Cap�tulo 3
Estableciendo metas Y Prioridades

A. EL PROP�SITO DE LAS METAS
Considero que la mayor�a de nosotros en la obra cristiana, podr�amos utilizar una visi�n m�s amplia. Hemos estado trabajando estrechamente con algunas personas en la Cruzada Colegial para Cristo. Algunos miembros de la facultad me han dicho: "Hermano Ralph, uno de nuestros problemas es que Bill Bright (el fundador) siempre nos presenta visiones muy amplias o extensas de parte del Se�or. Luego, tenemos que ponerlas en ejecuci�n".

1. Metas. Ayudan Al Cumplimiento De La Visi�n
Que Dios nos conceda poder tener visiones m�s amplias y expresarlas de maneras tangibles y pr�cticas. Hacemos esto por medio de establecer metas y objetivos claros, los cuales, podamos cumplir por v�a de la dedicaci�n, el arduo trabajo y la movilizaci�n de otros para que nos ayuden.

�Cu�les son las metas de la organizaci�n de su iglesia durante los pr�ximos cinco a�os? �Qu� espera usted que llegue a ser su trabajo durante los pr�ximos 60 meses?

2. Metas. Son Pron�sticos De Fe
Eso es lo que son las metas: Pron�sticos de fe. No limite sus planes a lo que los hombres puedan hacer, sino m�s bien a lo que Dios quiere que se haga.

"Si puedes creer, al que cree todo le es posible" (Mr 9:23).

3. Metas. Definen La Acci�n
El prop�sito de las metas es definir la acci�n que resultar� en logros espec�ficos. Una visi�n viene a ser efectiva �nicamente cuando es trasladada a la acci�n. A fin de trasladar la visi�n a la acci�n, una que sea efectiva, se requiere de metas de acci�n dirigidas divinamente.

B. CUALIDADES DE UNA META
A fin de entender lo que es una "meta", primero que nada tenemos que abandonar el reino de las palabras religiosas y entrar al reino del lenguaje de negocios. Muchos de nosotros usamos un cierto tipo de terminolog�a religiosa que un amigo m�o llama BRV, Basura Religiosa Verbalizada. Nosotros los predicadores usamos palabras muy elevadas para cubrir nuestra falta de pensamientos concretos, cristalizados y claros.

"�Cu�l es su meta?"

"Oh, mi meta es glorificar a Dios"

"�Eso es maravilloso! �C�mo sabr� cuando haya glorificado a Dios? �Qu� acci�n o resultados validar�n el hecho de que le ha glorificado?"

"Bien, cuando �l ponga una paz especial en mi coraz�n".

"�Le es familiar todo esto?"

Por supuesto que es algo maravilloso glorificar a Dios. Pero cuando hablo acerca de metas, no estoy hablando de aquellos valores ambiguos, subjetivos, indefinibles e inmensurables que nos dejan en una clase de conceptos nublados e imprecisos. Estoy hablando acerca de una acci�n pr�ctica que se pueda medir.

Su meta tal vez sea plantar 3 iglesias en los siguientes 3 a�os en comunidades cercanas a su iglesia local. Eso satisface el criterio para una meta. No es una abstracta, sino clara. Usted sabr� cuando la haya logrado. Las metas son:

1. Tangibles (No abstractas);

2. Comunicables (No imprecisas, ideas no claras);

3. Logrables (No unas metas que existan en el mundo de los sue�os);

4. Medibles (Cuantitativas, no de ideales inmensurables);

5. Definibles (De acci�n que usted tome).

Una meta �til para usted ser�a la memorizaci�n de estas cinco cualidades ahora mismo.

C. LAS METAS DEBEN SER DEFINIDAS
La definici�n de las metas con estas cinco cualidades, es necesaria para el cumplimiento de la visi�n. Usted va a tener que afrontarse con esta realidad.

Yo no puedo decirle qu� metas de acci�n definir a fin de cumplir o lograr la visi�n que Dios le ha conferido. Una vez que Dios le haya dado una visi�n, usted tendr� que ir a �l y decirle: "Dios, �qu� pasos pr�cticos deber� tomar a fin de hacer que esta visi�n encuentre fiel cumplimiento?"

