Quiz�s usted haya le�do c�mo Mart�n Lutero y sus seguidores fueron excomulgados de sus iglesias, acusados falsamente de toda clase de mal. Muchos fueron amarrados a los postes y quemados vivos debido a que no renunciaban a su fe en la sangre que �l derram� en la cruz para redimirlos.

2. Los Santos Sufren Persecuci�n
Mart�n Lutero, Calvino, Knox, Fletcher y muchos otros hijos benditos del Se�or se mantuvieron firmes en defensa de las verdades de la salvaci�n y de la manera de vivir libre del pecado, �stos, padecieron toda suerte de persecuciones.

La Palabra de Dios dice: "Y tambi�n todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jes�s padecer�n persecuci�n" (2 Tim 3:12). Si usted o su iglesia profesa vivir en santidad y todav�a no ha padecido persecuci�n; si ha venido a ser muy popular, y la vergüenza y reproches de la cruz se han ido; tiene que haber algo radicalmente err�neo en alg�n lugar, ya que los que viven p�amente tendr�n que padecer persecuci�n.

As� como el noble �rbol volvi� a echar las ra�ces de la justificaci�n dentro del f�rtil suelo de la fe; as� como la vida volvi� a comenzar a subir por el tronco y las ramas del �rbol; cada demonio del infierno parec�a estar rabiando y rechinando los dientes contra los que vieron y aceptaron la luz de la salvaci�n.

Los m�rtires fueron apedreados hasta la muerte, los colgaban en los pat�bulos p�blicos, padec�an las torturas de la Inquisici�n, sus ojos eran sacados con hierros calientes, eran azotados hasta que sangraban por grandes heridas en sus espaldas, les regaban las heridas con sal, eran echados en calabozos oscuros y, con todo, permanec�an firmes y resueltos por Jes�s.

Eran torturados de maneras indescriptibles, les cortaban las cabezas y otros eran sacrificados en la guillotina. Los Confederados o aliados por un pacto, eran echados de un lugar a otro y, muchas veces, ten�an que esconderse en cavernas para poder orar o cantar alabanzas al Se�or. Eran perseguidos y fastidiados en todo momento.

Pero Dios hab�a dicho: "Restaurar� los a�os que fueron destruidos". Y a pesar del martirio que sufrieron al ser quemados en los postes, a pesar de la sangre, el fuego, las aguas profundas de la tribulaci�n y la ira de los demonios del infierno, la gran flecha hab�a comenzado su trayectoria hacia arriba y nunca m�s se detendr�a hasta alcanzar la c�spide y el �rbol lograr� ser restaurado nuevamente a su perfecci�n.

La persecuci�n no puede detener a Dios. Las inundaciones no pueden aminorar Sus pasos. El fuego no puede retrasar Su progreso.

Por lo tanto, l�nea sobre l�nea, precepto sobre precepto, un poquito aqu� y otro poquito all� (Is 28:10-13), la obra de restauraci�n ha continuado su marcha adelante.

El Se�or no s�lo restaur� los a�os que el revolt�n hab�a devorado, sino tambi�n los a�os que el pulg�n hab�a comido.

H. C�RCULO 8: LOS A�OS DEL PULG�N SON RESTAURADOS
"…Y os restituir� los a�os que comi�… el pulg�n…" (Jl 2:25).

1. La Santidad Es Restaurada
Se comenz� a predicar la completa consagraci�n y santidad a Jehov�; Dios llam� a muchas otras personas a separarse del mundo con una realizaci�n m�s profunda de lo que significaba vivir una vida completamente rendida y consagrada a Dios.

Las personas que estaban ubicadas un escal�n m�s bajo siempre parec�an batallar contra las que estaban un escal�n m�s arriba. No obstante, a medida que la obra de cernir y separar continuaba, Dios dirig�a a Su pueblo adelante hacia alturas cada vez m�s elevadas.

Cuando una iglesia se enfriaba, perd�a su primer amor o rechazaba verdades m�s elevadas, comenzaban a perderse espiritualmente.

Tan pronto como un credo (grupo) rehusaba andar en la luz como era conferido por el Se�or o comenzaba a organizar y a establecer normas de hombres, Dios simplemente saltaba sobre sus murallas y los abandonaba para que practicaran sus ceremonias y ritos humanos, tomando con �l a la manada peque�a de entre los que hab�a llamado una vez.

