SECCI�N C5
LOS CINCO DONES DEL LIDERAZGO
Por Ralph Mahoney

Cap�tulo 1
Los Dones Del Liderazgo Que Jes�s Coloc� En La Iglesia

A. POR QU� JES�S OTORG� DONES DE LIDERAZGO A LA IGLESIA
Despu�s de morir por nuestros pecados sobre la cruz, nuestro Se�or Jes�s ascendi� al Cielo para sentarse a la diestra de nuestro Padre celestial (Hch 1:9-11; Ef 1:20-22). Desde ese lugar de autoridad, �l otorg� dones de liderazgo a la Iglesia. El dio ap�stoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la perfecci�n (para equipar) de los santos (Ef 4:11, 12).

La traducci�n del t�rmino griego 'perfecci�n' en Efesios 4:12 significa ‘reparar' el da�o encontrado en creyentes nuevos (causado por el pecado); ‘preparar' y ‘equipar' a los creyentes para hacer obras de servicio en la Iglesia. Los l�deres entrenan a los miembros de la iglesia a fin de que puedan hacer la obra del ministerio y, de esa manera, cumplir la voluntad de Cristo para la Iglesia. Los l�deres tienen que equipar (entrenar) a los miembros para:

1. Ministrar Al Se�or (Hch 13:1, 2);

2. Ministrarse Los Unos A Los Otros (Hch 2:44-46); y

3. Ministrar Al Mundo (Hch 2:47; Mr 16:15-20).

Esto asegura el crecimiento espiritual y num�rico de la Iglesia.

B. DESCRIPCI�N DE LOS CINCO DONES DE LIDERAZGO
1. Ap�stoles
a. Hay Tres Grupos.
El Nuevo Testamento especifica tres grupos de Ap�stoles.
1) "Doce ap�stoles del Cordero" (Mt 10:1-5; Ap 21:14) tienen una relaci�n especial con la naci�n de Israel (Ap 21:12). En el reino por venir, ellos se sentar�n en doce tronos para juzgar a Israel (Mt 19:28).

2) "Ap�stoles de la Ascensi�n" tienen una relaci�n especial con la Iglesia gentil. Aquellos mencionados en el Nuevo Testamento son Pablo y Bernab� (Hch 14:14), Andr�nico y Junia (Ro 16:7), Jacobo (Ga 1:19), Silvano y Timoteo (1 Ts 1:1, 2:6); y otros (1 Co 9:5; 2 Co 8:23).

3) "Falsos Ap�stoles" son aquellos que hacen alarde p�blico de ser ap�stoles (2 Co 11:13). "...y has probado a los que se dicen ser ap�stoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos" (Ap 2:2). Una se�al de un falso ap�stol puede ser esa reclamaci�n jactanciosa de ser un ap�stol. Un verdadero ap�stol no se interesar� en ser reconocido como tal, sino que servir� humildemente como si fuera un esclavo (del griego=doulos) de Jes�s (Ro 1:1; 1 Co 1:1).

b. Se�ales De Los Ap�stoles Genuinos:
1) Tienen un Car�cter Santo
(2 Co 12:12);

2) Se�ales, Milagros Y Maravillas. Las se�ales, milagros y maravillas seguir�n a los que hacen la obra de evangelismo y el establecimiento de nuevas congregaciones (Hch 2:43; 4:30; 5:12; 14:3; He 2:2-4);

3) Predicar El Evangelio. Su consigna es predicar el evangelio a los que nunca lo han escuchado (Ro 15:20; 2 Co 10:16) y

4) Su Disposici�n Para Sufrir. Su disposici�n para sufrir, soportar las persecuciones y angustias, y aun hasta para morir por su Se�or (Hch 9:16; 1 Ti 1:16; 2 Co 11:18-28).

