Cap�tulo 17
Adoraci�n

A. BENDICIENDO A DIOS
"Bendice, alma m�a, a Jehov�, y bendiga todo mi ser su santo nombre" (Sal 103:1).

Es maravilloso considerar que tenemos la habilidad de bendecir a nuestro Creador, una y otra vez somos exhortados por las Escrituras a hacer eso mismo. Le bendecimos a trav�s de nuestras alabanzas y adoraci�n. Lea el Salmo 34:1-3.

B. LA ALABANZA
La alabanza es una expresi�n de admiraci�n y aprecio. Cuando alabamos a alguien, le decimos cu�n maravilloso creemos que es o cu�n grande es su logro. Eso mismo hacemos con el Se�or. La alabanza tiene que ver con el reconocimiento del car�cter y poder de Dios.

"Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabar�n. As� te bendecir� en mi vida; en tu nombre alzar� mis manos" (Sal 63:3, 4).

1. �Por Qu� Alabamos A Dios?
a. Por Lo Que Es. "Cantad a Dios, cantad; Cantad a nuestro Rey, cantad; Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia" (Sal 47:6, 7).

b. Por Lo Que Hace. "Bendice alma m�a a Jehov�, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma m�a a Jehov�, y no olvides ninguno de sus beneficios. �l es quien perdona todas tus iniquidades; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el �guila" (Sal 103:1-5).

2. �Qui�nes Deber�n De Alabar A Dios?
a. Los Que Le Buscan. "... Alabar�n a Jehov� los que le Buscan..." (Sal 22:26).

b. Todo Lo Que Respira. "Todo lo que respira alabe a Jah. Aleluya" (Sal 150:6).

3. �Cu�ndo Alabamos A Dios?
a. En Todo Tiempo. "Bendecir� a Jehov� en todo tiempo; su alabanza estar� de cont�nuo en mi boca" (Sal 34:1).

b. En Toda Circunstancia. "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jes�s" (1 Ts 5:16-18).

4. �D�nde Podemos Alabar A Dios?
a. Rodeados Por El Pueblo De Dios. "�l [Jes�s] dice: Anunciar� a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregaci�n te alabar�" (He 2:12).

b. Entre Las Naciones. "Te alabar� entre los pueblos, oh Se�or; cantar� de ti entre las naciones" (Sal 57:9).

c. En Nuestras Camas. "As� te bendecir� en mi vida...Y con labios de j�bilo te alabar� mi boca, cuando me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite de ti en las vigilias de la noche" (Sal 63:4-6).

C. ADORACI�N
Siendo que la alabanza es una expresi�n de admiraci�n y aprecio, la adoraci�n es una expresi�n de amor y veneraci�n. Es posible admirar a alguien y apreciar lo que hace, sin sentir amor hacia tal persona. De la misma manera, la adoraci�n tiene que ver con nuestro amor hacia el Se�or. �ste puede ser expresado �nicamente con el dar todo nuestro coraz�n y vida a �l.

"Y el amarle con todo el coraz�n, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al pr�jimo como a uno mismo, es m�s que todos los holocaustos y sacrificios" (Mr 12:33).

Los ritos religiosos y ceremonias de Israel en el Antiguo Testamento, vinieron a ser detestables ante la presencia de Dios porque su coraz�n estaba lejos de �l (Is 1:10-15; 29:13). Hoy tambi�n, Dios est� �nicamente interesado en la adoraci�n genuina y sincera que sale del coraz�n.

"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorar�n al Padre en esp�ritu y en verdad; porque tambi�n el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Esp�ritu; y los que le adoran, en ESP�RITU y en VERDAD es necesario que adoren" (Jn 4:23,24). Lea tambi�n los vers�culos 4-26.

1. En Esp�ritu
A nuestro esp�ritu se le llama "hombre interior" (Ef 3:16). La verdadera adoraci�n toma lugar cuando el hombre interior, en respuesta a los impulsos del Esp�ritu de Dios, le expresa amor y adoraci�n. Esto puede tomar la forma de palabras habladas, un canto de amor al Se�or o una adoraci�n silenciosa.

La adoraci�n verdadera requiere la acci�n del Esp�ritu Santo sobre nuestros esp�ritus. As� que, �nicamente aquellos quienes han sido "nacidos de nuevo por el Esp�ritu" a trav�s de la fe en Jesucristo, pueden en realidad adorar al Padre (Jn 3:5-8).

2. En Verdad
El adorar a Dios en verdad es venerarle como dice la Biblia que debemos hacerlo. Nadab y Abi� (los hijos del Sumo Sacerdote) ofrecieron un sacrificio extra�o ante la presencia del Se�or y murieron quemados (Nm 3:4; 26:61). Esta amonestaci�n sobria, ilustra la necesidad de estudiar el plan de Dios (el Tabern�culo de Mois�s) para el ministerio sacerdotal.

Antes de la adoraci�n, ten�a que ejecutarse el sacrificio, la limpieza, la unci�n y la vestidura (Ex 30:17-38).

Notar� en Apocalipsis 1:5, 6 que nosotros hemos sido limpiados. "...y nos lav� de nuestros pecados con su sangre" antes de ser hechos: "...reyes y sacerdotes para Dios".

Un ap�stol / maestro en los Estados Unidos, estaba entrenando a muchos l�deres sobre c�mo sanar a los enfermos y ejecutar milagros. Una profetisa le dijo: "El Se�or te dice: �C�mo te atreves a ense�ar a los que est�n sucios a realizar mis obras? �Deja de hacerlo!".

Antes de que los sacerdotes pudieran entrar al Lugar Santo para adorar a Dios, ten�an que pasar por mucha preparaci�n. El ignorar los pasos bosquejados era muy peligroso. Es vital que adoremos en verdad y de la manera b�blica.

D. EXPRESIONES DE ALABANZAS Y ADORACI�N EN LA BIBLIA
1. Con la boca:
a. Cantando (Sal 9:2, 11).

b. Alabando (Sal 103:1).

c. Dando aclamaciones en voz alta (Sal 47:1).

2. Con las manos:
a. Levantando las manos (Sal 63:4).

b. Dando palmadas (Sal 47:1).

c. Tocando instrumentos musicales (Sal 150).

3. Con el cuerpo:
a. Puestos de pie (Sal 134:1).

b. De rodillas (Sal 95:6).

c. Danzando y saltando de gozo (Sal 30:11).
"�Qui�n como t�, oh Jehov�, entre los dioses? �Qui�n como t�, magn�fico en santidad, terrible en maravillosas haza�as, hacedor de prodigios?...Cantad a Jehov�, porque en extremo se ha engrandecido..." (Ex 15:11, 21).

"Oh Se�or, ninguno hay como t� entre los dioses... Te alabar�, oh Jehov� Dios m�o, con todo mi coraz�n, y glorificar� tu nombre para siempre" (Sal 86:8, 10, 12).

MI DECISI�N
Lo m�s grande que har� en esta vida o en la eternidad, es adorar a Dios. Yo determino hoy que ser� un verdadero adorador y, har� de esto, mi suprema meta en la vida. Ense�ar� a los dem�s acerca de este aspecto tan vital en la vida del cristiano.


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