Cap�tulo 4
Normas Sobre La Moralidad Sexual
Por Zac Poonen


Hebreos 13:4 dice: "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los ad�lteros los juzgar� Dios".

A. DIOS NOS LLAMA A LA PUREZA
Los creyentes, primero y m�s importante que nada, tienen que ser puros moral y sexualmente (lea 2 Co 11:2; Tit 2:5; 1 P 3:2).

La palabra "puro" o "casto" viene de la ra�z griega hagnos, que significa estar libre de toda mancha de aquello que es depravaci�n. Esto sugiere refrenarse o abstenerse de todo acto y pensamiento que inciten deseos que no est�n en armon�a con la castidad, virginidad o votos conyugales de una persona. �sta, acent�a restricci�n y abstenci�n de toda acci�n y excitaci�n sexual que pudiera corromper, degradar o envilecer la pureza de uno delante de Dios.

Esto incluye mantener su propio cuerpo en "santificaci�n y honor" (1 Ts 4:4), y no dado a las "pasiones de concupiscencia" (4:5). Esta instrucci�n de la Biblia es tanto para los solteros como para los casados.

Con relaci�n a la ense�anza b�blica concerniente a la moralidad sexual, note lo siguiente:

1. La Intimidad Sexual Es Reservada Para El Matrimonio
La intimidad sexual es reservada para las relaciones matrimoniales y es aprobada y bendecida por Dios, �nicamente cuando se entra al mismo. A trav�s del matrimonio, el esposo y esposa vienen a ser una carne seg�n la voluntad de Dios. Los placeres f�sicos y emocionales que vienen como resultado de tales relaciones l�citas, son ordenadas por Dios y mantenidas en honor por �l (He 13:4).

2. Los Pecados Sexuales Son Condenados Severamente
El adulterio, la fornicaci�n, la homosexualidad, la sensualidad, los deseos impuros y pasiones degradantes, son consideradas como pecados graves delante de la presencia de Dios. Ellos son una transgresi�n a la ley del amor, y una degradaci�n a los principios y relaciones leg�timas del matrimonio. Las Escrituras condenan severamente tales pecados. El hacer h�bitos o pr�cticas de los tales, coloca al practicante fuera del Reino de Dios (Ro 1:24-32; 1 Co 6:9, 10; Ga 5:19-21).

3. Los Pecados Sexuales Ocurren Fuera Del Matrimonio
La inmoralidad sexual e impureza son definidas como actos sexuales consumados fuera del matrimonio. Cualquier acto de gratificaci�n sexual con otra persona que no sea nuestro esposo o esposa, es inmoral. El descubrir la desnudez de alguien que no sea la de su esposa, es una invitaci�n al juicio de Dios.

Algunos maestros contempor�neos dicen que cualquier intimidad sexual entre "j�venes y adultos comprometidos al matrimonio", es aceptable. Esta idea u opini�n humana, es contraria a la santidad de Dios y a la norma b�blica sobre la pureza. Dios proh�be expl�citamente que se "descubra la desnudez" o que se "vea a una persona desnuda" que no sea su esposa legal o el esposo legal (Lv 18:6-30; 20:11, 17, 19-21).

4. Los Creyentes Tienen Que Ejercer Control Propio
El creyente tiene que ejercer autocontrol y restricci�n firme con lo referente a todo asunto sexual antes del matrimonio. El justificar la intimidad premarital sobre las bases de estar "comprometidos", de seguro que viola los principios santos de la Palabra de Dios. Los caminos impuros del mundo justifican todo acto de inmoralidad, pero los creyentes en Cristo tienen que abstenerse de todo mal. Despu�s del matrimonio, la intimidad sexual deber� ser practicada con su compa�ero legal.

La Biblia denomina el control propio como un aspecto del fruto del Esp�ritu. Este se deja ver en nuestras vidas a trav�s de una conducta positiva y pura que est� en contraste con los actos sexuales inmorales. La gratificaci�n, fornicaci�n, adulterio e impureza, nunca debe ser aceptada entre los creyentes. Nuestra entrega total a Dios, abrir� la senda para recibir este don de continencia o control propio (Ga 5:22-24).

5. Los T�rminos B�blicos Para La Inmoralidad Sexual
Los t�rminos de la Escritura usados para la inmoralidad sexual, los cuales describen la anchura de su mal, son los siguientes:

a. Fornicaci�n, viene del vocablo griego porneia, describe una gran variedad de actividades sexuales antes o fuera del matrimonio.

Cualquier actividad sexual �ntima que se tenga fuera de las relaciones matrimoniales legales, incluyendo el tocar las partes �ntimas del cuerpo o ver la desnudez de otra persona, est� incluido en este t�rmino y es claramente una transgresi�n de las normas morales de Dios para Su pueblo (Lv 18:6-30; 20:11, 12, 17, 19-21; 1 Co 6:18; 1 Ts 4:3).

b. Lascivia (incontinencia), viene del t�rmino griego aselgeia, que denota la ausencia de principios morales, espec�ficamente cuando se pasa por alto la reserva y restricci�n sexual que mantienen la conducta pura y casta (1 Ti 2:9).

Esto incluye la inclinaci�n hacia la indulgencia en despertar los apetitos lascivos pecaminosos, lo cual, conduce a la participaci�n de pr�cticas antib�blicas (Ga 5:1; Ef 4:19; 1 P 4:3; 2 P 2:2, 18).

c. Defraudar, viene del vocablo griego pleonekteo, que significa privar a otra persona de la pureza moral y castidad que Dios desea para la misma a fin de satisfacer sus propios deseos auto-centrados. El despertar los deseos sexuales en alguien, los cuales no pueden ser satisfechos legalmente, es como defraudar a esa persona (1 Ts 4:6; Ef 4:19).

d. Lujuria, viene de la palabra griega epithumia significa tener un deseo inmoral, el cual, satisfar�a si surgiera la oportunidad (Mt 5:28; Ef 4:19, 22; 1 P 4:3; 2 P 2:18).

La moralidad genuina es mantener o guardar las normas justas cuando nadie excepto Dios conocer� lo que estamos haciendo.



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