SECCI�N D8
EVITE EXTREMOS EN SANIDAD
Por el Dr. Charles Farah

Cap�tulo 1
Una Teolog�a Mediocre: Un Mayordomo Cruel

Nota del Editor: El Dr. Charles Farah dirigi� la Escuela de Teolog�a de la Universidad Oral Roberts por muchos a�os. Sent�a una gran pasi�n por el entrenamiento de j�venes ministros para que tuvieran equilibrio en su ministerio. Se dio a s� mismo, desinteresadamente, a las causas relacionadas con la difusi�n del evangelio por todo el mundo. �l era un erudito (estudioso) de grandes dotes intelectuales.

Introducci�n

El joven parec�a algo subyugado. Su iglesia, aunque ten�a un buen esp�ritu, actuaba siempre de la misma manera. Hab�a muy poca alabanza en el servicio de la ma�ana, y no hab�a manifestaciones del Esp�ritu.

Siendo que era una iglesia pentecostal cl�sica, estaba algo sorprendido. Don hab�a sido un buen alumno en nuestra escuela graduada de Teolog�a y hab�a mostrado un gran inter�s por los dem�s.

Un evangelista que predica la sanidad divina hab�a conducido una serie de servicios en su iglesia. Algunas personas hab�an sido sanadas. Tal evangelista, ense�aba sin respaldo alguno que "al confesar una necesidad a Dios siempre se recibir� lo reclamado".

Un profesor lleno del Esp�ritu en la congregaci�n era diab�tico. El evangelista le persuadi� a que dejara de usar la insulina el jueves. Cuando lleg� el domingo por la noche, estaba cerca de morir.

El evangelista de sanidad divina escuch� cu�n enfermo estaba y se dio prisa en visitarlo. Encontr� a su esposa enojad�sima. �l reprendi� al demonio del temor que cre�a que estaba en ella y, luego, se volvi� al hombre y le dijo: "Todo va a salir bien. No se preocupe".

Finalmente, Don no pudo soportarlo por m�s tiempo. Llam� a una ambulancia. Una vez en el hospital, los doctores le dijeron a Don que el hombre ten�a una hora de vida. Debido a tal incidente, Don por poco abandona el ministerio. La iglesia casi se destruy� y se dividi�.

A. LA TEOLOG�A DE SANIDAD: EVITANDO LOS EXTREMOS
1. Tenga Cuidado Con La Teolog�a Mediocre

La teolog�a mediocre es como el mayordomo cruel quien azota a sus sirvientes sin compasi�n y con consecuencias tr�gicas. �ste, paraliza a los que le reciben, de la misma manera que lo hac�an los enemigos en las c�rceles de tortura en Vietnam.

a. Esta Paraliza. Estaba hablando con un hombre, no hace mucho tiempo, cuya madre fue paralizada por toda su vida debido a cuatro palabras de teolog�a mediocre que recibi�. Un predicador le hab�a dicho esas cuatro palabras que la tornaron en una mujer miserable, sin gozo y de aspecto avejentado mucho antes de que llegara su tiempo.

Las palabras que la hab�an herido y puesto tan amargada fueron las siguientes: "Usted est� viviendo en adulterio".

b. Se Opone Al Esp�ritu Santo. Hace un tiempo atr�s, un joven se hab�a estado sentando en una silla durante un servicio de oraci�n pidiendo por su sanidad. De repente, se dio cuenta de que su problema era un demonio, el cual, comenz� a hablar a trav�s de su boca. Las personas continuaron orando en consternaci�n. Finalmente, el esp�ritu le dej�.

Mi amigo fue sanado. Pero la teolog�a de aquellas personas no admit�a que mi amigo estuviera pose�do por un demonio. Ellos le dijeron que lo sucedido en realidad no hab�a ocurrido.
Ahora mi amigo est� siendo rechazado por el grupo, en parte, porque la teolog�a de ellos ense�aba que un cristiano no pod�a estar bajo la opresi�n de un esp�ritu de enfermedad.

La teolog�a mediocre o contaminada, es en realidad un mayordomo cruel. He estado estudiando teolog�a durante los pasados veinte a�os, y estoy convencido que no hay nada m�s r�gido o en oposici�n al impulso del Esp�ritu Santo que la teolog�a mediocre o contaminada (ignorante).

Este tipo de teolog�a, dice que los milagros no pueden ocurrir en nuestro siglo. Dice que cada creyente bautizado con el Esp�ritu tiene que hablar en lenguas. La teolog�a ignorante (mediocre o contaminada) dice que ning�n cristiano puede ser atormentado por un demonio. Dice que la �nica raz�n por la cual una persona no es sanada se debe a su falta de fe.

c. �sta Cambia Los Hechos. De hecho, la teolog�a mediocre es como el gigante cruel Procrustes, el Salteador de Caminos de �tica.