Recuerdo unos a�os atr�s que un grupo de nosotros se sent� alrededor de una mesa de conferencia para hacer algunos planes. Quer�amos establecer lo que consider�bamos que Dios deseaba que hici�ramos durante los siguientes cinco a�os. Nos sentamos juntos para hacer algunos "pron�sticos de fe", para ir delante de Su presencia en oraci�n y ayuno a planear cosas que pens�bamos que eran imposibles.

En los cinco a�os que siguieron, Dios hizo que sucedieran cosas que excedieron a todos nuestros planes. �l siempre excede cualquier cosa que planeamos hacer bajo Su direcci�n. "Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, por la potencia que obra en nosotros..." (Ef 3:20).

Cinco a�os m�s tarde, nos quedamos paralizados por el asombro cuando miramos hacia atr�s para revisar nuestro plan de cinco a�os, pues Dios hab�a logrado "mucho m�s abundantemente de lo que pedimos o entendemos" (Ef 3:20).

Yo s� que Dios honra "los pron�sticos de fe", pues lo hemos visto en operaci�n y trayendo resultados. Hemos visto lo que sucede cuando los hombres se sientan juntos en fe, en oraci�n, en ayuno, y se apoderan sin temor del futuro, sabiendo que Dios est� preparando el camino para ellos.

Vamos a controlar ese futuro por medio de pronosticar por fe lo que Dios quiere que nosotros seamos y hagamos. A medida que usted comienza a ejercer el pron�stico de tal fe, Dios siempre produce mayores resultados de los que usted proyecta en sus planes, si su plan es seg�n la voluntad y visi�n de Dios.

D. DEBE ESTABLECER PRIORIDADES
En este punto deber� detenerse y establecer algunas prioridades.

En una de nuestras primeras reuniones para planear y establecer prioridades, encontr�bamos que est�bamos envueltos en no menos de 27 diferentes ministerios. Se necesitaba una compa��a de genios para manejar 27 diferentes metas que consum�an tiempo y energ�as. Eran demasiadas. Nadie podr�a ministrar apropiadamente en todas esas �reas.

El problema que afrontan muchas organizaciones, es que est�n tratando de hacer demasiadas cosas con mediocridad, m�s bien que unas cuantas con excelencia. Las organizaciones har�an mejor si se especializaran y se aplicaran a s� mismas a la ejecuci�n de unas cuantas metas bien definidas y planificadas.

1. Tres Categor�as
En nuestro caso, sorteamos nuestros 27 proyectos dentro de tres categor�as:

a. Prioridades Principales,

b. Las De Estado De Conservaci�n Y

c. Metas Diferidas.

He aqu� el c�mo lo hicimos. Nos formulamos esta pregunta: "Si tuvi�ramos que abandonarlas todas, excepto una, �cu�l ser�a esa? Cuando contestamos esa pregunta, la respuesta fue la n�mero uno en la lista de las prioridades principales. Repetimos la misma pregunta: "Si tuvi�ramos que abandonar todo lo que estaba en esa lista excepto una cosa, �cu�l ser�a? Esa respuesta fue la n�mero dos en nuestras prioridades principales.

Mantuvimos ese proceso de selecci�n hasta que los veintisiete ministerios fueron clasificados en las categor�as de metas principales, metas en estado de conservaci�n y metas diferidas. Les voy a contar un peque�o secreto: Las metas diferidas por lo general mueren de negligencia; as� que, no se preocupe de ellas. Puede que sean la vaca sagrada de alguien, y tal vez no desee matarlas. Todo lo que tiene que hacer es dejar que mueran de negligencia.

2. El Proceso De selecci�n
a. Afilando La Flecha.
Muchas organizaciones tienen demasiadas vacas sagradas por los alrededores que deber�an ser confinadas dentro del "corral de las metas diferidas". Eso les confiere un "estado santificado", y no hay que preocuparse de ellas. Pero si mata la vaca, todos se disgustar�n.

De los veintisiete art�culos, terminamos con seis en nuestra lista de prioridades principales. Nos comprometimos a lograr las seis metas de las prioridades principales. Consideramos estas seis metas como las que mejor cumplir�an nuestra visi�n.

Colocamos otros seis art�culos en nuestra lista de "estado de conservaci�n". No las dejamos morir, pero tampoco hicimos el esfuerzo necesario para ejecutarlas o realizarlas. Simplemente las dejamos navegar a lo largo de la costa, apenas sobreviviendo, pero no las empujamos hacia el crecimiento ni las impulsamos.

