Cap�tulo 4
Maneras B�blicas De Adorar Y Alabar A Dios

A. LA ALABANZA Y LA ADORACI�N: HAY UNA DIFERENCIA
1. Acci�n De Gracias

La alabanza es principalmente la expresi�n de admiraci�n y aprobaci�n. En su sentido m�s pleno, incluye tambi�n la expresi�n de la gratitud y de acci�n de gracias por los favores recibidos. As� que, la alabanza y acci�n de gracias frecuentemente aparecen vinculadas.

Sin embargo, las formas m�s puras de alabanza no incluyen las gracias o gratitud. Son esencialmente expresiones de admiraci�n y adoraci�n con la finalidad de alabar al objeto que amamos, sin tener en cuenta los favores recibidos. Algunos creen que esta forma m�s elevada de alabar debe ser llamada “ADORACI�N”.

2. Adoraci�n
Por consiguiente, adorar a Dios es primariamente ensalzar Su persona, car�cter, atributos y perfecci�n. Es el asunto de Su adoraci�n por quien es y lo que es, m�s bien que por lo que haya hecho, y lo que haya resultado en nuestro beneficio. “Dad a Jehov� la gloria debida a su nombre; adorad a Jehov� en la hermosura de la santidad” (Sal 29:2).

La alabanza es primeramente un conocimiento o conciencia interna de lo que es digno. Despu�s, una expresi�n externa de ese aprecio interno. No se convierte en adoraci�n hasta que encuentre expresi�n externa.

Mientras permanezca en el coraz�n y la mente, es admiraci�n. Cuando encuentra su expresi�n y llega a ser articulada o visible, entonces, es adoraci�n.

B. EXPRESIONES VOCALES DE ALABANZA Y ADORACI�N
Hay muchas maneras b�blicas de expresar nuestras alabanzas a Dios. Examinemos ahora algunas de ellas.

Nuestra lista no pretende ser una demasiado detallada. Usted puede encontrar otras maneras que son igualmente basadas en las Escrituras. Creo que Dios desea que cada cristiano est� completamente libre en su esp�ritu para poder alabarle en todas y cada una de las maneras registradas en la Biblia.

Si usted est� consciente de la alabanza dentro de su coraz�n, la cual, nunca ha recibido la expresi�n adecuada, perm�tame sugerirle que estudie estas diferentes expresiones. Examine las referencias b�blicas citadas y considere su contexto y significado en oraci�n. Luego, PRACTIQUE cualquier expresi�n que est� considerando.

Por ejemplo, si est� estudiando las referencias relacionadas con dar exclamaciones de alabanzas y siente deseo de articularlas, entonces, proceda a expresarlas libremente a Dios.

Descubrir� una tremenda liberaci�n cuando lo haga. Algo en su ser interno ser� liberado. Una nueva dimensi�n de gozo quedar� libre en su alma. Esto ocurre porque ha sido obediente a Dios en este aspecto, comenzando a alabarle de maneras innovadoras que �l ha establecido en Su Palabra.

Si alguna vez tuviera la oportunidad de ense�ar estos principios de alabanza a otros, consiga que los practiquen a medida que los ense�e. No est� contento con el mero hablar acerca de esos m�todos de alabanza; ponga a las personas a participar y a poner en ejecuci�n lo que est� ense�ando.

1. Alabando A Dios Con La Voz
“Para exclamar con mi voz de acci�n de gracias, y para contar todas tus maravillas” (Sal 26:7). “…de c�mo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegr�a y alabanza…” (Sal 42:4). “Mis labios se alegrar�n cuando cante ante ti, y mi alma, la cual redimiste. Mi lengua hablar� tambi�n de tu justicia todo el d�a…” (Sal 71:23, 24).

David proclamaba las alabanzas a Dios continuamente. Articulaba cosas como las que siguen: “Jehov� es mi fortaleza y mi escudo; en �l confi� mi coraz�n, y fui ayudado, por lo que se goz� mi coraz�n, y con mi c�ntico le alabar�” (Sal 28:7).

Tambi�n debemos cultivar el h�bito de hablar acerca del Se�or y de Sus maravillosas obras. Comience cada d�a articulando alabanzas a Dios. D�gale cu�n grande y maravilloso es �l, lo mucho que le ama y aprecia. Dele las gracias por un nuevo d�a que le ha permitido ver, y contin�e glorific�ndole por permitir que Su presencia le acompa�e durante todas sus horas.

