Cap�tulo 4
Conduciendo La Sesi�n De Liberaci�n

A. �D�NDE?
1. Rec�mara O Localizaci�n
a. Lejos De La Multitud.
No eche fuera demonios donde una multitud est� presente (especialmente si no son cristianos). Jes�s reprendi� r�pidamente al esp�ritu del mal ech�ndole fuera cuando vio que una multitud inquisidora se acercaba.

"Y cuando Jes�s vio que la multitud se agolpaba, reprendi� al esp�ritu inmundo, dici�ndole: Esp�ritu mudo y sordo, yo te mando, sal de �l, y no entres m�s en �l" (Mr 9:25).

b. F�sicamente Salvo. Se ha sabido de casos donde un esp�ritu inmundo ha salido de una persona y entrado en otra, no creyente, que ha estado inquiriendo en las cercan�as. Algunos l�deres de la Iglesia preparan una rec�mara con alfombras o colchas sobre el piso y almohadas alrededor de la pared. Este tipo de relleno previene que las personas endemoniadas se hieran f�sicamente. Muchas veces el endemoniado se retuerce y azota cuando los demonios salen.

B. �C�MO?
1. Comience Con Adoraci�n Y Alabanzas

Cuando se vaya a envolver en liberaciones, es bueno comenzar con adoraci�n y contin�e con alabanzas a Dios en el Esp�ritu (Jn 4:23, 24).

Las alabanzas a Dios edifican su fe. "Tampoco dud�, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleci� en fe, dando gloria a Dios" (Ro 4:20).

Declare la victoria que tiene sobre Satan�s. "Y ellos le han vencido [al diablo] por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos [confesi�n, declaraci�n]…" (Ap 12:11).

(Repase la Secci�n D4 de La Gu�a de Entrenamiento para L�deres bajo el t�tulo: Hay Poder En La Confesi�n De Fe.)

La adoraci�n hace que la presencia del Esp�ritu Santo se manifieste en la situaci�n. Cante coros breves de adoraci�n y cantos que preparen el ambiente para la manifestaci�n del poder de Dios.

M�sicos ungidos tocando sus instrumentos y cantores que adoren a Jes�s con devoci�n, pueden crear una atm�sfera donde la voluntad del Esp�ritu Santo pueda ser implementada m�s prontamente.

"Mas ahora traedme un ta�edor. Y mientras el ta�edor tocaba, la mano de Jehov� vino sobre Eliseo" (2 R 3:15).

2. Declaraci�n De Fe De Parte De La Persona Endemoniada
P�dale a la persona endemoniada que se arrodille y reconozca (que diga con su boca): "Mi liberaci�n viene solamente a trav�s de Jesucristo y Su victoria sobre el diablo y sus �ngeles del mal. Creo que Jes�s es el Se�or. Me arrodillo y confieso esto con mi boca declarando: "Para que en el nombre de Jes�s se doble toda rodilla de los que est�n en los cielos, [los �ngeles y los santos] y en la tierra, [los creyentes en Jes�s] y debajo de la tierra [los demonios]" (Fil 2:10).

"…Y conocer�is la verdad, y la verdad os har� libres… As� que, si el Hijo os libertare, ser�is verdaderamente libres" (Jn 8:32, 36).

3. Usando El Nombre De Jesucristo
Use el Nombre de Jesucristo para compeler o demandar la victoria que �l gan� sobre Satan�s y sus fuerzas: "Por lo cual Dios tambi�n le exalt� hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre…" (Fil 2:9). Marcos 16:17 dice: "Y estas se�ales seguir�n a los que creen: En mi nombre echar�n fuera demonios…".

4. Hablando Con Autoridad
Recuerde el punto 7 en la secci�n anterior. Fue como resultado del derramamiento de la sangre de Jes�s sobre la cruz, que usted tiene la victoria sobre Satan�s y sus fuerzas (Ap 12:11). Con esto en mente, h�blele al demonio con palabras de poder (autoridad), y d�gale exactamente lo que debe hacer. Crea que sus palabras resultar�n en la exoneraci�n o liberaci�n del agarre de opresi�n que tiene el demonio sobre la persona, y que tiene que salir al momento.

