Cap�tulo 3
El Hombre Y Satan�s

A. EL HOMBRE, LA IMAGEN DE DIOS, CREADO PARA TENER DOMINIO
Dios ten�a una raz�n muy real para la creaci�n del Hombre (var�n y hembra). Ten�a un plan y prop�sito maravillosos para ellos. Debido a que Dios es amor, �l deseaba tener seres de corazones y mentes semejantes a �l con quienes pudiera compartir Su vida…todo lo que �l es y todas las cosas en las que est� envuelto…quienes gobernaran con �l los cielos y la tierra en la calidad de hijos. Por consiguiente, cre� al hombre: Su imagen y semejanza.

"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y se�oree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y cre� Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre�; var�n y hembra los cre�" (Gn 1:26, 27).

B. LUCIFER
Dios cre� muchas cosas maravillosas antes de que creara los cielos y la tierra. Entre ellas est�n los �ngeles: seres espirituales cuyo prop�sito es cumplir la voluntad de Dios. Los �ngeles adoran a Dios y le sirven continuamente (Ap 5:11-14). No obstante, cuando Lucifer, uno de los l�deres ang�licos, entendi� acerca del plan de Dios para crear al hombre, se revel� contra �l. �l quer�a estar por encima del trono de Dios. �l quer�a la posici�n y autoridad que Dios hab�a planeado para la humanidad. Quer�a reinar sobre toda la creaci�n por sobre el trono de Dios en el cielo.

Cuando Lucifer se revel�, Dios lo expuls� del cielo. Al mismo tiempo, una tercera parte de los �ngeles se unieron a su rebeli�n y fueron expulsados con Lucifer (Ap 12:4).

"�C�mo ca�ste del cielo, oh Lucero, hijo de la ma�ana! Cortado fuiste por tierra, t� que debilitabas a las naciones. T� que dec�as en tu coraz�n: Subir� al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantar� mi trono, y en el monte del testimonio me sentar�, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subir�, y ser� semejante al Alt�simo" (Is 14:12-14).

Lucifer fue lanzado del cielo a la tierra, donde ahora es conocido como "Satan�s o el Diablo". Separado de la gloria de Dios el Creador, �l perdi� la hermosura y luz con la que antes se vest�a (Ez 28:11-17), convirti�ndose en una criatura maligna y rodeada de tinieblas.

Los �ngeles que cayeron con �l, tambi�n perdieron su gloria y se convirtieron en demonios o esp�ritus malignos en el mundo reci�n creado por Dios. No obstante, la ambici�n perversa de Satan�s no cambi� y comenz� a trazar un nuevo plan para usurpar (tomar ilegalmente) el trono de Dios…�l sali� a conquistar al hombre que Dios hab�a creado.

C. LA TENTACI�N
Dios dio a la primera pareja (Ad�n y Eva) la autoridad para reinar sobre toda la tierra y para que la mantuvieran bajo su dominio. A fin de mantenerlos a salvo de Satan�s y sus esp�ritus del mal, Dios plant� dos �rboles especiales en el jard�n de Ed�n, donde Ad�n y Eva viv�an. Dios los llam� ‘El �rbol de la vida' y ‘el �rbol de la ciencia del bien y el mal' (Lea Gn 2:9, 17).

El �rbol de la vida representaba la vida y autoridad de Dios mismo, as� que al comer de su fruto, Ad�n y Eva ser�an llenos cada vez m�s de la fortaleza, amor y gloria de Dios.

El �rbol de ciencia del bien y del mal representaba la vida y autoridad de Satan�s, y mientras Ad�n y Eva no comieran de su fruto, estar�an a salvo de los esp�ritus del mal que poblaban la tierra. El dominio de toda la creaci�n siempre estar�a en sus manos, si obedec�an el mandato de su amoroso creador (He 2:8).

"Tom�, pues, Jehov� Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Ed�n, para que lo labrara y lo guardase. Y mand� Jehov� Dios al hombre, diciendo: De todo �rbol del huerto podr�s comer; mas del �rbol de la ciencia del bien y del mal no comer�s; porque el d�a que de �l comieres, ciertamente morir�s" (Gn 2:15-17).

No obstante, Satan�s enga�� a Eva. �l le dijo que el �rbol de la ciencia del bien y del mal no era realmente malo como Dios le hab�a dicho, por el contrario, el comer de su fruto abrir�a sus ojos y los convertir�a en dioses. Ella crey� su mentira y comi� de su fruto. Ad�n, aunque sab�a que era una mentira, tambi�n comi� del �rbol. (1 Ti 2:14).

"Y vio la mujer que el �rbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y �rbol codiciable para alcanzar la sabidur�a; y tom� de su fruto, y comi�; y dio tambi�n a su marido, el cual comi� as� como ella" (Gn 3:6).

D. EL RESULTADO
A trav�s de aquel simple acto de pecado, el hombre perdi� la gloria de Dios, adem�s del dominio que ejerc�a sobre la creaci�n. Entonces, Satan�s tomo el trono del cual Ad�n y Eva hab�an sido sacados, para ejercer su reino de terror, destrucci�n y muerte sobre la tierra y sus habitantes (He 2:14, 15).

"…como el pecado entr� en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, as� la muerte pas� a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…" (Ro 5:12).

Todas las generaciones que sucedieron a Ad�n y Eva heredaron su naturaleza ca�da. Todas hemos ca�do bajo el poder y dominio de Satan�s.

"Y �l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al pr�ncipe de la potestad del aire, el esp�ritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambi�n todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y �ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dem�s" (Ef 2:1-3).

El coraz�n de las personas en todas partes, hoy en d�a est� lleno de:

1. Idolatr�a
"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio coraz�n fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadr�pedos y de reptiles" (Ro 1:21-23).

2. Inmoralidad
"Por lo cual tambi�n Dios los entreg� a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre s� sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Am�n.

Por esto Dios los entreg� a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo tambi�n los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en s� mismos la retribuci�n debida a su extrav�o" (Ro 1:24-27).

3. Toda Suerte De Maldad
"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entreg� a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicaci�n, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, enga�os y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no s�lo las hacen, sino que tambi�n se complacen con los que las practican" (Ro 1:28-32).

E. EL GRAN PLAN DE DIOS PARA LA RESTAURACI�N
Dios no abandon� al hombre por causa de su pecado. �No!, en lugar de ello, �l puso en acci�n otro gran plan: el plan para salvar al hombre del poder de Satan�s y volver a colocarlo en su lugar original de hijo y poder compartir todo Su trono con �l. As� que, comenz� a preparar al mundo para el advenimiento del Salvador: Jes�s.

"Porque as� como en Ad�n todos mueren, tambi�n en Cristo todos ser�n vivificados" (1 Co 15:22). El Nuevo Testamento registra la historia de Cristo: aquel que vendr�a a salvarnos de nuestros pecados.


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