Cap�tulo 11
Iglesia Local, Una Base Para El Evangelismo

A. LA IGLESIA DEL NUEVO TESTAMENTO
Seg�n el patr�n del Nuevo Testamento, las iglesias locales o de los hogares deben ser:

• sostenidas por las contribuciones financieras donadas por los miembros,
• gobernadas por los ancianos locales, y
• servidas por di�conos nombrados localmente.

Tambi�n deber�n estar ocupadas evangelizando y propagando el evangelio. Si el evangelio debe ser compartido efectivamente con otras personas, entonces, cada iglesia del hogar debe ser una base para las actividades del evangelismo. Este fue el patr�n en la primera iglesia del Nuevo Testamento.

1. La Iglesia En Jerusal�n
Los primeros siete cap�tulos del Libro de los Hechos, describen las actividades de la primera iglesia en Jerusal�n.

Es evidente que pasaron varios a�os entrenando y equipando a los miembros nuevos para el ministerio despu�s del derramamiento del Esp�ritu Santo el D�a de Pentecost�s. Luego, la iglesia se detuvo en su comodidad espiritual y se olvid� de las instrucciones conferidas por Jes�s.

Jes�s hab�a dicho: "Pero recibir�is poder, cuando haya venido sobre vosotros el Esp�ritu Santo, y me ser�is testigos en Jerusal�n, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo �ltimo de la tierra" (Hch 1:8).

El testimonio o evangelismo personal, ten�a que comenzar en Jerusal�n (en su propia comunidad o pueblo); luego, llevarlo adelante a las �reas circundantes (Judea), despu�s a otras ciudades y pueblos m�s distantes, y finalmente, a todas las naciones y razas del mundo.

2. La Persecuci�n Produce Evangelismo
Cuando la iglesia local de Jerusal�n fracas� en obedecer el mandato, el Se�or permiti� que se desatara una terrible persecuci�n en Jerusal�n, que hizo que los creyentes huyeran hacia otras ciudades y naciones vecinas. Solamente entonces, el evangelio pudo ser anunciado por un gran n�mero de miembros, en los lugares en los que se refugiaban.

Hechos 8 relata la historia. Entre aqu�llos que fueron dispersos por la persecuci�n, estaba Felipe, quien descendi� a Samaria y predicaba a Cristo entre sus habitantes. A su predicaci�n sigui� un maravilloso avivamiento.

En el cap�tulo 9 descubrimos que hab�a creyentes en Damasco, y en el vers�culo 31 leemos acerca de "las iglesias... por toda Judea, Galilea y Samaria".

En Hechos 11:19, leemos: "Ahora bien, los que hab�an sido esparcidos a causa de la persecuci�n que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqu�a, hablando la Palabra.

3. La Iglesia en Antioqu�a
Todos esos nuevos centros de propagaci�n del cristianismo fueron el resultado de las actividades evangel�sticas de la iglesia local de Jerusal�n. No obstante, en Hechos 13, encontramos que una de esas nuevas iglesias, se desarroll� en otra "base de operaciones": Fue la iglesia de Antioqu�a.

Durante un tiempo de oraci�n y ayuno en Antioqu�a, el Esp�ritu Santo confirm� el llamado de Pablo y Bernab� para llevar a cabo viajes misioneros a lugares m�s distantes. Fue en Antioqu�a que impusieron las manos sobre los dos ap�stoles, para enviarlos al campo de las misiones.

Los cap�tulos 13 y 14, describen el itinerario de Pablo y Bernab�. Despu�s de haber estado fuera por casi dos a�os, leemos: "De Atalia navegaron a Antioqu�a, desde donde hab�an sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que hab�an cumplido.
Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cu�n grandes cosas hab�a hecho Dios con ellos, y c�mo hab�a abierto la puerta de la fe a los gentiles.

Y se quedaron all� mucho tiempo con los disc�pulos" (Hch 14:26-28).

La iglesia en Jerusal�n fue siempre tenida en alta estima, como el centro original desde el cual el evangelio procedi�. Pero ahora encontramos a Antioqu�a auspiciando su propio programa de evangelismo, y convirti�ndose en una base para las operaciones misioneras.

No fue a Jerusal�n que Pablo y Bernab� regresaron para reportar sus actividades, sino a Antioqu�a, la iglesia de la ciudad que hab�a auspiciado su viaje pionero.

Es cierto que Pablo, Bernab� y otros hermanos, fueron a Jerusal�n para concurrir a una asamblea de ap�stoles y ancianos (Hechos 15).

�sta fue con el fin de resolver un asunto doctrinal fundamental. No obstante, el cuadro que nos es presentado en el Libro de los Hechos, es uno de iglesias de la ciudad y en hogares gobernadas localmente, que se envolvieron en el evangelismo.

Una variedad de cinco dones ministeriales, funcionaron bajo la direcci�n de Jesucristo en Antioqu�a. Ellos se movieron en el poder del Esp�ritu Santo. Ellos auspiciaron actividades misioneras de expansi�n evangel�stica.

4. Reconocimiento De Los Dones Ministeriales
Cada iglesia del hogar oper� bajo la supervisi�n de sus ancianos, pero todos reconoc�an plenamente los dones ministeriales que Dios hab�a ordenado para su liderato, instrucci�n y exhortaci�n.

Los ministerios apost�licos en el Libro de los Hechos, a menudo operaron por varios a�os desde un centro. Encontramos que Pablo permaneci� en Antioqu�a durante "todo un a�o" antes de su itinerario o plan de viaje misionero, descrito en Hechos 13 y 14.

Al regresar del viaje misionero, "habitaron por mucho tiempo con los disc�pulos" en Antioqu�a.