Cuando los visitantes llegaban a su castillo, �l los estiraba sobre una cama de hierro preparada diligentemente. Si eran demasiado largos, les cortaba las piernas. Si eran demasiado cortos, los estiraba para que se ajustaran a la medida.

Eso es lo que la teolog�a mediocre hace. Si no se ajusta a los hechos, los recorta. Si los hechos son contrarios a la teolog�a, le teolog�a mediocre considera que eso es f�cil de resolver, y estira los hechos.

2. Tenga Cuidado Con La Teolog�a M�nima
Por otra parte, el movimiento carism�tico pentecostal tiene que estar igualmente alerta ante el reduccionismo teol�gico. En el reduccionismo, el foco es puesto sobre las �reas de fe y pr�ctica, donde los cristianos pueden concordar con ciertas, pero m�nimas, afirmaciones de fe centrales.

a. Es Demasiado Simplista. Por ejemplo: Uno simplemente alaba al Se�or y todo est� bien. Uno echa fuera demonios y la personalidad es sanada en su aspecto global. Uno reclama su sanidad y siempre ocurre. Uno es bautizado en el Esp�ritu y esto resuelve todos sus problemas.

b. No Afronta Conflictos. Afront�mosla honestamente. Siempre confrontaremos problemas. Nunca seremos librados completamente de nuestros problemas en esta vida. Aun Pablo dijo: "�Miserable de m�! �qui�n me librar� de este cuerpo de muerte?" (Ro 7:24).

Conflicto es el nombre del juego. Mientras vivamos en este mundo, jam�s viviremos libres de los problemas. Es por tal raz�n, que el cuadro favorito de Pablo, relativo al soldado, es tan apto. Puede ser que halla un sosiego en la batalla pero nunca habr� sosiego en la guerra. No hay una simple soluci�n que pueda resolver todos nuestros problemas.

3. Esfu�rcese Por Una Teolog�a Equilibrada
a. Evite Los Extremos. Una teolog�a de sanidad tiene una tarea muy dif�cil. Deber� mantener su balance por sobre una cuerda muy fina. Por un lado, deber� evitar el error de la presunci�n; por el otro lado, deber� evadir el cinismo de la incredulidad.

b. Despu�s De Todo, Es Mejor Demasiado Que Nada. Recientemente estaba hablando con Norman Grubb, un gran santo. Pr�cticamente no hab�a tenido experiencia alguna con personas que caen en el pecado de la presunci�n. Su problema era conseguir personas que no tuvieran fe en lo absoluto.

Si nosotros en la comunidad carism�tica tenemos personas demasiado celosas por una fe que no siempre est� en armon�a con el conocimiento y que a veces es presuntuosa, es mejor que pongamos freno a los excesos que tratar con aqu�llos que no creen lo suficiente para aventurarse a salir por fe.

Es m�s f�cil rodar una piedra de molino que mover una pe�a fija. Si nos equivocamos, que sea sosteniendo una fe firme y positiva.

La verdadera fe afronta los problemas del campesino borracho mencionado por Lutero. �ste, monta su caballo pero se cae, primero, de un lado y, despu�s, del otro. De alguna manera, tiene que haber un equilibrio entre la presunci�n y la incredulidad. De alguna manera, Dios tiene que otorgarnos una teolog�a de sanidad equilibrada.

B. FE O PRESUNCI�N
1. La Presunci�n: Arma De Satan�s

Existe �nicamente una peque�a diferencia entre la fe confiada y la presunci�n. La fe de un hombre es la presunci�n del otro. Tan grande es esta tentaci�n, que aun nuestro Se�or Jes�s fue tentado por ella. Torn�monos a Mateo 4:5-7.

a. Contra Los Cristianos Sinceros. La presunci�n es algo que tienta particularmente a las personas sinceras y valientes, quienes desean hacer algo para Dios. Por lo tanto, en todo arsenal de posibles tentaciones, una de las tres m�s poderosas y una de las que m�s pudo haber llevado al Hijo de Dios hacia la dimensi�n de Satan�s, fue la presunci�n.

b. Contra Jes�s. Usted recuerda que en el relato de Mateo, Jes�s fue llevado al pin�culo del templo, cuya altura era de 170 pies (60 metros) sobre el nivel del terreno del valle de Cedr�n. El pin�culo hab�a sido erigido en una serie de arcos, llamados los Arcos de Salom�n. All� fue que Satan�s tent� a Jes�s con el pecado de la presunci�n.