Emplee su voz, sus labios y su boca como instrumentos en c�nticos de loor a Su gran nombre. Se sorprender� de cu�n r�pidamente cultivar� el h�bito de alabanza.

“Bendecir� a Jehov� en todo tiempo; Su alabanza estar� de continuo en mi boca” (Sal 34:1).

“G�cense y al�grense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvaci�n: Jehov� sea enaltecido” (Sal 40:16).

“Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced o�r la voz de su alabanza” (Sal 66:8).

2. Dando Aclamaciones A Dios
La alabanza verbal o articulada de la que hemos hablado en la secci�n anterior s�lo requiere el volumen normal de una conversaci�n. Hablamos con Dios de manera de conversaci�n, le platicamos respecto a la opini�n que tenemos de �l, y le expresamos nuestra gratitud. Sin embargo, tambi�n hay ocasiones cuando es id�neo (apropiado) y b�blico levantar nuestras voces y dar aclamaciones a Dios. “ACLAMAD A DIOS con voz de j�bilo”, dijo David en el Salmo 47:1.

Muchas personas conservadoras est�n muy opuestas a las exclamaciones o manifestaciones demasiado audibles (altas). Consideran que tal cosa es contraria al orden y dignidad.

Algunos se han atrevido a decir: “No hay necesidad de dar gritos o de hacer ruidos altos; Dios no est� sordo”. A tal declaraci�n debemos replicar: “Dios tampoco es nervioso”.

Hay un tiempo y lugar para las aclamaciones de gozo y para las expresiones de alabanzas en voz alta; as� que, no debemos sentir temor cuando llegue tal momento.

“…En ti se regocijen los que aman tu nombre” (Sal 5:11).

“Alegraos en Jehov� y gozaos, justos; y cantad con j�bilo todos vosotros los rectos de coraz�n” (Sal 32:11).

“Canten y al�grense los que est�n a favor de mi justa causa…” (Sal 35:27).

“Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos… Y sus santos dar�n voces de j�bilo” (Sal 132:9, 16).

“Regoc�jate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel” (Is 12:6).

“Canta, oh, hija de Sion; da voces de j�bilo, oh Israel; g�zate y regoc�jate de todo coraz�n, hija de Jerusal�n” (Sof 3:14).

“Y la gloria de Jehov� se apareci� a todo el pueblo… y vi�ndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros” (Lv 9:23, 24).

“Aconteci� que cuando el arca del pacto de Jehov� lleg� al campamento, todo Israel grit� con tan gran j�bilo que la tierra tembl�” (1 S 4:5).

3. El Cantar
“…Venid ante su presencia con regocijo” (Sal 100:2).
El cantar es una de las reacciones m�s simples y naturales, usada para magnificar a Dios. Es una expresi�n emocional espont�nea de gozo. Siempre ha sido una expresi�n v�lida de alabanza entre el pueblo de Dios.

Inmediatamente despu�s del �xodo del pueblo de Dios de Egipto, cuando Dios los llev� a salvo a trav�s del Mar Rojo, Mar�a dirigi� a los hijos de Israel en c�nticos de alabanzas a Dios, quien les hab�a librado de una manera maravillosa de manos de sus enemigos.

“Y Mar�a les respond�a: Cantad a Jehov�, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Ex 15:21).

Hay muchas referencias sobre los c�nticos a trav�s de todas las Escrituras. Las siguientes son unas cuantas:

“…Yo cantar� a Jehov�, cantar� salmos a Jehov�, el Dios de Israel” (Jue 5:3).

“Por lo tanto, yo te confesar� entre las naciones, oh Jehov�, y cantar� a tu nombre” (2 S 22:50).

“Cantad a �l, cantadle salmos, hablad de todas sus maravillas” (1 Cr 16:9).

“Entonces el rey Ezequias y los pr�ncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehov� con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegr�a y se inclinaron y adoraron” (2 Cr 29:30).

“Alabar� a Jehov� conforme a su justicia, y cantar� al nombre de Jehov� el Alt�simo” (Sal 7:17).

“Me alegrar� y me regocijar� en ti; cantar� a tu nombre, oh Alt�simo” (Sal 9:2).

“Cantad a Jehov�, que habita en Sion…” (Sal 9:11).

“Cantar� a Jehov�, porque me ha hecho bien” (Sal 13:6).