Pusimos el resto en la lista de "estado diferido", donde la mayor�a muri� de negligencia o descuido.

Cuando s�lo podemos enfocar sobre unas cuantas metas en la lista de las prioridades principales, dejando a un lado todas las dem�s, podemos darle toda la atenci�n que �stas merecen. A esto es a lo que yo llamo "afilar la flecha". Luego, vigile lo que sucede cuando dispara tal flecha. Saldr� disparada directo hacia el blanco, en el cual, penetrar� profundamente.

Pablo dijo: "Pero una cosa hago" (Fil 3:13). Podr�amos decir: "Estas tres cosas hacemos..." o "Estas seis cosas hacemos". Si hay m�s metas adicionales, de seguro que no podr� lograrlas con excelencia. El tratar de efectuar demasiadas prioridades simult�neamente, resultar� en la proliferaci�n de la mediocridad, logrando poco o tal vez nada.

El asunto de establecer prioridades es una disciplina muy importante. Tendr�amos que consagrarnos a lo �nico que pudi�ramos hacer como asociaci�n o iglesia, aun cuando tuvi�ramos que abandonar todo lo dem�s. �Cu�l ser�a esa �nica cosa a la que deber�amos adherirnos? �Cu�l es el elemento central de la visi�n que Dios ha dado? Determine cu�l es esa primera prioridad y h�gala la n�mero uno en su lista.

Luego, determine cu�l sea la n�mero dos, tres y as� sucesivamente. Si establece el orden de prioridades con relaci�n a su tiempo, a la gente y al dinero para lograr un n�mero limitado de metas, cuando mire retrospectivamente, podr� ver logros muy significativos en su iglesia u organizaci�n en unos cuantos a�os.

3. Pronosticar En Fe
En estos momentos estamos en el proceso de pronosticar algunos planes de acci�n por fe para los siguientes cinco a�os de trabajo. Dios ha abierto algunas puertas magn�ficas de la oportunidad ante nosotros.

En una naci�n solamente, hemos recibido la invitaci�n para ir y ministrar a miles de l�deres eclesiales. Las implicaciones de eso son simplemente asombrosas. Miles de l�deres eclesiales quienes sab�an poco o tal vez nada acerca del poder y obra del Esp�ritu Santo, aprender�n cosas gloriosas al respecto cuando asistan a uno de nuestros Seminarios de Renovaci�n Espiritual.
La oportunidad en tal naci�n, requerir� m�s de un mill�n de d�lares y varios a�os de servicio, tiempo y esfuerzos de parte de un equipo consistente de obreros.

Estamos orando a Dios para que nos confiera fe para cumplir a cabalidad esas oportunidades que se nos est�n ofreciendo, desde todas las partes o naciones del mundo. Dios se est� moviendo, buscando obreros que respondan al reto de ir a recoger la cosecha de frutos maduros en los campos y vi�as.

Pueden estar seguros de que los pr�ximos veinte a�os, ser�n los m�s significativos en toda la historia de la Iglesia. Dios est� buscando hombres a quienes �l pueda comunicar Su visi�n y prop�sito. Est� buscando obreros que puedan trasladar esa visi�n y prop�sito en metas de acci�n. Hombres que puedan clasificar tales acciones en orden de prioridad razonable y secuencia l�gica, y que salgan al campo de labor a ponerlas en ejecuci�n.

Aquellos obreros que se entreguen de coraz�n a pronosticar por fe hoy, de seguro que podr�n dar una mirada retrospectiva al pasado y contemplar resultados mayores que los que pudieran imaginarse en unos cuantos a�os.

Yo les reto a levantarse hacia un nivel de envolvimiento completamente nuevo en la obra de Dios. Tal vez se haya desanimado o puede que no sepa c�mo debe comenzar. Tome estos principios b�blicos hacia el logro y salga adelante por fe. Espere grandes cosas, y seg�n su fe, as� suceder�.

E. IMPLEMENTANDO METAS
Hay varias cosas que debemos entender con relaci�n a las metas de acci�n dirigidas divinamente. Cuando leemos Apocalipsis 10:9-10, encontramos la descripci�n de un evento que podemos aplicarlo aqu� convenientemente: "Y fui al �ngel, dici�ndole que me diese el librito, y �l me dijo: Toma, y tr�galo; y �l te har� amargar tu vientre, pero en tu boca ser� dulce como la miel.

