Cap�tulo 2
El Papel De Las Mujeres En El Antiguo Testamento

Introducci�n

En el Israel antiguo las mujeres eran consideradas como miembros de la "familia de la fe". Como tal, pod�an entrar dentro de la mayor�a de las �reas de la adoraci�n.

La Ley ordenaba a todos los hombres a presentarse o comparecer ante el Se�or tres veces al a�o. Aparentemente las mujeres iban con ellos en algunas ocasiones (Dt 29:10, 11; Neh 8:2; Joel 2:16), pero no eran requeridas a ir. Quiz�s las mujeres no eran obligadas a ir debido a sus importantes deberes como esposas y madres. Por ejemplo, Ana fue a Silo con su esposo y le pidi� a Dios que le diera un hijo (1 S 1:3-18). M�s tarde, cuando el ni�o naci�, le dijo a su esposo: "Yo no subir� hasta que el ni�o sea destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehov�, y se quede all� para siempre" (v 22).

Como cabeza de la familia, el esposo o padre presentaba los sacrificios y ofrendas en beneficio de toda la familia (Lv 1:2). Pero la esposa pod�a ser presentada tambi�n.

Las mujeres concurr�an a la Fiesta de los Tabern�culos (Dt 16:14), a La Fiesta Anual del Se�or Jehov� (Jue 21:19-21) y al Festival de la Nueva Luna (2 R 4:23).

Un sacrificio que solamente las mujeres daban al Se�or, era ofrecido despu�s del nacimiento de un ni�o: "Cuando los d�as de su purificaci�n fueren cumplidos, por hijo o por hija, traer� un cordero de un a�o para holocausto, y un palomino o una t�rtola para expiaci�n, a la puerta del tabern�culo de reuni�n, al sacerdote" (Lv 12:6).

Varias mujeres del Antiguo Testamento fueron famosas por su fe. Incluida en esa lista de Hebreos 11 hay dos de esas mujeres: Sara y Rahab (Gn 21; Jos 2, 6:22-25).

Ana fue un ejemplo santo de una madre israelita. Ella or� a Dios; crey� que �l escuch� sus oraciones; y cumpli� con su promesa a Jehov� Dios. Su historia se encuentra en 1 Samuel 1.

A. MAR�A
Mar�a fue la hermana mayor de Mois�s; fue una mujer extraordinaria.

1. Salv� La Vida De Mois�s
Fara�n hab�a ordenado que todos los ni�os varones que nacieran en Israel fueran asesinados. La vida del ni�o Mois�s fue puesta en gran peligro; por lo tanto, su madre "…tom� una arquilla de juncos y la calafate� con asfalto y brea, y coloc� en ella al ni�o y lo puso en un carrizal a la orilla del r�o" (Ex 2:3).

Ese fue un momento peligroso para Mois�s, pero su animada hermana mayor MAR�A, a pesar de que era una ni�a para ese tiempo, permanec�a por los alrededores. "…para ver lo que le acontec�a" (Ex 2:4).

Cuando Mar�a vio a la hija de Fara�n rescatando a Mois�s, se present� inmediatamente a ella con un plan de acci�n. "Entonces su hermana dijo a la hija de Fara�n: �Ir� a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te cr�e este ni�o?" (Ex 2:7).

Mar�a hizo arreglos para que la mam� de Mois�s le alimentara. De esa manera, la acci�n valiente y r�pida de Mar�a, salv� a Mois�s. Le debemos a Mar�a much�simo. �Qu� ser�a el mundo hoy, si no tuvi�ramos el ministerio de Mois�s?

2. L�der De Adoraci�n Y Profetisa
Despu�s que el ej�rcito de fara�n pereci� ahogado en las aguas del Mar Rojo y los israelitas estuvieron seguros en el desierto, una gran celebraci�n de adoraci�n tom� lugar.

"Y Mar�a la profetisa, hermana de Aar�n, tom� pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.

Y Mar�a les respond�a: Cantad a JEHOV�, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete" (Ex 15:20, 21).

El ministerio de alabanza con m�sica, es mejor si es dirigido por aquellos que tienen una unci�n prof�tica sobre ellos. Esto fue una realidad en Mar�a. Ella ten�a un precioso don prof�tico y musical que la hizo una ideal l�der de alabanzas a Dios y profetisa.

As� como David unos 500 a�os m�s tarde, ella cant� el canto del Esp�ritu. Su canto fue uno prof�tico. Su ministerio de adoraci�n fue el resultado de la unci�n prof�tica que estaba sobre ella.

Otras mujeres del Antiguo Testamento tambi�n fueron usadas en el ministerio de m�sica y adoraci�n. En el tiempo del Rey David, "…Dios dio a Hem�n… tres hijas. Y todos �stos estaban bajo la direcci�n de su padre en la m�sica, en la casa de Jehov�, con c�mbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios… seg�n la disposici�n del rey…" (1 Cr 25:5, 6).