La compa��a de los ap�stoles (colectivamente) era responsable de la doctrina de la Iglesia (Hch 2:42; 15:1-35; 1 Co 14:37), corregir las pr�cticas en la Iglesia, la vida espiritual y pureza de la misma. Sin embargo, sus ense�anzas estaban sujetas a la comparaci�n con la Escritura y eran rechazadas si no ten�an fundamento b�blico (Hch 17:10, 11).

Los ap�stoles han sido "puestos" en la Iglesia junto a los ministerios de profetas, maestros, administradores y otros Dones del Esp�ritu (1 Co 12:28); as� como los miembros son "puestos" en el Cuerpo de Cristo (la Iglesia, 1 Co 12:18).

La ra�z griega para "poner" o colocar [tithemi] es traducida en Hebreos 1:2 como constituy�. "En estos postreros d�as nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy� [puso, estableci� o nombr�] heredero de todo...". Uno puede ver que la constituci�n o nombramiento de Jes�s como heredero, no es algo temporal, sino permanente.

c. Todav�a Hoy Tenemos El Oficio De Ap�stoles. La constituci�n o nombramiento de los cinco dones del ministerio (incluyendo el de ap�stoles y profetas) no fue un fen�meno temporal del primer siglo como argumentan algunos te�logos.

No hay respaldo b�blico para la ense�anza de que el ministerio de ap�stoles y profetas cesar�a despu�s del primer siglo de la historia de la Iglesia. Por el contrario, la historia de la Iglesia est� repleta de ejemplos del ministerio apost�lico.

Adem�s, el autor ha viajado por m�s de 150 naciones en el siglo 20 y observado la obra de muchos ‘ap�stoles en ascensi�n' en muchos grupos congregacionales diferentes por todo el mundo.

2. Profetas
a. Trabajan Con Los Ap�stoles. Los siguientes vers�culos parecen implicar que el ap�stol y el profeta trabajan en mancomunidad o muy de cerca el uno con el otro.

"...les enviar� profetas y ap�stoles…" (Lc 11:49). "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente ap�stoles, luego profetas…" (1 Co 12:28).

"Edificados sobre el fundamento de los ap�stoles y profetas…" (Ef 2:20).

"Al�grate… vosotros, santos, ap�stoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella" (Ap 18:20). El ministerio prof�tico es mantenido en equilibrio por medio de trabajar con un ap�stol.

b. Predicen Eventos Y Advierten Los Peligros. Por medio de la revelaci�n del Esp�ritu Santo (Jn 16:13), los profetas del Nuevo Testamento como Agabo, predijeron eventos antes de que sucedieran (Hch 11:28); tambi�n dio profec�as ilustradas para amonestar los peligros que vendr�an (Hch 21:10, 11). Otros profetas del Nuevo Testamento fueron Judas y Silas ( Hch 15:32).

c. Confirman Lo Que Dios Ha Hablado. Pablo dijo que no debemos menospreciar las profec�as (1 Ts 5:20). Con todo, �l rehus� ser gobernado y dirigido por los profetas o profec�as (lea Hechos 20:23; 21:4; 11-14). El principal ministerio de los profetas del Nuevo Testamento, era confirmar algo que Dios YA HAB�A hablado al individuo creyente. "…Apartadme a Bernab� y a Saulo para la obra a que los he llamado…" (Hch 13:1, 2).

El Se�or ya los hab�a llamado. Los profetas solamente confirmaron este llamado.

d. Sus Palabras Deben Ser Examinadas. Por lo tanto, las palabras de los profetas deben ser examinadas cuidadosamente (Dt 18:22; Jer 28:9; 1 Co 14:29; 1 Ts 5:19-21) pues puede que est�n equivocadas. Si las palabras habladas por los profetas no est�n de acuerdo con las palabras escritas en la Biblia, tales palabras tienen que ser rechazadas (Dt 13:1-5). Vea las notas en 1 Corintios 12 y 14 (los Dones del Esp�ritu) para una explicaci�n de la diferencia entre profec�a simple y el oficio prof�tico.