El asidero (agarre) es "sobre" la persona cuando el diablo la oprime desde el exterior, y "dentro" de la persona cuando el esp�ritu del mal entra al interior de su cuerpo, alma y esp�ritu, at�ndola f�sica, emocional, mental y espiritualmente.

No le pida a Dios que libere a la persona, pues �l le ha dado toda Su autoridad a usted para hacerlo (Lc 10:19; Ef 1:19-23). Usted est� ahora en posici�n para actuar como representante de Cristo (en lugar de �l).

5. Reprenda Y Ordene A Los Esp�ritus Que Salgan
Reprenda al diablo y ord�nele a los esp�ritus del mal a que salgan fuera de la persona: "Jes�s… reprendi� al esp�ritu inmundo… Esp�ritu mudo y sordo, yo te mando, sal de �l, y no entres m�s en �l" (Mr 9:25); "Pablo... se volvi� y dijo al esp�ritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y sali� en aquella misma hora" (Hch 16:18).

6. Mantenga Las Sesiones Breves
Cuando una persona cae en un �xtasis, puede ser m�s dif�cil lanzar fuera el esp�ritu. Puede emplear horas y cansarse mucho; esto se debe a que el esp�ritu no est� preparado para abandonar el cuerpo de la v�ctima.

No obstante, si la persona est� preparada para la liberaci�n (por medio de la ense�anza apropiada y siguiendo los pasos bosquejados anteriormente), todo puede concluir en unos cuantos minutos.

Yo recomendar�a un tiempo l�mite de aproximadamente veinte minutos por cada sesi�n de exorcismo (el acto de lanzar fuera demonios). Vea la secci�n titulada: Sesiones Adicionales Puede Que Sean Necesarias, en la siguiente p�gina.

El autor ayud� en la liberaci�n de un ni�o atormentado en Guyana, Am�rica del Sur. El ni�o nunca despert� durante el tiempo en que declaramos las palabras de mandato o autoridad.

Les ordenamos a los demonios que salieran y jam�s volvieran a entrar en �l. Debido a que el ni�o estaba dormido, no tuvimos manera alguna de saber si los demonios obedecieron u obedecer�an.

Cuando el ni�o despert� del sue�o unas cuantas horas m�s tarde, un horrible grito y las n�useas comprobaron la partida del demonio. Esto indica que cuando las palabras de autoridad son habladas en fe, los demonios tienen que salir, si no lo hacen al momento, entonces, lo har�n tan pronto como la persona recobre el conocimiento.

7. No Imponga Sus Manos Sobre La Persona Endemoniada
Recuerde, a menos que sea expl�citamente dirigido por el Esp�ritu Santo para hacerlo, no imponga sus manos sobre una persona cuando est� tratando de lanzar fuera demonios.

Jes�s y Pablo echaron fuera demonios con una palabra de poder o autoridad.

Usted coloca las manos sobre las personas para bendecirlas (Gn 48:14-16; Mt 19:14, 15); para sanar los enfermos (Mr 6:2, 5; Mr 16:18b; Lc 4:40; Lc 13:13; Hch 19:11, 12); para impartir el Don del Esp�ritu Santo (Hch 8:17; 9:17 y 19:6); para impartir los Dones del Esp�ritu Santo (1 Ti 4:14 y 2 Ti 1:6); y para su sello p�blico de aprobaci�n sobre los siervos fieles de Dios (Nm 27:18-23).

Normalmente, usted no deber� imponer sus manos sobre personas endemoniadas. Aunque no hay una orden b�blica directa contra esto, Pablo puede estar implicando esto en 1 Timoteo 5:22:

"No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Cons�rvate puro".
Algunas veces, al imponer las manos sobre una persona que desea ser liberada, puede que usted est� consintiendo con la demanda del demonio para la atenci�n y aceptaci�n.

Recuerdo un incidente cuando una se�ora con un esp�ritu inmundo (esp�ritu de lujuria), asisti� a una reuni�n de hombres de negocios. Este grupo ten�a muy poca ense�anza y experiencia, ella pidi� oraci�n. Cuando ellos impusieron manos, estimularon fantas�as sexuales, resultando en comportamiento inapropiado. Ella no quer�a y no recibi� liberaci�n.