El verano pasado estuve visitando en el Valle de Cedr�n. Mientras contemplaba aquella escarpada pared, me fue m�s f�cil imaginar el escenario, Jes�s vistiendo indumentarias blancas flotando en la brisa contra el cielo azul, y el populacho mir�ndole desde abajo.

Y despu�s que Jes�s tuvo su atenci�n, �l hubiera saltado hacia una muerte segura y se hubiera salvado, habr�a sido un milagro instant�neo, un atajo hacia el �xito. Habr�a ganado inmediato acceso a todos los que le vieron, pues hubieran cre�do que realmente era el obrador de maravillas, el Salvador del mundo.

2. La Palabra De Dios: Nuestra Arma
Usted recuerda que en la tentaci�n previa, Jes�s le respondi� a Satan�s con una Escritura.

As� que, Satan�s piensa: "Aj�, el punto fuerte de Jesucristo est� en las Escrituras. Si esa es el arma que �l utiliza, yo har� lo mismo". Por lo tanto, �l desarroll� su tesis "b�blica".

a. Satan�s Tergiversa Las Partes. "Jes�s, existe una manera r�pida de ganarse la alianza. T� deseas ayudar a las personas; hay un atajo hacia la fama. Deja que los hombres vean este gran milagro, c�mo Dios te favorece, y te ganar�s a todo el mundo.

Desaf�a la ley de la gravedad y vigila c�mo Dios opera. D�jame citar una Escritura del Salmo 91:11, 12."

El casi la cit� perfectamente. Dijo: "Si eres el Hijo de Dios, si eres lo que dices que eres", poniendo a Jes�s a la defensiva, "si realmente eres el Hijo de Dios, entonces pru�balo".

Pero en la cita, Satan�s dej� fuera una frase muy insignificante, y la le� una y otra vez antes de poder ver c�mo la tergiversaba astutamente.

La Escritura en realidad dice: "Pues a sus �ngeles mandar� acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos" (Sal 91:11).

En otras palabras, en el ordinario negocio de la vida, los �ngeles guardan al creyente.

Pero al omitir la cita correcta, Satan�s invierte la promesa de nuestra confianza pasiva de que Dios cuidar� de nosotros, por una que suene como que podemos dar saltos activos de presunci�n y permanecer salvos. Simplemente avi�ntate desde ese pin�culo a tierra y conf�a en Dios para que te cuide.

Dios jam�s ejecuta milagros para demostrar que �l es Dios ante los escarnecedores. Jes�s rehus� complacer a los fariseos cuando le pidieron: "Mu�stranos una se�al". Dios ejecuta milagros para satisfacer las necesidades de Su pueblo.

b. Jes�s Usa El Todo. �Cu�l fue la respuesta de Jes�s? "Jes�s le dijo: Escrito est� tambi�n: No tentar�s al Se�or tu Dios" (Mt 4:7).

Es un hecho b�blico que no s�lo "est� escrito", sino que "Escrito est� tambi�n". No basamos nuestro entendimiento de la voluntad de Dios meramente sobre un s�lo vers�culo. Debemos tener no solamente una Escritura, sino adem�s todo el consejo de Dios.

3. Probando A Dios
La Escritura es como un giroscopio. Posee un poder que auto-equilibra. Jes�s dice: "Escrito est� tambi�n: No tentar�s al Se�or tu Dios".

Algunas personas piensan que Jes�s est� diciendo: "Satan�s, Yo soy el Se�or tu Dios, y no tienes ning�n derecho de tentarme". No obstante, eso no fue lo que �l quiso dar a entender. Lo que �l est� diciendo es lo siguiente:

"Nadie tiene el derecho de ser presuntuoso con Dios, ni de tentarle. Nadie tiene el derecho de poner a Dios a prueba presuntuosamente, ni aun Su mismo Hijo. Nadie tiene el derecho de forzar Sus manos".

a. Movi�ndonos Cuando Dios No Ha Hablado. Como podemos ver, el Padre guard� silencio y el Hijo no se jact�. �Cu�l ser�a la presunci�n? Tomar la provisi�n general de la Palabra de Dios y hacerla aplicable a una situaci�n espec�fica en la que �l no hab�a hablado.

Existe una gran diferencia entre tentar a Dios y probarle. Israel pas� a trav�s del Mar Rojo y prob� a Dios. Los egipcios hicieron exactamente lo mismo y perecieron ahogados por su presunci�n. �Cu�l fue la diferencia?

b. Movi�ndonos Cuando Dios Ha Hablado. Israel escuch� una palabra que fue hablada directamente de Dios, pero no as� Egipto. Israel se movi� adelante ante la palabra hablada de Dios, LA RHEMA. Dios habl� y ellos obedecieron. Pero a los egipcios nunca les dijo nada, y cuando ellos marcharon adelante, perecieron. La fe de Israel fue la presunci�n de Egipto. A trav�s de todo el Antiguo Testamento, se relata bastante acerca del pecado de la presunci�n.