"Entonces tom� el librito de la mano del �ngel, y lo com�; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amarg� mi vientre".

Escuch� a un amigo decir a�os atr�s, que as� son las visiones de Dios cuando nos habla respecto a lo que quiere que hagamos. "Nos abrazamos a ellas de coraz�n, y �oh, es un abrazo maravilloso, tierno y dulce como la miel!

"No obstante, cuando usted comienza a engendrar una visi�n, cuando entiende la verdadera responsabilidad de lo que Dios le habla respecto a ponerla en ejecuci�n y el arduo trabajo que ello requiere, se puede tornar amarga en su vientre."

1. Es Esencial Trabajar Arduamente
El famoso consultor de negocios Peter Drucker se�al� que el problema que hay con visi�n y metas se debe a que estos elementos eventualmente degeneran en TRABAJO. Ah� es donde la "grasa se encuentra con el fuego", como dice un dicho.

Recuerdo a un pastor que conoc� en Denver, Colorado hace varios a�os, quien ten�a una congregaci�n de aproximadamente quinientos miembros. �l empleaba tres d�as a la semana jugando golf, disfrutando de su tiempo de ocio. Su iglesia le pagaba un buen salario; la pasaba espl�ndidamente bien. Durante varios a�os la iglesia permaneci� con los mismos quinientos miembros.

Pero un d�a el Se�or le habl� mientras disfrutaba jugando golf. "�Quieres seguir siendo el resto de tu vida un pastor mediocre con una iglesia mediocre, con responsabilidades y planes mediocres?

�Acaso no quieres salir a trabajar?"

�l ten�a que decidir entre el estilo de vida f�cil que llevaba, o salir a trabajar de veras. Esa es la decisi�n que se requiere de todo l�der que tiene una visi�n y metas que lograr para Dios en este mundo, m�s bien que dejarse llevar por la ociosidad y vida de placeres. �l le respondi� al Se�or. "Quiero salir a trabajar"

Dentro de un per�odo de tres a�os, desde el momento que decidi� dedicarse a trabajar con ardor en la responsabilidad que Dios hab�a puesto sobre sus hombros, la membres�a de su iglesia ascendi� a dos mil miembros. Por consiguiente, era asunto de su incumbencia trasladar la visi�n a la acci�n.

Hay pastores que nunca han aprendido a trabajar. Yo lo s� porque he conocido muchos de ellos a trav�s de los a�os. En mis viajes alrededor del mundo me he topado con pastores que viven vidas semi-retiradas. Hay algunos que viven totalmente retirados.

Ellos se preguntan la raz�n por la cual no sucede nada en sus ministerios. La raz�n es que no est�n dispuestos a trabajar; son vagos; no se pueden levantar temprano en la ma�ana porque se pasaron casi toda la noche viendo televisi�n; no pueden aplicarse a la tarea de planear para ejecutar sus deberes; est�n estancados, sin visi�n y ciegos espiritualmente.

Las naciones que est�n en malas condiciones o en la pobreza, se debe a que la mayor parte de sus habitantes no quieren trabajar. Esa es como una enfermedad, una epidemia. Podemos denominarla como el "s�ndrome del ocio". Usted sabe c�mo trabaja: "El techo se est� filtrando hoy, pero no puedo repararlo porque est� lloviendo". Pero al siguiente d�a el sol sale en todo su esplendor, y oigan lo que dice: "�Para qu� arreglar el techo hoy? No est� lloviendo". Ese s�ndrome abarca todo el mundo actual como una maldici�n. No hay iniciativa, responsabilidad, ni disposici�n para trabajar.

2. El tiempo: �Nuestro O Del Se�or?
Cuando la visi�n es trasladada a metas, alguien va a tener que salir a trabajar. �Qui�n cree usted que es ese "alguien"? �Correcto, usted mismo! Es usted quien tendr� que dirigir la pandilla.

Recuerde, no va a ser un trabajo de ocho a cinco. Los hombres con visi�n no trabajan ese tipo de itinerario. Los tales no buscan vacaciones de tres o cuatro semanas al a�o y con beneficios de retiro. Est�n buscando oportunidades de servir al Rey de reyes y Se�or de se�ores.

