Cap�tulo 7
La M�sica En La Alabanza y Adoraci�n

A. LA M�SICA ES IMPORTANTE EN LA ADORACI�N
La m�sica siempre ha desempe�ado un papel muy importante en la adoraci�n de Dios. Mirando retrospectivamente en la aurora de la creaci�n: "…las estrellas de la ma�ana cantaron juntas y todos los hijos de Dios gritaron de alegr�a" (Job 38:7).

La m�sica hebrea era predominantemente vocal. Hab�a muy pocos instrumentos en los primeros d�as de la historia. La voz humana era el instrumento musical m�s accesible y popular, con el cual, se pod�a producir la m�sica.

La primera menci�n b�blica con relaci�n a la m�sica y a los c�nticos de alabanza, se encuentra en G�nesis 31:27, la cual, es asociada con la expresi�n de j�bilo. La adoraci�n con c�nticos se menciona por primera vez en �xodo 15:1, ocasi�n en la cual Mois�s y los hijos de Israel, cantaron para exaltar el nombre de Jehov� Dios. En los vers�culos 20 y 21, Mar�a y todas las mujeres israelitas respond�an al c�ntico de Mois�s con m�sica de tamboriles y danzas.

La excavaci�n del pozo de Beer se celebr� con cantos (Nm 21:17,18).

D�bora y Barac celebraron su gran victoria con cantos de alabanzas a Dios (Jue 5:1-31).

Las mujeres de Israel celebraron la victoria de David sobre Goliat con cantos (1 S 18:6,7).

Cuatro mil levitas alabaron al Se�or con instrumentos (1 Cr 23:5) cuando Salom�n fue coronado rey sobre Israel.

"Los hijos de Israel… guardaban la fiesta de los panes sin levadura siete d�as con gran alegr�a: y los levitas y los sacerdotes alababan al Se�or todos los d�as, cantando con instrumentos resonantes delante del Se�or" (2 Cr 30:21).

"Y David habl� al jefe de los levitas para que estableciera a sus hermanos como cantores con instrumentos musicales, salterios, arpas y c�mbalos, levantando la voz con alegr�a" (1 Cr 15:16).

Est� claro que la m�sica y los cantos son partes vitales de la alabanza y la adoraci�n a Dios. Esto se describe a lo largo de la Biblia, desde G�nesis hasta Apocalipsis, y hoy tambi�n lo son; son expresiones de alabanzas a Dios vitales, gloriosas y positivas en lo que respecta a los servicios de adoraci�n.

B. SATAN�S USA LA M�SICA
Es cierto tambi�n que Satan�s utiliza la m�sica con mucha efectividad para conseguir sus prop�sitos. Antes de su ca�da, Lucifer era el director de los m�sicos en el cielo. Ezequiel 28:13 nos dice: "...los primores de tus tamboriles y flautas estaban preparados para ti desde antes del d�a de tu creaci�n". Lucifer era un genio musical. Se le hab�a dado ese don para la gloria de Dios. Sin embargo, cuando se rebel� contra Jehov� Dios, y tuvo que ser lanzado fuera del cielo, prostituy� su don y comenz� a usarlo para el mal en lugar del bien. Lo ha hecho con mucha efectividad hasta el d�a de hoy.

Fueron los descendientes de Ca�n quienes inventaron tanto los instrumentos musicales como los de guerra (Gn 4:21, 22).

Cuando Mois�s regres� del encuentro con Dios en la monta�a, descubri� que los hijos de Israel se hab�an tornado a la adoraci�n de los �dolos. Estaban danzando y cantando alrededor del becerro de oro que Aar�n les fabric� con las joyas que trajeron de Egipto. El sonido de la m�sica result� tan confuso para los o�dos de Mois�s, que no pudo discernir inmediatamente su significado.

Ese tipo de m�sica que crea confusi�n tiene la marca de Satan�s, quien de por s� es el maestro de la confusi�n. La mayor parte de la m�sica moderna est� saturada de confusi�n. Molesta y degenera a los que la escuchan.

La m�sica piadosa o santa tiene exactamente el efecto contrario. �sta, sirve como una terapia para el alma en lugar de producirle confusi�n. La m�sica ungida de David restaur� la demencia de Sa�l. "Y cuando el esp�ritu malo de parte de Dios ven�a sobre Sa�l, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Sa�l ten�a alivio y estaba mejor, y el esp�ritu malo se apartaba de �l" (1 S 16:23).

La m�sica piadosa puede emocionarnos, pero nunca har� que perdamos el control de nuestras emociones. Nos fortalecer� en lugar de debilitarnos.

Nabucodonosor, rey de Babilonia, utiliz� instrumentos musicales de varias clases para inducir a la adoraci�n de la imagen que hab�a erigido (Dn 3:5-7).