C. LA PALABRA GENERAL CONTRA LA PALABRA ESPEC�FICA
Examinemos ahora la diferencia entre la Palabra general de Dios y la espec�fica: aqu�lla que le es hablada a usted.

1. Logos Contra Rhema: C�mo Difieren
En el idioma griego hay dos t�rminos para la voz: la palabra logos y la palabra rhema.

a. Logos.
1) Expresi�n Del Pensamiento.
Logos denota la expresi�n del pensamiento, no el mero nombre de un objeto, sino el concepto o una idea por Dios. Es usada con relaci�n al evangelio, los Diez Mandamientos, la suma de las articulaciones de Dios. Es el habla de Dios, Su discurso.

2) Personificado Por Jes�s. El significado m�s elevado de logos es la encarnaci�n de la Palabra de Dios en la persona de Jesucristo. �l es el Verbo que pone punto final a todas las articulaciones. "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos". Jes�s es el Verbo eternal del Dios eterno.

�Ah� lo tenemos! Jes�s es la articulaci�n o Palabra Final de Dios para los hombres. "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros d�as nos ha hablado por el Hijo…" (He 1:1,2). En �l, Jes�s, la Palabra o Verbo de Dios tom� forma final y absoluta.

�Qui�n es la Palabra de Dios? Jes�s es la Palabra de Dios. A pesar de si alguno en el mundo cree o no, Jes�s es el logos, el Verbo de Dios personificado. La Palabra en persona, el t�tulo del hijo de Dios.

Como estudioso del griego, Vine dice: "�l es la realidad y totalidad de la naturaleza humana. �l era la gloria Shekina manifestada p�blicamente. El Hijo unig�nito de Dios que est� en el seno del Padre, �l le ha declarado. As� que, la Palabra, el logos, es la manifestaci�n personal, no una parte de la naturaleza divina, sino de la Deidad como un todo".

3) Es Divino En Origen. Es una Palabra de parte del Se�or, pronunciada con Su autoridad y ejecutada de la misma manera (Hch 10:36). Algunas veces, tambi�n se refiere a doctrina (Mt 13:20).

No encontr� ni una sola referencia en el Nuevo Testamento que no se�ale el t�rmino logos indicando a Dios, a pesar de si su origen fue el Padre o el Hijo Jesucristo o el Esp�ritu Santo.

As� que, logos es divino en origen, y esa es la manera en que es usado la mayor�a de las veces en el Nuevo Testamento.

b. Rhema. Pero hay otra palabra, rhema, la cual, denota aquello que es hablado, lo que es articulado en palabras o en escritura. Puede venir de Dios, pero no necesariamente divina (Mt 12:36).

1) Es Para Una Ocasi�n Particular. A menudo es una palabra articulada para una ocasi�n particular. El �nfasis con rhema no es sobre el pensamiento o su cualidad objetiva, sino sobre la palabra hablada actual.

2) La Persona La Escucha Y La Pone En Acci�n. Muchas veces, es una palabra que el oyente escucha y la pone en acci�n (Hch 13:42), una palabra que impulsa hacia la acci�n. Es una articulaci�n personal: "Cerca de ti est� la palabra, en tu boca y en tu coraz�n" (Ro 10:8).

�Cu�ntos de ustedes escucharon el evangelio m�s de una vez antes de responder? �Acaso fue el logos la primera vez que lo escucharon? Por supuesto que lo fue. Pero a medida que escuchaba, iba penetrando, y lleg� un hermoso d�a en el cual se convirti� en rhema: una palabra personal para usted.

Ese fue el d�a en que recibi� a Cristo; repentinamente, el logos de Dios, eterno y sin compromiso, vino a ser la maravillosa palabra de liberaci�n de Jes�s para su vida, fue rhema.

Es precisamente de eso que Romanos 10:17 est� hablando: "As� que la fe es por el o�r [literalmente], y el o�r, por la palabra de Dios". Pablo utiliza la palabra rhema aqu�, no logos. Es una palabra que el oyente escucha y, luego, la pone en acci�n (Ro 10:17). Es una palabra que viene para una ocasi�n especial; una muy particular para su persona, �sta palabra le encuentra.

3) Es La Espada Del Esp�ritu. En Efesios 6:17, leemos: "…la espada del Esp�ritu, que es la palabra [rhema] de Dios". No es toda la Biblia la que puede usarse como una espada, sino una palabra particular en una ocasi�n particular de manera diestra.

