Cap�tulo 9
Oficiales En La Iglesia De La Ciudad Y En La Iglesia Local

Introducci�n

Despu�s de haber considerado los cinco dones ministeriales que operan en la Iglesia Universal, en el Cuerpo de Cristo como un todo, examinemos ahora brevemente los ministerios relativos a la iglesia en la ciudad y de la iglesia local o del hogar. Hemos visto anteriormente, que el gobierno del Nuevo Testamento est� basado sobre la iglesia en la ciudad y del hogar.

El patr�n original presenta un cuadro de muchas iglesias del hogar que se gobiernan a s� mismas, en las cuales los ancianos vigilan y apacientan al reba�o. Estas iglesias locales o del hogar, dentro de una iglesia en la ciudad o central, son coordinadas por los obispos (supervisores) y cooperan para la expansi�n del Reino de Dios.

Cuando tratamos con el don ministerial de pastor, notamos que existe una semejanza sorprendente entre el ministerio de pastor y el oficio de un anciano.

La diferencia fundamental entre ellos es que el don pastoral, aunque funciona en la iglesia del hogar, no necesita estar confinado a una sola iglesia del hogar. Es un don que puede servir a cualquier iglesia del hogar que invite al pastor. El pastor sirve a todo el Cuerpo de Cristo.

B�sicamente, hay dos oficios en la iglesia de la ciudad, el de ancianos (quienes sirven en una iglesia del hogar) y los di�conos (quienes sirven en todas las iglesias hogares dentro de una iglesia en una ciudad). Por ejemplo, hab�a muchas iglesias hogares dentro de la ciudad de Jerusal�n. Esta iglesia en la ciudad ten�a 3,000 reci�n conversos ganados el D�a de Pentecost�s, y 5,000 hombres (sin contar las mujeres y los ni�os) un poco m�s tarde (lea Hechos 2:41; 4:4).

Ellos se congregaban en peque�os grupos o compa��as en los hogares. Los que ten�an dinero lo compart�an y daban directamente a los pobres, seg�n la necesidad (Hch 2:44, 45).

Pero algunos dieron los ingresos de la venta de las tierras y propiedades a los ap�stoles, quienes distribu�an el dinero entre las personas seg�n la necesidad. Es aparente que el dinero no era retenido por los ancianos en la tesorer�a de las iglesias del hogar. Por el contrario, era entregado a los ap�stoles, quienes escogieron di�conos que se encargaban de distribuirlo entre las viudas y para suplir otras necesidades (lea Hechos 4:34-37; 5:3; 6:1-7).

En Filipenses 1:1, Pablo nos dice: "...a todos los santos en Cristo Jes�s que est�n en Filipos (una iglesia en la ciudad), con los OBISPOS y DI�CONOS". El obispo era un anciano que hac�a el papel de superintendente, supervisor o presb�tero. Lea tambi�n Tito 1:5, 7. Examinemos ahora este oficio un poco m�s de cerca.

A. LOS ANCIANOS
1. Su Trabajo

En Hechos 20, leemos el discurso de Pablo a los ancianos de Efeso como sigue: "...desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia" (Hch 20:17).

Pablo les dijo: "Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.

"Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el reba�o en que el Esp�ritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Se�or, la cual �l gan� por su propia sangre" (Hch 20:27, 28).

Aqu� Pablo habl� a los ANCIANOS (presb�teros) y les dijo que el Esp�ritu Santo los hab�a hecho SUPERVISORES (t�rmino griego que significa presb�teros, traducido al espa�ol como obispos en todas partes donde aparece en la Versi�n Reina-Valera).

El Ap�stol les orden� que ALIMENTARAN al reba�o del Se�or sobre el cual ten�an la encomienda de vigilar. Esto muestra la estrecha relaci�n entre el ministerio pastoral y el de los ancianos; sin embargo, no hay referencia aqu� del requisito de alg�n don ministerial.
Estas y otras Escrituras nos proveen del siguiente resumen del trabajo de los ancianos en la iglesia del hogar.

a. Cuidando Del Reba�o. Ellos ten�an la responsabilidad de "...mirar (cuidar, vigilar)... todo el reba�o en el que el Esp�ritu Santo os ha puesto (a ellos) por obispos" (Hch 20:28).

b. Alimentando A La Iglesia. Ellos ten�an la obligaci�n de "...alimentad la iglesia del Se�or" (Hch 20:28). (Lea tambi�n 1 Pedro 5:14).

c. Cuidando A La Iglesia. Ellos est�n en el deber de "...cuidar de la iglesia de Dios" (1 Ti 3:5).

d. Administrando Bien. "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y ense�ar" (1 Ti 5:17).

e. Reteniendo El mensaje. Otra responsabilidad del anciano es ser un "Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido ense�ada, para que tambi�n pueda exhortar con sana ense�anza y convencer a los que contradicen" (Tit 1:9).

f. Capacitado Para ense�ar. Un anciano tiene que ser un ministro "Apto (capacitado) para ense�ar" (1 Ti 3:2).

g. Visitar Y Orar Por Los Enfermos. Los ancianos deben estar a la disposici�n cuando son llamados a visitar los enfermos y para orar por ellos "...la oraci�n de fe" (Stg 5:14, 15).