“Engrand�cete, oh Jehov�, en tu poder; cantaremos y alabaremos tu poder�o” (Sal 21:13).

“…Cantar� y entonar� alabanzas a Jehov�” (Sal 27:6).

“Cantad a Jehov�, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad” (Sal 30:4).

“Cantadle c�ntico nuevo; hacedlo bien, ta�endo con j�bilo” (Sal 33:3).

“Cantadle a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey, cantad; porque Dios es el Rey de toda la tierra; cantad con inteligencia” (Sal 47:6,7).

“Pronto est� mi coraz�n, oh Dios, mi coraz�n est� dispuesto; cantar� y trovar� salmos” (Sal 57:7).


“Pero yo cantar� de tu poder, y alabar� de ma�ana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el d�a de mi angustia. Fortaleza m�a, a ti cantar�; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia” (Sal 59:16, 17).

“As� cantar� a tu nombre para siempre, pagando mis votos cada d�a” (Sal 61:8).

Hay muchas otras referencias relacionadas con el cantar alabanzas a Dios, pero las expuestas anteriormente son suficientes para darnos una idea sobre la importancia de cantarle himnos.

Cantar es una se�al de alegr�a y satisfacci�n espiritual. Es una se�al de gozo, la cual, indica complacencia por las oportunidades que le han tocado a uno en la vida.

Es una expresi�n saludable de emoci�n positiva, la cual, ministra fortaleza a todo nuestro ser. Dios se complace en escucharnos cantar Sus alabanzas.

a. Una Variedad De C�nticos. En Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 se nos exhorta a cantar: “himnos y canciones espirituales... al Se�or”.

El libro de los Salmos ha provisto una cantidad inmensa de materiales para la adoraci�n en cantos, desde los antiguos himnos tradicionales hasta los coros m�s modernos que se han tomado directamente de ellos.

Los himnos tambi�n han provisto grandes temas para inspirar a la Iglesia, y suministrarle c�nticos de alabanzas.

De alguna manera, los c�nticos espirituales son diferentes de cada una de las categor�as previas. Son cantos o himnos dados directamente por el Esp�ritu, y cantados espont�neamente a medida que �l inspira tanto las palabras como la melod�a.

Tales cantos pueden ser entonados en el lenguaje de la persona que los articula, en cuyo caso son cantados “...con el entendimiento” (1 Co 14:15). En otras ocasiones, la letra puede ser en “otras lenguas”, en cuyo caso la mente de las personas es “sin fruto” (1 Co 14:14).

La mente no tiene un entendimiento natural de lo que se canta; con todo, al mismo tiempo tiene un conocimiento intuitivo de que el Esp�ritu est� alabando y magnificando a Dios frecuentemente con “lenguas ang�licas”.

En ambos casos, los cantos son completamente espont�neos y sin planificaci�n. Las alabanzas son interpretadas por fe. El que canta, al escuchar al Esp�ritu de Dios dentro de su propio ser, sigue fielmente la melod�a y palabras que �l le suple.

C. EXPRESIONES F�SICAS DE ALABANZA Y ADORACI�N
Adem�s de las expresiones de alabanzas verbales y audibles, la Biblia cita muchas maneras en las que podemos usar las expresiones f�sicas para adorar a Dios.

1. Cuando Estamos De Pie
Permanecer de pie o erguidos, es siempre una se�al de respeto. Si una persona de importancia entra en una habitaci�n, los que ya est�n presentes se ponen de pie para honrarle y mostrarle respeto.

Muchas veces el Esp�ritu Santo nos inspirar� para que nos pongamos de pie delante del Se�or como un acto de adoraci�n y reverencia. “Tema a Jehov� toda la tierra; teman delante de �l todos los habitantes del mundo” (Sal 33:8).

“Mirad, bendecid a Jehov�, vosotros todos los siervos de Jehov�, los que en la casa de Jehov� est�is por las noches… Alabad el nombre de Jehov�; alabadle, siervos de Jehov�; los que est�is en la casa de Jehov�, en los atrios de la casa de nuestro Dios” (Sal 134:1; 135:1, 2).

2. Levantando Las Manos
Levantar las manos es una se�al universal de redenci�n o sumisi�n.

Cuando las alzamos delante del Se�or estamos reconociendo que nos sometemos completamente a Su voluntad.

Le decimos otra vez que somos suyos incondicionalmente. No sentimos deseo alguno de rebelarnos contra �l, ni tenemos armas en nuestras manos para combatirle.

