Cap�tulo 3
Mujeres Del Nuevo Testamento En El Ministerio

Introducci�n

En los tiempos del Nuevo Testamento, las mujeres jud�as hab�an dejado de ser activas en la adoraci�n en el templo o las sinagogas. Tradiciones talm�dicas (algunas veces referidas como la Ley Oral) hab�an relegado a las mujeres a papeles inferiores y a veces subordinados, por no decir antib�blicos.

Aunque hab�a un �rea especial en el templo conocida como la "Corte o Patio de las Mujeres", no se les permit�a a ellas pasar al patio interior.

Fuentes adicionales a las b�blicas nos dicen que las mujeres no pod�an leer o hablar en las sinagogas, pero pod�an sentarse y escuchar en la secci�n especial para las mujeres. Ahora, puede que las mujeres pudieran entrar �nicamente en las sinagogas que operaban bajo los principios helen�sticos.

El templo jud�o de los d�as de Jes�s enfatizaba las distinciones �tnicas y masculinas-femeninas en sus pr�cticas religiosas. Hab�a seis cortes y rec�maras separadas:

• En la parte externa, La Corte de los Gentiles para los extranjeros;
• En la pr�xima Corte ning�n Gentil pod�a entrar, la cual inclu�a:
* el �rea restringida o Corte de las Mujeres;
* Y la Corte de Israel para los varones jud�os;
• La Corte que conduc�a al Lugar Santo, al cual solamente los sacerdotes pod�an entrar;
• El Lugar Santo;
• El Lugar Sant�simo.

Un cuadro diferente se revela en el ministerio de Jes�s. Lucas 8:1-3 indica que Jes�s le dio la bienvenida a algunas mujeres como compa�eras de viaje. �l anim� a Martha y a Mar�a para que se sentaran a Sus pies como disc�pulas (Lc 10:38-42). El respeto de Jes�s por las mujeres fue algo sorprendentemente nuevo y en completo contraste con el de los fariseos y saduceos.

En la obra redentora de Cristo, todas esas paredes divisorias fueron derrumbadas a tierra, y cada creyente, sin importar la raza, el sexo u otra distinci�n, tiene el mismo acceso a Dios. "Porque el es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separaci�n" (Ef 2:14).

La nueva Dispensaci�n cristiana introdujo una nueva era. En Cristo, todas las divisiones fueron canceladas entre los jud�os y gentiles, entre hombres y mujeres y entre sacerdotes y laicos (Ap 1:6).

"Porque todos los que hab�is sido bautizados en Cristo, de Cristo est�is revestidos. Ya no hay jud�o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var�n ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jes�s" (Ga 3:27, 28).

A. MUJERES EN LA VIDA DE CRISTO
1. Mar�a: La Madre De Cristo

Mar�a, la Madre de Cristo, fue una mujer santa y buena. De hecho, ella tiene que haber recordado el ejemplo de Ana, ya que su canto de alabanza a Dios era similar al canto de Ana (1 S 2:1-10).

"Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envi� a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley" (Ga 4:4).

Es cierto que la mujer, Eva, se rindi� primero ante la tentaci�n del pecado y luego tent� a su esposo.

Pero no olvidemos que fue una mujer, Mar�a, quien fue el vaso obediente, por medio de ofrecer su cuerpo, para que Cristo fuera concebido del Esp�ritu Santo en su vientre.

Fue a trav�s de la mujer que el Salvador del mundo naci�. As� que, si culpamos a una mujer, Eva, por la ca�da del hombre, celebremos con aclamaciones por otra mujer, Mar�a, porque fue el vaso a trav�s del cual la humanidad recibi� al Salvador.

2. Ana: Una Profetisa
El Nuevo Testamento da apertura con la extraordinaria historia del nacimiento de Jes�s. Durante la ceremonia de la purificaci�n de Mar�a (Lv 12:1-6), una Profetisa llamada Ana hace una aparici�n dram�tica.

"Estaba tambi�n all� Ana, profetisa… Y era viuda hac�a ochenta y cuatro a�os; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de d�a con ayunos y oraciones" (Lc 2:36, 37).