En Corinto, Pablo permaneci� unos 18 meses (Hch 18:11). En Efeso permanecieron por tres a�os (Hch 20:17, 31).

De esta manera podemos ver c�mo el ministerio apost�lico de Pablo us� esas iglesias, ubicadas en ciudades clave, como centros para su ministerio por per�odos extensos de tiempo. No obstante, esas iglesias en las ciudades e iglesia en hogares, eran centros de evangelismo que se gobernaban a s� mismos para extender el evangelio.

5. Patr�n Para Hoy
Por supuesto que este es el patr�n que el Se�or quer�a que nosotros sigui�ramos. Ten�amos que continuarlo a trav�s de los siglos de la era de la Iglesia y durante toda su historia sobre la tierra.

Ojal� que Dios levante m�s y m�s iglesias hogares (locales) firmemente establecidas y que auspicien en�rgicamente programas para la evangelizaci�n de las almas perdidas.

La voluntad de Dios es que las iglesias en los hogares (locales) den a luz otras iglesias locales adicionales.

De esta manera, por la ley de la multiplicaci�n compuesta, no s�lo puede el evangelio extenderse, sino tambi�n formarse asambleas hogares, como hogares espirituales para los que son tra�dos a Cristo.

B. SUGERENCIA DE M�TODOS DE EXPANSI�N PARA NUESTRA �POCA
El programa de los cinco puntos para el avivamiento discutido al comienzo de esta secci�n es:

• Deseo Intenso
• Programa Definido
• Equipo Dedicado
• Mentes Disciplinadas
• Ministerio De Liberaci�n

Todos estos puntos fueron abarcados con la excepci�n del segundo punto.

Programa Definido, o m�todos de expansi�n de cada asamblea o grupo de iglesias, deber�n ser operados seg�n las condiciones y circunstancias locales. No obstante, los siguientes son algunos medios sugeridos de evangelismo. Estos, han demostrado ser efectivos en muchos lugares, y pueden ser adaptados conforme el Esp�ritu Santo dirija.

1. Predicando El Evangelio
Nada puede tomar el lugar de la predicaci�n ungida de la Palabra de Dios. Este es el m�todo ordenado de Dios para la salvaci�n de las almas. Bajo este t�tulo podr�amos incluir: la predicaci�n adentro en iglesias, en vest�bulos, en tiendas, etc.; y tambi�n al aire libre (lea 1 Co 1:21).

2. Campa�as Con Evangelistas Visitantes
El ministerio ungido de un evangelista puede tener un gran impacto. El evangelismo es un m�todo de las Escrituras para la salvaci�n de las almas. Hay evangelistas llamados de Dios cuya integridad y cualidades son probadas, y �stas pueden ser utilizadas con gran ventaja por las iglesias de la ciudad o locales en sus campa�as de expansi�n.

3. Pel�culas Cristianas
El �xito de las pel�culas depender� mucho de diferentes condiciones en cada localidad. La pel�cula apropiada mostrada en su debido tiempo y en su debido lugar, puede ser grandemente usada por el Se�or. Este m�todo de alcance, usado sabiamente, puede traer muchas personas nuevas a la iglesia local, alcanz�ndolas con el evangelio.

4. La P�gina Impresa
La publicaci�n de la Palabra de Dios es una t�cnica muy importante de expansi�n. Muchas organizaciones han demostrado el tremendo poder de la p�gina impresa.

Debemos tener el objetivo de colocar una pieza de literatura cristiana en manos de tantas manos de personas como nos sea posible. Hay gran oportunidad para que las asambleas locales puedan utilizar este m�todo de expansi�n.

5. Evangelismo Personal
Es evidente que la gran mayor�a de las almas son ganadas a trav�s del evangelismo personal, d�ndoles testimonio. Uno de los testimonios m�s efectivos de la iglesia local o del hogar, es el testimonio personal de los que han probado la gracia y poder de Dios en sus vidas. Los creyentes pueden efectuar este ministerio en el trabajo, en sus contactos sociales y visitando de casa en casa para testificar a las almas.

6. Actividades Juveniles
Se ha reportado que una cosa carente en cada delincuente juvenil es una experiencia cristiana vital. Aqu� existe un vasto campo de oportunidades, alcanzar a los j�venes, desde el ni�o m�s peque�o hasta el adolescente m�s adulto. Las iglesias locales tienen una oportunidad maravillosa en este m�todo de expansi�n.

7. Publicidad
Aunque es verdad que un milagro puede hacer m�s que cualquier otra cosa para dar publicidad o promover el evangelio, tambi�n podemos usar con efectividad los dem�s medios publicitarios a nuestra disposici�n.

Los anuncios en los peri�dicos han demostrado ser muy efectivos. Los tratados y hojas sueltas de literatura, tambi�n pueden ser usados con gran ventaja. La radio y la televisi�n son tambi�n dos medios vitales por medio de los cuales podemos alcanzar miles de personas con las Buenas Nuevas.

En este mundo moderno, la iglesia de la ciudad debe procurar utilizar los medios modernos para alcanzar a esta generaci�n moderna. El evangelio nunca falla en satisfacer los corazones de todas las almas.

Procuremos conformar nuestras vidas al patr�n del Nuevo Testamento. Aceptemos el reto de nuestros tiempos. Envolv�monos en una "operaci�n de expansi�n". Ganemos a los perdidos a cualquier precio antes de que Cristo regrese. Seremos bien remunerados con el gozo de servir al Se�or aqu� y ahora, y cuando recibamos la corona de Sus manos cuando �l venga.

(NOTA: Para m�s ayuda sobre C�mo Ganar Almas, lea la Secci�n E4.)


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