Las personas que NO est�n completamente rendidas a Dios tienen grandes problemas a la hora de hacerlo, aunque aparente ser una cosa muy simple. Se resisten firmemente a esta manera de adoraci�n. Sin embargo, una vez que lo hacen viene sobre ellos una gran liberaci�n, la cual, muchas veces les habilita para expresar alabanzas de muchas otras maneras.

“Alzad vuestras manos al santuario y bendecid al Se�or” (Sal 134:2). Es tambi�n una se�al de un anhelo profundo de adorar a Dios. “Escucha la voz de mis s�plicas, cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo” (Sal 28:2).
Es adem�s simb�lico de la sed espiritual que sentimos por Dios. “Extiendo mis manos a ti; mi alma tiene sed de ti, como una tierra sedienta” (Sal 143:6).

3. Batiendo Las Manos
Cuando alguien hace algo que merece nuestra admiraci�n y aprobaci�n, queremos dej�rselo saber dando palmadas con nuestras manos. Por ejemplo, cuando un concertista de piano toca una pieza aut�nticamente hermosa que toda la audiencia disfruta much�simo, usualmente, irrumpen en un aplauso espont�neo. Si desean expresar su aprobaci�n con mucho m�s entusiasmo, a menudo se ponen de pie y aplauden con sus manos m�s intensamente. A esto es lo que llamamos una ovaci�n de pie. Siendo que Dios es tan maravilloso, y ha hecho tantas cosas excelsas que merecen nuestra admiraci�n y aprobaci�n, �acaso ser�a extra�o sentir el deseo de aplaudirle?

El Salmo 47:1 nos ordena batir las manos delante de Dios: “Pueblos todos, batid las manos...”. Es una se�al de agrado, regocijo y aprobaci�n.

4. Arrodill�ndose
A menudo cuando las personas se sienten tocadas por la sensaci�n de la presencia gloriosa de Dios, caen de rodillas espont�neamente delante de la presencia de Dios. Ese es un gesto de reverencia y respeto al Todopoderoso.

“Venid, adoremos e inclin�monos: arrodill�monos delante del Se�or nuestro Hacedor” (Sal 95:6).

Un d�a toda rodilla se doblar� delante de Dios (Fil 2:10).

5. Caer Postrado Delante De Dios
Esta es otra forma extrema de cortes�a (reverencia) y adoraci�n. El caer delante de alguien o tenderse frente a �l o ella es una se�al de reverencia suprema. Es una forma de humillarse uno mismo para aumentar el sentido de elevaci�n de Aqu�l delante de quien nos postramos.

6. Danzando
Siendo que el danzar es una forma de adoraci�n altamente demostrativa y emocional, ha sido confrontada con gran oposici�n y cr�ticas, sobre todo, de parte de las personas religiosas conservadoras. Debido a esta controversia, he conferido m�s espacio a la consideraci�n de este tema.

Danzar implica (envuelve) el uso de todo el cuerpo para expresar alegr�a, alabanza y adoraci�n delante del Se�or. El t�rmino en hebreo y en griego traducido como “danzar” en las Escrituras, tiene una variedad de significados, incluyendo “saltar, brincar, levantar los pies”, etc.

Estas traducciones indican algo de la naturaleza espont�nea y sin estructura del danzar. Este tipo de danzar no es usualmente efectuado en conformidad con movimientos prescritos y programados, sino que es una reacci�n simple y espont�nea de gozo delante del Se�or.

Un incidente tal como el registrado en Hechos 3:8, en el cual un hombre que hab�a sido inv�lido antes, sali� “...andando, y saltando, y alabando a Dios”, ahora puede verse en una luz diferente.

Esto es particularmente as� cuando recordamos el papel integral que la danza siempre ha jugado en la adoraci�n de los hijos de Israel.

“Alaben su nombre con danza…” (Sal 149:3).

“Alabadle con pandero y danza…” (Sal 150:4).

a. Ejemplos De Danzas En La Biblia
1) Para Celebrar La Salvaci�n Y Liberaci�n.
“Y Mar�a, la profetisa, la hermana de Aar�n, tom� un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas” (Ex 15:20).

“Entonces volvi� Jeft� a Mizpa, a su casa; y he aqu� su hija que sal�a a recibirle con panderos y danzas…” (Jue 11:34). �l regresaba de una gran victoria.