4) No Siempre Es Divina. Rhema no siempre es de origen divino. A menudo denota una palabra que es hablada a fin de que se pueda tomar una acci�n particular.

"Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella dar�n cuenta en el d�a del juicio" (Mt 12:36).

c. Resumen. Las palabras ociosas (rhema) de las cuales tendremos que rendir cuentas, son clasificadas como rhema; por consiguiente, podemos resumir:

1) Divino / Humano. Logos es divino, mientras que rhema puede ser una palabra humana.

2) Universal / Particular. El logos es universal, mientras que rhema es particular.

3) Objetivo / Subjetivo. El logos es objetivo, mientras que rhema es subjetiva, una palabra hablada para una ocasi�n particular.

4) Eternal / Contempor�neo. El logos es eterno, mientras que rhema es a menudo contempor�nea.


2. Logos Contra Rhema: No Siempre claro
Veamos ahora lo que esto significa. Cuando vamos a la Biblia y vemos qu� tiene que decir, tenemos que ejercer cuidado a fin de distinguir entre rhema, la palabra hablada para esa ocasi�n particular, y el Logos, la Palabra (Verbo) que es eterna.

a. El Uso De La Escritura Var�a. Esta distinci�n entre logos y rhema no se mantiene firme en cada pasaje b�blico. A trav�s de toda la Biblia, las diferencias en las maneras en que estas palabras son usadas var�an grandemente.

No s�lo existen diferencias entre las maneras en que esas palabras son usadas en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento, sino que los mismos escritores del Nuevo Testamento utilizaron esas palabras de diferentes maneras.

Por ejemplo, Juan usa logos para mostrar lo universal y eterno. Pero Pedro, en por lo menos una ocasi�n, usa rhema exactamente de la manera en que Juan usa logos. Pedro dice: "Mas la palabra [rhema] del Se�or permanece para siempre" (1 P 1:12).

Naturalmente que esperar�amos que Pedro usara logos, no rhema, para expresar este pensamiento. Sin embargo, us� rhema en lugar de logos.

Por consiguiente, siendo que las Escrituras no ense�an una diferencia indudable y clara entre los tiempos de las palabras, utilicemos la diferencia como una de interpretaci�n teol�gica.

b. Una Interpretaci�n Teol�gica. Una interpretaci�n teol�gica es una herramienta de an�lisis que nos capacita para ver la verdad de Dios de una manera m�s clara sin que necesariamente se tenga endoso comprensivo de escritura.

Por ejemplo, lo m�s popular en los c�rculos evang�licos es referirse al hombre como un ser compuesto de tres partes: cuerpo, alma y esp�ritu.

Con todo, las Escrituras a menudo usan los t�rminos para alma y esp�ritu intercambiadamente.

Es �til a veces concebir al hombre en la composici�n de esas tres partes, pero las Escrituras no verifican tal diferencia. Es una interpretaci�n teol�gica.

3. Logos Contra Rhema: Conozca La Voz De su Maestro
En Mateo 14:22 y vers�culos subsiguientes, tenemos un ejemplo de la diferencia entre la Palabra de Dios, el Logos, y la palabra de Dios para usted, el rhema.

a. No Todos Los Disc�pulos Caminaron Sobre Las Aguas. Usted recuerda muy bien el incidente cuando Jes�s apareci� repentinamente caminando por el mar y ellos pensaron que ve�an un fantasma. Pedro, como era usual, fue el primero en hablar.

Jes�s le ret� a que fuera hacia �l. Esa fue una palabra, un rhema para Pedro. Los otros ap�stoles no saltaron fuera del bote para comenzar a correr por sobre las aguas. Eso fue algo hablado espec�ficamente para Pedro.

Desde este incidente, los eruditos cristianos no han le�do este pasaje y dicho: "Quemen los botes muchachos, ya no los necesitamos m�s. Desde ahora en adelante caminaremos sobre las aguas". Cada uno puede ver que esa fue una palabra particular, hablada en un momento particular, para un hombre particular: Pedro.

b. Olv�date De Juan. Pero un ejemplo a�n m�s claro aparece en Juan 21:18-22. Le�moslo: "De cierto, de cierto te digo: cuando eras m�s joven, te ce��as, e ibas a donde quer�as; mas cuando ya seas viejo, extender�s tus manos, y te ce�ir� otro, y te llevar� a donde no quieras.

Esto dijo, dando a entender con qu� muerte hab�a de glorificar a Dios. Y dicho esto, a�adi�: S�gueme.
Volvi�ndose Pedro, vio que les segu�a el disc�pulo a quien amaba Jes�s, el mismo que en la cena se hab�a recostado al lado de �l, y le hab�a dicho: Se�or, �qui�n es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jes�s: Se�or, �y qu� de �ste?

