SECCI�N E4
C�MO GANAR ALMAS
Por Ralph Mahoney y T. L. Osborn

�NDICE PARA ESTA SECCI�N
E4.1 - M�todos De Evangelismo
E4.2 - �Por Qu� Debemos Evangelizar?
E4.3 - Se�ales Que Seguir�n Al Evangelismo
E4.4 - El Cristiano Verdadero: C�mo Ser Salvo
E4.5 - Ideas Pr�cticas Para Ganar Almas

Cap�tulo 1
M�todos De Evangelismo

Introducci�n

Los cristianos, en las naciones occidentales, tienen la idea de que el ganar almas es realizado dentro de los auditorios de sus iglesias. Aunque muchos encuentran a Cristo en los edificios de las iglesias, en los tiempos b�blicos el ganar almas era una tarea ejecutada en los hogares donde viv�a la gente.

Por lo tanto, dejemos que la cruz sea levantada nuevamente en el centro del mercado, as� tambi�n como en las paredes de los edificios de las iglesias.

Jes�s no fue crucificado en una catedral entre dos velas, sino sobre una cruz entre dos ladrones, cerca del lugar donde la gente del pueblo echaba la basura, en la encrucijada por donde las personas de diversas naciones viajaban; esa fue la raz�n por la cual los jud�os tuvieron que escribir su t�tulo en hebreo, lat�n y griego.

El Hijo de Dios fue crucificado en una clase de lugar donde los c�nicos hablaban obscenidades, donde los ladrones maldec�an y donde los soldados apostaban.

Puesto que all� fue donde muri� Cristo, y siendo que por tales pecadores �l muri�, lugares como esos son los que Sus seguidores en este mundo deber�n concurrir para compartir el mensaje de amor, en verdad eso es lo que significa el cristianismo.

A. DOS M�TODOS DE EVANGELISMO
En el Libro de los Hechos s�lo hab�a dos m�todos de evangelismo: el evangelismo de las masas y el evangelismo personal.

1. El Evangelismo De Las Masas
"Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, un�nime, escuchaba atentamente las cosas que dec�a Felipe, oyendo y viendo las se�ales que hac�a... As� que, hab�a gran gozo en aquella ciudad" (Hch 8:5, 6, 8).

La cruzada de toda la ciudad que condujo Felipe, es un ejemplo del evangelismo de las masas.

En Hechos 8:26-38 vemos a este mismo evangelista: Felipe, realizando evangelismo personal:

"Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: �de qui�n dice el profeta esto; de s� mismo, o de alg�n otro?

Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunci� el evangelio de Jes�s" (Hch 8:35, 36).

"...nada que fuese �til he rehuido de anunciaros y ense�aros, p�blicamente y por las casas [evangelismo personal], testificando a jud�os y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Se�or Jesucristo" (Hch 20:20, 21).
Un siglo despu�s del D�a de Pentecost�s, la discusi�n teol�gica tom� el lugar del ganar almas en la Iglesia. Como resultado de esto, vino la "tibieza" y la apostas�a espiritual. Para el 4to siglo, ya hab�a comenzado el Oscurantismo.

No fue hasta el siglo 18 que el evangelismo de las masas comenz� a reaparecer bajo Juan Wesley (fundador de la Iglesia Metodista). El evangelismo personal, como fue practicado por la primera Iglesia en el Libro de los Hechos, s�lo ha comenzado a ser redescubierto en este �ltimo siglo.

2. Evangelismo Personal (sobre el ganar almas)
Durante generaciones, los cristianos evangelizaron la Iglesia, los salones de escuela dominical y los asientos, pero no el mundo de los incr�dulos. Los pecadores eran inscritos para la clase y el club, e invitados a los edificios eclesi�sticos donde, se esperaba, recibir�an a Cristo como su Salvador y Se�or.

Esto era efectivo para los que iban a una iglesia. Pero el 90% o m�s de las personas nunca concurr�an a una iglesia, y como resultado, nunca pod�an ser ganados en ella.

Nuestra mayor oportunidad para ganar almas es fuera de las cuatro paredes de la iglesia. Los cristianos deben ganar almas en el lugar donde trabajan, en los parques, en las calles y en los hogares. Es vital que vayamos al mundo: donde est�n los perdidos.

La Iglesia naci� del fuego o llama del evangelismo personal. Almas fueron ganadas en los hogares a trav�s del ministerio de testimonios cara a cara.

"...En aquel d�a hubo una gran persecuci�n contra la iglesia que estaba en Jerusal�n; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los ap�stoles.

Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio" (Hch 8:1, 4).

Note que los "laicos" predicaban por todas partes la Palabra y guiaban las almas a Cristo. Los "ap�stoles" permanecieron en Jerusal�n. Esa fue la manera en que Dios quiso que fuera.

Los l�deres fueron puestos en la Iglesia para "...equipar a los miembros para la obra del ministerio" (Ef 4:12).

Cada miembro debe ser instruido por los l�deres de la Iglesia sobre c�mo traer las almas a Cristo.

Un evangelismo saturado de una brisa fresca, al estilo del Nuevo Testamento, est� soplando a trav�s de todo el mundo.

El lema de la vida del cristiano es muy simple: �Un Camino! �Un Trabajo! �El �nico Camino es Jes�s! �El �nico Trabajo es el de ganar las almas!