2) Para Regocijarse A Causa De La Restauraci�n. Cuando el Arca del Pacto fue “restituida” a Jerusal�n: “David danz� delante de Jehov� Dios con todas sus fuerzas…” (2 S 6:14).

“Mical… vio al rey David brincando y danzando delante del Se�or…” (2 S 6:16).

“Mical… vio al rey David danzando y tocando…” (1 Cr 15:29).

Jerem�as profetiz� con respecto a la gloriosa restauraci�n venidera... “Entonces la virgen se gozar� en la danza, los j�venes y viejos juntamente. Porque yo tornar� su lamento en alegr�a, y los consolar� y les har� gozarse y abandonar su tristeza” (Jer 31:13).

Seg�n Lamentaciones 5:15, sus danzas se hab�an tornado en lamentaci�n cuando fueron llevados a la cautividad. En Jerem�as 31:13, vemos que la danza fue restaurada cuando el pueblo fue liberado de la cautividad.

En Joel 1:12, vemos que la sequedad y la pena sobreviene al pueblo de Dios cuando “...el gozo es retirado de los hijos de los hombres”.

El gozo y la risa que acompa�a el retorno de la cautividad es un testimonio para los gentiles respecto a que “Grandes cosas ha hecho Jehov� con nosotros; estaremos alegres” (Sal 126:3).

3) La Danza En El Nuevo Testamento. Aquellas personas que se oponen a la danza en la Iglesia hoy d�a, han argumentado que todo esto era un fen�meno puramente del Antiguo Testamento, y que no tiene lugar en la Iglesia del Nuevo Testamento.

Sin embargo, cuando leemos el Nuevo Testamento tambi�n encontramos esta expresi�n.

Cuando el cojo fue sanado respondi� con gran entusiasmo: “Y saltando, se puso en pie y anduvo; y entr� con ellos en el templo, andando y saltando, y alabando a Dios” (Hch 3:8).

Cuando Pablo vio un hombre cojo en Listra, �l “…dijo a gran voz: Lev�ntate derecho sobre tus pies. Y el salt� y anduvo” (Hch 14:10). El salto que dio obviamente era una reacci�n gozosa ante su milagro de sanidad.

Una de las palabras griegas para alegr�a o gozo que aparece frecuentemente en el Nuevo Testamento es “agalliao”, que significa literalmente “saltar de gozo”.


No se trata de un tipo de gozo intenso e interno; por el contrario, es una expresi�n din�mica y emotiva de alegr�a inmensa, la cual, hace que uno “salte de gozo” literalmente.

Las siguientes son unas cuantas citas b�blicas donde aparece tal expresi�n en el Nuevo Testamento:

Jes�s dijo: “Gozaos en aquel d�a, y alegraos [agalliao], porque he aqu� vuestro galard�n es grande en los cielos…” (Lc 6:23).

Mar�a dijo: “Mi alma engrandece al Se�or y mi esp�ritu se regocija [agalliao] en Dios, mi salvador” (Lc 1:46, 47).

El carcelero “…se regocij� [agalliao] creyendo en Dios con toda su casa” (Hch 16:34).

“Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que tambi�n en la revelaci�n de su gloria os goc�is [agalliao] con gran alegr�a” (1 P 4:13).

Casi al final del Nuevo Testamento encontramos una exhortaci�n que nos dice: “Goc�monos y alegr�monos [agalliao: saltar de gozo] y d�mosle gloria [a Cristo]; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Ap 19:7).

Cuando el hijo pr�digo le fue restaurado a su padre, hubo “m�sica y danza” (Lc 15:25).

Cuando la restauraci�n de todas las cosas tome lugar en conformidad con lo que predijeron los profetas (Hechos 3:21-24), de seguro que habr� una gran celebraci�n en danzas de j�bilo y regocijo jam�s experimentada anteriormente (Jer 31:13).

b. Algunos Aspectos De La Danza En Las Escrituras:
1) Es Espont�nea Y Sin Sofisticaci�n En Su Estilo.
No tiene un modo altamente estructurado, pr�ctico y preciso.

Se expresa saltando, brincando y dando vueltas. A veces iba acompa�ada de m�sica instrumental (1 Cr 15:29; Sal 149:3). Tambi�n era acompa�ada a veces por cantos (Ex 15:20, 21).