David estableci� un orden divino de alabanza y adoraci�n para el pueblo de Dios que se extendi� aun hasta los tiempos de la Iglesia del Nuevo Testamento (lea Hechos 15:16). Por consiguiente, sigue siendo correcto el que las mujeres participen en las alabanzas, adoraci�n y en el ministerio de m�sica as� como Mar�a y las hijas de Hem�n.

3. L�der Con Mois�s Y Aar�n
"Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redim�; y envi� delante de ti a Mois�s, a Aar�n y a Mar�a" (Mi 6:4).

Mar�a es mencionada en conjunci�n con Mois�s y Aar�n como una de la trinidad que entreg� y dirigi� a los israelitas fuera de la esclavitud egipcia.

Esto ilustra el papel de liderato autoritativo y de gran influencia que ella ejerc�a.

�C�mo nos atrevemos a negarle a las mujeres un rol similar, con el cual, el Esp�ritu Santo ha ungido en nuestros d�as y �poca?

4. Actuaron Presuntuosamente
"Acu�rdate de lo que hizo JEHOV� tu Dios a Mar�a en el camino, despu�s que salisteis de Egipto" (Dt 24:9).

Mar�a, Aar�n y el Rey Sa�l, representan las trampas peligrosas en las cuales los l�deres pueden caer. Los l�deres pueden tratar de ejercer autoridad m�s all� de su oficio y unci�n. Ambos, mujeres y hombres, deben estar conscientes de que el ejercicio de la autoridad y liderato pueden conducir a la arrogancia y orgullo, que son pecados destructores.

En lo que aparenta ser un motivo de racismo, Mar�a ret� err�neamente la autoridad de Mois�s. "Mar�a y Aar�n hablaron contra Mois�s a causa de la mujer Et�ope que hab�a tomado…" (Nm 12:1).

Dios llam� a Mar�a a juicio inmediatamente. "Y la nube se apart� del tabern�culo, y he aqu� que Mar�a estaba leprosa como la nieve…" (Nm 12:10).

"Entonces Mois�s clam� a Jehov�, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. Respondi� JEHOV� a Mois�s: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, �no se avergonzar�a por siete d�as?… As� Mar�a fue echada del campamento siete d�as; y el pueblo no pas� adelante hasta que se reuni� Mar�a con ellos" (Nm 12:13-15). Cada l�der, hombre o mujer, necesita respetar los l�mites de su ministerio. Ellos no deben entrometerse presuntuosamente en las �reas que no tienen jurisdicci�n o responsabilidad. Mar�a cometi� sus errores as� como cualquier otro l�der. Como Mois�s y David, ella fue disciplinada seriamente, pero encontr� perd�n ante Dios y la restauraci�n a la confraternidad entre el pueblo de Dios.

B. D�BORA
"Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, D�bora, profetisa mujer de Lapidot;

Y acostumbraba sentarse bajo la palmera de D�bora, entre Ram� y Betel, en el monte de Efra�n; y los hijos de Israel sub�an a ella a juicio" (Jue 4:4,5).

1. Profetisa Y Juez
D�bora, una mujer casada, ocupaba dos posiciones u oficios: Uno como Profetisa (mujer profeta), y otro como l�der o juez. Este �ltimo papel es congruente con Juan 5:22 discutido anteriormente.

Bajo el liderato de D�bora, los hijos de Israel fueron librados de unos veinte a�os m�s de opresi�n y ocupaci�n de parte de un ej�rcito extranjero.

Por medio de la percepci�n prof�tica, D�bora llam� al General israelita Barac para que saliera con un ej�rcito de 10,000 hombres contra una fuerza superior de 900 carros de acero al mando de los canaanitas. Barac dirigi� la batalla contra el ej�rcito canaanita que estaba bajo el mando del General S�sara y los derrot�.

Mientras el General S�sara hu�a, busc� refugio en la tienda de una familia n�mada cuya matriarca era Jael. Desconociendo S�sara que eran israel�es, Jael le ofreci� hospitalidad. Cuando el General estaba durmiendo profundamente, ella tom� una estaca de la tienda y con un golpe fuerte del mazo se la clav� por las sienes. �l muri� instant�neamente.

De esa manera, dos mujeres fueron las hero�nas sobresalientes en esta liberaci�n dram�tica de Israel de los opresores.

2. El Prop�sito Antiguo Es Cumplido
Poco despu�s, D�bora cant� este canto prof�tico: "Entonces… el pueblo de JEHOV� march� por �l en contra de los poderosos" (Jue 5:13).

