Cap�tulo 2
El Poder Ilimitado De Una Unidad Dedicada

Introducci�n

En nuestro �ltimo cap�tulo, escribimos acerca del poder del deseo intenso en nuestros corazones y un deseo unido en la iglesia del hogar. Deseamos desarrollar este tema m�s, y considerar el tremendo poder que es liberado cuando los cristianos de ambos sexos entran a una unidad dedicada.

El programa de cinco puntos para el avivamiento en la Iglesia es:

• Un deseo intenso
• Un programa definido
• Una unidad dedicada
• Mentes disciplinadas
• Ministerio de liberaci�n

El primer punto fue abarcado en el Cap�tulo 1. El segundo punto, deber� ser operado por cada iglesia de hogar o iglesia en la ciudad, seg�n sus propias circunstancias (vea el cap�tulo 11).

Este cap�tulo abarca los puntos tercero y cuarto, una unidad dedicada y mentes disciplinadas. De seguro que aqu� tenemos dos llaves muy importantes que desatar�n el poder de Dios en un avivamiento al estilo del Nuevo Testamento en cualquier iglesia de hogar donde se congreguen los creyentes.

A. TRABAJO DE EQUIPO DEDICADO
Cuando hablamos de unidad, muchas personas piensan de la unidad en un sentido pasivo. Creen que la unidad es lograda meramente, por medio de la eliminaci�n de las fricciones o desacuerdos entre las personas.

La clase de unidad que el Nuevo Testamento presenta, es m�s que una pasiva: es una obra o trabajo de equipo. Es UNIDAD EN ACCI�N.

Una unidad tan dedicada puede ser puesta en acci�n en cualquier nivel, entre los l�deres de la iglesia local, entre los ministerios itinerantes, entre los miembros de una asamblea o con cualquier grupo de creyentes que est�n dedicados a un prop�sito com�n en el servicio del Se�or.

1. Se Necesita Una Dedicaci�n Triple
Tal obra de equipo requiere una dedicaci�n triple:

a. Al Se�or;

b. A La Visi�n o deseo del equipo y a su programa definido;

c. A Cada Miembro Del Grupo.

Este es un secreto esencial para el avivamiento y la bendici�n de Dios en cualquier iglesia y otro grupo de creyentes. Y con todo, es uno de los m�s descuidados de todos.

Se puede orar o esperar por la unidad; ahora, nunca ser� lograda pr�speramente a menos que se trabaje en su favor de todo coraz�n. Los resultados que produce ser�n una remuneraci�n abundante por todo el esfuerzo y labor involucrados.

2. Dos Beneficios Del Trabajo De Equipo
La Biblia presenta dos beneficios maravillosos de tal obra de equipo. Examin�moslos:

a. La Protecci�n Que Ofrece. Aqu� podemos ver el valor defensivo de un hombre dedicado. Considere la sabidur�a de Salom�n (Pr 11:14):

"Donde no hay direcci�n sabia, caer� el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad". Y "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman" (Pr 15:22).

Las t�cticas sutiles de "dividir y conquistar" son tan antiguas como el mismo Satan�s. No obstante, donde los hermanos se aconsejan unos a otros en un equipo unido y dedicado, los esfuerzos del diablo son frustrados, y hay seguridad o protecci�n para el pueblo de Dios.

Cu�ntos prop�sitos meritorios son "frustrados" o fracasan en ser cumplidos debido a la falta de una unidad dedicada. Cuando los creyentes comparten un deseo com�n en un trabajo de equipo unido y dedicado, tales prop�sitos pueden ser logrados. S� amigos, nuestra defensa m�s segura contra cada asalto del diablo, se encuentra en una unidad dedicada en nuestros medios.

Lo siguiente a ser examinado es:

b. El Poder Que Esta Unidad Libera. Nunca podemos cesar de preguntarnos respecto a la profundidad y la esfera de alcance del poder obrador de milagros indicado en las palabras de Jes�s en Mateo 18:19, 20: "Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les ser� hecho por mi Padre que est� en los cielos. Porque donde est�n dos o tres congregados en mi nombre, all� estoy yo en medio de ellos".

Algunas Biblias poseen un t�tulo sobre el vers�culo 20: "LA FORMA M�S SIMPLE DE UNA IGLESIA EN EL HOGAR". De hecho, los comentarios de nuestro Se�or desde el vers�culo 15 hasta el final del vers�culo 20, son espec�ficamente aplicados a la iglesia en el hogar. Aqu� �l muestra el poder ilimitado de un acuerdo entre los creyentes.

El Libro de los Hechos (el cual es el registro hist�rico de la Iglesia primitiva), atrae nuestra atenci�n a este aspecto vital y fundamental de su unidad:

"Todos �stos perseveran UN�NIMES en oraci�n y ruego" (Hch 1:14).

"Cuando lleg� el D�a de Pentecost�s, ESTABAN TODOS UN�NIMES JUNTOS" (Hch 2:1).