Los hombres de visi�n dar�n todo lo que tienen para la expansi�n de la gran causa. Usted no consigue hacer el trabajo con uniones obreras, reglamentos obrero-patronales y cuarenta horas de trabajo a la semana. La Biblia dice: "Seis d�as trabajar�s".

Aquellos d�as a los cuales Dios se refiri�, eran de once horas de trabajo en los tiempos b�blicos, desde que amanec�a hasta que oscurec�a. La semana de trabajo consist�a de sesenta y seis horas seg�n la Biblia. Esa es probablemente una semana de trabajo hablando b�blicamente.

Aunque vivimos en la era del ocio, cada visi�n y cada meta que deba lograrse, requerir�n arduo trabajo en alg�n punto. �Qui�n saldr� a trabajar para el Se�or? Ah� es donde se tira la l�nea que divide o separa a los asalariados, de los obreros.

Por supuesto que puede hablar todo un d�a acerca del vocablo visi�n, el hablar es barato, no cuesta nada, pero cuando se habla de trabajar para implementar una visi�n, ah� es donde Dios separa los hombres de los ni�os.

Cuando comenc� la obra de World MAP en California en el a�o 1963, no ten�a suficiente dinero ni para siquiera molestarme en contarlo.

Para comenzar el trabajo, �l nos proporcion� una caseta parecida a una casa de pollos. La limpiamos, colocamos una peque�a imprenta en ella y a trabajar se ha dicho.

�Saben ustedes la manera en que se construyen las casas de pollos? Las construyen de siete pies de altura al frente y cuatro pies de altura en la parte de atr�s, y con un techo inclinado. En esa casucha para pollos comenzamos a realizar nuestro trabajo. Este fue nuestro cuartel central de publicaciones, una casucha de pollos limpia.

�sta nos manten�a continuamente en actitud de oraci�n, pues el techo no era lo suficientemente alto para estar completamente erguidos. Pero labor�bamos felices porque era todo lo que ten�amos a la mano. El trabajo ten�a que salir y no ten�amos el dinero para emplear personal que lo hiciera. Yo tuve que ponerme a operar dos m�quinas de impresi�n a toda velocidad.
Hoy, el Se�or ha bendecido nuestra obra y nos ha dado unas hermosas instalaciones valoradas en m�s de un mill�n de d�lares. Fue una bendici�n conseguir dicha propiedad en menos de esa suma de dinero.

Nuestro hermoso Cuartel Central de World MAP en Burbank, California, fue una obra milagrosa de parte de nuestro Dios. La obra que iniciamos en la casucha de pollos ha crecido mediante el arduo trabajo y las bendiciones del Se�or, hasta llegar a ser unas instalaciones de tres millones de d�lares.

Recientemente vendimos dicha propiedad para poder distribuir este material a miles de l�deres de la Iglesia en las naciones de Asia, �frica y Am�rica Latina.

De esa manera, es que las visiones son engendradas. Si no est� dispuesto a trabajar, olv�delo. Lo mejor que puede hacer unirse a la uni�n local y trabajar el horario rutinario de ocho a cinco o salga a disfrutar de la vida semi-retirada y de ocio.

Por el contrario, si cambia de parecer y desea salir a trabajar, le aseguro que Dios tiene tremendas oportunidades de empleo para usted. �l transformar� sus extensas horas de trabajo en logros fenomenales, resultados que jam�s pensar�a que fueran alcanzados.

�l multiplicar� el fruto de sus sesenta y seis o setenta horas de trabajo en grandes logros para el evangelio. Por supuesto que Dios recompensa la dedicaci�n y consigna.

3. Pablo Se Comprometi�
Cuando usted lee acerca del ministerio de Pablo, puede ver la consigna con la que se dedic� a su trabajo. Predic� el evangelio a�n arriesgando su propia vida. Al hablar de los sufrimientos que pas�, Pablo dice: "De los jud�os, cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un d�a he estado como n�ufrago en alta mar... en trabajo y fatiga..." (2 Co 11:24-27). �Por qu� estaba en fatigas? �Por qu� estaba en aflicciones?

Cuando examina la vocaci�n de Pablo, encuentra que era constructor de tiendas de d�a para ganarse la vida para s� mismo y para el sost�n de otros siete hombres. Durante las noches fung�a como predicador, maestro y ap�stol. Ejecutaba ambos ministerio simult�neamente. En relaci�n con otros l�deres, dec�a que hab�a trabajado m�s que todos ellos.