Jes�s le dijo: Si quiero que �l quede hasta que yo venga, �qu� a ti? S�gueme t�".

�Ve usted lo que Jes�s est� diciendo? Le est� diciendo a Pedro: "Pedro, tengo un rhema para ti y tengo un rhema para Juan. Pero el rhema que tengo para Juan no es asunto tuyo".

Una de las mejores cualidades de las ovejas es que ellas conocen la voz de su pastor. Jes�s est� diciendo: "Quiero que cada una de mis ovejas tenga tales interrelaciones conmigo, que no s�lo escuchen logos, la Palabra de Dios en su totalidad, sino que tambi�n escuchen el rhema o la palabra particular que es hablada para ellos". Jes�s dijo que las ovejas escuchan la voz del pastor (Jn 10:27).

D. SANIDAD: F�SICA Y ESPIRITUAL
Examinemos c�mo esto se relaciona con la doctrina de la sanidad. El diccionario define salud como el estar saludable en el aspecto total: f�sico, mental y espiritual, especialmente, estar libre de enfermedades o padecimientos f�sicos.

1. Lo M�s Importante Es La Sanidad Espiritual
Sin embargo, en mi opini�n, el diccionario deja fuera la parte m�s importante de la salud: La salud del esp�ritu. Cuando el esp�ritu est� enfermo, el cuerpo y la mente (alma) sufren como resultado.

a. El Pecado Es La Enfermedad M�s Dif�cil De Curar. No creo que es posible estar enfermo en su esp�ritu y considerarse como sanado. Es la clase de sanidad m�s dif�cil de recibir porque la enfermedad del esp�ritu es lo que la Biblia llama pecado.

El pecado es la pestilencia o contaminaci�n m�s dif�cil de curar. Acostumbraba preguntarme cuando escuchaba que dec�an: "La sanidad espiritual es lo principal y la sanidad f�sica es lo secundario". �Estaban tales personas en lo correcto?

Estoy convencido de que lo estaban. Creo que la sanidad m�s dif�cil de recibir es la del esp�ritu. Despu�s de todo, el pecado es la �nica enfermedad que es en conclusi�n fatal.

b. El Esp�ritu Es Lo M�s Dif�cil Para Sanar. Por ejemplo, mientras estaba preparando esta ense�anza, una madre herida llam�. Su hijo afrontaba una sentencia de diez a�os en la penitenciar�a del estado y cinco a�os adicionales en una prisi�n federal. Se ve�a horrible y apenas pod�a dormir. Ten�a continuos sue�os de que le estaban matando.

La �ltima vez que estuvo con su madre, dijo: "Madre, en los �ltimos dos a�os, todos mis sue�os se han convertido en realidad".

Los hombres que est�n en prisi�n matan por las razones m�s f�tiles. Alguien le roba su cart�n de leche a otro, y por eso lo mata. Alguien reh�sa alguna donaci�n de alimentos de parte de otro, y por eso lo matan.

1) Necesitamos Ser Perdonados. El problema real de este joven no es la prisi�n, ni sus sue�os. Su verdadero problema es su padre. Desde el mismo momento en que naci�, su padre resinti� todo el tiempo que su esposa se dedic� a la crianza de aquel ni�o. Hab�a estado celoso de �l, y nunca hab�a perdonado a su hijo.

S�, es un cristiano, pero est� enfermo del esp�ritu, y si no es tratado en tal nivel, puede terminar en el homicidio. El hijo jam�s podr� ser liberado hasta que el padre lo libere a trav�s del perd�n. Ciertamente es muy dif�cil recibir salud en tal condici�n.

2) Necesitamos Perdonar. Tomemos el ejemplo de una joven en nuestra iglesia quien trataba de recibir el Bautismo en el Esp�ritu Santo, pero en vano. Mientras luchaba, repentinamente le vino al pensamiento el doloroso y dif�cil recuerdo de su padre. Ten�a que perdonarle e inmediatamente fue bautizada con el Esp�ritu; sinti� una libertad y gozo que jam�s hab�a experimentado. Esto ocurri� un mi�rcoles.

El siguiente viernes, su hermana llam� y le dijo: "�Sabes una cosa? Visit� a Pap� el mi�rcoles y se ve�a mucho mejor y m�s alegre de lo que en mucho tiempo lo hubiera visto". Como puede ver, el poder del perd�n los hab�a liberado a ambos.