"Y perseverando UN�NIMES cada d�a en el templo, y partiendo el pan en las casas, com�an juntos con alegr�a y sencillez de coraz�n" (Hch 2:46).

"Y ellos, habi�ndolo o�do, alzaron UN�NIMES la voz a Dios..." (Hch 4:24).

"Y la multitud de los que hab�an cre�do era de UN CORAZ�N Y UN ALMA" (Hch 4:32).

3. L�deres Claves Son Necesitados
Los padres de la Iglesia primitiva ten�an el siguiente dicho: "Donde hay tres, hay una iglesia". Nosotros podr�amos agregar: "Donde hay tres en una unidad dedicada, existe una iglesia poderosa".

Existe la necesidad de pastores principales o l�deres claves (lea Jerem�as 25:34-36).

En una Iglesia del Nuevo Testamento, debemos reconocer y seguir siempre a su l�der clave (o pastor principal) que Cristo ha otorgado.

No obstante, ese l�der clave no puede minimizar de ninguna manera la necesidad imperativa de un equipo de l�deres dedicados, trabajando unidos.

Cada equipo necesita un l�der clave, pero es igualmente cierto que cada uno necesita un equipo.

Cada iglesia en el hogar necesita un l�der pastor principal, aunque repito, cualquier l�der viene a ser mucho m�s efectivo cuando es rodeado y respaldado por un equipo de l�deres dedicados.

B. MANTENIENDO LA UNIDAD
La necesidad de establecer una unidad dedicada, es igualada �nicamente por la necesidad de mantener tal unidad. Con esto en mente, dirijamos nuestros pensamientos:

1. El Precio A Ser Pagado
No se requiere un estudio detallado del Nuevo Testamento para descubrir lo siguiente:

Cada creyente y cada asamblea, es responsable de mantener la unidad que Dios ha creado en el Esp�ritu Santo. "Sol�citos en GUARDAR (o mantener) la unidad del Esp�ritu en el v�nculo de la paz" (Ef 4:3).

Una traducci�n parafraseada de este vers�culo ser�a la siguiente: "Luchando por todos los medios a su disposici�n para mantener la unidad del Esp�ritu, por medio de hacerse un prisionero a s� mismo de la paz".

No se nos dice aqu� que "fabriquemos" una unidad o que "organicemos" una unidad; se nos dice que preservemos o mantengamos una unidad que ya ha sido hecha para nosotros en el Esp�ritu Santo.

Hay un precio a ser pagado: el que voluntariamente seamos "prisioneros de la paz". En otras palabras, la verdadera libertad tiene sus limitaciones. Tenemos libertad para guiar nuestros autom�viles o veh�culos siempre que observemos las leyes de tr�nsito. Podemos ejercer todos los privilegios de ciudadan�a, siempre y cuando obedezcamos la ley y preservemos la paz.

As� que, �sta habita en la Iglesia cristiana. Podemos mantener la unidad del Esp�ritu, �nicamente si aceptamos la responsabilidad de mantener la paz con nuestro hermano y hermana.

Esta es la responsabilidad que todos debemos aceptar, si es que queremos disfrutar del maravilloso potencial por el poder que se encuentra en la unidad dedicada.

Lo siguiente que debemos considerar es:

2. El Patr�n A Ser Seguido
Un d�a, mientras le�a mi Biblia y meditaba en estas necesidades de las diversas iglesias, a las cuales estaba ministrando, las siguientes palabras de Pablo fueron fuertemente grabadas sobre m�:

"Solamente que os comport�is como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que est� ausente, oiga de vosotros que est�is firmes en un mismo esp�ritu, combatiendo un�nimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdici�n, mas para vosotros de salvaci�n; y esto de Dios" (Fil 1:27, 28).

Aqu� vemos la gran carga que reca�a sobre el coraz�n del Ap�stol Pablo con relaci�n a las iglesias que estaban bajo su cuidado.

�Cu�les ser�an las mejores noticias que �l pudiera recibir concerniente a la iglesia de la ciudad e iglesias de las casas (hogares) por las cuales se preocupaba tanto?

Esto es lo que trajo gozo a su coraz�n m�s que ninguna otra cosa: que ellos estuvieran firmes en un mismo esp�ritu, combatiendo un�nimes por la fe del evangelio.

Pablo sab�a que si esta condici�n prevalec�a en cualquier iglesia, el resto seguir�a como resultado: la salvaci�n de las almas, la sanidad de los enfermos y las bendiciones del avivamiento.

Note las dos cosas que le preocupaban a Pablo:

• Que los creyentes deben estar firmes en UN MISMO ESP�RITU, y
• COMBATIENDO UN�NIMES por la fe del evangelio.

Aqu� est� el patr�n de la verdadera unidad espiritual.

a. Estando Firmes En Un Esp�ritu. Todo creyente nacido de nuevo ha recibido un nuevo esp�ritu (Ez 11:19; 18:31). Esto es algo que Dios hace por nosotros cuando creemos.