�l dijo que la gracia de Dios no hab�a sido frustrada, ni desperdiciada en �l, pues trabaj� mucho m�s fuerte y demostr� una mayor dedicaci�n a sus deberes, que cualquiera de los dem�s ap�stoles. El registro hist�rico comprueba la verdad de todo esto.

Con este respecto, sucedi� algo muy interesante en Efeso: "Y hac�a Dios singulares maravillas por manos de Pablo: De tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pa�uelos de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los malos esp�ritus sal�an de ellos" (Hch 19:11, 12).

Aquellos "pa�uelos" eran "sudarios" que Pablo se envolv�a alrededor de su cabeza y cintura para absorber el sudor que descend�a por su cuerpo, por motivo del arduo trabajo.

Hab�a m�s poder en el sudor de Pablo que en los sermones de muchos predicadores. La unci�n se adhiri� aun a aquellos sudarios, y eran despachados para alcanzar a los muchos que Pablo no pod�a ministrar o servir personalmente, pues ten�a que trabajar muchas y extensas horas.

Ser�a un buen ejercicio para muchos predicadores ociosos tratar los m�todos de Pablo por un tiempo. De seguro que obtendr�an mejores resultados.

Cuando Pablo escribi� a los tesalonicenses, preocupado por sus actitudes negativas hacia el trabajo, les amonest� respecto a la necesidad de estar ocupados en obras fruct�feras. Les advirti� con relaci�n a la necesidad de evitar la ociosidad y les exhort� a entregarse a la disciplina del arduo trabajo: "Que si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (v 10).

�l les habl� de la necesidad de estar ocupado en un empleo fruct�fero, el evitar el ocio y de comprometerse a la disciplina de arduo trabajo (2 Ts 3:6-12).
A trav�s de todas sus ep�stolas, alude constantemente a su consagraci�n al trabajo, a sudar, a derramar l�grimas, a luchar y a extender la causa de Cristo. �l no trabajaba buscando horas cortas, ni permiti� que la remuneraci�n monetaria determinara c�mo o cu�ndo trabajar�a. �l buscaba toda oportunidad para consagrar su vida a plenitud, totalmente y sin reservas, a fin de ver la voluntad y prop�sitos de Dios cumplirse en su vida y ministerio.

4. La Gente Respaldar� Una Visi�n Digna
Descubrir� que las personas trabajar�n con usted, dar�n sus recursos y fuerzas para ayudarle a lograr sus metas, si es que sabe el lugar hacia d�nde se dirige. Si no lo sabe, el dinero, las personas y el �xito, seguir�n a los l�deres y organizaciones que saben hacia d�nde van.

Si usted recibe una visi�n y metas de parte de Dios, las comienza a comunicar, a expresarlas y deja saber a otras personas hacia d�nde se dirige, de seguro que lo respaldar�n y trabajar�n a su lado para alcanzarlas.

Pero primero usted tiene que encabezar la trayectoria, pagar el precio y laborar todas las horas que se requieran para tal logro.

En el momento que usted sepa hacia d�nde Dios quiere que se dirija, y c�mo piensa llegar, descubrir� que habr� personas que se congregar�n a su alrededor para respaldarle.

Una vez que haya clarificado la visi�n, una vez que haya definido las metas con precisi�n, una vez que haya trasladado sus metas en planes que comuniquen su destino y la gente los haya entendido, descubrir� que los resultados sobrepasar�n su habilidad para manejarlos.

Oremos en estos momentos
Se�or, ay�danos a hacer un nuevo compromiso con tu obra y a cobrar nuevos br�os para la acci�n a medida que salimos a expresar la visi�n que nos has dado. Bendice nuestros ministerios y las organizaciones para las cuales laboramos para extender tu reino.

Ens��anos a depender, no de los principios expuestos aqu�, sino m�s bien en el Autor de �stos, en cuyo beneficio los usamos. Ens��anos a clasificar las metas en orden de prioridad en conformidad con tu voluntad, a fin de que expresemos eficientemente la visi�n que nos das. Te damos toda la gloria y la honra por tu direcci�n. En el nombre de tu Hijo Jes�s te lo pedimos, �AM�N!


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