El identificarse con un demonio de esa manera, contamina su esp�ritu, especialmente si usted no est� andando en total consagraci�n a Dios en su vida. En tales casos, lo mejor ser�a poner a mujeres que ministren a las mujeres y hombres a los hombres.

C. LABOR DE SEGUIMIENTO DESPU�S DE LA LIBERACI�N
1. Aseg�rese De Que La Persona Que Ha Sido Liberada:
a. Memorice Escrituras
. Es importante ofrecerle a la persona liberada de alg�n demonio, porciones apropiadas de las Santas Escrituras para que se las memorice; de esa manera, podr� resistir al diablo cada vez que trate de regresar para atacarle (lea Lucas 11:24-26; G�latas 5:1).

Ens��elas a seguir el ejemplo de Jes�s cuando Satan�s trat� de destruirle. Jes�s cit� las Escrituras para derrotar a Satan�s (Mt 4:4, 6, 7, 10).

b. Entienda La Autoridad Del Creyente. Ens��ele sobre la autoridad del creyente y c�mo ponerse la armadura de Dios (Ef 6:10-18 y 2 Co 10:3-5).

c. Afirme Su Liberaci�n. P�dale a la persona que lea a Juan 8:36 en voz alta. Anime a la persona para que afirme verbalmente (diga con sus propios labios) que ha sido liberada por Jes�s, exactamente como lo prometi�. (Ro 10:9; lea tambi�n a 1 Corintios 15:57; Colosenses 2:15).

d. Viva Una Vida Santa. Ens��ele que es esencial vivir una vida limpia, santa, separada y de total entrega a Dios:

"As� que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que present�is vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

No os conform�is a este siglo, sino transformaos por medio de la renovaci�n de vuestro entendimiento, para que comprob�is cu�l sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Ro 12:1, 2).

e. Perdone A Los Que Le Ofendan. Es muy importante que una persona, a trav�s de su libre albedr�o o determinaci�n para escoger, camine en una forma de vida de total y continuo perd�n.

Ense�e a esa persona respecto a la importancia del perdonar y continuar perdonando a cualquiera y a todos los que le han ofendido en el pasado.

Satan�s tratar� de traer de vuelta los malos pensamientos contra aquellos que le han hecho mal. Si Satan�s tiene �xito, esto le da a los demonios la base legal para seguir oprimiendo a la persona. He aqu� la manera de c�mo derrotar la estrategia de Satan�s y frustrar al diablo (ense�e lo siguiente a la persona endemoniada):

Tome toda ocasi�n para recordar algo que haya hecho mal para perdonar. Cuando usted recuerde algo que sea malo, diga en voz alta: "Gracias Satan�s, por hacerme recordar. Perdono (diga el nombre de la persona que ha pecado contra usted) por el mal que me hizo". (Lea Mateo 5:21-26; Mateo 6:14, 15).

Esto frustrar� al diablo tanto que dejar� de fastidiarle. Acent�e que si la persona que ha sido liberada recientemente es negligente en hacer esto, le estar� abriendo una puerta a Satan�s para regresar a seguir atorment�ndole. (Lea Mateo 18:21-35).

2. Puede Que Necesite Sesiones Adicionales
Muchos a�os atr�s en Asia, una mujer que ten�a un esp�ritu de adulterio recibi� a Jes�s como su Se�or y Salvador. No obstante, la atadura demoniaca no fue rota. Era como Mar�a Magdalena en la Biblia. Ten�a relaciones sexuales con cerca de seis hombres por d�a. Estaba profundamente oprimida y quer�a ser librada.

Durante la primera sesi�n de exorcismo, cay� al piso y hac�a los mismos sonidos de una serpiente, estremeci�ndose a medida que los demonios sal�an. Despu�s de quince minutos, vimos que estaba f�sica y emocionalmente agotada; as� que, decidimos sentarla.

Cuando recobr� su compostura, fijamos un tiempo para que asistiera a una segunda sesi�n de ense�anza; le dimos m�s escrituras para que las memorizara.

Despu�s de la primera sesi�n, sus impulsos sexuales obsesivos fueron quebrantados, y dej� su estilo de vida inmoral.

No obstante, todav�a no sent�a afecto natural, ni b�blico por su esposo. "A la mujer dijo…. tu deseo ser� para tu marido…" (Gn 3:16).