Es en el esp�ritu (o coraz�n del hombre) que experimentamos la regeneraci�n, justificaci�n y el poder residente de Cristo. Este es el milagro del nuevo nacimiento. Cada iglesia del hogar es una compa��a de hombres y mujeres nacidos de nuevo, y en cuyos corazones Cristo reside o mora.

As� que, ah� reside la base para nuestra unidad: Todos somos participantes del Esp�ritu de Cristo.

Tenemos que aceptar este hecho. Tenemos que pararnos firmes en esta revelaci�n. Este es nuestro punto de partida.

Aceptemos pues, lo que Dios ha obrado en nuestras vidas individuales, y entendamos que somos una compa��a de criaturas nuevas en Cristo.

Estemos firmes en un esp�ritu.

b. Combatiendo Un�nimes Por La Fe Del Evangelio. Esta es nuestra responsabilidad.

El Nuevo Testamento tiene mucho que decir acerca de la renovaci�n de nuestras mentes (Ro 12:2; Ef 4:23).

Mientras meditaba en estos pensamientos, le�a el cap�tulo 2 de Filipenses y not� el �nfasis que Pablo le dio a nuestra responsabilidad de cuidar de nuestras mentes y pensamientos: "Sintiendo lo mismo un�nimes antes bien con humildad... haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambi�n en Cristo Jes�s..." (Fil 2:2,3,5).

Nuestra mente incluye nuestra voluntad, nuestros poderes del razonamiento, pensamientos y emociones. Es nuestra responsabilidad encargarnos de esto a trav�s de la direcci�n de la Palabra de Dios y la ayuda del Esp�ritu Santo.

Dios ha hecho lo que nosotros no podemos hacer. �l ha creado un esp�ritu dentro de nosotros y nos ha hecho hijos de Dios. Ahora debemos vivir y andar como es digno de nuestro llamamiento. El factor controlador en nuestra conducta, es la actitud de nuestra mente.

Dios nos ha dado el punto de partida para nuestra unidad, y en la revelaci�n de nuestra posici�n en Cristo, debemos tomar nuestra firmeza. Regocij�monos en lo que Dios ha obrado en nosotros; luego, trabajemos en nuestra victoria d�a por d�a a trav�s de nuestras mentes, nuestros pensamientos y nuestras acciones.

1) Renovando Nuestras Mentes. La mente es el campo o terreno sobre el cual el diablo obra. Primero, �l procura sembrar la semilla de la desuni�n, pensamientos de prejuicio, resentimiento, celos y desconfianza. La semillas de la sospecha, son sembradas en nuestras mentes, antes de que sean expresadas en nuestras palabras y acciones.

Si esperamos mantener la unidad y disfrutar de los tremendos beneficios, que pueden derivarse de ella, entonces tendremos que estar dispuestos a pagar el precio por ello y seguir el patr�n.

Es vital que estemos firmes en un esp�ritu, regocij�ndonos en lo que Dios ha hecho por nosotros; entonces, debemos esforzarnos juntos con una misma mente, trabajando en lo que ya Dios ha obrado en nosotros. Si damos pensamiento a esta verdad, descubriremos que es en la esfera de nuestras mentes que encontraremos nuestros mayores impedimentos.

Tenemos fe en nuestros corazones; sin embargo, muchas veces esa fe es obstruida por la actitud negativa de nuestras mentes y emociones. Nuestra vida espiritual completa, puede ser restringida porque fracasamos en permitir la renovaci�n de nuestras mentes.

Ajustemos nuestras actitudes (mentes) a la revelaci�n de que el poder de Cristo est� obrando en usted. Esto es lo que dijo Pablo en Colosenses 1:29: "Para lo cual tambi�n trabajo, luchando seg�n las potencia de �l, la cual activa poderosamente en m�"

C. CONCLUSI�N
La Iglesia primitiva entendi� este secreto de estar firmes en un esp�ritu y combatiendo un�nimes por la fe del evangelio. Leamos Hechos 4:32: "Y la multitud de los que hab�an cre�do era de UN CORAZ�N (o esp�ritu) y UN ALMA..." Por supuesto que hay un poder ilimitado a ser descubierto y demostrado por v�a de la unidad dedicada, expresada a trav�s del trabajo de equipo.

Que transformaci�n podr�a ser esperada si las iglesias hogares en todas partes, pudieran entender el potencial majestuoso de una unidad dedicada seg�n el patr�n del Nuevo Testamento.

Qu� avivamiento podr�a ser experimentado, si las asambleas en los hogares pudieran recibir y demostrar esta gloriosa concepci�n neotestamentaria de la unidad en acci�n.

He aqu� una defensa segura contra los asaltos divisivos del diablo. Esta es la manera, divinamente escogida, para lograr un avivamiento al estilo neotestamentario saturado de poder y de bendiciones.


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