No hay gozo como el de llevar las buenas nuevas a los perdidos en todas las partes del mundo: �ganar almas por todos los lugares donde est�n los perdidos!

"Porque el Hijo del Hombre vino para buscar y salvar lo que se hab�a perdido" (Lc 19:10). "Y el que gana almas es sabio" (Pr 11:30).

"Los entendidos resplandecer�n como el resplandor del firmamento; y los que ense�an la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad" (Dn 12:3).

El venir a ser un compa�ero de Jes�s en Su gran obra de redenci�n de las almas perdidas, es lo m�s maravilloso que se pueda realizar en el mundo.

a. Una Visita Con Aquila. Venga conmigo a una visita a la ciudad de Efeso. Visitaremos a Aquila y Priscila, personas de negocios y l�deres laicos en la iglesia.

"Buenas noches, Aquila. Entendemos que usted es miembro de la iglesia en este lugar. �Podr�amos venir a visitarles por un tiempo?"
"�Seguro! Entren."

"Si ustedes no tienen inconveniente, nos gustar�a que nos contaran acerca de la manera en que las iglesias ac�, en Asia Menor, llevan adelante su programa de evangelismo personal. Hemos le�do que ustedes han sido miembros de una iglesia en Corinto y en Roma, al igual que en la de Efeso. Usted tiene que estar bien calificado para poder hablarnos acerca del Evangelismo en la Iglesia del Nuevo Testamento. Si no le es mucha molestia, quisi�ramos visitar su iglesia mientras estamos en esta �rea."

"Si�ntense. Ustedes ya est�n en el lugar de adoraci�n. La iglesia se congrega aqu� en mi casa."

"�No poseen ustedes un edificio de iglesia?"

"No, creo que no. �Qu� cosa es un edificio de iglesia?"

"D�game, Aquila, �qu� est� haciendo su iglesia para evangelizar a Efeso? �Qu� est�n haciendo ustedes para alcanzar la ciudad con el evangelio?"

"Oh, ya evangelizamos a Efeso. Cada persona en la ciudad entiende el evangelio claramente."

"�Qu�?"

"�Es eso ins�lito (raro)?"

"�C�mo logr� la iglesia hacerlo? Ustedes no poseen una estaci�n de radio, de televisi�n, medios de comunicaci�n electr�nicos, ni imprentas. �Tuvo muchas campa�as evangel�sticas?"

"No. Como probablemente ha escuchado, tratamos las cruzadas o campa�as evangel�sticas en masa en esta �rea, pero la mayor�a de las veces termin�bamos en prisi�n."

"Entonces, �c�mo lo lograron?"

"Fuimos de casa en casa por toda la ciudad. Fue de esa manera en que la Iglesia en Jerusal�n evangeliz� toda esa ciudad por primera vez (Hch 5:42). Los disc�pulos de Jerusal�n la evangelizaron toda en corto tiempo. Todas las dem�s iglesias en Asia Menor han seguido su mismo ejemplo."

"�Es esto efectivo en todas partes?"

"S�, lo es. Hay tantos conversos que algunos de los l�deres paganos temen que sus propias religiones morir�n. Cuando Pablo se march� de Efeso por �ltima vez, �l nos amonest� a seguir este mismo procedimiento" (Hch 20:20).

"Aquila, �esto es asombroso! A este paso, no podemos calcular cu�ntas personas escuchar�n el evangelio y responder�n."

"Oh, �no ha escuchado? Ya hemos compartido el evangelio con cada persona en Asia Menor, tanto jud�os como griegos" (Hch 19:10).

"Eso no es posible. �No querr� decir que todos hayan o�do!"

"S�, todos."

"Pero ello incluir�a tambi�n a Damasco, Efeso, docenas de ciudades grandes y a muchos pueblos y aldeas. �Qu� respecto a las tribus n�madas del desierto? �Cu�nto tiempo le tomar�a a la Iglesia para alcanzar todas esas personas?"

"No mucho tiempo; 24 meses para ser exactos" (Hch 19:10). "Lo mismo est� sucediendo en �frica del Norte y Europa del Sur. El evangelio ha alcanzado a Espa�a tambi�n. Hemos escuchado de una naci�n llamada Breta�a y para este tiempo debe haber muchos cristianos all�."

"Aquila, �lo que nos has contado es incre�ble! �Ustedes han hecho m�s en una generaci�n, de lo que nosotros hemos hecho en mil a�os!"

"Eso es extra�o. La tarea ha sido bastante simple para nosotros. Es dif�cil comprender que haya sido un proceso tan lento para ustedes. Quiz�s haya una t�cnica mejor de extender las buenas nuevas, que el uso de la predicaci�n en las iglesias. Tal vez ustedes necesitan probar nuestros m�todos."

La Comisi�n De Ganar Almas

Danos una contrase�a para la hora,

Una palabra emocionante y llena de poder;

Un clamor de guerra, un aliento de fuego, un llamado a la conquista, o a la muerte;

Una palabra que levante a la Iglesia del ocio, Para escuchar la voz de mando del Maestro.

El llamado ha sido dado, levantaos ya, soldados, La contrase�a es: EVANGELIZAD a los perdidos.


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