Ana fue usada para confirmar que Jes�s era el Mes�as, el libertador esperado por Israel. As� que, una mujer tendr�a un papel important�simo que desempe�ar en el nacimiento y dedicaci�n de Jes�s. Veremos m�s tarde que las mujeres tambi�n iban a tener un papel prominente en los eventos que rodear�an Su crucifixi�n y resurrecci�n.

3. La Mujer Perdonada: Una Evangelista
En la Biblia tanto los hombres como las mujeres siguieron a Jesucristo. Las mujeres fueron bendecidas y perdonadas de igual manera que los hombres.

Una mujer que hab�a tenido cinco maridos y que estaba viviendo con otro m�s (con quien no estaba casada), fue bendecida y perdonada de todos sus pecados.

Como prueba de que Jes�s nunca retuvo sus pecados contra ella, el mismo d�a que se convirti� ella vino a ser una de Sus evangelistas (Jn 4:28, 29, 39). Ella trajo a Cristo a toda su aldea.

4. Las Mujeres Respaldaron A Jes�s
El �nico registro de apoyo financiero otorgado a Jes�s est� en Lucas. "Y algunas mujeres... le serv�an de sus bienes" (Lc 8:2, 3).

Es obvio que aquellas mujeres dispon�an de dinero (algo negado a las mujeres en muchas culturas paganas); de otra manera, ellas no habr�an podido donarlo para la causa de Jes�s. En las culturas cristianas occidentales, 80% del sost�n para la obra del Se�or a�n viene de las mujeres.

Esas mismas iglesias, en las naciones occidentales, que le niegan a las mujeres el papel de liderato o ministerio, solicitan ansiosamente su dinero, env�an a las mujeres como misioneras a otros pa�ses y ordenan su silencio en la iglesia, adem�s de ense�ar puntos de vista que no son b�blicos con relaci�n al papel que ellas deben desempe�ar.

5. Mujeres En La Cruz
"Estaban junto a la cruz de Jes�s su madre, y la hermana de su madre, Mar�a mujer de Cleof�s, y Mar�a Magdalena" (Jn 19:25). La �ltima persona que permaneci� en la cruz fue una mujer (Mr 15:47).

a. �D�nde Estaban Los Hombres?
1) Los Disc�pulos Hab�an Huido.
"Entonces todos los disc�pulos, dej�ndole, huyeron" (Mt 26:56).

2) Pedro Le Sigui� A La Distancia. "Mas Pedro le segu�a de lejos hasta el atrio del sumo sacerdote; y entrando, se sent� con los alguaciles, para ver el fin" (Mt 26:58).

3) Pedro Le Neg�. Esto vino como resultado de que Pedro negara conocer a Jes�s (Mt 26:72).

4) Marcos Huy� Aterrorizado. Marcos (el escritor del Evangelio) corri� por su vida. "Pero cierto joven le segu�a, cubierto el cuerpo con una s�bana; y le prendieron: Mas �l, dejando la s�bana, huy� desnudo" (Mr 14:51, 52).

Lo anterior mencionado, debe hacer que los hombres se tapen los rostros de vergüenza por tal cobard�a. Mujeres valientes estuvieron dispuestas a arriesgar sus vidas por Jes�s. Hombres llenos de temor huyeron para salvar sus propias vidas.

6. Las Mujeres Fueron Las Primeras En Anunciar La Resurrecci�n
a. Primero En La Tumba
. La primera persona en ir a visitar la tumba, fue una mujer (Jn 20:1).

b. La Primera En Anunciar. La primera persona en proclamar el mensaje de la resurrecci�n fue una mujer (Mt 28:8).

Fue una mujer quien predic� el primer serm�n sobre la resurrecci�n. Ella lo predic� a los mismos Ap�stoles. Jes�s le dijo que lo hiciera. (Jn 20:17,18).

Hoy, a las mujeres se les dice a menudo que no prediquen ni ense�en. Sin embargo, Jes�s envi� a una mujer con el siguiente mensaje: "Id, dad las nuevas a mis hermanos que he resucitado".

�D�nde estaban esos "hombres valientes" en la ma�ana en la cual Jes�s resucit� de los muertos?

�Una mujer estaba all�!