Cuando ella fue ministrada durante la segunda vez, el silbido y retorcedura estilo serpiente continuaron, pero no tan severamente como la primera vez. Ligaduras demon�acas adicionales fueron rotas. Se fue a su casa despu�s de la segunda sesi�n con libertad para amar y vivir con su esposo de manera normal, completamente sana. Se necesitaron dos sesiones, pero su liberaci�n fue completa.

Si tres sesiones no pueden liberar completamente a la persona, entonces, su deseo de liberaci�n no es fuerte o usted carece de autoridad y fe espiritual.

En tales casos, ponga a la persona atada y al equipo de liberaci�n a ayunar y orar por siete d�as; luego, trate de nuevo.

P�dale al Se�or que le muestre qu� es el impedimento. Cuando Dios se lo muestre, p�dale una Palabra de sabidur�a o ciencia para ver qu� es lo que se requiere para eliminar tal tropiezo. Luego, haga lo que el Esp�ritu Santo dice:

D. LA LIBERACI�N NO ES...
1. Provocarle V�mitos

Liberaci�n no es darle a la persona caf�, t�, ni agua para tomar a fin de que pueda vomitar al demonio.

2. Ba�ar A La Persona
Liberaci�n no es ba�ar a la persona con agua helada a fin de que el esp�ritu inmundo salga de ella.

3. Azotar O Herir
Liberaci�n no es atar a la persona a un �rbol y azotarla con un l�tigo o vara a fin de lanzar fuera el esp�ritu del mal.

4. Golpearla
No asalte o ataque a la persona cuando se ponga violenta con usted. Recuerde, no es en s� ella la que lo hace, sino el demonio que est� en ella. Deje que otros le ayuden a restringirla.

5. Tortura Verbal
Liberaci�n no es decirle al diablo: "Te torturo o atormento con la sangre de Jesucristo".

Esas cinco pr�cticas pueden sonar extra�as y graciosas para usted, pero la verdad es que muchas de esas pr�cticas de liberaci�n sin base b�blica, toman lugar alrededor del mundo hoy. �stas lo que hacen es m�s mal que bien, trayendo descr�dito al Nombre de Jes�s.

E. TENGA �NIMO
Cuando usted se envuelva en guerras espirituales y liberaci�n, Dios dice: "Esfu�rzate y s� valiente; porque t� repartir�s a este pueblo por heredad la tierra de la cual jur� a sus padres que la dar�a a ellos" (Jos 1:6).

Deje que su respuesta sea: "Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes" (Jos 1:16).

1. Cristo Gan� La Victoria.
Nuestra salvaci�n, liberaci�n y nuestra redenci�n de todas las obras de Satan�s, han sido ganadas por Cristo en nuestro lugar.

Cuando �l articul� esas palabras: "Consumado es", fue como el izar la bandera de la victoria sobre una tierra liberada, lugar donde se libr� una gran batalla contra el enemigo, la cual, fue conquistada y obligada a rendirse.

Cristo: "Puestos los ojos en Jes�s el autor y consumador de la fe" (He 2:10; He 12:2), vino a este mundo y derrot� a nuestro enemigo m�s poderoso, a Satan�s.

Jes�s le despoj� de su autoridad, llev� nuestros dolores y derrotas, y se levant� glorioso de la tumba, triunfante sobre el diablo. �l declar� las siguientes palabras de victoria: "Consumado es".

Cristo, el Capit�n de nuestra salvaci�n, ha peleado nuestra batalla por nosotros y nos ha librado del poder y dominio del enemigo.

2. Los Demonios No tienen Derechos Legales
No obstante, �por qu� entonces hay tantos oprimidos por esp�ritus de enfermedad, dolencias y plagas?

Porque, a pesar de que nuestra propiedad ha sido liberada del enemigo, aunque el reino de Satan�s ha sido destruido por Cristo, aunque el poder de Sat�n sobre nuestras vidas le fue arrebatado, todav�a hay un ej�rcito de demonios quienes contin�an resistiendo nuestra libertad y resienten nuestra victoria.

Los esp�ritus de demonios no tienen derecho legal para continuar oprimiendo y afligiendo a los creyentes con enfermedades y dolencias. Ahora, los demonios est�n conscientes de que la mayor�a de las personas no saben que Satan�s fue derrotado y que se rindi�.