2. La Sanidad F�sica Fue Provista En el Sacrificio Expiatorio
Una de las preguntas m�s cruciales que se formula es la siguiente: �Fue la sanidad provista en el sacrificio expiatorio de Cristo? Si lo fue, �por qu� cuando se ora por los enfermos no todos son sanados? Isa�as 53:4 dice literalmente: "Ciertamente llev� �l nuestras enfermedades, y sufri� nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido".

a. El Prop�sito Ideal De Dios. No hay duda alguna de que la sanidad f�sica ha sido colocada bajo la se�al de la cruz. Es una parte integral del proceso de redenci�n. El te�logo Leslie Weatherhead dice: "El prop�sito ideal de Dios para cada ser humano fue y es que disfrute de una salud f�sica, espiritual y mental perfectas".

En otras palabras, si la sanidad no est� en este pasaje, tampoco hay nada m�s; ni aun el mismo sacrificio de expiaci�n por los pecados.

Andrew Murray (el famoso l�der cristiano de �frica del Sur) se�ala que la sanidad es firmemente ense�ada en este pasaje.

b. La Fe No Es El �nico Factor. La fe es ciertamente un factor, pero no el �nico.

Muchas veces he visto algunos santos maravillosos que han caminado con Dios por muchos a�os pero no han recibido sanidad una sola vez. Tambi�n he visto a algunos hombres viles quienes no han entrado a una iglesia en cincuenta a�os; solamente han venido al culto de sanidad divina para burlarse. No ten�an fe alguna, pero repentina y milagrosamente la gracia y misericordia de Dios los tocaron.

�Qu� Salvador tan maravilloso! Como se�ala Weatherhead: "Lo que es hecho por el hombre, no es hecho por su fe, sino por Cristo a trav�s de la fe. La fe es la estructura psicol�gica de la mente a trav�s de la cual s�lo Dios puede acercarse lo suficientemente al hombre para ejecutar Su obra".

c. La Oraci�n de Fe. �Est� la voluntad de Dios contra la sanidad? Jes�s nunca or�: "Si es Tu voluntad, sana". Nosotros tampoco debemos orar de esa manera. La �nica clase de oraci�n que satisface a Dios, es la oraci�n positiva de fe. La �nica clase de oraci�n que la Biblia muestra es la oraci�n positiva de fe.

Santiago 5 no dice: "Haga la oraci�n de quiz�s. Haga la oraci�n de tal vez". Dice: "Haga la oraci�n de fe". �sta, es una que se respalda en la voluntad de Dios expresada en la Palabra (logos) de Dios. No es Su voluntad que las personas est�n enfermas, sino sanas. Ahora, �l permite las enfermedades.

d. Los Caminos De Dios No Son Nuestros Caminos. Si la sanidad est� en el plan del sacrificio expiatorio y Dios favorece la salud total de sus hijos, esperando que nosotros oremos positivamente por tal sanidad, �por qu� no todos son sanados?

Puedo contestar esta pregunta con tres palabras f�ciles: No lo s�. Pero s� s� una cosa, nosotros colocamos a Dios dentro de una caja con nuestros torpes silogismos (argumentos formales que consisten de una premisa mayor y otras menores, dirigiendo a una conclusi�n). Dios no responder� a esa clase de situaci�n.

1) Dios Es Soberano. Si alguna cosa ha venido a ser aparente en la sanidad, es que vamos a tener que proclamar de nuevo la "bondad" de Dios. Descanso f�cilmente en la soberan�a de un Dios cuyos caminos no son mis caminos, Cuyos pensamientos no son mis pensamientos y Quien trabaja de modos misteriosos para ejecutar Sus maravillas.

Dios no se inclinar� ante nuestros pobres silogismos.
Premisa Mayor: La sanidad es parte del sacrificio de expiaci�n.

Premisa Menor: La fe es la clave hacia la sanidad.

Conclusi�n: Por lo tanto, los que reciben oraci�n por su sanidad con fe positiva, sanar�n.

2) Dios No Sigue F�rmulas. Creo que este misterio de los tratos de Dios con los hombres, es la gran raz�n del porqu� los te�logos en general evitan, como si fuera una plaga, leer el Libro de los Hechos. La raz�n es porque quieren encajonar a Dios y �l, en cambio, les tiende una trampa.

Ellos comienzan con Hechos 2:38. Ese es el modo de hacerlo y exponen su f�rmula. Primero, usted se arrepiente. Luego, se bautiza en el Nombre de Jes�s; luego, recibe el Don del Esp�ritu.

Pero, luego, tenemos las Escrituras de Hechos 9:3-6, 17-18. Eso es algo problem�tico. Ah� vemos a Pablo convirti�ndose cuando va por el camino hacia Damasco. Luego, es sanado y bautizado con el Esp�ritu Santo. Despu�s de esto, es bautizado en agua.