Herodes sucumbi� ante la m�sica y danzas seductoras de Salom�; luego, procedi� de manera est�pida (sin utilizar su razonamiento) a ordenar la muerte de Juan el Bautista (Mt 14:6-10).

La m�sica babil�nica inspirada por Satan�s, ser� destruida finalmente cuando la ciudad de Babilonia sea derrumbada a tierra. El sonido de su m�sica no volver� a ser escuchado jam�s (Ap 18:22).

C. LA M�SICA PUEDE INSPIRAR LA ADORACI�N DE DIOS
El Esp�ritu Santo puede utilizar adem�s la m�sica para la gloria de Dios y la edificaci�n de Su pueblo.

Notamos previamente el poderoso efecto terap�utico que la m�sica ungida ten�a sobre Sa�l (1 S 16:23).

David hab�a sido ungido por Dios. Era un m�sico talentoso, un compositor dotado y un cantante de voz exquisita. Cuando tocaba y cantaba bajo la unci�n del poder de Dios, el esp�ritu del mal se apartaba de Sa�l. Era aliviado y renovado.

Cuando Josafat necesit� un profeta en tiempo de crisis nacional, llam� a Eliseo, quien llam� a un m�sico.

"…y sucedi� cuando toc� el m�sico que la mano del Se�or vino sobre Eliseo, y dijo: As� dice el Se�or…" (2 R 3:11, 15, 16). Es obvio que la m�sica ayud� a crear una atm�sfera de inspiraci�n para la operaci�n espont�nea del don prof�tico.

El Rey David escogi� a cuatro mil hombres para que profetizaran con arpas, salterios y c�mbalos (1 Cr 25:1).

Fue �nicamente cuando Israel estaba en cautividad en Babilonia que ellos cesaron de cantar y tocar. Su m�sica ungida ces� y colgaron sus arpas en los sauces (Sal 1:37).

Cuando sus captores babil�nicos les animaban para que cantaran, contestaban de la siguiente manera: "�C�mo podemos cantar los c�nticos del Se�or en tierra extranjera?".

Cuando concluy� su cautiverio, despu�s de setenta a�os regresaron a su patria con c�nticos y risas de j�bilo. Hab�a alabanzas en sus labios (Sal 126:1, 2).

Es �nicamente cuando la Iglesia est� en cautiverio espiritual que su m�sica ungida cesa. Cuando esa cautividad es quebrantada y el pueblo es liberado una vez m�s, la m�sica, los c�nticos, la alabanza, la danza y la risa vuelven a ser restauradas.

D. LA M�SICA Y LOS CANTOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
1. Los Disc�pulos Cantaban Himnos Juntos (Mt 26:30; Mr 14:26).

2. Pablo Y Silas Cantaron Himnos De Alabanza A Dios En Prisi�n (Hch 16:25).

3. El Ap�stol Pablo Instruye A La Iglesia Para Que Cante Con Unci�n.
Ellos deben cantar:

a. SALMOS: Los salmos preparados para la m�sica.

b. HIMNOS: Cantos de alabanzas a Dios.

c. CANCIONES ESPIRITUALES: Himnos o cantos inspirados por el Esp�ritu.

Los cantos de la Iglesia primitiva eran alabanzas al Se�or. Su objetivo principal al cantar era alabar y magnificar a Dios. No cantaban para impresionar o entretener al p�blico. Su manera de cantar no estaba centrada en el hombre, sino que era dirigida a Dios y para agradarle �nicamente.

E. C�MO TENER UN MINISTERIO DE M�SICA UNGIDA
Ese tipo de m�sica y cantos ungidos, dirigidos a Dios en alabanzas y adoraci�n, es muy raro en la Iglesia hoy. No obstante, Dios est� restaurando ese ministerio a Su pueblo.

He aqu� algunas sugerencias para ayudarle a llevar a su congregaci�n de creyentes, hacia un ministerio de m�sica ungida para alabar a Dios.

1. Comience Cada Servicio Con Acci�n De Gracias Y Alabanzas En Cantos
"Entrad por sus puertas con acci�n de gracias, por sus atrios con alabanza, dadle gracias, bendecid su nombre" (Sal 100:4).

2. Pida Al Esp�ritu Santo En Oraci�n Que Le D� Los Cantos Apropiados
Dios tiene un tema y un mensaje para cada servicio. Muchas veces el canto apropiado fijar� el tono para ese tema.

3. No Sienta Temor De Cantar El Canto M�s De Una Vez...
o aun una porci�n concreta que le parezca especialmente bendecida y ungida.