2) Puede Ser Practicada Por Un Individuo O Por Un Grupo. David danz� delante de Jehov� Dios. Mar�a y TODAS las mujeres del pueblo danzaron.

3) No Significa Danzar Con Un Miembro Del Sexo Opuesto. Mar�a y todas las mujeres danzaron (Ex 15:20). J�venes y ancianos danzaron juntos (Jer 31:13).

4) No Hay Una Edad L�mite. J�venes y ancianos pueden danzar juntos.

5) El Cantar Y Danzar A Menudo Se Ejecutaban Juntos. “�No es este David, de quien cantaban en las danzas diciendo: Sa�l mat� a sus miles, pero David sus decenas de miles?” (1 S 29:5).

6) Hay Un Tiempo Apropiado Para Danzar. “Hay tiempo para lamentarse… y tiempo para danzar” (Ec 3:4).

7) Dios Ha Profetizado La Restauraci�n De La Danza. “…y saldr�s en alegres danzas” (Jer 31:4).

“Entonces la virgen se alegrar� en la danza…” (Jer 31:13).

c. ��ADVERTENCIA!! La danza o baile de naturaleza carnal tambi�n est� asociada con la reincidencia (descarr�o), la idolatr�a, inmoralidad y mundanalidad. (Por ejemplo: lea �xodo 32:19 cuando el pueblo danzaba alrededor del becerro de oro) Satan�s tiene siempre algo para falsificar o imitar cada cosa divina. Aquello que se emplea para falsificar s�lo demuestra la realidad de lo que es genuino y original.

El hecho de que Satan�s pueda falsificar algo, no significa que tengamos que dejar de practicar lo genuino.

7. Tocando Instrumentos Musicales
Los instrumentos musicales eran usados frecuentemente en la Escritura para expresar alabanza y adoraci�n a Dios. Tambi�n pueden desempe�ar una parte vital en la adoraci�n hoy d�a.

Somos exhortados a “Alabarle con el sonido de la trompeta; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con c�mbalo y danza, alabadle con instrumentos de cuerda y de j�bilo. Alabadle con c�mbalos resonantes” (Sal 150:3-5).

a. Tocando “En El Esp�ritu”. Aquellos m�sicos que ofrecen alabanzas con sus instrumentos, deber�n procurar sobresalir al hacerlo. Tienen que aplicarse a s� mismos para “tocar los instrumentos con suma habilidad” (Sal 33:3). Esto no necesariamente implica que se tenga una habilidad de precisi�n. No es el ofrecimiento de una habilidad humana de gran destreza. Se trata de una habilidad o destreza espiritual, mas bien que de un talento natural. La destreza no s�lo reside en tocar el instrumento, sino tambi�n en la interpretaci�n que agrade al Esp�ritu. A esto es lo que llamamos “tocar en el Esp�ritu”.

1) Una Interpretaci�n H�bil De David Con El Arpa apartaba los malos esp�ritus de Sa�l (1 S 16:23).

2) Los M�sicos Pueden Crear Una Atm�sfera que conduzca a ejercer los dones espirituales.

3) 4,000 M�sicos Alabaron Al Se�or con sus instrumentos en la dedicaci�n del Templo de Salom�n (1 Cr 23:5).

“Y o� una voz del cielo, como la voz de muchas aguas, y como la voz de gran trueno. Y o� la voz de arpistas que tocaban con sus arpas y cantaban una nueva canci�n delante del trono…” (Ap 14:2, 3). Esto indica que hay instrumentos y m�sicos en el Cielo.

8. Silencio
En completo contraste con los sonidos de las canciones, de los instrumentos musicales, de la danza, etc., est� la expresi�n de alabanza a trav�s del silencio: “…Hay un tiempo para guardar silencio y un tiempo para hablar” (Ec 3:7).

No tema al silencio. A veces el Esp�ritu Santo trae un silencio sacro sobre la congregaci�n. En esas ocasiones, �ste se hace profundo y elocuente. A menudo hay una sensaci�n grande de temor y reverencia durante esos per�odos. Uno se puede poner de pie o permanecer sentado en silencio delante de Dios, contempl�ndole, ador�ndole y magnific�ndole. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…” (Sal 46:10).

9. El Llanto
El llanto puede ser tambi�n una respuesta leg�tima de alabanza a Dios. No es el llanto que viene de la tristeza o de un coraz�n quebrantado, sino el que procede de la gratitud y de la acci�n de gracias. A veces cuando meditamos sobre la grandeza y bondad de Dios, la �nica respuesta apropiada a Su amabilidad es derramar l�grimas de gratitud.