3. Evangelistas
Son personas dotadas en la predicaci�n del evangelio y ayudan a las almas para que conozcan y acepten al Se�or Jes�s como Salvador. Felipe es el �nico identificado como evangelista en el Nuevo Testamento; por consiguiente, podemos concluir que �l es el evangelista ‘modelo' (Hch 8:5-13; 8:26-40; 21:8).

a. Se�ales De Un Evangelista:
1) Es Uno Que Viaja. Viaja a muchos lugares para predicar a Cristo (Hch 8:5) con

2) Se�ales, Milagros Y Maravillas (Hch 8:6-13).

3) Avivamientos De Toda La ciudad. El evangelista conduce a avivamientos de toda la ciudad.

4) Equipa a Los Creyentes. �l (junto a los otros cuatro dones del liderazgo) equipa a los miembros de la iglesia para las obras del servicio (Ef 4:11, 12).

4. Los Pastores
El t�rmino pastor es el mismo que apacentador. Los pastores (apacentadores) est�n para cuidar, dirigir y alimentar las ovejas. Ellos apacientan, disciplinan, oran, aman y ministran a la congregaci�n local de creyentes bajo su cuidado (Hch 20:28). Ellos deber�n llenar los requisitos de 1 Timoteo 3:1-13 y Tito 1:5-9.

5. Maestros
Los maestros son capacitados por el Esp�ritu Santo para ayudar a otros a entender la Palabra de Dios (la Biblia) y el plan de Dios. El don de la ense�anza, es a menudo combinado con el papel de pastor o anciano (1 Timoteo 3:2, Tito 1:9).

C. RESUMEN
1. Los Cinco Dones
a. Los Ap�stoles GUARDAN la Iglesia de las falsas doctrinas pr�cticas.

b. Los Profetas GU�AN a la Iglesia en el evangelismo y expansi�n misionera.

c. Los Evangelistas CONGREGAN a los incr�dulos a trav�s de predicar la Palabra seguida de se�ales: sanidad, exorcismo y milagros.

d. Los Pastores ALIMENTAN a los creyentes hasta que alcanzan la madurez espiritual.

e. Los Maestros FUNDAMENTAN a los creyentes sobre la roca: Cristo Jes�s.

2. Jes�s, Nuestro Modelo
Jes�s es nuestro modelo en todas las cosas. �l es llamado:

a. Ap�stol (He 3:1)

b. Profeta (Lc 24:19; Jn 4:19; Hch 3:22-26).

c. Evangelista (Lc 4:18)

d. Pastor (Jn 10:2; He 13:20; 1 P 5:4) y

e. Maestro (Jn 3:2).

3. Descripciones De Trabajo, No T�tulos
Los l�deres de la Iglesia pueden ser combinaciones de los ministerios descritos en los p�rrafos anteriores. Algunos son pastores-evangelistas. Otros son pastores-profetas. Y a�n otros pueden ser pastores-maestros, o pastores-ap�stoles.

En el Nuevo Testamento, estos t�rminos no fueron usados como t�tulos. Fueron usados como descripciones de trabajo para detallar las funciones o dones que un hombre ten�a. Fueron utilizados de la misma manera en que describir�amos a un carpintero, a un pintor, a un electricista o agricultor.
Los l�deres de la Iglesia deben evitar el conferirse t�tulos de honor a s� mismos (Mt 23:8-12). Aquellos llamados al liderazgo de la Iglesia, son �nicamente sirvientes del Se�or y de Su reba�o (Ro 1:1; Tit 1:1).

Sigamos el ejemplo de Pedro: "…como tambi�n nuestro amado hermano Pablo, seg�n la sabidur�a que le ha sido dada, os ha escrito" (2 P 3:15). �l escogi� sus palabras sabiamente cuando se refiri� al "Ap�stol Pablo". �Acaso no debemos hacer lo mismo?


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