En muchos casos, el �ngel mensajero de Dios que lleva Sus cartas, tuvo que escribir sobre el dintel de la puerta de las iglesias modernas.

"…tienes nombre que vives, y est�s muerto" (Ap 3:1), o "Que tendr�n apariencia de piedad, pero negar�n la eficacia de ella…" (2 Tim 3:5).

Pero la obra no fue detenida; en alguna parte hab�a santos orando; en alg�n lugar hab�a corazones hambrientos congreg�ndose en cultos de oraci�n en los hogares o en las esquinas de las calles, y los tallos y ramas tiernas del �rbol comenzaron a reto�ar.

La consagraci�n y la santidad estaban siendo predicadas, y los a�os que el pulg�n hab�a comido estaban siendo restaurados.

2. Un Pueblo Separado
Juan Wesley (1703-1791)
fue un hombre con un mensaje para la iglesia y para el mundo en 1700. �l tambi�n sufri� persecuci�n. Los predicadores de las esquinas de las calles, en aquellos d�as, eran apedreados y atacados con huevos podridos. Eran humillados, pero no derrotados. El poder de Dios era manifestado en la amada y antigua Iglesia Metodista.

En los servicios de Carlos Finey tambi�n (Evangelista norteamericano de 1800) los hombres y las mujeres eran sobrecogidos por el poder del Esp�ritu de Dios. Se�ales y milagros acompa�aban a los que predicaban la Palabra: que eran los que llevaban el "alimento a su debido tiempo"(Sal 145:15).

Aunque estas iglesias viv�an vidas santas en oraci�n y poderosas en Jes�s, padec�an horribles persecuciones. Ahora, cuando ellas tambi�n comenzaron a descender hacia los fr�os y formales ritos religiosos como las dem�s antes de ellas, el poder y manifestaci�n del Esp�ritu comenz� a escurrirse de entre sus medios.

Cuando los banquetes en los salones reemplazan los aposentos altos, y los conciertos el lugar de los servicios de oraci�n, el Esp�ritu es contristado y se retira.

A medida que cada cuerpo de creyentes comenz� a organizarse y a elevar las murallas de diferencia, Dios simplemente pas� por sobre sus murallas y llam� a otros grupos de personas separadas que estuvieran dispuestas a sufrir y a sacrificarse por �l.

Entonces vino el d�a en el cual William Booth (fundador del Ej�rcito de Salvaci�n) fue llamado a decidir entre comprometer sus creencias o seguir la gran luz que Dios le hab�a revelado. A medida que vacilaba por unos momentos, su esposa le llam� desde el balc�n de aquella enorme iglesia dici�ndole: "�Di que no William!"

Y William Booth dijo: "�No!" y rehusando comprometerse, continu� adelante predicando el mensaje que Dios le hab�a llamado a predicar.

En los primeros d�as del Ej�rcito de Salvaci�n, no eran populares, padecieron persecuci�n, eran un pueblo peculiar as� como lo hab�an sido los dem�s mencionados anteriormente en el principio.

Ellos tambi�n fueron apedreados y puestos en prisiones. Algunos hasta llegaron al martirio. Sin embargo, ni el diablo, ni sus agentes pudieron detener a Dios y Su obra de restauraci�n.

En esos primeros d�as del Ej�rcito de Salvaci�n, no era raro ver a los hombres y mujeres recibiendo el impacto del poder de Dios. Algunos de ellos recibieron el poder del Esp�ritu Santo y hablaron en otras lenguas.

Entre ellos, hab�a manifestaciones poderosas de Dios tales como danzas en el Esp�ritu y vigilias de oraci�n. En fiel cumplimiento a la profec�a, mientras viv�an vidas santas y separadas, eran perseguidos y maltratados por el mundo.

Entonces, aparecieron las Iglesias de la Santidad, bendecidas maravillosamente de Dios; �l se mov�a en medio de ellas majestuosamente.

Muchas de esas maravillosas personas pensaron que al final el Se�or hab�a restaurado todo lo que habr�a que restaurar a la Iglesia, creyendo que ya hab�an recibido todo lo que �l ten�a para ellos. �Pero no fue as�! Dios hab�a dicho: "Y os restituir� los a�os que comi� la langosta, el pulg�n, el revolt�n y la oruga…" (Jl 2:25). Esto significaba que TODO lo que se hab�a perdido, ser�a restaurado.