Es evidente que los hombres estaban desanimados despu�s del inesperado incidente ignominioso de la crucifixi�n y, seg�n Juan 21:3, ellos regresaron a la pesca; no obstante, las mujeres se fueron a la tumba. Ellas estuvieron all� en la ma�ana en que Jes�s resucit� de los muertos.

El Cristo resucitado hizo su aparici�n y habl� primeramente a una mujer.

Es muy extra�o que las mujeres sean ense�adas a permanecer calladas hoy, que no puedan predicar o ense�ar el evangelio. Jes�s envi� una mujer a llevar las primeras noticias de Su resurrecci�n.

Su muerte y resurrecci�n levant� a la mujer de su estado ca�do y la restaur� a su lugar correcto en el Reino de Cristo. Ella estaba libre, ahora, para pararse al lado de su marido igualmente digna para exponer el mensaje cristiano del Nuevo Testamento por todo el mundo.

B. LAS MUJERES Y LA GRAN COMISI�N
Cuando Jes�s comision�: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura", la misma fue para todo creyente, sin importar el sexo, color, raza o cultura.

1. Las Se�ales Y Milagros Seguir�an A Ambos Sexos
Cuando �l clasific� los milagros y se�ales que acompa�ar�an el ministerio del evangelismo, �l especific�: "Estas se�ales seguir�n a LOS QUE CREYEREN". Esto inclu�a ambos sexos.

Jes�s dijo: "El que cree en m�, las cosas que yo hago �l tambi�n las har�". Esto inclu�a tanto a los hombres como a las mujeres, y muchas mujeres grandes y l�deres han sido lo suficientemente fuertes y valientes para demostrarlo.

Juan 14:12-14, es para ambos sexos. Esto incluye a las mujeres, SI LAS MUJERES TIENEN SUFICIENTE FE PARA CREERLO Y ACTUAR SOBRE LO MISMO.

Si yo fuera una mujer, clamar�a Juan 15 de una manera personal. De lo contrario, solamente los hombres podr�an ser salvos.

2. Las Mujeres Revestidas Para Testificar
Entre las primeras personas en ser revestidas del poder del Esp�ritu Santo para ser testigos de Cristo estuvieron las mujeres (Hch 2:4; 1:8). Despu�s de que Jes�s ascendi� al Cielo, varias mujeres se reunieron con los disc�pulos en el Aposento Alto para orar.

Aunque las Escrituras no lo explican tan espec�fico o con detalle, estas mujeres probablemente oraban audiblemente en p�blico.

Cuando Jes�s dijo en Hechos 1:8: "Pero recibir�is poder, cuando haya venido sobre vosotros el Esp�ritu Santo…", esa promesa fue para las mujeres tambi�n. "Todos �stos perseveraban un�nimes en oraci�n y ruego, CON LAS MUJERES" (v 14).
No hay duda alguna al respecto. Entre aquellos que asistieron al primer culto de oraci�n para recibir el poder prometido, hab�a un grupo de mujeres (Hch 1:14).

"Y fueron TODOS llenos del Esp�ritu Santo" (Hch 2:4). �Para qu�? Para cumplir Hechos 1:8: "...y me ser�is testigos...". Esto inclu�a ambos sexos.

Cuando reflexionamos sobre el estado represivo del sistema del Templo Jud�o bajo el cual estaban las mujeres en los tiempos del Nuevo Testamento, y el hecho de que ni siquiera se les permit�a acercarse al �rea de adoraci�n, sino que eran restringidas al patio o corte exterior de las mujeres, no es por accidente que el Esp�ritu Santo especifique que estaban en "oraci�n y ruego, CON LAS MUJERES", y que "fueron TODOS llenos", con el fin de que TODOS hicieran la obra de evangelismo.

Tanto los hombres como las mujeres, se congregaron en el hogar de la madre de Juan Marcos para orar por la liberaci�n de Pedro (Hch 12:1-17).

Tanto los hombres como las mujeres, oraban regularmente en las iglesias del Nuevo Testamento. Esa es la raz�n de por qu� el Ap�stol Pablo dio instrucciones tanto a los hombres como a las mujeres acerca de c�mo orar (y profetizar) en p�blico (1 Co 11:2-16).