A�n la mayor�a de los cristianos desconocen que las fuerzas de Satan�s no tienen potestad alguna contra ellos. As� que, los demonios contin�an su oposici�n ilegal contra la herencia de los creyentes en Cristo, y derrotan a muchos de ellos.

Mientras las personas permanezcan ignorantes, en cuanto a la derrota que Satan�s sufri� en el Calvario, �l seguir� operando sin ser impedido. No obstante, nuestro negocio es leer y creer lo que dice el registro respecto a la derrota total de Satan�s, y compartir esas nuevas con los dem�s.

"As� que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, �l tambi�n particip� de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que ten�a el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (He 2:14).

Esto significa que el diablo fue conquistado y se rindi� ante su conquistador: Cristo.

Podemos resistir al diablo, estar firmes en la fe y de seguro que huir� de nosotros (Stg 4:7; 1 P 5:9).

3. Los Demonios Ser�n Juzgados
"�O no sab�is que hemos de juzgar a los �ngeles? �Cu�nto m�s las cosas de esta vida?" (1 Co 6:3).

La Palabra de Dios dice: "...hemos de juzgar a los �ngeles". Satan�s y sus �ngeles ya fueron juzgados, y la sentencia ya fue pasada.

Algunos �ngeles ca�dos ya est�n encadenados en prisiones de oscuridad esperando por la ejecuci�n del juicio (Judas 6). Otros, incluyendo al diablo, han recibido el permiso divino para continuar sus malas obras de acusar a los hermanos, abofetear a los santos y oponerse a la voluntad de Dios (Job 1:6-11).

a. Por Cristo Y Su Esposa. El acto u obra final de Dios: la ejecuci�n del juicio sobre Satan�s y sus demonios, ser� compartida con la Esposa, la Iglesia. Tendremos una parte en la implementaci�n de la sentencia que ya fue pasada sobre el diablo y sus �ngeles (Mt 25:41).
Judas 6 nos dice que la ejecuci�n de la sentencia ser� efectuada judicialmente en "el d�a de Jehov� de los ej�rcitos". Ese "gran d�a es el d�a de Jehov�" (Is 2:12-22).

1) El D�a En El Cual La Paz Y La Justicia Ser�n Instituidas. Ser� un tiempo en el cual se instituir�n la paz y la justicia. "Entonces el Rey dir� a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundaci�n del mundo" (Mt 25:31-40).

2) En El D�a Del Juicio. Ese d�a ser� uno de juicio. "Entonces dir� tambi�n a los de la izquierda: Apartaos de m�, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus �ngeles" (Mt 25:41-46).

Este es el principio del "juicio del gran d�a".

El fin no vendr� hasta que el mundo haya disfrutado del establecimiento de un gobierno de justicia por el per�odo de mil a�os. Sim�n Pedro nos dice "…que para con el Se�or un d�a es como mil a�os, y mil a�os como un d�a" (2 P 3:8).

3) Despu�s Del Milenio. Durante el per�odo de mil a�os, Satan�s estar� atado y prisionero en la prisi�n o foso de oscuridad. Cuando los mil a�os concluyan, ser� desatado de sus prisiones y saldr� con gran furia para enga�ar a los miles de habitantes que nacieron durante ese reino milenario, en el cual, Jesucristo gobern� al mundo; esos habitantes nunca nacieron de nuevo (Ap 20:1-3, 7-9).

4) Ante El Juicio Del Gran Trono Blanco. El juicio de los �ngeles ca�dos preceder� al Juicio del Gran Trono Blanco: el juicio final de los imp�os que resucitaron despu�s del reino milenario (Ap 20:10). Por consiguiente, est� en armon�a con las Escrituras concluir que Sat�n y todos los �ngeles del mal ser�n juzgados por Cristo y los creyentes al final de la era del reino de los mil a�os, poco antes del juicio del Gran Trono Blanco. Recuerde, Jes�s dijo que el infierno fue "preparado para el diablo y sus �ngeles" (Mt 25:41).

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura… Y estas se�ales seguir�n a los que creen: En mi nombre echar�n fuera demonios…" (Mr 16:15, 17).


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