Hasta el presente, �nicamente se hab�an restaurado los a�os que hab�an sido comidos por el revolt�n y el pulg�n. �Qu� acerca de los a�os comidos por la langosta y la oruga? Cuando Dios dice "TODO", �quiere decir El todo, o solamente la mitad? Por supuesto que quiere decir todo. Por consiguiente, pasemos adelante:

I. C�RCULO 9: LOS A�OS DE LA LANGOSTA SON RESTAURADOS
"Y os restituir� los a�os que comi� la langosta" (Jl 2:25).

1. El Revestir Del Esp�ritu Santo Es Restaurado
En todos los siglos de la historia de la Iglesia, un peque�o remanente de santos fieles ha recibido el Esp�ritu Santo y hablado en otras lenguas como en los tiempos b�blicos. Sin embargo, en la Iglesia en general, los a�os que la langosta hab�a devorado en el C�rculo 3 (el Bautismo del Esp�ritu Santo y los dones del Esp�ritu), no hab�an sido restaurados en grandes medidas.

Por consiguiente, eso ser�a lo pr�ximo en ser restaurado. Pedro, al citar al Profeta Joel, dice: "…en los postreros d�as, dice Dios, derramar� de mi Esp�ritu sobre toda carne…" (Hch 2:17). Joel declara: "Vosotros tambi�n, hijos de Sion, alegraos y gozaos en JEHOV� vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia [en Pentecost�s] a su tiempo, y har� descender sobre vosotros lluvia temprana [Pentecostal] y tard�a [Fiesta de los Tabern�culos] como al principio [a principios del mes]" (Jl 2:23). En este vers�culo la frase a "principios del mes" se refiere a la temporada en la cual la Fiesta de los Tabern�culos (o la fiesta del Recogimiento de la Cosecha) era celebrada. Examine la Secci�n C10 para m�s detalles sobre esto.

2. La Lluvia Tard�a Desciende
Hace solamente unos cuantos a�os atr�s que esta lluvia tard�a comenz� a caer. Quiz�s usted recuerda el gran Avivamiento de Welch, en el cual, el fuego descendi� bajo la predicaci�n de Evan Roberts.

Muchos fueron salvos y bautizados con el Esp�ritu Santo. Los que recibieron al consolador, el Esp�ritu de Dios, hablaron en otras lenguas.

En Muki, India, la misionera Pandita Ramabai estaba orando con un grupo de mujeres j�venes hind�es. Hab�an empleado d�as y noches de oraci�n, cuando repentinamente el Esp�ritu fue derramado en medio de ellas como lo fue en el D�a de Pentecost�s.

Se dice que se vio el fuego visible sobre la cama de una joven, y cuando las dem�s muchachas fueron a buscar agua para apagarlo, descubrieron que era el fuego del Esp�ritu Santo, as� como Mois�s vio el fuego en la zarza que ard�a y �sta no se consum�a.

Aquellas preciosas muchachas hind�es que recibieron el Esp�ritu Santo, hablaron en otras lenguas como el Esp�ritu les daba que hablasen. Una de ellas habl� el idioma ingl�s (el cual nunca antes hab�a estudiado) y este es el mensaje que fue hablado a trav�s de ella: "Jes�s viene pronto, preparaos para el rapto".

Aquel gran avivamiento se extendi� por todas partes. Casi simult�neamente, el Esp�ritu Santo fue derramado en los Estados Unidos de Am�rica, en Inglaterra, en Canad�, en �frica, en China y en las Islas de los oc�anos.

Nunca hubo un avivamiento mundial tan poderoso, que se extendiera tan r�pida y simult�neamente. El Esp�ritu fue derramado sobre los grupos que se congregaban a orar en sinn�mero de lugares, quienes nunca antes hab�an escuchado acerca del revestimiento del Esp�ritu Santo.

En cada caso, sin excepci�n, los que recib�an el Esp�ritu Santo hablaban en otras lenguas exactamente como los que lo hab�an recibido en los tiempos b�blicos. La lluvia tard�a estaba cayendo sobre la tierra. A fin de recibir el Esp�ritu Santo, uno ten�a que estar vac�o y ser humilde. Cuando se humillaban a s� mismos y buscaban de todo coraz�n, tanto pobres como ricos, negros como blancos, amas como sirvientas, etc., recib�an el Esp�ritu Santo por igual.