Resumiendo: Es evidente que hab�a ancianos que tambi�n eran ap�stoles (como Pedro); quienes ten�an responsabilidades que abarcaban ciudades completas en su ministerio como obispos (supervisores, superintendentes); cristianos que estaban especialmente dotados de los dones de la predicaci�n y ense�anza; y otros que, por razones de su edad avanzada y car�cter, fung�an como padres espirituales en una iglesia local.

2. Sus Cualidades
Las cualidades necesarias para el oficio de anciano son encontradas en dos pasajes b�blicos: 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:6-9. Al combinar estas dos Escrituras, tenemos la siguiente lista de cualidades requeridas por la Biblia:

"...es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para ense�ar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso...amable, apacible, no avaro...no un ne�fito (sin experiencia), no sea que envaneci�ndose caiga en la condenaci�n del diablo...

Uno que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeci�n con toda honestidad...

Tambi�n es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descr�dito y en lazo del diablo."

Como podemos ver, las caracter�sticas sobresalientes de un anciano espiritualmente calificado, se hallar�n en su misma vida personal.

Concerniente a su ministerio, deber� ense�ar aquello mismo en lo que �l ha sido ense�ado, y cuidar del reba�o.

3. No Exagere Demasiado La Importancia De Las Estructuras
Aunque las estructuras que levantamos para conservar la cosecha pueden ser importantes, los l�deres de iglesias no deben exagerar demasiado la importancia de �stas.

�Qu� cosa es lo m�s importante? �El vino (cosecha) o el odre? �El lugar donde se guarda el vino o la cosecha en este caso?

La Biblia da la respuesta a esta pregunta: "...cuanto tiene mayor dignidad que la casa el que la hizo" (He 3:3). Jes�s est� edificando Su Casa (la Iglesia). No obstante, nosotros siempre debemos darle mucho m�s honor que la misma Casa.

El liderazgo de la iglesia y los dones ministeriales, son necesarios para ayudar a edificarla. Las estructuras del liderato que adoptamos para contener y preservar la Cosecha, son de menos importancia que el Se�or de la Cosecha (Jes�s) o que la misma Cosecha (los creyentes).

As� que, NO exagere demasiado la importancia del odre, la estructura, el ejercicio del gobierno y c�mo son organizadas las cosas. Analice las necesidades espirituales de su pa�s y su cultura; luego, p�dale a Dios que le otorgue sabidur�a para que la estructura que establezca sea lo m�s sencilla posible.

Recuerde, la iglesia en Jerusal�n ten�a m�s de 5,000 familias (aproximadamente 30,000 o m�s personas) y solamente siete di�conos y doce ap�stoles.

4. Los Ancianos Locales Incluyen Los Dones Ministeriales
Los dones ministeriales de pastor y maestro han sido puestos en la iglesia para servir a muchas congregaciones. No obstante, el anciano ejecuta un ministerio similar, en su oficio como anciano, en la iglesia local. Los pastores pueden entrar y salir, pero el oficio de anciano permanece en la iglesia.

Los cinco dones ministeriales son (en la mayor�a de los casos) ancianos viajeros. Es evidente que un liderato de ancianos en la iglesia del hogar, puede incluir cualquiera o todos los dones ministeriales. Por lo menos tenemos evidencia de que Pedro, quien era un ap�stol, era tambi�n un anciano: "Ruego a los ancianos que est�n entre vosotros, yo anciano tambi�n con ellos..." (I P 5:1).

El liderato de una iglesia de la ciudad u hogar, puede incluir uno que tenga un don ministerial apost�lico, tal como el de Pedro. As� como en la iglesia de Antioqu�a (Hch 13:1-3), puede que haya otros que posean los dones ministeriales de profeta, evangelista, pastor o maestro, quienes la llamaran su iglesia local o del hogar.

En este caso, tales hombres pueden servir como ancianos en su iglesia local y con todo, su ministerio funciona en una esfera mucho m�s amplia para el beneficio de todo el Cuerpo de Cristo.