No tema hacer esto, pues no es una se�al de debilidad. Deje que sus l�grimas fluyan. Nuestra reacci�n humana es a menudo contener las l�grimas.

Sin embargo, llorar puede expresar, a veces, los deseos m�s profundos de nuestro ser en una forma que ninguna otra cosa podr�a hacerlo. En ocasiones produce una profunda liberaci�n.

Tampoco es bueno darse al llanto demasiado, pues eso puede ser una se�al de que algo anda mal en su ser interno. En tales casos, hay necesidad de sanidad interna.

Cuando Nehem�as comenz� a leer y a exponer la Palabra de Dios, el pueblo llor� cuando la escuch�. �l dej� que lloraran por un tiempo, pero luego interrumpi� su llanto, instruy�ndoles a que: “fueran, comieran de la grosura y bebieran lo dulce… y que no estuvieran tristes; porque el gozo de Jehov� era su fortaleza” (Neh 8:10).

El exceso de llanto debilita, mientras que el gozo de Jehov� es como una fuente de fortaleza.

10. La Risa
Hay lo que conocemos como la risa santa, es decir, cuando un deseo de re�r inspirado por el Esp�ritu de Dios viene sobre el creyente. Esta no es una reacci�n de algo humor�stico que alguien haya dicho, sino m�s bien una expresi�n de un gozo tan sublime en el Se�or que la �nica manera de expresarlo es a trav�s de la risa.

“…Bienaventurados los que ahora llor�is, porque reir�is” (Lc 6:21).

Los hijos de Israel experimentaron esto cuando retornaron de la cautividad. “Entonces nuestra boca se llen� de risa y nuestra lengua de canciones…” (Sal 126:2).

“He aqu�, Dios no aborrece al perfecto… Aun regocijo llenar� tu boca de risa, y tus labios de j�bilo” (Job 8:20, 21).

11. Las Marchas
Dios a menudo ordenaba a Su pueblo a que marchara. Probablemente el mejor ejemplo conocido de esto fue la marcha alrededor de Jeric� (Jos 6:2-5). Israel march� en respuesta al mandato de Dios, quien derrib� las murallas de aquella ciudad a tierra.
Muchas murallas todav�a se desploman cuando el pueblo de Dios marcha en respuesta a Su mandato; las murallas de la arrogancia, incredulidad, opresi�n espiritual, etc.

Josafat y su ej�rcito marcharon cantando alabanzas a Dios, quien entreg� a todos sus enemigos en sus manos a pesar de ser pocos en n�mero (2 Cr 20:20-22).

Muchas congregaciones han marchado en torno a algo como respuesta a un impulso del Esp�ritu. El marchar alrededor del edificio de una iglesia puede ser considerado como una ridiculez para muchas mentes carnales, as� como lo fue para los habitantes de Jeric�. Sin embargo, muchas veces los resultados de marchas parecidas han obrado poderosos y dram�ticos milagros.

Murallas de gran altura como la esclavitud, el orgullo y la amargura, han ca�do derrumbadas a tierra. Este tipo de marcha a menudo ha sido llamado “La Marcha de Jeric�”. Otros la llaman una “marcha de gloria”.

La comprometida de Cristo es representada como un ej�rcito que marcha hacia la victoria unido (Cnt 6:4, 10).

12. El Regocijo
El regocijarse en el Se�or es otra manera de alabarle... Cuando Nehem�as entr� a la presencia del rey con un rostro triste, el rey supo inmediatamente que algo dr�stico andaba mal (Neh 2:1). �l dijo: “”Nunca antes me hab�a visto triste, as� que, me pregunt�: �por qu� te ves tan triste? No est�s enfermo, as� que, debes sentirte apenado” (Neh 2:2).

Nehem�as estaba muy atemorizado. Presentarse ante el rey con un rostro triste parec�a ser una indicaci�n de que era infeliz en su servicio. Eso era como un insulto a su majestad, y �l no lo tolerar�a. Esa era la raz�n por la cual Nehem�as estaba atemorizado. �l se dio prisa en explicar al rey el porqu� su rostro estaba apesadumbrado, y que ello, no ten�a nada que ver con las condiciones bajo las cuales le serv�a.