Quienes lo recib�an magnificaban al Se�or y glorificaban Su Nombre como nadie, excepto creyentes llenos del Esp�ritu pod�an hacerlo.

Olas de gloria, inundaciones de loor emerg�an de las asambleas que recib�an el Esp�ritu Santo. No hab�a manera de detener aquel gran despertamiento que se extend�a por todas partes.

3. El Derramamiento Del Esp�ritu Santo Fue Condenado
As� como los demonios y los hombres imp�os hab�an batallado contra la restauraci�n de los a�os que el revolt�n y el pulg�n hab�an devorado, de igual manera ahora �stos se opon�an con esfuerzos renovados contra la restauraci�n de los a�os devorados por la langosta.

La historia volv�a a repetirse de nuevo y los santos que estaban en un escal�n m�s bajo, indispuestos a humillarse a s� mismos, batallaban contra aquellos que hab�an ascendido un escal�n m�s alto, y muchos rehusaban andar en la luz.

Fracasaron en comprender que Dios en realidad estaba determinado a cumplir Su promesa de que restaurar�a "TODO" lo que hab�a sido devorado.

Ellos perdieron de vista el hecho de que el Se�or dijo que ven�a por una Iglesia perfecta y aderezada con todo el poder y gloria del Esp�ritu.

Algunos a�n declaraban que el Bautismo en el Esp�ritu Santo no era para nuestros d�as, y que no pod�an entender c�mo pod�amos estar viviendo todav�a en la dispensaci�n del Esp�ritu Santo; pero la verdad es que lo estaremos hasta que Jes�s venga.

Algunos predicadores de la oposici�n, saltaban sobre los p�lpitos para condenar a los que hab�an recibido el Esp�ritu Santo a la manera b�blica. Ellos dec�an: "�Fuego sin control!, �Emocionalismo!, �Hipnotismo!, �Falsa ense�anza!" Eran catalogados con toda suerte de nombres.

�Oh, la ceguera de esos miserables perseguidores! Ellos mismos, quienes hab�an sido perseguidos por la luz y la verdad restaurada unos cuantos a�os atr�s, ahora estaban persiguiendo a los que se mov�an adelante hacia una luz mayor.

Se imprimieron tratados y avisos para condenar el derramamiento del Esp�ritu; grandes predicadores montaban sus plataformas y lo denunciaban, pero no podr�an detener lo que ya Dios hab�a dicho respecto a la restauraci�n de los a�os perdidos y del env�o de la lluvia tard�a del Esp�ritu Santo. Ellos no podr�an retener a Dios en la restauraci�n del Bautismo del Esp�ritu Santo y derramar la lluvia a su debido tiempo como los anteriores perseguidores tampoco pudieron detenerlo en Su restauraci�n de la salvaci�n y santidad a Jehov�.

Aquellos que batallaban contra el Esp�ritu Santo, estaban cerrando sus puertas con barras o rode�ndose con nubes de incredulidad. Comenzaron a secarse inmediatamente en el aspecto espiritual. En el momento en que las iglesias y asambleas que una vez estaban saturadas del fuego de Dios y predicando (He 12:14), comenzaron a rechazar el Esp�ritu Santo, tal poder fue retir�ndose de sus medios hasta desaparecer por completo.

�Oh, c�mo es posible que no percibieran que el derramamiento de aquella lluvia tard�a del Esp�ritu era lo que ellos necesitaban y lo que hab�an estado pidiendo! �Por qu� no se humillaron a s� mismos y dejaron que el Esp�ritu que hab�a estado "con" ellos entrara ahora "dentro" de sus vidas para que fueran templos del Esp�ritu Santo de Dios? (Jn 14:17).

4. El Derramamiento No Puede Ser Detenido
�Tantas batallas y persecuciones para nada! Ellas no pudieron extinguir el fuego del Esp�ritu que ven�a sobre los que buscaban ardientemente Su presencia con corazones puros y humildes.