C. LAS MUJERES GENTILES Y EL EVANGELIO
Las primeras personas en recibir a los misioneros cristianos en Europa: a Pablo y Silas, fueron un grupo de mujeres de oraci�n. "Y un d�a de reposo salimos fuera de la puerta, junto al r�o, donde sol�a hacerse la oraci�n; y sent�ndonos, hablamos a las mujeres que se hab�an reunido" (Hch 16:13).

Esas mujeres fueron los miembros fundadores de la iglesia de Filipo. Lea Filipenses 4:1-3 respecto a ello. Aqu� se mencionan a las mujeres que "...laboraron con Pablo en el evangelio". Sin duda alguna, la disputa que emergi� entre esas mujeres se debi� al conflicto surgido por los papeles de su liderazgo.

1. Lidia
La historia de esta mujer extraordinaria es digna de ser considerada. Ella fue la primera convertida en Europa.

"Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de p�rpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Se�or abri� el coraz�n de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo dec�a" (Hch 16:14).

Ella era una mujer que aparentemente se ve�a saludable. Ten�a un hogar lo suficientemente grande como para acomodar a su propia familia, y tambi�n ten�a rec�maras para hospedar a Pablo y a Silas. "Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rog� diciendo: Si hab�is juzgado que yo sea fiel al Se�or, entrad en mi casa, y posad…" (Hch 16:15).

M�s tarde, en el ministerio en Filipo, Pablo y Silas fueron encarcelados. El terremoto los libert�. Lidia dio la bienvenida en su hogar a esos ap�stoles heridos y azotados para que descansaran y se recuperaran.

"Entonces, saliendo de la c�rcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron" (Hch 16:40).

El historiador Eusebio indica en sus escritos que ella dirigi� a la iglesia de Filipo por un tiempo. Puede ser que uno de estos vers�culos haga referencia de Lidia: "Asimismo te ruego… que ayudes a �stas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio…" (Fil 4:3).

Como vendedora de p�rpura (color de la realeza en las naciones occidentales), se ha dicho que ella ten�a buenos contactos entre las familias m�s influyentes del Imperio Romano. Ella aprovech� esa ventaja para difundir el evangelio a esas familias ricas de gran influencia pol�tica.

Lidia fue realmente como la mujer virtuosa de Proverbios 31.

2. Priscila
Ella fue quien le explic� "m�s exactamente el camino de Dios" (Hch 18:24-28) al poderoso predicador Apolos. Esto es asombroso, ya que Apolos es descrito como "var�n elocuente, poderoso en las Escrituras..." (Hch 18:24). Es todav�a m�s asombroso cuando la Iglesia moderna de hoy no permite que las mujeres ni siquiera hablen en algunas iglesias.

3. Las Cuatro Hijas De Felipe
"…saliendo Pablo y los que con �l est�bamos, fuimos a Cesarea… a la casa de Felipe el evangelista… y posamos con �l. �ste ten�a cuatro hijas doncellas que profetizaban" (Hch 21:8, 9).

Aparentemente Felipe no sab�a que no se le permit�a a las mujeres orar ni profetizar, como la Iglesia moderna ense�a. Su amada familia fue un modelo de espiritualidad y orden santo.

Estoy seguro de que Felipe conoci� las promesas: "…mi Esp�ritu derramar� sobre tu generaci�n, y mi bendici�n sobre tus renuevos" (Is 44:3).

"Y despu�s de esto derramar� mi Esp�ritu sobre toda carne, y profetizar�n… vuestras hijas" (Jl 2:28).

"Y en los postreros d�as, dice Dios, derramar� de mi Esp�ritu sobre toda carne, y vuestras hijas profetizar�n…" (Hch 2:17).

"Pedro les dijo: Arrepent�os, y baut�cese cada uno… para perd�n de los pecados; y recibir�is el don del Esp�ritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos…" (Hch 2:38, 39).

Fue por eso que Felipe acept� esas promesas b�blicas para sus hijas, y una gloriosa unci�n prof�tica descendi� sobre ellas. Las hijas de Felipe hac�an lo que la Biblia dice: ellas profetizaban.