4. Exhorte A La Gente Para Que Cante Sinceramente A Dios
Los himnos a menudo son cantados porque es tradici�n y costumbre hacerlo. Debemos tener un prop�sito m�s digno que ese - el de cantar a Dios con sinceridad - dirigiendo nuestro enfoque hacia el cielo en el canto.

5. Comience Con Cantos De Alabanza Y Acci�n De Gracias
Deje que las personas expresen sus alabanzas genuinamente a trav�s de sus cantos. Los cantos no son alabanzas por s� mismos. Son simplemente veh�culos por medio de los cuales podemos expresar nuestra adoraci�n. Es altamente posible cantar muchos himnos y cantos sin expresar alguna alabanza sincera.

6. Los Cantos De Alabanza Motivar�n A La Congregaci�n A La Adoraci�n
A menudo comenzamos con alabanzas, y luego la congregaci�n se va moviendo progresivamente a trav�s de varios niveles de la alabanza hasta que llegan a la adoraci�n, que es nivel m�s elevado del magnificar a Dios.

7. No Se Apresure En La Parte Del Servicio De Cantos
Muchos ministros consideran esta secci�n del culto como los "preliminares": una necesidad tediosa, pero tradicional. Tome tiempo para cantar, alabar y adorar. Esta es la funci�n m�s importante de nuestro servicio.

8. Confiera Oportunidad Para La Participaci�n Congregacional
Anime la expresi�n espont�nea. Alguien podr�a dirigir en oraci�n, lo cual, podr�a fijar el tono del servicio. Otro podr�a profetizar, y la exhortaci�n podr�a suplir el tema para el resto del servicio.

9. Las Manifestaciones Del Esp�ritu
(1 Co 12:8-11) Deber�n hallar expresi�n en los cultos de adoraci�n de los creyentes. No apague el Esp�ritu (1 Ts 5:19). Anime la participaci�n y expresi�n a trav�s de esos dones espirituales.

Sin embargo, el l�der ungido deber� retener la autoridad espiritual sobre el servicio en todo momento.

10. Todas Las Cosas Deben Ser Hechas Para La Edificaci�n Mutua
Toda manifestaci�n de la Escritura, es leg�tima y apropiada; sin embargo, todo lo que se haga y la manera en que se haga, debe ser para la edificaci�n de toda la congregaci�n (1 Co 14:26).


11. Evite Las Aportaciones Que Generen Confusi�n
"Dios no es el autor de confusi�n..." (1 Co 14:33). Si el servicio comienza a moverse hacia la confusi�n, tome las riendas y dir�jalo fuera de tal confusi�n.

Si es necesario, haga una pausa y expl�quele a la congregaci�n lo que sucede para aclarar la situaci�n. Utilice esas ocasiones para ense�ar la manera correcta y la equivocada de hacer las cosas.

12. Deje Que Todo Lo Que Se Haga Sea Hecho Como Para El Se�or y para la gloria de Dios. Recuerde que el objetivo de cada servicio es glorificar a Dios y edificar a los creyentes.

13. Utilice Un Libro De Cantos O Un Proyector a fin de que la congregaci�n pueda participar. No tema, en un momento determinado, poner a un lado el libro de cantos y adorar con el coraz�n.

14. Hay ciertas "Mec�nicas" Para La Direcci�n De Un Servicio De Cantos O De Adoraci�n, pero tiene que ejercer mucho cuidado a fin de no llegar a ser demasiado mec�nico o formal. Permita una libertad subyacente.

Sea flexible. No insista en aferrarse al programa. Sea constantemente sensible a los impulsos del Esp�ritu, y est� dispuesto a seguirlos. Dirigir bien los cantos implica mucho m�s que mover los brazos, aun cuando eso se haga correctamente. La libertad del Esp�ritu y la espontaneidad, son m�s importantes que la correcci�n t�cnica.

15. Procure Permanecer Oculto para que la congregaci�n: "...no vea al hombre, sino solo a Jes�s" (Mt 17:8).

Recuerdo una iglesia, de la cual, fui pastor por muchos a�os. La primera vez que sub� al p�lpito vi algunas palabras que estaban grabadas en el mismo.

Estaban de frente a cada persona que sub�a a la plataforma a predicar o a ministrar. Las palabras dec�an: "...Se�or, quisi�ramos ver a Jes�s" (Jn 12:21).

Siempre debemos tener esto en mente. La congregaci�n no ha venido para verle, ni escucharle a usted. Han venido para ver y escuchar a Jes�s.

Nuestra tarea, con la ayuda del Esp�ritu, es retirar el velo para que todo ojo pueda ver al Se�or y adorarle. Este deber� ser el objetivo primordial de todo siervo de Cristo que dirija un servicio de adoraci�n.


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