El batallar contra el derramamiento del Esp�ritu Santo, era como un hombre con una escoba en su mano, tratando de barrer hacia el mar las olas del Oc�ano Pac�fico. Mientras trata de barrerlas hacia el mar en una parte, las olas siguen azotando en innumerables otros lugares.

Adem�s, si permanece por mucho tiempo donde las grandes olas est�n azotando y no se retira tierra adentro, las olas le pasar�n por encima y se lo llevar�n mar adentro. �Aleluya!

Una escoba no puede detener las olas del oc�ano, ni tampoco las contiendas pueden detener la ca�da de la lluvia tard�a, ya que Dios lo ha hablado. "Y despu�s de esto derramar� mi Esp�ritu sobre toda carne…" (Jl 2:28). Dejen de batallar contra Dios y abran sus corazones para recibir y dar la bienvenida a Su don: el Esp�ritu Santo.

Durante los pasados noventa a�os, cientos de millones de inquiridores sedientos de Dios han sido bautizados con el Esp�ritu Santo.

As� que, en el Circulo 9 en la gr�fica, vi en mi visi�n las hojas que hab�an sido devoradas por la langosta siendo restauradas al �rbol nuevamente.

As� como muchos, en los C�rculos 7 y 8, hab�an cre�do que cuando el Se�or restaur� la plena salvaci�n y santidad ya ten�an todo lo que necesitaban; ahora sucede que todos los que han recibido el Esp�ritu Santo, piensan que ya tienen todo lo que el Se�or ten�a para ellos.

Cre�an conscientemente que una vez llenos con el Esp�ritu Santo y hablando en otras lenguas, en realidad ya hab�an alcanzado todo lo que el Se�or ten�a para ellos, y dejaron de buscar m�s.

Sin embargo, esto no fue todo lo que la Iglesia hab�a perdido y, por lo tanto, no todo lo que Dios le habr�a de restaurar.

J. C�RCULO 10: LOS A�OS DE LA ORUGA RESTAURADOS
"Y os restituir� los a�os que comi�… la oruga…" (Jl 2:25).

1. Restauraci�n De Los Dones Y Frutos
As� como el Padre otorg� el don de Su Hijo unig�nito Jes�s al mundo, y as� como Jes�s otorga el Don del Esp�ritu santo: la promesa del Padre sobre el creyente, de igual manera el Esp�ritu Santo tiene Sus dones que conferir a los que le reciben.

Los nueve Dones y Frutos del Esp�ritu, vistos en el C�rculo Uno, son nuevamente restaurados al �rbol. Muchos ni�os bendecidos del Se�or se quedan detenidos en la experiencia de la salvaci�n y consagraci�n, ignorando el siguiente paso, que es aceptar el Esp�ritu Santo.

2. Procurando Los Dones
Adem�s, muchos de los que han recibido el Esp�ritu Santo se detienen ah� y no procuran la bendici�n de 1 Corintios 12:31: "Procurad, pues, los dones mejores".

Al buscar m�s de la voluntad de Dios para nuestras vidas despu�s de haber recibido el Esp�ritu Santo, no pida m�s por el Esp�ritu, ya que si lo recibi�, usted lo recibi� a �l por completo. �l no es divisible.

Usted lo tiene o no lo tiene, lo recibi� o no lo recibi�. Por lo tanto, si ya �l vino a su coraz�n, si ya habl� en otras lenguas a trav�s de usted como en Hechos 2:4, significa que est� morando en su interior. Ahora deber� orar para que viva una vida m�s sensible y sumisa al Esp�ritu en su interior.

Alguien ha dicho: "Oh, no busque los dones, busque al Dador". Pero amado, si usted ha recibido el Esp�ritu, entonces tiene al Dador. Escuche lo que dice Pablo: "…Procurad, pues, los dones mejores… procurad abundar en ellos para edificaci�n de la iglesia… Por lo cual, el que habla en lengua extra�a pida en oraci�n poder interpretarla… procurad profetizar…" (1 Co 12:31; 14:12, 13, 19).

Existe un Don de Profec�a genuino, aunque el enemigo ha tratado de falsificarlo. El discernir los esp�ritus es algo muy necesario; el Don de sanidad y todos los dem�s dones, deber�n ser manifestados en nuestros servicios locales.

Los Dones Y Frutos, est�n volviendo a aparecer en las ramas del �rbol.