Ella cumpli� el prop�sito antiguo de Dios para el hombre y la mujer: tener dominio (Gn 1:28). Alguien dijo: Cuando el Se�or tiene una tarea humana que realizar, �l siempre escoge una mujer para llevarla a cabo".

�Por qu�, entonces, cuando el precedente b�blico existe para que las mujeres cumplan un papel importante en el plan de Dios, los hombres en posiciones de liderato en la Iglesia atribuyen para s� normas que impiden que las mujeres ministren?

C. HULDA
"Entonces fueron el sacerdote Hilc�as… a la profetisa Hulda, mujer de Salum… guarda de las vestiduras… y hablaron con ella" (2 R 22:14).

1. Profetisa De Reformaci�n
Durante el reino del Rey Jos�as, el libro de la ley fue descubierto en el Templo. Cuando los sacerdotes comenzaron a leerlo, entendieron que la naci�n se hab�a apartado muy lejos de los caminos de Dios. Supieron que la naci�n estaba en peligro de ser destruida bajo el juicio divino.

A fin de descubrir lo que deber�an hacer, fueron a esta sobresaliente profetisa, quien les expuso los detalles espec�ficos del juicio por venir que ya hab�a sido determinado seg�n el consejo divino.

Debido al arrepentimiento de Jos�as, Hulda les dijo que los juicios pendientes no vendr�an durante su reino, pero vendr�an m�s tarde.

Hulda inspir� al Rey Jos�as, al sumo Sacerdote y a los dem�s l�deres de Israel, para que implementaran reformas morales y espirituales jam�s registradas. Una ola virtuosa de arrepentimiento y avivamiento vino como resultado.

Lea 2 Reyes 22 y 2 Cr�nicas 34, para los detalles sobre los resultados maravillosos del ministerio de Hulda como profetisa. Ning�n ministerio prof�tico registrado, produjo tal despertamiento y transformaci�n en la naci�n de Israel en tan corto tiempo.

D. LA ESPOSA DE ISA�AS
Otra profetisa mencionada en el Antiguo Testamento. "Y me llegu� a la profetisa, la cual concibi�, y dio a luz un hijo" (Is 8:3). �sta fue la esposa de Isa�as.

No tenemos un comentario b�blico sobre su ministerio, pero uno se pregunta si acaso no contribuy� con percepciones prof�ticas significativas para los extensos escritos de Isa�as.

No se dice si hubo alg�n otro profeta del Antiguo Testamento que se haya casado con una profetisa.

�Podr�a esto explicar el porqu� Isa�as predijo con tanta precisi�n los sufrimientos de Cristo? La Biblia dice: "Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo" (Ec 4:9).

No es dif�cil creer que el matrimonio de Isa�as con una profetisa le otorgara la ventaja singular sobre otros profetas que no tuvieran tal dicha. No es de asombrarse por qu� los escritos de Isa�as son a menudo llamados "El Quinto Evangelio".

E. LA MUJER VIRTUOSA DE PROVERBIOS 31
Lea Proverbios 31. Este la describe como:

1. Diligente, Persona Diestra En Las Artes Manuales
Los vers�culos 13, 19, 22, la describen como una persona diligente y diestra en las artes manuales (entrenada y educada).

2. Mujer Due�a De Terrenos Y De Negocios
Los vers�culos 16 y 23, la describen como una mujer due�a de terrenos de cultivo y exitosa en los negocios.

3. Bienhechora De Los Pobres Y Necesitados
El vers�culo 20, la describe como una fil�ntropa (alguien que da dinero a los pobres) y bienhechora de los pobres y necesitados. As� que, controla una suma considerable de dinero necesaria para estas actividades.

4. Es Sabia Y Su Opini�n Es Respetada
En el vers�culo 26, su sabidur�a y opini�n es inquirida y respetada.

F. CONCLUSI�N
As� que, el modelo b�blico de la mujer est� en conflicto con el papel que se le otorga en la mayor parte de los pa�ses del mundo. La Biblia nos ense�a la necesidad de elevar el papel de las mujeres.

Una antigua historia jud�a demuestra cu�n importante era la mujer en Israel. La historia dice que un hombre p�o, una vez se cas� con una mujer p�a. No tuvieron hijos, y eventualmente estuvieron de acuerdo en divorciarse.

El esposo se cas� con una mujer imp�a y ella le transform� en un hombre semejante a ella.

La mujer p�a se cas� con un hombre imp�o y le transform� en uno muy justo.

La ense�anza de esta historia es que la influencia de la mujer determina la vida espiritual de la familia y de la naci�n. Hasta cierto grado, ella era la clave de una familia pr�spera o la causa de su fracaso. Pod�a ejercer una influencia tremenda sobre sus hijos, su esposo y su naci�n.

Por consiguiente, las mujeres necesitan la libertad, respeto y reconocimiento a fin de que puedan expresar todos sus talentos, unciones y dones divinos.


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