Nadie se atrev�a a presentarse ante el rey con un aspecto triste; sin embargo, muchos cristianos van delante del Rey de reyes con disposiciones o semblantes quejumbrosos. El hacer tal cosa es un insulto a Dios. Es una indicaci�n o se�al de que no estamos satisfechos con nuestra posici�n en Su reino.

La manera apropiada de aparecer delante del Rey es mostrando regocijo o alegr�a. Eso indica que estamos complacidos con nuestra posici�n.

Estamos agradecidos por el honor que se nos ha conferido: el ser siervos del Rey. El pueblo de Dios era advertido con frecuencia: “Os regocijar�is delante de Jehov� vuestro Dios…” (Dt 12:12).

Dios estaba instituyendo un lugar donde �l pudiera congregarse con ellos. “Entonces habr� un lugar que Jehov� vuestro Dios escoger� para hacer que Su nombre more en �l; all� llevar�is todo lo que yo os ordeno; vuestras ofrendas quemadas y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas de vuestra mano y todos los votos voluntarios que hay�is hecho al Se�or. Y os regocijar�is delante de Jehov� vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas y vuestros siervos…” (Dt 12:11, 12).

As� decret� Dios que cuando entremos en el lugar que ha aparejado para que nos congreguemos con �l, es nuestro deber hacerlo con regocijo. David comprendi� esto cuando dijo: “Entrar� por tus puertas con acci�n de gracias y en sus atrios con alabanza…” (Sal 100:4).

Cuando los hijos de Israel guardaban las Fiestas de Jehov�, lo hac�an con gran regocijo delante de Su presencia. “…y os regocijar�is delante de Jehov� vuestro Dios…” (Lv 23:40).

Regocijarse es una manera de expresar acci�n de gracias y alabanza. Cuando damos un regalo a alguien, su alegr�a es una indicaci�n de su placer y agradecimiento.

Por lo tanto, cuando nosotros nos gozamos delante del Se�or, expresamos nuestro placer y agradecimiento en �l. Es lamentable que tantas iglesias hayan inculcado o interiorizado la idea de que la reverencia es solemnidad, quietud y sobriedad.
Parecen sentir que expresar el gozo y la alegr�a es el colmo de la irreverencia. Nada podr�a estar tan lejos de la verdad.

Los cristianos deber�an ser la gente m�s gozosa en la comunidad. Su regocijo deber�a ser obvio ante todos. Los cultos o servicios de la iglesia deben ser una celebraci�n de alegr�a. De seguro que atraer�a muchas personas, ya que as�, reflejar�a m�s fielmente la verdadera naturaleza de Dios.

En lugar de ello, muchas iglesias modernas lo que hacen es repeler a las personas no creyentes con su frialdad y sequedad. Demuestran ser demasiado solemnes y pesadas. La atm�sfera es demasiado fr�a y formal. Las personas se comportan de una manera falsa, religiosa y antinatural. Esto no deber�a ser as�. Torn�monos de nuevo al esp�ritu de celebraci�n delante del Se�or.

Hay muchas maneras de expresar nuestro regocijo: por medio de cantar melod�as alegres en lugar de cantos f�nebres o quejumbrosos, levantando las manos, dando palmadas y danzando.

Gozarse en el Se�or nos har� estar mucho m�s relajados en Su presencia. Necesitamos menos formalidad y m�s realidad. Este mundo es un lugar lo suficientemente l�gubre, y no hay necesidad de agregarle nuestra tristeza. Esforc�monos en hacer que resplandezca, pues somos la luz del mundo.

En el Nuevo Testamento, el t�rmino griego agallia (discutido previamente, vea la secci�n que trata sobre la “danza”) se traduce como ”regocijo”. Esto significa literalmente “saltar de alegr�a”, gozarse enormemente, estar muy contento y lleno de extrema felicidad.

He aqu� una expresi�n de regocijo que es libre, espont�nea y expresiva, tan libre, que podr�a hacernos saltar y brincar de gozo con un deleite infantil.

D. RESUMEN
Recuerde que estas expresiones de alabanzas son meritorias �nicamente si son expresadas con sinceridad de coraz�n.

El mero seguir la rutina, como un aparato mec�nico, no constituye la verdadera alabanza. Estas expresiones de alabanzas son simplemente un medio de dar expresi�n externa a la admiraci�n, acci�n de gracias y reverencia que est�n en nuestro interior.


.::3er Trimestre - .::SECCI�N E