De igual manera, puede ser posible que alguien pueda poseer un don ministerial y con todo, por alguna raz�n no calificar como anciano en la iglesia local (del hogar).

Si esto es as�, tales dones ministeriales itinerantes, estar�an sujetos a los ancianos que Dios ha ordenado en la iglesia del hogar.

Podr�amos resumir estos pensamientos diciendo que el oficio de anciano constituye la supervisi�n local, y son nombrados seg�n las calificaciones personales. Los dones ministeriales son otorgados por el Se�or Jesucristo para servir a Su Iglesia en muchas localidades sobre esta tierra, en conformidad con Su divina voluntad.

B. DI�CONOS
1. Su Trabajo

El t�rmino "di�cono" significa "sirviente". La obra de un di�cono es servir a las necesidades pr�cticas de los l�deres y miembros de la iglesia en la ciudad y local, del hogar. Existen diversas maneras en las cuales los di�conos pueden servir a los intereses de una iglesia en la ciudad. Pero �stas pueden ser determinadas de mejor manera por cada iglesia y sus circunstancias particulares.

En general, deber� entenderse que los di�conos tienen la responsabilidad de manejar los aspectos financieros de la obra de la iglesia en la ciudad. De esa manera, el ministerio y la supervisi�n quedan libres para dedicarse a suplir las necesidades espirituales y velar por el bienestar de la iglesia.

2. Sus Cualidades
Las cualidades personales de un di�cono, aparecen enumeradas en 1 Timoteo 3:8-13. Estas incluyen todos los aspectos de la integridad personal y espiritual, y tener una vida familiar bien ordenada.

El vers�culo 13 presenta una maravillosa promesa para los di�conos fieles: "Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para s� un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jes�s".

Cada iglesia de la ciudad activa, conoce el valor de los di�conos fieles y eficientes.

C. OTROS OFICIALES
En Hechos 6:1-6, leemos acerca de la selecci�n de los siete hombres llenos del Esp�ritu, que fueron escogidos para relevar a los ap�stoles en sus responsabilidades dom�sticas, a fin de que ellos pudieran estar libres para orar y ministrar la Palabra.

Estos hombres pudieron haber sido, como muchos lo creen, los primeros di�conos. Pero no es especificado en el r�cord de la Escritura.

No obstante, vemos aqu� el principio de separaci�n de lo espiritual y de los deberes dom�sticos que consumen much�simo tiempo de conexi�n con la iglesia de la ciudad y la del hogar.

Al examinar la escritura de 1 Corintios 12:28, encontramos una lista de algunos de los ministerios y oficios que el Se�or ha puesto en la iglesia, que incluyen "ayudas" y "gobernaciones" (administraci�n). El Nuevo Testamento Ampliado en ingl�s y la Traducci�n de Moffat, traducen estos t�rminos como "ayudantes" y "administradores".

Los l�deres de iglesias con membres�as extensas, o sobre muchas iglesias locales (del hogar) en una ciudad, pueden nombrar ayudantes en la organizaci�n y administraci�n de los asuntos de la iglesia de la ciudad.

Muchas iglesias han designado consejo (un grupo de di�conos), para supervisar los negocios y necesidades de la asamblea. Esto ha probado ser muy efectivo, particularmente en el manejo de las finanzas y demandas legales de la iglesia.

Como una regla general, podemos encontrar que existen muchos que est�n calificados para servir a la asamblea como di�conos, pero no necesariamente equipados para manejar los aspectos m�s envueltos, de la administraci�n de los negocios.

As� que, podemos ver la ventaja de nombrar los concilios para que suplan esta necesidad y sirvan a la asamblea, bajo la supervisi�n de los ancianos.

D. RESUMEN
Resumiendo nuestros pensamientos sobre los oficios que funcionan dentro de una iglesia local (del hogar), dir�amos que el Se�or ha ordenado que:

• Los ancianos deben constituir el gobierno o supervisi�n de las necesidades espirituales de la asamblea, aunque tales ancianos pueden incluir tambi�n a hermanos que posean los dones ministeriales.
• Los di�conos deben ser nombrados para que administren los aspectos financieros o materiales y las actividades de la iglesia local (del hogar). El Nuevo Testamento da lugar para el nombramiento de aquellos espec�ficamente calificados para asesorar, aconsejar y ayudar de otra manera, en la administraci�n de la iglesia de la ciudad y en los asuntos de la iglesia local o del hogar.

No obstante, todas las actividades deben funcionar bajo la supervisi�n espiritual de los ancianos locales.


.::3er Trimestre - .::SECCI�N E