"Porque a �ste es dada por el Esp�ritu palabra de sabidur�a; a otro, palabra de ciencia seg�n el mismo Esp�ritu;

A otro, fe por el mismo Esp�ritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Esp�ritu.

A otro, el hacer milagros; a otro, profec�a; a otro, discernimiento de esp�ritus; a otro, diversos g�neros de lenguas; y a otro, interpretaci�n de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Esp�ritu, repartiendo a cada uno en particular como �l quiere" (1 Co 12:8-11).

En el C�rculo 10 vemos el fruto, pero no en su completa madurez. A medida que oramos y nos rendimos al Esp�ritu, �l buscar� d�nde ubicar los dones en cada miembro de la Iglesia como el Esp�ritu lo desee. �l se encargar� que los dones y los frutos sean visibles en nuestros medios.

3. Adelante Hacia La Perfecci�n
Jes�s viene pronto, viene por una Iglesia perfecta, revestida de poder y gloria. �l viene por el �rbol perfecto, repleto de todo don y fruto delicioso y maduro, completamente desarrollado sobre sus ramas.

�Oh que despertemos y marchemos adelante hacia la perfecci�n! El invierno ya concluy� y es historia; la primavera con su lluvia temprana pas�; el verano ya va pasando y la lluvia tard�a hace tiempo que est� cayendo. La cosecha est� a la mano y el Maestro est� buscando los frutos ya desarrollados y maduros.

Loado sea Dios por las ra�ces y el tronco de la salvaci�n. Magnificado sea el Se�or por los reto�os firmes y las ramas fuertes de la santidad y consagraci�n. Alabado sea Dios por las hojas verdes del Esp�ritu Santo. Pero el Maestro demanda frutos de Su �rbol en estos d�as del fin, antes de su venida. �l requiere un fruto perfecto, no uno verde e inmaduro. En estos precisos momentos est� murmurando: "Restaurar� Todos Los A�os Que Han Sido Devorados".

Amado amigo, hay mucha tierra por delante que poseer. Dejemos que el fruto del Amor sea obrado en su vida con Gozo, Paz, Paciencia, Bondad, Amabilidad, Fe, Mansedumbre y Templanza.

Regresemos nuevamente a Pentecost�s y a la plenitud del poder y gloria Pentecostal registradas en la Palabra de Dios. Jes�s viene pronto, muy pronto por Su Iglesia perfecta, por Su comprometida que le espera sin mancha, ni arrugas en este mundo. Jes�s viene por Su �rbol lleno de frutos perfectos y maduros.

�l nos arrebatar� pronto y nos llevar� a lugares celestiales donde nuestras hojas jam�s se secar�n, ni nuestros frutos se pudrir�n.

Las manecillas del reloj en estos momentos apuntan hacia la hora se�alada. La hora en la cual Jes�s arrollar� los cielos estrellados y descender� por Su amada que est� a la mano. El gran reloj del tiempo casi ha llegado a la hora determinada.

No permitamos que nada nos impida la obra de preparaci�n de nuestras vidas. Tengamos cuidado de no apagar el fuego del Esp�ritu.

Vigilemos para no caer en las mismas trampas que cayeron otras personas anteriormente usadas por Dios en gran manera: en las trampas de la formalidad, de la frialdad y organizaci�n, de la edificaci�n de murallas a nuestro alrededor y siendo negligentes en reconocer a los dem�s miembros de nuestro cuerpo: "porque por un mismo Esp�ritu somos todos bautizados en UN CUERPO" (1 Co 12:13).

Si alguna vez levantamos paredes y caemos en estas trampas de la formalidad, Dios pasar� por nuestras murallas y escoger� a otro pueblo como ha hecho en otras ocasiones del pasado.

Por consiguiente, esfu�rcese en ir a la perfecci�n, no se quede rezagado sin luchar por alcanzar lo mejor de Dios. Si pone su corona a un lado, otro pasar� y la recoger�, y el n�mero estar� completo; no faltar� ninguno. Solamente aquellos que marchen adelante con determinaci�n siguiendo Sus preceptos ser�n arrebatados a las nubes.

Si ha estado dudando de Dios, deje de dudar. �l est� esperando restaurar todos los a�os que han sido devorados, haciendo que usted se pare firme en esa gloriosa "compa��a del �rbol perfecto", listo y esperando por Jes�s.


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