4. Febe
En la iglesia de Cencreas, hab�a una diaconisa llamada Febe, de quien Pablo dijo: "…porque ella ha ayudado a muchos…" (Ro 16:2). El historiador Eusebio, dice que ella supervisaba dos iglesias y viaj� extensamente en el ministerio.

5. Junias
Junias es un nombre femenino en griego. Ella fue llamada un ap�stol. "Saludad a Andr�nico y a Junias… los cuales son muy estimados entre los ap�stoles…" (Ro 16:7).

Note que la palabra griega HOS, traducida LOS CUALES, incluye el g�nero masculino y femenino. As� que, cuando Pablo dice: "LOS CUALES son muy estimados entre los ap�stoles", est� incluyendo a Andr�nico y a JUNIAS.

La palabra griega hos, es usada en este vers�culo: "Porque as� tambi�n se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios…" (1 P 3:5).

Esta es una evidencia convincente respecto a que uno de los 22 ap�stoles mencionados en el Nuevo Testamento era una mujer.

6. Evodia Y S�ntique
Evodia y S�ntique eran l�deres espirituales en la iglesia de Filipo. Pablo dijo: "…que ayudes a �stas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente tambi�n y los dem�s colaboradores…" (Fil 4:3).

Cuando Pablo habla de esas mujeres como "mis colaboradoras", quiere decir que estaban haciendo una obra similar a la que Pablo hab�a hecho.

7. La Dama Elegida
"El anciano a la se�ora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad…" (2 Jn 1:1).

Cuando uno medita en la carta del Ap�stol Juan a la SE�ORA elegida, es evidente que era una l�der espiritual de prominencia y autoridad.
La terminolog�a "SE�ORA" viene de la ra�z griega KURIA, que es la forma femenina de KURIOS: significa un t�tulo de respeto: " suprema en autoridad" (en este contexto, probablemente se refiere a ella como la Pastora Anciana de la iglesia de su casa).

Juan le encarga la responsabilidad de cuidar la integridad doctrinal personal (y por implicaci�n, de la iglesia que se congrega en su hogar). "Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recib�is en casa, ni le dig�is: �Bienvenido!" (2 Jn 1:10).

Este ser�a el papel normalmente asociado con un ANCIANO en la iglesia (Hch 20:17; 28:31). Podr�amos entonces concluir que ella ocupaba el papel o posici�n de un pastor o una diaconisa.

8. Jezabel, La Falsa Profetisa
La iglesia de Tiatira recibi� una amonestaci�n severa de parte del Cristo resucitado: "Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, ense�e y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los �dolos" (Ap 2:20).

Podemos aprender varias lecciones de este incidente.

a. Reprendida Por La Inmoralidad. Si Jes�s y los ap�stoles no hubieran permitido a las mujeres que fueran "profetisas" en la Iglesia, �por qu� hab�a una en esta iglesia? La reprensi�n fue por la inmoralidad y la asociaci�n con la idolatr�a, no por el hecho de reclamar que fuera una profetisa.

b. Reprendida Por Ense�ar Doctrinas Falsas. Si Jes�s y los ap�stoles no permit�an que las mujeres "ense�aran" en la Iglesia, �por qu� Jezabel ense�aba? La reprensi�n fue porque ella estaba ense�ando falsedades, y no por el hecho de que ense�ara a la Iglesia.

D. CONCLUSI�N
De toda la evidencia, uno solamente puede llegar a la siguiente conclusi�n. La preponderancia del liderazgo en la Biblia era masculina (los hombres). No obstante, a las mujeres ungidas de Dios, escogidas y consagradas, nunca se les neg� ejercer papeles o posiciones de liderato, ni el derecho para funcionar en un determinado don o llamamiento divino. �C�mo es posible que nos atrevamos a seguir nuestras tradiciones eclesi�sticas contra esta monta�a de evidencia b�blica y negar a las mujeres su libertad de expresi�n legal y b�blica?

Algunos de los "pasajes problem�ticos" en las ep�stolas de Pablo, ser�n tratados o discutidos en el siguiente cap�tulo.


.::2do Trimestre - .::SECCI�N C