermedad que padec�a tan pronto Francisco estuviera presente.

Sucedi� que cuando el bendito Francisco vino a �l e hizo la se�al de la cruz sobre �l desde su cabeza hasta los pies, qued� inmediatamente sano y restaurado a su anterior estado de salud.32

3. Comunidad Waldensiana
Esto fue un movimiento en la Edad Media, cuyas caracter�sticas inclu�an la obediencia evang�lica al mensaje, el ascetismo riguroso, aversi�n al reconocimiento del ministerio de sacerdotes indignos, creencia en visiones, profec�as y posesi�n de esp�ritus.33

A.J. Gordon, en su libro El Ministerio De Sanidad cita la siguiente doctrina de los Waldensianos:

Por consiguiente, tocante a esta unci�n de los enfermos la sostenemos como un art�culo de fe y profesamos sinceramente de coraz�n que los enfermos, cuando lo piden, pueden legalmente ser ungidos con aceite de la unci�n por alguien que se una a ellos en oraci�n para que sea eficaz la sanidad del cuerpo seg�n el designio, prop�sito y efecto mencionado por los ap�stoles, y profesamos que tal unci�n ejecutada seg�n el dictamen y pr�ctica de los ap�stoles, resultar� en la sanidad y de provecho espiritual.34

4. Vicente Ferrer (1350-1419)
Vicente fue un predicador de la orden de los Dominicos, nacido en Valencia. Conocido como el "�ngel del Juicio", predic� por toda Europa alrededor de veinte a�os. La Nueva Enciclopedia Cat�lica registra lo siguiente:

Vicente se desilusion�; se enferm� gravemente. En una visi�n, fue comisionado por el Se�or... "a ir por todo el mundo a predicar a Cristo". Despu�s de un a�o Benedicto le permiti� ir.

Por lo tanto, en Noviembre de 1399 sali� de Avignon y emple� 20 a�os en la predicaci�n apost�lica. A medida que el Esp�ritu le mov�a o a medida que se le solicitaba, visitaba y volv�a a visitar lugares a trav�s de toda Espa�a, el sur de Francia, Lombard�a, Suiza, el norte de Francia y los Pa�ses Bajos.

Con elocuencia ferviente, predicaba la necesidad del arrepentimiento y sobre la venida del Juicio. Muy raras veces permanec�a en un s�lo lugar por m�s de un d�a, y s�lo lo hac�a cuando la gente hab�a sido descuidada por mucho tiempo o cuando el paganismo o herej�a era muy com�n. Los milagros en el orden natural y de la gracia, acompa�aban sus pasos.35
El Diccionario Enciclop�dico Cat�lico anota adem�s lo siguiente: "Algunos han dicho de �l, que ten�a el Don de Lenguas...".36

5. Colette De Corbi (d.1447)
Lo siguiente es registrado acerca de Colette en Las Vidas de los Santos:

En 1410, ella fund� un convento en Besanz�n; en 1415, introdujo una reforma en el convento de los Cordeleros, en Dole, y sucesivamente en casi todos los conventos en Loraine en Champa�a y Picard�. Ella fund� en 1416 una casa de su orden en Poligni, al pie de Jura, y otra en Auxone.

"Estoy muriendo de curiosidad por ver a esa maravillosa Colette quien resucita los muertos", escribi� la duquesa de Borb�n, acerca de este tiempo. Porque la fama de los milagros y las labores de la hija del carpintero estaban en cada boca.37

C. LA REFORMA Y LA ERA MODERNA, 1500-1900
1. Mart�n Lutero (1483-1546)

En Lutero: Cartas de Consejo Espiritual, la siguiente carta de Mart�n Lutero es registrada:

El cobrador de impuestos en Torgau y el consejero en Belgern me han escrito para pedirme que les ofrezca algunos buenos consejos y ayuda al esposo afligido de la Sra. John Korner. No conozco de alguna otra mejor ayuda qu� otorgar en el mundo. Si los m�dicos no pueden encontrar la cura de alguna enfermedad o aflicci�n, puede estar segura que �sta no es un caso de melancol�a com�n. Por el contrario, es un azote del diablo, el cual deber� ser contrarrestado por el poder de Cristo con la oraci�n de fe.

Esto es lo que nosotros hacemos y lo que hemos acostumbrado hacer, pues tuvimos el caso de un fabricador de gabinetes aqu�, que estaba siendo afligido similarmente por una aflicci�n de locura, lo llevamos en oraci�n en el Nombre de Cristo y qued� liberado.

Al enfrentarse a un caso semejante, deber� proceder como sigue: Vaya con los di�conos y dos o tres buenos hombres. Es de esperarse que usted, como pastor del lugar, est� revestido con la autoridad del oficio ministerial. Ponga sus manos sobre el afligido y d�gale:

"La paz de Dios nuestro Padre sea contigo, amado hermano, y en el Nombre de nuestro Se�or Jesucristo".

De aqu� en adelante, repita el Credo de los Ap�stoles y la Oraci�n del Se�or por �l en voz clara y concluya con estas palabras: "Oh Dios, Padre Todopoderoso que nos has dicho a trav�s de tu Hijo: ‘De cierto, de cierto os digo, que todo lo que pidiereis al Padre en mi Nombre, �l os lo dar�, quien nos ha ordenado y animado a orar en su Nombre: Pedid, y se os dar�', y quien de igual manera ha dicho: ‘Clama a m� y yo te responder�, te librar� y t� me glorificar�s';
...nosotros pecadores indignos, dependemos de tus palabras y mandamientos. Oramos por Tu misericordia con tal fe a medida que nos congregamos. D�gnate de libertar este var�n de todo mal y deshaz la maldad que Satan�s ha obrado en �l. Honra Tu Nombre y fortalece la fe de los creyentes a trav�s de Jesucristo, Tu Hijo, nuestro Se�or, quien vive y reina contigo, un mundo sin fin. Am�n".

Luego, cuando se vaya a despedir, ponga sus manos sobre el hombre otra vez y diga: "Estas se�ales seguir�n a los que creen: sobre los enfermos pondr�n sus manos y sanar�n". Haga estas tres cosas cada d�a por tres d�as sucesivos.38

En Las Obras de Lutero, concerniente a la profec�a, �l dice: "Si usted desea profetizar, h�galo de tal manera que no pase por sobre la fe, a fin de que su profec�a est� en armon�a con la cualidad peculiar de la fe". �l contin�a escribiendo: "uno puede profetizar cosas nuevas, pero no cosas que vayan m�s all� de los l�mites de la fe...".39

"El Dr. Mart�n Lutero era un profeta, evangelista, hablaba en lenguas e interpretaba lenguas. Era una persona dotada de todos esos Dones del Esp�ritu Santo. �l oraba por los enfermos y echaba fuera demonios. Era un luterano Pentecostal."40

2. Ignacio De Loyola (1491-1556)
Ignacio fue el fundador de la Sociedad de Jes�s. Fue herido en el Ej�rcito Espa�ol en el a�o 1521. Mientras se estaba recuperando ley� La Vida De Cristo, por Ludolfo de Saxonia. Esto le inspir� para convertirse en un "soldado" para Cristo. Entr� en un monasterio y emple� casi un a�o en pr�cticas asc�ticas. All� fue que compuso la esencia de Los ejercicios Espirituales. En ellos escribe lo siguiente acerca del Esp�ritu:


.::2do Trimestre - .::SECCI�N C