Y, luego, viene el pasaje de Hechos 10:44-48, que es en realidad uno que prueba la mente. Piense en esto, sin ninguna instrucci�n, sin un llamado a la salvaci�n, sin Pedro aun concluir su serm�n, se ve interrumpido por una intercesi�n divina de historia. Sin ning�n instrumento humano excepto el mensaje apost�lico, esas almas son soberanamente salvas y bautizadas con el Esp�ritu, hablando en otras lenguas. �nicamente despu�s de recibir esas experiencias, es que son bautizados en agua.

Despu�s, tenemos Hechos 19:3-6, donde primero, aparece un grupo que segu�a a Juan y su bautismo de arrepentimiento. Pablo los instruye m�s detalladamente en las ense�anzas de Jes�s y ellos se bautizan por segunda vez, en esta ocasi�n, en el Nombre de Jes�s. Luego, Pablo les impone las manos y reciben el bautismo en el Esp�ritu Santo, hablando en otras lenguas y profetizando.

�Acaso no es de preguntarse el porqu� los te�logos no disfrutan del Libro de los Hechos? Ellos no pueden poner a trabajar sus f�rmulas. �Cree usted que tal vez el Esp�ritu Santo tiene un sentido de humor, un toque suave? Creo que puede que lo tenga.

3) Dios No Nos Dice Todo. Una de las peores preguntas qu� formular tocante a la sanidad, es la primera que la mayor�a de los te�logos formulan: �Por qu� Dios no sana a todo el mundo?

�Por qu� no todos son salvos? �Por qu� son pocos escogidos de entre tantos que son llamados? Una pregunta es tan buena como la otra y, ambas, puede que no tengan respuestas.

El secreto del asesoramiento de Dios de Calvino, no es un intento de escapar de las preguntas dif�ciles. Es un hecho fundamental de teolog�a b�blica. Hay muchas cosas que no sabemos o que no tenemos respuestas para las mismas.

3. Sanidad: Logos Contra Rhema
El logos ense�a que la sanidad est� en el sacrificio de expiaci�n, pero el logos no siempre se convierte en rhema: la palabra de Dios para usted. Y aqu�llos que ense�an que "al confesar una necesidad siempre se recibe lo reclamado", ense�an una teolog�a de presunci�n, no de fe.

a. La Confesi�n No Siempre Resulta En Posesi�n. El salmista dice: "Preserva tambi�n a tu siervo de las soberbias; Que no se ense�oreen de m�" (Sal 19:13).

Por ejemplo, ten�a un amigo joven que hab�a recibido la experiencia del Esp�ritu hac�a poco tiempo y cre�a sinceramente que al confesar su necesidad recibir�a lo reclamado.

Hab�a escuchado las noticias de un ni�ito que estaba muriendo de leucemia; fue inmediatamente hacia el hogar del ni�o y habl� cierto n�mero de palabras que m�s tarde lament�. �l dijo: "Sin duda que el ni�o va a ser sanado. No hay de qu� preocuparse, ni por qu� estar ansiosos. Dios lo dijo en Su Palabra. Tiene que suceder exactamente como lo dice".

Por consiguiente, or� y todos se gozaron. Luego, se fue. Unos d�as m�s tarde, el ni�o muri�.
Tales nuevas afectaron gravemente a mi amigo Tom espiritualmente. �No est� escrito as� en la Palabra? �No dice que la sanidad est� presente para todos nosotros? S�, lo que estaba presente era el logos, pero no el rhema para el ni�o. Era legal, pero no era experimentado. Hay una gran diferencia entre la provisi�n legal y la apropiaci�n experimentada.

b. Espere Por La Rhema. No es un error orar en fe por las personas. Lo que est� mal, es decirles que est�n sanas cuando usted no ha recibido en realidad una palabra (rhema) de parte de Dios.

No les digo a las personas que est�n sanas, cuando nada viene de Dios. No les digo que tiren sus espejuelos a la basura cuando la realidad es que sus licencias de conductores requieren que usen espejuelos. No les digo que dejen de usar insulina cuando son personas diab�ticas.

E. CONCLUSI�N
Una teolog�a de sanidad debe estar relacionada con una Teolog�a de Oraci�n. La Biblia es muy positiva acerca de la sanidad. No hay una oraci�n dudosa en la Biblia concerniente a la sanidad.

A medida que nos movemos hacia el segundo milenio desde el gran derramamiento del Esp�ritu de Dios, oremos para que nos otorgue poder al estilo del Nuevo Testamento, y una fe gloriosa para que podamos cumplir la Gran Comisi�n del Hijo.

Volvamos a dedicarnos a nosotros mismos a Su Comisi�n: "Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia" (Mt 10:8).


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